miércoles, 29 de agosto de 2012

Flotilla de la Libertad hacia Gaza. Acogida en la plaza del Ayuntamiento de Bermeo








 
 
 
 
 
 

SOLIDARIDAD ASTURIANA CON LA FLOTILLA DE LA LIBERTAD

"El Estelle es de momento uno; el viento somos todos" Santiago Alba

 Una importante delegación asturiana participó ayer, 28 de agosto, en el recibimiento al velero sueco "ESTELLE" en el puerto de Bermeo. Representantes de diversas asociaciones, ongs, sindicatos y de Izquierda Unida, convocados por el CSCA, acudieron a Bermeo para apoyar el recibimiento al barco que se dirige a Gaza como parte de la III Flotilla de la Libertad.





La campaña contra el bloqueo a la población palestina en Gaza recogida en la prensa con motivo de la llegada del Estelle a San Sebastian y Bermeo.

La Flotilla de la Libertad recala en San Sebastián


Terra España - hace 1 hora
El alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, ha trasladado este domingo a los activistas que viajan en la la Flotilla de la Libertad el ...
La Flotilla de la Libertad a favor del pueblo palestino visita San ...‎ El Mundo.es
La "Flotilla de la Libertadrecalará en Alicante rumbo a Gaza‎ Diario Vasco
La III Flotilla de la Libertad recala en‎ Ideal Digital


El 'Estelle' hace escala en Bermeo



El velero "Estelle", embarcación que lidera "Flotilla de la Libertad", que tratará por tercer año consecutivo de sortear el bloqueo israelí y llevar ayuda a la franja de Gaza, ha parado hoy en el puerto vizcaíno de Bermeo.



El «Estelle» es el dedo que señala la ocupación israelí


MANUEL ESPINAR Y SANTIAGO GONZÁLEZ VALLEJO | CAMPAÑA RUMBO A GAZA (WWW.RUMBOAGAZA.ORG)


Las autoridades europeas están moral y políticamente obligadas a ponerse al lado de los internacionalistas solidarios y a ejercer las presiones necesarias para impedir agresiones por parte de Israel.

