La situación de los trabajadores de
los territorios árabes ocupados
Memoria del Director
General
Conferencia
Internacional del Trabajo, 110.ª reunión, 2022
Prefacio de Guy Ryder
De
conformidad con el mandato que la Conferencia Internacional del Trabajo me ha
confiado, este año envié una nueva misión encargada de elaborar un informe
sobre la situación de los trabajadores de los territorios árabes ocupados. Los
miembros de la misión visitaron la Ribera Occidental, incluida Jerusalén
Oriental, así como Gaza, Israel y el Golán sirio ocupado. Tuve la oportunidad
de conversar por videoconferencia con los mandantes de la OIT en la República
Árabe Siria y el jefe de la misión se reunió en el Cairo, también por
videoconferencia, con representantes de la Organización Árabe del Trabajo.
En los
territorios árabes ocupados y en Israel, los miembros de la misión mantuvieron conversaciones
exhaustivas con representantes de la Autoridad Palestina (AP), del Gobierno de
Israel, de organizaciones de empleadores y de trabajadores de Palestina y de
Israel, con ciudadanos del Golán sirio ocupado, con representantes de las
Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y organizaciones no
gubernamentales, así como con empresarios y trabajadores. Toda la información que
facilitaron ha guiado la elaboración del presente informe. Estos miembros
también realizaron varias visitas provechosas sobre el terreno.
Quisiera
expresar mi agradecimiento a todos los interlocutores por su cooperación, pues reafirmaron
una vez más el amplio apoyo concitado por los valores que encarna la
Organización Internacional del Trabajo y la labor que esta realiza de continuo
con todos sus mandantes. Como siempre, los miembros de la misión trabajaron con
el objetivo de proceder a una evaluación completa, precisa e imparcial de la
situación que atraviesan los trabajadores de los territorios árabes ocupados.
Desde hace
más de cuatro decenios, los sucesivos Directores Generales de la OIT hemos
venido presentando cada año a la Conferencia Internacional del Trabajo un
informe relativo a la situación de los trabajadores de los territorios árabes
ocupados, de conformidad con lo dispuesto en la resolución de la Conferencia de
1980.
Debo decir
que en esta ocasión ha sido un ejercicio saludable releer el prefacio de mi
primer informe, de 2013, en el cual ya señalé que «[p]ara evitar una espiral
descendente hacia la crisis y la desesperación, primero es necesario entender
que la situación actual es insostenible y lo seguirá siendo mientras no radique
en la justicia social». A la sazón resalté que la persistencia de la ocupación
y la expansión de las actividades de asentamiento bloqueaban la economía
palestina. Advertí de los peligros
de una
erosión grave de la confianza en la capacidad de las instituciones palestinas para
lograr un crecimiento con un trabajo decente y respetuoso con los derechos
fundamentales. Destaqué la situación alarmante que imperaba en Gaza y que
amenazaba con volverse insostenible. Me referí a la ausencia de progreso en la
superación de la división palestina y a la crisis fiscal de la Autoridad
Palestina.
Mi opinión
era que Israel debía relajar y levantar las restricciones impuestas a las
personas y a las empresas, y que la comunidad internacional no debía
conformarse con formular promesas y expresar deseos.
Sin embargo,
la situación descrita en el presente informe muestra que todas estas consideraciones
siguen siendo de actualidad, y ello da la medida de las frustraciones y la
falta de progreso que se han venido acumulando en los últimos años. Este
informe tiene el mérito de ofrecer una visión objetiva y desapasionada de la
evolución de la situación registrada en los territorios árabes ocupados a la
luz de los objetivos y del mandato de la OIT. Indica posibles vías de progreso
a las que la OIT está, como siempre, dispuesta a contribuir. Un progreso cuya
materialización depende, empero y en última instancia, de la voluntad política
de los protagonistas israelíes y palestinos, así como de su disposición a
trabajar de consuno, y también depende del apoyo y el sostenimiento de la
comunidad internacional, que implica la perseverancia de los donantes.
Todos estos
componentes deberían combinarse en los próximos años con una eficacia muy superior
a la lograda en los diez últimos, para que la situación de los trabajadores de
los territorios mejore de suerte que a estos depare perspectivas de trabajo
decente y que a todas las personas que viven en la región ofrezca garantías
básicas de estabilidad, seguridad y paz.
Mayo de 2022
Guy Ryder
Director
General
Informe integro presentado en la
Conferencia de la OIT, 2022
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