jueves, 7 de agosto de 2014

El Derecho internacional no es para los israelíes



El Gobierno israelí ya ha comenzado a trabajar para la posguerra formando una comisión interministerial, dirigida por el Ejército, para hacer frente a posibles acusaciones de crímenes de guerra en los foros de justicia internacionales.
El anuncio llegó unas horas antes de que la aviación israelí matara esta mañana a diez miembros de la familia Al Gul en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja, causando heridas a otros 20 miembros de la misma familia. Decenas de familias palestinas han vivido situaciones semejantes durante los últimos días. Algunas han sido borradas completamente de la faz de la tierra durante los bombardeos indiscriminados deBenjamin Netanyahu en Gaza.
El Ejército había ordenado a los residentes de Rafah que se encerraran en sus casas y que no salieran a la calle, pero luego ha bombardeado con la aviación y la artillería esas casas a discreción. Muchas familias de Rafah fueron a refugiarse a una escuela de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados. Creían que la escuela era un lugar más seguro que sus casas, pero hoy los israelíes la han bombardeado causando otros diez muertos, todos civiles.
Pero el Gobierno israelí puede estar tranquilo, de la misma manera que puede estar tranquilo el piloto del F-16 estadounidense que disparó su bomba estadounidense sobre la casa de la familia Al Gul y luego regresó a su base como tenía previsto. Las posibles denuncias que se hagan después de la guerra caerán en saco roto, como cayeron las de guerras anteriores contra los palestinos, o la terrible destrucción civil que causaron las bombas israelíes en la guerra de Líbano de 2006, sin contar con los aproximadamente 1.300 libaneses muertos, en su inmensa mayoría civiles.
El sistema democrático, con su vistoso juego democrático incluido, tiene estas cosas. Los grandes paladines de la democracia en Europa, con los dirigentes de Alemania (AngelaMerkel) Reino Unido (David Camerony Francia (François Hollande) a la cabeza, no moverán un dedo para perseguir las tropelías que se han cometido en Gaza durante los pasados 27 días.
Netanyahu sabe muy bien cómo lidiar con las llamadas "democracias occidentales", pues es uno de ellos. En días como estos Netanyahu se llena la boca con la palabra "democracia" y advierte a los occidentales que Israel está luchando por ellos, dando a entender que si cae Israel después caerán los países occidentales, lo que causa pavor a muchos. Así lo hizo en su alocución televisiva de la noche del sábado, en la que habló en hebreo pero, sobre todo, en inglés.
El discurso israelí de la defensa de la "democracia occidental" ha sustituido estos días al tradicional del "Estado judío y democrático", que tan pronto como acabe la guerra recuperará su lugar de privilegio.
Los líderes israelíes piensan, y algunos —como el ministro de Exteriores Avigdor Lieberman— lo han dicho con claridad , que cuando el judaísmo y la democracia entran en contradicción, debe prevalecer el judaísmo sobre la democracia. Como si la religión fuera homologable con la democracia. Tal vez sea eso lo que ahora está ocurriendo en Gaza. Es decir, que lo que está pasando tiene muy poco que ver con la democracia. Lieberman es laico, por supuesto, pero sabe que la religión es la base sobre la que se levanta el Estado judío, de manera que es natural que ponga el judaísmo por delante de la democracia.
El otro pilar del Estado judío es, evidentemente, el nacionalismo, un nacionalismo exacerbado que vive de la mano de la religión, como si la religión y el nacionalismo fueran compatibles con la democracia. Los niños israelíes maman judaísmo y  nacionalismo en el jardín de infancia, y luego durante toda la vida.
El Derecho internacional se ha creado para tipos como los serbios o los africanos, que pagan en la cárcel sus crímenes de guerra, pero desde luego no para los israelíes, que no cesan de recibir la ayuda militar, política y económica de Occidente por parte de esos países que están convencidos, desde ese punto de vista que alimenta Israel, que Israel es la avanzadilla que defiende el sistema imperante.
Poco importa que el sistema sea palmariamente injusto. Lo importante es meter miedo a la gente y mantener la lucha contra viento y marea llenándose la boca con la palabra "democracia", aunque lo que suceda tenga muy poco que ver con la democracia.
Ahora bien, es difícil creer que los pilotos que disparan a diario esas bombas contra civiles desarmados estén realmente defendiendo la democracia. Pero de lo que podemos estar seguros es de que ninguno de ellos será llevado ante un tribunal internacional.
Cuando termine esta guerra, el discurso oficial volverá a ser el del "Estado judío y democrático", las aguas volverán a la calma, y el calificativo "judío" prevalecerá de una manera abierta sobre el calificativo "democrático", como ocurre ahora de una manera velada.
Cada uno en su casa y Dios en la de todos, pero nadie en el banquillo. Y santas pascuas.Hasta la próxima masacre.

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