Instalaciones de CAF-Shapir en French Hill, al norte
de Jerusalén, en Territorio Ocupado
EL CSCA se dirige a la ministra de
Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, pidiéndola que en los
contratos públicos se penalice a las empresas que violan el derecho
internacional, como CAF, por sus actuaciones en los Territorios Ocupados Palestinos.
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe,
10 de octubre de 2022
En una carta registrada el 3 de octubre en
el ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana se la pidió que su
ministerio y los organismos de los que dirige, como ADIF, RENFE, etc que “las empresas deben de respetar un modelo de conducta
basada en el cumplimiento de las leyes y en el cumplimiento del derecho
internacional. También en las orientaciones de los poderes públicos” (…) y que “la ley de contratos públicos es un
instrumento que puede servir para premiar o desincentivar a empresas que no son
rigurosas en el respeto de la legalidad internacional”.
Por el contrario, parece que el ministerio quiere
rebajar las cláusulas de contratación permitiendo que empresas condenadas por
la CNMC sea en obras públicas o en suministros ferroviarios puedan presentarse
a los diferentes concursos de los organismos contratantes.
Como se sabe, el Consejo de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas ha creado una base de datos de empresas (A/HRC/43/71) (2020)
que vulneran el derecho internacional, las Convenciones de Ginebra o la
resolución 2334 (2016) del Consejo de Seguridad, por lucrarse y facilitar la
ocupación de los Territorios Palestinos.
Tras la publicación de esa Base de Datos es público y
ha sido denunciado, incluso en el Punto Nacional de Contacto del ministerio de
Industria, Comercio y Turismo, que determinadas empresas españolas,
conscientemente, vulneran la legalidad internacional. Por ejemplo, CAF, que
construye, gestiona y licita líneas de tren ligero entre la ciudad de Jerusalén
y las colonias ilegales en Cisjordania, facilitando la expropiación de terrenos
palestinos, expulsando a sus pobladores y facilitando la ocupación, el
urbanicidio y el traslado de población ocupante a territorio ocupado, al
servicio de la potencia ocupante israelí.
Las empresas españolas que tenemos conocimiento de
lucrarse y facilitar la ocupación son: CAF, Edreams, GMV, OSSA, SEMI y TYPSA.
Además, hay multinacionales ferroviarias como Alstom.
Ya el primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh,
pidió el pasado 16 de mayo que la empresa española Construcciones y Auxiliar de
Ferrocarriles, CAF, deje de entregar a las autoridades israelíes 57 trenes que
servirían para unir Jerusalén Oeste con los asentamientos de Jerusalén Este y
Cisjordania, por considerar estas acciones una "violación" del
derecho internacional y la legitimidad internacional.
Desde la ocupación de Cisjordania en 1967, los
sucesivos gobiernos israelíes, de todos los espectros, han implementado una
amplia política de asentamientos, a la que se opone el derecho internacional.
Más de 600.000 colonos israelíes viven en Cisjordania y Jerusalén Este.
CAF participa junto con Shapir en la ampliación,
mantenimiento y gestión de dos líneas de tren ligero entre la ciudad ocupada de
Jerusalén y las colonias próximas, facilitando la movilidad de la población de
la potencia ocupante a Territorio Ocupado. Además, está licitando en un
concurso de las autoridades de ocupación para la construcción y aprovisionamiento
de tranvías en una tercera línea Azul que también conectará Jerusalén con otras
colonias, a pesar de que sus actividades están en contra de los Convenios de
Ginebra y de la representación palestina.
31 organizaciones de derechos humanos y de solidaridad,
entre ellas el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe o Amnistía
Internacional, han pedido formalmente al Consejo de Derechos humanos de las
Naciones Unidas que incorporen a la empresa CAF (su socio Shapir, su cliente
Egged y su proveedor Banco Hapoalim ya lo están) a la Base de Datos de empresas
que se lucran y participan en la ocupación de Palestina. CAF, por su parte,
intenta lavar su imagen accediendo a sellos de sostenibilidad de dudosa
actividad comprobatoria.
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