Una coalición internacional ha desplegado una nueva campaña contra la ocupación israelí de Palestina y el bloqueo de Gaza. Sería la tercera edición de la «Flotilla de la Libertad». El velero «Estelle» ya surca los mares con dirección a Gaza.
Pero lo que hay que enfatizar, como en las ocasiones anteriores, no es tanto la cuestión logística sino la defensa del derecho internacional que mueve a la Campaña, la lucha contra la ocupación israelí y la impunidad de la misma, ejemplarizada en el objetivo de romper el bloqueo que sufre la población de Gaza.
Gaza sufre un bloqueo por tierra, mar y aire del ocupante israelí. Ahora, fragmentado por el cambio de la postura egipcia de abrir el paso terrestre de Rafah. Los israelíes controlan la cantidad y composición de lo que pueden importar o exportar. No hay libre paso de personas y no hay posibilidad de que los palestinos de un lado u otro puedan visitar a sus familiares o amigos, ya sean de la vecina Cisjordania, incluyendo Jerusalén, u otros lugares, fuera de los Territorios Ocupados.
La población de Gaza es mayoritariamente refugiada. Son los palestinos que tuvieron que irse de sus hogares como consecuencia de la creación del Estado de Israel. Este es otro de los elementos de la vulneración del derecho internacional, permanentemente obviado por Israel, el derecho de los refugiados a volver a sus hogares, condición que puso la propia comunidad internacional para el reconocimiento de Israel por parte de las Naciones Unidas. Otro hecho que señala la continua complicidad de los gobiernos de la comunidad internacional con la política de hechos consumados israelíes.
Por eso la travesía del «Estelle» busca invertir la política hipócrita de comunicados equidistantes de los gobiernos y de la UE en particular, que en el fondo son un beneplácito a la política de ocupación y agresión israelí. El destino declarado del «Estelle» de ir al puerto de Gaza y, contemporáneamente, que un barco palestino desde ese mismo puerto salga a mar abierto con personas y bienes, pone a las autoridades europeas ante su responsabilidad de defender, frente a la potencia ocupante, el derecho internacional al libre tránsito.
Reiteramos, la ocupación israelí de la tierra palestina y árabe dura ya muchísimos años y la falta de respuesta o la complicidad de muchos gobiernos de la comunidad internacional ha contribuido a la misma. Israel vulnera sistemáticamente las convenciones de Ginebra y hace caso omiso de las resoluciones de las Naciones Unidas. Los estados garantes de la legalidad internacional, la Unión Europea, incluido el Estado español, deben ejercer su capacidad de disuasión política para poner fin a la ocupación e impunidad israelí. No lo hacen, ni quieren hacerlo, pero intentan vestir sus contradicciones con el espantapájaros de que apoyan un «proceso de paz» inexistente, al mismo tiempo que miran a otro lado ante las colonias, el robo del agua, el Muro, las leyes racistas y discriminatorias... la política diaria israelí.
