lunes, 15 de diciembre de 2014

La provincia iraquí de Al-Anbar sometida a la devastación

Al-Jazeera

Traducción para Rebelión de Loles Oliván

El asedio de la provincia de Al-Anbar durante los últimos 10 meses ha provocado una de las peores crisis humanitarias que han sacudido a Iraq. La provincia fronteriza con Siria ha sido escenario de intensos combates entre las fuerzas iraquíes y el Estado Islámico de Iraq y el Levante (EI), que controla desde los dos últimos meses la mayor parte de esta provincia occidental de Iraq. “El asedio también ha supuesto el bloqueo de alimentos, suministros médicos y otros bienes”, según Hadi Uzman, de 26 años y residente de Amiriyat al-Faluya, en Al-Anbar. Uzman afirma que la privación de productos derivados del petróleo ha devuelto a Al-Anbar a la 'edad de piedra'. “Hemos tenido que empezar a recoger leña y arbustos para usar como combustible para cocinar, porque cuando hay gasolina u otros productos, sencillamente no nos los podemos permitir porque son demasiado caros”.
Otro combatiente tribal ya aseguraba a Reuters el 24 de octubre que las familias, atrapadas en sus pueblos, se habían visto obligadas a recurrir a la leña para cocinar. Al no poder llegar a sus granjas, la gente intenta cultivar verduras en sus patios traseros. Hay mujeres que están dando a luz a sus hijos en casa.
“Nos hemos quedado casi sin suministros y estamos viviendo de dátiles y agua”, denunciaba el combatiente.
Abandonada durante mucho tiempo por los anteriores gobiernos iraquíes, Al-Anbar ha sido un punto álgido en el conflicto de Iraq con el EI. Varios residentes informan a Al-Jazeera que el asedio del EI está motivado en venganza porque la provincia “se alineó con las fuerzas militares y policiales iraquíes y resistió la dominación del EI”.
La crisis humanitaria se ilustra con el precio de un paquete de harina que, si es que se encuentra, alcanza la cantidad de 100 dólares en comparación con los 20 que costaba antes del asedio. “Los precios de los alimentos se han multiplicado por cinco en los dos últimos meses tras intensificarse el asedio del EI”, afirma Yaqub Abbasi, y constata que mucha gente de su pueblo se mantiene a base de purés de espelta.
Señalando el campo aéreo de su ciudad, Abbasi insta a la comunidad internacional a que trabaje con el gobierno de Bagdad para ofrecer ayuda a los habitantes de la ciudad.
El mes pasado, el EI anunció que había conquistado más territorios de la provincia de Al-Anbar a pesar de que el Ejército iraquí y los combatientes suníes pro gubernamentales seguían haciendo frente al grupo armado.
Las fuerzas gubernamentales iraquíes lograron recapturar la ciudad de Ameriyah en Faluya, una ciudad estratégica que une Al-Anbar con Bagdad y con el sur del país. Si se conserva Ameriyah frente a los combatientes del EI, el ejército puede garantizar que lleguen suministros de la capital a Al-Anbar.
Pero en la actualidad, sólo unos pocos kilómetros separan a los combatientes del EI de a las tropas iraquíes, pues el EI mantiene su ofensiva hacia la ciudad a pesar de haberse expandido la campaña de ataques aéreos liderada por Estados Unidos.
Naciones Unidas informó el mes pasado de que el número de personas desplazadas por los combates en Al-Anbar es el más elevado que se ha producido desde la brutal ola de violencia sectaria de 2006-2008. En febrero pasado, la ONU indicaba que la violencia en la provincia de mayoría suní ha desplazado a más de 300.000 personas.
En medio de los síntomas de escasez que se aprecian en buena parte de la provincia, el temor aumenta. Sabah Karhut, gobernador de la provincia de Al-Anbar, declara a Al-Jazeera que algunas zonas padecen ya hambruna, incluyendo los pueblos confinados entre Heet (a 70 kilómetros al oeste de Ramadi, capital de la provincia de Al-Anbar) y Hadiza, y en Amiriyat al-Faluya.
Desde el 2 de octubre se mantiene suspendido el suministro diario de agua mediante camiones cisterna en el distrito de Heet por razones de seguridad.
“Cuando Heet fue capturada por el EI, los pueblos y ciudades repartidos por toda la provincia dejaron de estar conectados dando lugar a la escasez de suministros y alimentos”, explica Karhut. “Amiriyat al-Faluya se enfrenta a una crisis más grave porque está bajo el asedio absoluto del EI”.
Hasta 180.000 personas han resultado desplazadas por los combates en los alrededores de Heet, según indican los informes de la ONU del mes pasado. Heet, ciudad amurallada y comercial situada a 30 kilómetros de Ramadi, albergaba a 100.000 personas huidas de otras zonas de Iraq que cayeron bajo el control del EI. La ciudad está situada cerca de la base militar de Ain al-Asad, donde se ubica una de las mayores instalaciones defensivas de Iraq.
