viernes, 4 de septiembre de 2015

El muro israelí destruye olivos centenarios de Belén y cerca su monasterio



Ana Cárdenes, Beit Yala (Belén, EFE Las comunidades cristianas del valle de Cremisán, en la localidad palestina de Beit Yala, cerca de Belén, no han logrado en los tribunales parar el avance del muro israelí y varias familias ven como el Ejército arranca sus olivos centenarios y cerca el monasterio. 
Hace diez días, el Ministerio de Defensa israelí reinició las obras de construcción, paralizadas por una década de proceso judicial en el que el Tribunal Supremo pidió al Estado que reconsiderase la ruta de la barrera para no separar a los conventos y monasterios de sus fieles. 
Sin embargo, esa corte declinó renovar la suspensión de la construcción el mes pasado, por lo que Defensa ordenó el reinicio de las obras, que dividirán la tierra en dos, aunque dejarán una puerta de acceso para que sus propietarios puedan pasar. 
Hoy, excavadoras y maquinaria pesada arrancan árboles y piedras para preparar el terreno, pese a las protestas y reclamaciones de los vecinos y propietarios, a los que el Ejército ha cortado el paso. 
Parte de los reclamantes son el Convento cercano de las Salesianas y el Monasterio de Cremisán, cuyas tierras se verán afectadas por la divisoria que, según los residentes, dejará bajo control israelí 3.500 metros cuadrados de sus tierras. 
"Lo que está haciendo aquí Israel es un intento muy claro de mover la frontera de 1967 varios kilómetros dentro del estado ocupado de Palestina. En la zona de Belén esto significa que Palestina controlará solo el 13 por ciento del distrito", denunció a Efe el portavoz de la OLP y miembro de una de las familias afectadas, Xavier Abú Eid 
Según él, lo más dramático no es la sustracción de tierras, sino "como se están cortando y robando árboles que tienen prácticamente dos mil años de edad y que son parte del patrimonio histórico y cultural de Palestina". 
La región de Beit Yala es conocida por su producción de aceite de oliva y, según él, más del sesenta por ciento de los olivos que poseen están en esta zona que quedará bajo control israelí. 
"Es una nueva violación israelí a sus obligaciones de la legislación internacional. Israel continúa actuando con impunidad mientras la comunidad internacional no actúa", denunció. 
Los palestinos consideran que, con la construcción de la barrera y al contrario de lo que argumenta, Israel no busca garantizarse la seguridad sino dar continuidad a su proyecto colonizador. 
"Se trata de conectar las colonias de Guilo y Har Guilo, para expandir las colonias y atender la reclamación de los colonos de hacer un Gran Jerusalén que amplíe la ciudad prácticamente hasta Hebrón", dice Abú Eid. 
Uno de los propietarios en los que en este momento se están llevando a cabo trabajos y arrancando árboles, Isa Shatleh, tiene una parcela de olivares de 4.400 metros cuadrados, a parte de la cual hoy le corta el acceso el Ejército israelí. 
"El 17 de agosto los soldados empezaron a arrancar árboles y a destrozar la tierra. Han arrancado unos 30 olivos de época romana de mi tierra, que tenían más de 2.000 años", denuncia a Efe, antes de pedir a los países de la Unión Europea, que "tomen la responsabilidad de protegerlos". 
"No solo están destruyendo la tierra y arrancando árboles ancestrales. Están robando nuestro medio de vida, nos lo están robando todo. ¿Qué haremos después de que nos quiten las tierras?, ¿qué futuro tendremos por delante?", se pregunta. 
El padre Ajtam Hiyazin, de la parroquia local de Beit Yala asegura estar "sin palabras" ante el destrozo que tiene lugar. 
"Israel está confiscando nuestra historia, los olivos, está confiscando nuestra presencia hoy, porque no habrá más acceso a esta tierra, y está confiscando nuestro futuro, porque no habrá más tierra para Beit Yala, para los niños y para Palestina. Están cogiéndolo todo" dice, antes de lamentar que "solo queda tener fe en dios" ya que "la comunidad internacional no hace nada". 
La Unión Europea condenó recientemente la construcción del muro y el desarraigo de los olivos, señaló que "la barrera restringirá gravemente el acceso de 58 familias palestinas a su tierra agrícola y afectará profundamente sus medios de vida" y reiteró su postura de que el muro de separación debe construirse dentro de las fronteras de 1967 y no capturando tierra. 
Consultado por Efe, el Ministerio de Defensa de Israel no informó de su posición al respecto ni respondió a las acusaciones de los residentes de la zona.

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