Y es esa falta de acción u omisión de los gobiernos para poner fin a la ocupación y al sufrimiento de la población palestina en su totalidad, incluyendo a los refugiados, y particularmente la población de Gaza, por lo que surgen y surgirán las campañas Rumbo a Gaza, o la que se está extendiendo desde la propia sociedad civil palestina de Boicot, Sanciones y Desinversiones (BDS). En esta última, ya hay organizada una Conferencia en Barcelona (19-21 de octubre) y un Foro Social Mundial en Porto Alegre (Brasil), desde el 28 de noviembre al 1 de diciembre, que amplíe e identifique acciones concretas, además de popularizar la misma, a las que se invita a que más colectivos se unan, pues tienen el mismo propósito de luchar contra el régimen israelí del apartheid.
La marcha de Estelle, desde Escandinavia y sus atraques en diferentes localidades europeas, entre ellas Donostia, Bermeo, Alicante y Barcelona a finales de agosto y primeros de septiembre, según la previsión de los organizadores del Estado español, Rumbo a Gaza, servirán para popularizar esta Campaña contra el bloqueo ilegal israelí a Gaza y pondrá a las autoridades y sus decisiones, omisiones y complicidad, ya sean españolas, europeas y las del conjunto de la Comunidad Internacional, ante los ojos de sus poblaciones.
Los gobiernos europeos ya saben, tras más de sesenta años de relaciones con Israel, la ineficacia de una supuesta estrategia -que en realidad ha sido colusión de intereses- de fomento de una sociedad israelí, mayoritariamente alineada en el supremacismo, y el comercio exterior mutuo que inclinase su comportamiento hacia valores democráticos -el racismo israelí es contrario a la democracia- y de derecho internacional. Esa supuesta estrategia europea ha sido respondida por Israel con la intensificación de sus prácticas coloniales y el dibujo de leyes racistas y bantustanes en Palestina. Las autoridades europeas están moral y políticamente obligadas a ponerse al lado de los internacionalistas solidarios y ejercer las presiones necesarias para impedir posibles agresiones y rechazar cualquier vulneración a la legalidad internacional por parte de la potencia ocupante israelí. Ante la ocupación y los crímenes evidentes cometidos por Israel contra las anteriores flotillas y sus predecesores, sin pagar ningún precio por ello, lo que sigue animando a dicha potencia ocupante a seguir cometiendo nuevos crímenes, el Gobierno español y la UE tienen la responsabilidad de actuar sin eludir sus obligaciones de luchar a favor de la paz con justicia, propiciar un Estado palestino y rechazar con hechos la política israelí de ocupación y crimen continuado, ejerciendo las sanciones previstas en los acuerdos bilaterales y europeos.
Ese es el dedo que señala el «Estelle». Las autoridades tienen que actuar contra la luna de la ocupación. Continuarán misérrimos si vuelven a mirar el dedo y quieren eludir y distraer de sus responsabilidades. El éxito de la Flotilla de la libertad será un éxito de todos y todas quienes creemos en una paz justa, sin ocupación de Palestina.

