SAN REMO: ACUERDO SOBRE LA SUPREMACÍA BLANCA Y EL
SIONISMO
Fuente: https://www.scottishpsc.org.uk/on-this-day?id=251&view=event,
25 de abril
En este día de 1920, el Consejo Supremo de la
Conferencia de Paz de San Remo (*) (19 al 26 de abril de 1920) una de las
varias en las que las potencias vencedoras de la Primera Guerra Mundial se
repartieron el botín, asignó Palestina al Reino Unido con una disposición para
aplicar la Declaración Balfour. Las opiniones de la mayoría palestina fueron
ignoradas. La sesión anterior en París había rechazado la noción de igualdad
racial. Australia y Estados Unidos, con la aquiescencia del Reino Unido,
rechazaron una propuesta japonesa de incluir una cláusula en los acuerdos sobre
la igualdad de las razas.
El Reino Unido apoyó la política de la Australia
Blanca, que se mantuvo en vigor hasta 1973, y se negó a aceptar una petición
del Imperio Japonés de extender la igualdad racial a los vencedores de la
Primera Guerra Mundial.
Los "prejuicios" de las razas inferiores no
tenían derecho a ser considerados por los gobernantes del Imperio Británico, el
mayor de una supuesta "raza blanca". El autor de la tristemente célebre
Declaración Balfour escribió a Lord Curzon:
Porque en Palestina no proponemos ni siquiera pasar
por la forma de consultar los deseos de los actuales habitantes del país... Las
cuatro grandes potencias están comprometidas con el sionismo. Y el sionismo, ya
sea correcto o incorrecto, bueno o malo, está arraigado en tradiciones
milenarias, en necesidades presentes, en esperanzas futuras, de una importancia
mucho más profunda que los deseos y prejuicios de los 700.000 árabes que ahora
habitan esa antigua tierra.
La negación por parte del Reino Unido de la igualdad
de derechos a los palestinos nativos después de la Primera Guerra Mundial
formaba parte de un sistema más amplio de creencias supremacistas blancas
mantenidas por los gobernantes del Imperio Británico y de los Estados Unidos.
El Tratado de Versalles posterior a la Primera Guerra Mundial entre los aliados
victoriosos -sobre todo Francia, Reino Unido, Italia y Estados Unidos- rechazó
"una petición poco conocida de Japón", una cláusula del tratado que
habría afirmado la igualdad de todas las naciones, independientemente de la
raza. Australia se opuso. El dominio británico había instituido en 1901 una
Política de Australia Blanca que limitaba toda la inmigración no blanca. El
Primer Ministro australiano, Hughes, presionó al resto de la delegación
británica para que se opusiera a la cláusula propuesta y acabó consiguiendo el
apoyo de Wilson (el Presidente de Estados Unidos) a la política de supremacía
blanca de Australia.
El autor indio Sankaj Mishra señala cómo todas las
potencias occidentales mantenían una jerarquía racial... Construidas en torno a
un proyecto compartido de expansión territorial. En 1917, el presidente de
Estados Unidos, Woodrow Wilson, declaró sin tapujos su intención de "mantener
la raza blanca fuerte frente a la amarilla" y preservar "la
civilización blanca y su dominio del planeta". Las ideas eugenistas
sobre la selección racial estaban en todas partes, y la ansiedad expresada en
periódicos como el Daily Mail, que se preocupaba de que las mujeres blancas
entraran en contacto con "nativos que son peores que los brutos cuando
se despiertan sus pasiones", era ampliamente compartida en todo
Occidente. En la mayoría de los estados de EE.UU. existían leyes contra el
mestizaje. En los años anteriores a 1914, en las colonias europeas de África se
prohibieron las relaciones sexuales entre mujeres europeas y hombres negros
(aunque no entre hombres europeos y mujeres africanas).
Vídeo de 7 minutos del historiador Seiji
Shirane sobre el impacto de la afirmación de la supremacía blanca occidental de
1919 hasta nuestros días
(*) Wikipedia: La Conferencia
de San Remo fue una conferencia celebrada por los aliados de la Primera Guerra Mundial del 19 al 26 de abril de 1920 en la ciudad italiana de San Remo, en la cual se ratificaron y
legalizaron los repartos territoriales que formaron parte de la partición del Imperio otomano, previamente
acordados entre Francia y el Reino Unido en el anterior Tratado de Versalles (1919). De esta forma, Siria y Líbano quedaban bajo mandato francés, a la vez que eran
separados uno del otro.
Irak, organizado como
una monarquía con Feysal I como soberano, quedó bajo
el mandato británico de Mesopotamia. Palestina, que quedaba desligada
de Siria en confirmación de los compromisos de la declaración Balfour,
pasó a estar bajo mandato británico, al igual que Transjordania, que fue
separada del resto del territorio unos años después.
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