La Biblia e Israel
Manuel García Fonseca, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
El uso político, instrumental, de la Biblia se planificó y se hizo operativo por los fundadores del sionismo y hoy es la ideología esencial del Estado de Israel
Karen Armstrong, premio Prícesa de Asturias de Ciencias Sociales, pone de manifiesto el uso tergiversado de la Biblia: «A veces parece que el Dios de Israel ha fomentado una crueldad impía e inhumana, pero a lo largo de los siglos Yahvé se convirtió en una idea que ayudó a su pueblo a cultivar la misericordia y el respeto a los demás seres humanos».
En los escritos de los profetas parece esencial el deber primordial de la misericordia, que se convertirá en el santo y seña de las religiones que se formaron en la edad axial: «Aunque multipliquéis vuestras plegarias, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre; lavaos, limpiaos, buscad la justicia, defended al oprimido» (Isaías, año 750 antes de Cristo).
Posteriormente, los rabinos hacían de la comunidad el nuevo templo, el santuario de Dios; como los primeros cristianos, los rabinos exhortaban a los israelitas a considerarse como una comunidad unida en un solo cuerpo y una sola alma. Este sentido del Dios inmanente ayudó a los judíos a considerar la humanidad como algo sagrado. Las ofensas contra otro ser humano eran una negación del mismo Dios, equivalían al ateísmo, eran un intento blasfemo de negar a Dios. Por eso el asesinato era el mayor de todos los crímenes, porque era un sacrilegio. «La escritura nos enseña que cualquiera que vierta sangre humana es como si hubiera hecho menguar la imagen divina».
¿Qué relación han tenido el movimiento sionista y el Estado de Israel con la Biblia?
Para IIan Pappé, uno de los historiadores judíos de mayor reconocimiento internacional, el papel de la Biblia en la vida judía ofrecía una clara diferencia entre judaísmo y el sionismo. En el mundo judío anterior al sionismo, la Biblia no se enseñaba ni en los centros educativos judíos ni en los árabes como un texto que llevara alguna connotación política o nacional. El uso político, instrumental, de la Biblia se planificó y se hizo operativo desde los fundadores del sionismo y hoy es la ideología esencial del Estado de Israel.
Ben-Gurion, el líder del sionismo durante el mandato británico, y luego primer ministro de Israel, calificaba a los obreros y campesinos palestinos «como un semillero infestado de dolor». Los colonos hablaban de los palestinos como ajenos y extranjeros, y se expresaban literalmente contra los palestinos diciendo que «no tenemos nada en común con la mayoría de las personas que viven aquí».
La nueva ministra israelí de justicia, Ayelet Shaked, refiriéndose a los palestinos muertos en sus intentos de resistir a Israel, llega a decir: «Toda su familia debe ser exterminada, nada sería mas justo. Deberían desaparecer, al igual que las casas en las que criaron serpientes. De lo contrario, allí se criaran más víboras».
Cita Pappé la carta enviada por el Ministerio de Educación en 2014 a todas las escuelas de Israel: «La Biblia proporciona la infraestructura cultural del Estado de Israel, en ella se ancla nuestro derecho a la tierra». La narrativa oficial o mitología fundacional israelí se niega a conceder a los palestinos ni siquiera un mínimo derecho moral a resistir a la colonización judía iniciada en1882. «Como todos los movimientos coloniales, Israel emplea la doble lógica de la deshumanización y la aniquilación».
Hoy es un absurdo, un contrasentido político y especialmente ético, considerar a Israel un estado democrático, igualitario y no étnico. Por sus fines y sus métodos sin ninguna consideración de lo humano, los ciudadanos estamos moralmente obligados, para no ser corresponsales del genocidio, a exigir a nuestros gobiernos el rechazo de la guerra y de la ocupación.
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