viernes, 24 de agosto de 2012

INSISTIR en GAZA




21/08/2012
Tenemos el honor de contar con Santiago Alba Rico como colaborador inestimable de las dos campañas de Rumbo a Gaza. Para expresar y resumir qué significa la lucha civil por los derechos humanos, aplicándola a la ocupación de Palestina y al bloqueo de Gaza, ha redactado un escrito que hacemos nuestro y convertimos en el Manifiesto de Rumbo a Gaza 2012. Aquí tenéis el texto:
Insistir en Gaza


Santiago Alba Rico.
Se puede describir como injusto, sin duda, un mundo en el que, en contra del derecho internacional, se ocupan y bombardean países, se somete a poblaciones enteras a castigos colectivos o se encarcela, se tortura y se mata para consolidar dictaduras políticas o económicas. Pero se puede decir que un orden es radicalmente injusto cuando es la denuncia de la injusticia, y no la injusticia misma, la que despierta sospechas, es la indignación la que está obligada a justificarse y es la solidaridad la que debe dar explicaciones. ¿Por qué experimentar como propio el dolor del otro? ¿Por qué reaccionar frente a la injusticia? ¿Por qué solidarizarse con sus víctimas? ¿Por qué reclamar el cumplimiento de las leyes internacionales? ¿Por qué Palestina? ¿Por qué Gaza?
¿Por qué -es decir- el ser humano? ¿Por qué la ética? ¿Por qué la normalidad civilizada? ¿Por qué la nieve es blanca? Hay algo viciado y destructivo en invertir las preguntas para obligar a responder, en tono acusatorio, a quienes deben -todos nosotros- demandar sin falta una respuesta: ¿por qué Palestina no? ¿Por qué sigue el boqueo de Gaza? ¿Por qué se desprecia el derecho y la justicia? ¿Por qué la nieve se vuelve repentinamente negra?
Lo natural es que las piedras caigan y los pájaros vuelen; lo natural es que las mareas suban y bajen; lo natural es que, cumpliendo las leyes del movimiento y de la solidaridad humana, los barcos intenten llegar a Gaza. En el verano de 2010 Israel se apropió el mar Mediterráneo para asaltar el Mavi Marmara y matar a una parte de su pasaje. En el verano de 2011 Israel extendió el bloqueo hasta las costas de Europa para impedir zarpar a la Flotilla de la Libertad II. Ahora, desde el pasado mes de julio, una tercera Flotilla intenta de nuevo este restablecimiento de la naturaleza; partiendo de Suecia, recorre ya y recorrerá el Báltico, el Atlántico y el Mediterráneo para reivindicar el derecho del sol a salir por el este, el del color verde a verdear las hojas y el de los niños a patear una piedra y jugar al balón.
¿Una flotilla? El hermoso velero Estelle constituye -como diría Thoureau frente a la esclavitud- “una mayoría de uno”. Mayoría porque, con independencia de su número, tiene razón. Pero mayoría también porque tiene de su parte el viento: el aliento de las miles y miles de personas en todo el planeta que han hecho materialmente posible el viaje y el de los millones y millones que lo apoyan. Si hay algo que la mayor parte de la población mundial sabe que está mal en el mundo, es sin duda la ocupación de Palestina; si hay una injusticia que la mayor parte de la población mundial sabe que los gobiernos occidentales no van a reparar, es la ocupación de Palestina. Un puñado de intereses y mucho dinero pueden producir un misil asesino; un gran racimo de voluntades y un enorme esfuerzo colectivo pueden parir un velero. El Estelle es la Madre-Humanidad surcando las aguas, es la Niña-Solidaridad surfeando en las olas.
¿Por qué insistir? La respuesta más obvia es la insistencia de Israel en mantener el bloqueo. Seis años después, el lento deterioro de la situación ha abocado a la franja de Gaza, el territorio más densamente poblado del planeta, a una “catástrofe humanitaria” de la que los niños (el 44% de los gazatíes tiene menos de 14 años) son las principales víctimas. El paro, la pobreza, la falta de combustible y la deficiencia creciente del suministro eléctrico conducen a Gaza -según un informe de Oxfam de febrero- “a un colapso total de los servicios esenciales”. La organización Save The Children cifra en un 58% el número de niños en edad escolar que padece anemia y advierte contra el aumento de las fiebres tifoideas y las diarreas, sin vacilar a la hora de atribuir responsabilidades ni de proponer soluciones: “como una cuestión de urgente prioridad para la salud y bienestar de los niños de Gaza, Israel debe levantar el bloqueo por completo para permitir el libre movimiento de personas y de bienes dentro y fuera de Gaza, incluyendo Cisjordania y Jerusalén Oriental”. Amnistía Internacional, por su parte, tampoco tiene dudas: “el factor fundamental causante de esta crisis humanitaria es el bloqueo de Israel, el cual constituye un castigo colectivo (lo que es una violación del derecho internacional) y afecta particularmente a los niños y niñas, y a las personas enfermas”. Los recientes a ataques de Israel y de EE. UU. a la UNRWA, la agencia de las Naciones Unidas responsable del suministro de alimentos y de la gestión de la educación, amenaza con agravar a corto plazo los problemas endémicos de desnutrición y dejar a miles de niños sin acceso a escuelas y centros de estudio. El bloqueo es una bomba silenciosa que estalla todos los días hiriendo de muerte a 1.700.000 personas.