Las personas que lo tienen peor, afirma Uzman, son los pacientes de los hospitales atrapados en un limbo: a pesar de que los hospitales de Amiriyat al-Faluya están agotando todos los suministros médicos, estos pacientes no pueden llegar al hospital más cercano de Ramadi.
“Y mientras las fuerzas del gobierno central siguen al mando de la capital, no permiten que los camiones con alimentos indispensables crucen el puente Bazeebez que une Al-Anbar con Bagdad,” dice Karhut. El asedio del EI ha impedido que las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria socorran a las familias desplazadas en la región. El gobernador insiste en que la ayuda debe ser suministrada vía aérea en cooperación con las fuerzas iraquíes. “La provincia de Al-Anbar necesita con urgencia miles de toneladas de ayuda alimentaria y asistencia humanitaria; hacer frente a tal necesidad requiere de la cooperación del gobierno de Bagdad con Naciones Unidas, la Unión Europea y la Liga Árabe”.
Emplazamientos y características demográficas de los desplazados iraquíes de Al-Anbar
– A finales de 2013 estalló la violencia entre las fuerzas de seguridad iraquíes y combatientes opositores entre los que se contaban algunos del Estado Islámico de Iraq y de Levante (EI). Al agudizarse la inestabilidad política y militar, se ha incrementado el número de Personas Desplazadas Internas (PDI) que atestan la provincia.
– Emplazamientos actuales en los que se identifican PDI de Al-Anbar (véase mapa):
– Dohuk: 18 emplazamientos, 432 familias, 2.592 personas
– Erbil: 23 emplazamientos; 2.604 familias; 15.624 personas
– Ninewa: 25 emplazamientos; 342 familias; 2.052 personas
– Kirkut: 19 emplazamientos; 1.744 familias; 10.464 personas
– Sulaymaniyah: 44 emplazamientos; 1.778 familias; 10.668 personas
– Salah al-Din: 47 emplazamientos; 7.140 familias; 42.840 personas
– Diyala: 13 emplazamientos; 142 familias; 852 personas
– Bagdad: 57 emplazamientos; 5.467 familias; 32.802 personas
– Babilonia: 7 emplazamientos; 255 familias; 1.530 personas
– Wassit: 5 emplazamientos; 11 familias; 66 personas
– Kerbala: 16 emplazamientos; 1.694 familias; 10.164 personas
– Missan: 1 emplazamientos; 4 familias; 24 personas
– Nayaf: 13 emplazamientos; 133 familias; 798 personas
– Qadisiya: 5 emplazamientos; 28 familias; 168 personas
– Thi-Qar: 6 emplazamientos; 15 familias; 90 personas
– Basora: 29 emplazamientos; 43 familias; 258 personas
TOTAL: 328 emplazamientos; 21.832 familias; 130.992 personas
– Más de 6.500 familias (40.000 personas) han huido al Kurdistán iraquí desde que estallaron los enfrentamientos en Al-Anbar a finales de 2013.
– El Gobierno iraquí, a través del Ministerio de Migraciones y Desplazados, proporciona como única ayuda 300.000 dinares iraquíes (260 dólares) a cada familia de PDI registrada, aunque ACNUR afirma que se requiere asistencia a más largo plazo para que mejoren sus condiciones de vida.
– Más de 66.000 familias de PDI se han dispersado por todo el territorio de Iraq.
Datos demográficos de las PDI procedentes de Al-Anbar:
– 51,8 % son mujeres y 48,2% hombres. De ellos: 15,8% son menores de 5 años; 23,7% entre 6 y 14 años; 24,9% entre 15 y 24 años; 28,6% entre 25 y 59 años; 7% más de 60 años.
– Dos tercios son PDI en el interior de Al-Anbar, mientras que el resto se han dispersado por el resto del país, incluido el Kurdistán iraquí.
– El tamaño familiar es de 6 individuos.
– 39,5% de las PDI tienen menos de 15 años.
– 64,4% tienen menos de 25.
– En el 49% de los lugares evaluados por todo el país, la etnia y la confesión de las PDI de Al-Anbar se corresponden con el origen étnico y la confesión principales de la comunidad de acogida:
– 82,8% árabes musulmanes suníes
– 3,7% kurdos musulmanes suníes
– 13.5% árabes musulmanes chiíes
– 0.1% turcomanos musulmanes suníes
– Más del 40% de los emplazamientos evaluados a lo largo de todo el país presentan servicios de salud fuera de funcionamiento.
En Salah ad-Din, Ninewa y Dilaya, más del 80% de los emplazamientos de PDI se corresponden con la composición etno-religiosa de la comunidad de acogida. En los gobernaciones de la región del Kurdistán, esta cifra era un 10% menor.
Los turcomanos se localizan por completo en Ninewa, mientras que los kurdos lo hacen principalmente en Kirkut y Sulaymaniya.
Fuentes: Organización Internacional para las Migraciones y ACNUR

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