Pero, ¿por qué insistir? Obviamente el Estelle, si llegara a su destino, no va a resolver los problemas de la población gazatí con los sacos de cemento y las pelotas de fútbol que alberga en sus bodegas. No es ese el propósito. La potencia de la iniciativa que en el Estado español coordina Rumbo a Gaza se mide más bien por sus efectos simbólicos y políticos y puede resumirse, a mi juicio, en tres iluminaciones.
La primera es al mismo tiempo simbólica y material. La idea de salir de Suecia y detenerse en diferentes puertos de tres mares distintos opera, en efecto, una especie de liberación territorial subrogada. El año pasado -lo recordábamos más arriba- Israel “bloqueó” las costas de Europa. Gaza está en cada puerto donde atraque el Estelle; cada puerto es Gaza. Por lo tanto, aún antes de llegar a su destino en Palestina, el velero parido por la Humanidad habrá levantado muchas veces el bloqueo, devolviendo a las naciones europeas la soberanía que sus gobiernos no supieron defender el año pasado en Grecia. El Estelle, en algún sentido, está restableciendo la legalidad de la UE y liberando nuestras costas de la ilegal ocupación israelí.
La segunda iluminación tiene que ver con su evidente carácter de denuncia. Las revueltas árabes han obligado a EE. UU. y a las potencias europeas, complacientes con las dictaduras derrocadas, a intervenir en nombre de la democracia y los derechos humanos. Pero este discurso hipócrita no hace sino subrayar la excepcionalidad de Palestina o, mejor dicho, la excepcionalidad de la dictadura israelí, contra la que ningún gobierno occidental está dispuesto a intervenir, ni siquiera en forma de condenas o sanciones. La travesía del Estelle denuncia la complicidad criminal de esa Europa que utiliza los discursos humanitarios -y hasta las bombas humanitarias- para defender mejor sus intereses y los de Israel en la región. Insistir en Gaza, mientras el mundo árabe sigue sacudido por las réplicas sísmicas de los movimientos populares y de la contrarrevolución imperialista, ayuda precisamente a distinguir a las distintas fuerzas en litigio y garantiza el horizonte anticolonial de las transformaciones en la zona. Palestina -con Gaza como rescoldo vivo en su centro- irradia luz en todas direcciones. Recordar Gaza es recordar que la lucha de los pueblos empieza y acaba necesariamente en Palestina.
La tercera iluminación, vinculada a la anterior, tiene que ver con la desnuda afirmación del carácter universal de los derechos humanos. Que las potencias occidentales manoseen y malversen leyes e instituciones internacionales, poniéndolas al servicio de intereses espurios, no debe llevarnos a cuestionar las fuentes. Fuera de las leyes, al margen del derecho, la fuerza es suya; y si no tenemos la fuerza para imponer las leyes y el derecho, las leyes y el derecho tienen la fuerza para recordar a los pueblos de qué lado está la justicia y por qué estamos legitimados a resistir y a luchar por la liberación. La fuerza es suya, el derecho nuestro. En la Edad Media la cultura encontró refugio en los monasterios; y hoy hay bancos de semillas donde se conservan ejemplares de todas las plantas en previsión de una catástrofe. Pues bien, el Estelle, vástago de la Madre-Humanidad, es el cofre donde se guardan la carta fundacional de la ONU, las convenciones de Ginebra y los tratados internacionales; es en el velero unánime, y no en los aviones de la OTAN o en las reuniones del G-20, donde la humanidad protege la Declaración de los Derechos Humanos y las leyes internacionales que tantos sacrificios y tantos muertos costó conquistar.
¿Por qué insistir en Gaza? Hay una cuarta razón tan elemental como el derecho del sol a salir por el este, el derecho del color verde a verdear la hierba y el derecho de los niños a patear una piedra y saltar un muro. El Estelle declara sencillamente nuestro derecho genético a sentir el dolor del otro, a protestar contra la injusticia y a abrazar, pueblo a pueblo, por encima o por debajo de los intereses nacionales, a todos los que amamos en cualquier lugar de la tierra.
Insistamos. Insistiremos. El Estelle es de momento uno; el viento somos todos.

Siria intervenida



 Siria lleva tiempo intervenida por actores regionales e internacionales:
Francia está suministrando a la oposición siria ayuda militar ‘no letal’, según confirmaba este miércoles el primer ministro francés.
–Los servicios secretosestadounidenses trabajan desde marzo en la frontera de Siria con Turquía para aconsejar a Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos sobre los grupos de la oposición a los que deben armar.
–Barack Obama ha autorizado operaciones encubiertas de la CIA y otras agencias para apoyar a los rebeldes sirios y ha aprobado una ayuda de 25 millones de dólares para apoyar a la oposición.
–Los servicios secretos británicos están ayudando a los rebeldes sirios, ofreciéndoles información sobre los movimientos de las tropas gubernamentales. 
Arabia Saudí, Qatar y Turquía apoyan a los rebeldes sirios. Qatar llegó a proponer el envío de tropas árabes a Siria. Tanto Qatar como la monarquía absolutista de Arabia Saudí se han pronunciado a favor de una intervención militar.
–Siguen entrando armas para los rebeldes desde Líbano, Turquía e Irak. Buena parte de ellas procede de Qatar y Arabia Saudí.
–Existen algunos grupos de la oposición que se definen como yihadistas. En sus filas hay combatientes extranjeros procedentes de Libia o Irak, entre otros países.
–Irán y Rusia apoyan al régimen sirio. Teherán ha suministrado armas a Damasco, según la ONU.
La injerencia extranjera es clara. Mientras Irán y Rusia apoyan al régimen de Assad, diversos actores regionales e internacionales –Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Arabia Saudí, Qatar, Turquía e Israel- intentan aprovecharse de las revueltas para mantener o incluso aumentar su órbita de influencia en la región y debilitar así el eje Siria-Irán-Líbano (Hezbolá), principal contrapeso de Washington, Tel Aviv y los países del Golfo.
El pasado más o menos reciente nos recuerda hasta qué punto Oriente Medio ha sido dividido, esquilmado y utilizado por las potencias occidentales que han intervenido militarmente en busca de sus propios intereses, casi siempre opuestos a los de los ciudadanos de la región. La propia Historia contemporánea de Oriente Medio comienza con una gran mentira protagonizada por Reino Unido y Francia, firmantes del acuerdo secreto de Sykes-Picot de 1916, por el que se repartían el gran pastel de Oriente Próximo, Palestina incluida, a pesar de que Londres había prometido independencia a los palestinos a cambio de su apoyo contra los otomanos en la Primera Guerra Mundial.
Desde entonces, las intervenciones militares extranjeras en la zona no han traído la autonomía deseada por la población, han defendido intereses contrarios a los ciudadanos, han militarizado la región, la han dividido y han sumido a algunos países en conflictos bélicos de larga duración. El ejemplo más reciente y evidente lo tenemos en Irak. El contexto actual no es una excepción. Una intervención en Siria puede arrastrar a la contienda a otras naciones vecinas, militarizar más el país y someterlo a los intereses de las potencias involucradas, en perjuicio de los intereses de los ciudadanos sirios.
El empeño de unos actores por controlar una futura transición en Siria es evidente. Pero esto no deslegitima a quienes durante meses se han manifestado pidiendo libertad y demandando la caída del régimen. Lamentablemente, la propaganda ha jugado muy bien sus cartas en la cuestión siria, que se ha convertido en un tema de “o conmigo o contra mí”, con la proliferación de ‘pensamientos-plantilla’: ‘Si criticas a Asad, eres partidario de una intervención extranjera; si te opones a una intervención de la OTAN eres proAsad’. Y todo lo que se salga de esa plantilla, no cabe.
Más allá de las plantillas 
–Que el régimen de Asad sea responsable de miles de muertos, heridos y encarcelados no hace ‘buenos’ a todos lo que combaten contra él, ni a los actores extranjeros que de una forma u otra intervienen en el conflicto.
–Que grupos armados de la oposición también cometan crímenes y ejecuciones al margen de la ley no hace ‘bueno’ al régimen de Asad.
–Siria está intervenida por actores extranjeros, que intentan beneficiarse de la coyuntura. Eso no significa que las revueltas contra el régimen hayan sido fabricadas en los laboratorios de servicios secretos extranjeros, ni que la población que ha participado en las protestas esté manipulada o comprada.
–Siria, Irán y Hezbolá actúan como contrapeso de la gran influencia de Estados Unidos e Israel en la región. Eso no significa que Asad o Ahmadineyad sean adalides de las libertades o grandes izquierdistas. Las políticas económicas de Asad en los últimos años aumentaron el desempleo y las privatizaciones y redujeron las ayudas sociales, creando un caldo de cultivo para la protesta en los barrios más pobres de las ciudades, de donde sale buena parte de los opositores al régimen.
–La Rusia de Putin no comparte los intereses de Estados Unidos en Oriente Medio. Eso no significa que Moscú sea antiimperialista.
–Que el régimen sirio haya difundido propaganda y falseado datos no significa que la oposición sea una fuente de información siempre rigurosa.
La verdad sobre Siria hay que buscarla en los hechos. De lo contrario, se corre el riesgo de terminar deformando la realidad para que ésta quepa en una plantilla. En medio del laberinto de intereses regionales e internacionales se encuentra la población siria. Más allá de los pulsos entre diversas potencias, por encima de la geopolítica, está el derecho de los ciudadanos a escoger su propio camino.

Olga Rodríguez

Periodista especializada en información internacional. Tras cubrir las revoluciones árabes en 2011, acaba de publicar el libro “Yo muero hoy. Las revueltas en el mundo árabe”, (Debate). Ha desarrollado buena parte de su carrera profesional en la Cadena SER, Cuatro y CNN+, cubriendo entre otros conflictos la guerra de Irak, y ha sido colaboradora habitual de Público y Periodismo Humano
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