miércoles, 8 de marzo de 2017

Nazanin Armanian: “Estamos en la Tercera Guerra Mundial”

Para la politóloga iraní Nazanin Armanian afincada en España hay una guerra mundial cuando se da un conflicto armado unido a luchas políticas y económicas que enfrentan a varias potencias mundiales. Conflictos que se desarrollan fuera de las fronteras de los verdaderos actores y que comenzaron con la caída de la URSS en 1991. 
¿Estamos realmente ante la tercera guerra mundial?
Sí y esto significa la reconfiguración del mapa del mundo. En otra época, las potencias se limitaban a cambiar los regímenes –el asesinato de Patrice Lumumba en el Congo, por ejemplo-. En estos momentos, lo que se hace es cambiar las fronteras y eso solo ha sucedido en la Primera Guerra Mundial –cuando se desmonta el Imperio Otomano y nacen nuevos países- y en la segunda, cuando también surgen nuevos países en el área socialista. En esta Tercera Guerra Mundial hay una reconfiguración de quién tiene más poder en cada parte del mundo y el terreno de ese conflicto es, obviamente, Asia y África.
¿Quiénes son los actores de esa guerra?
El centro de ese conflicto es el petróleo. Estamos en un momento en que el petróleo empieza a escasear, en relación con el aparato de consumo basado en él, de modo que hay una brutal pelea por esas últimas gotas de petróleo. China, que había puesto restricciones al uso de carbón, las ha levantado. Las renovables no avanzan más porque las grandes compañías viven de la compraventa de petróleo y no les interesa. Cuando se habla del “mundo islámico”, en realidad hablan de petróleo. No se refieren a Indonesia, que es el mayor país musulmán del mundo, están hablando de Irak e Irán, de Arabia Saudí y de los países del Golfo.
¿Cómo interpreta el conflicto sirio en este contexto?
Nazanin Armanian es entrevistada sobre su fe y la actualidad política
Nazanin Armanian en el Congreso de Teología en Madrid. Foto. I.F.
Siria es el acceso de Irán,  Qatar y Arabia Saudí al Mediterráneo,  el camino más corto para enviar su petróleo y su gas a todos los países europeos que se congelan en invierno. Es una batalla por las rutas del gas. La guerra de Ucrania también es un conflicto por esas rutas para el gas. Hay un discurso de Obama en el que dice que los europeos han de participar en las sanciones a Rusia, que comprende su dependencia del gas ruso pero que ellos, los EEUU, con el fracking estarán en condiciones de sustituir ese gas. Es decir, quiere vender su gas a Europa. Aunque ni con las mejores tecnologías estará disponible ese gas antes de cuatro años. Y, además, el precio del gas de fracking ha subido muchísimo. Por eso Alemania ha dicho “No” a entrar en un conflicto con Rusia. Y la situación de Ucrania se ha congelado, ya no se habla de ella porque los europeos no han querido participar en la guerra americana contra Rusia en ese país. El problema de EEUU es que los dos mayores productores de gas del mundo son Rusia e Irán, dos países a los que no se puede tumbar fácilmente. Irán puede estar asustado pero, con o sin la república islámica, es un país soberano que no se va a dejar avasallar por EEUU; ni el Sha, que era tan pro-norteamericano,  permitió a EEUU construir una base en su país, que entonces tenía frontera con la URSS y eso por la opinión pública. Por tanto, las guerras se han trasladado y todas son por los recursos naturales, no sólo gas y petróleo, también minerales raros. China y Australia tienen las mayores reservas de estos minerales escasos. Por eso EEUU, que teme a China como superpotencia, está construyendo un cinturón de bases militares en torno a ella, en Filipinas, Laos, Vietnam… Porque en el mar del sur de China hay una increíble reserva de gas y petróleo. Y se pelean esos recursos entre China por un lado y EEUU y los países del sudeste asiático por otro. EEUU empuja a enfrentamientos con China,  pero los países de resisten a enfrentarse a su principal socio comercial. Y ahí se inscribe el reciente conflicto con el presidente de Filipinas insultando a Obama. Porque EEUU ha querido una base más en Filipinas y Filipinas no quiere enfrentarse a China.
Las guerras se han trasladado y son por el control de los recursos naturales
El conflicto de Oriente Medio –dice- no es un conflicto religioso sino económico. ¿Quién es, en su opinión, el responsable de la guerra de Siria?
Desde luego, en el fondo de ese conflicto, que nada tiene que ver con chiíes y suníes, está el enfrentamiento entre Israel e Irán. Todas las guerras de Oriente Medio han sido planeadas para consolidar la hegemonía de Israel. Las guerras de Oriente Medio benefician a Israel, que es un país pequeñito pero que es la potencia regional, a la que le faltan tres elementos para consolidar ese poder: tierra –por eso avanzan ocupando tierras palestinas y no van a devolver nunca los altos del Golán a Siria-, agua –que viene de los altos del Golán- y petróleo. Y se ha descubierto una bolsa de gas y petróleo en el este del Mediterráneo frente a Israel, Líbano, Siria y Gaza. Solo Israel puede reivindicarlo eficazmente. Siria casi no existe, Gaza está dirigida por una organización terrorista para la comunidad internacional y Líbano está sin presidente desde hace un año, de modo que sólo queda Israel. Pero Israel compite con Irán, que tiene tecnología, una agricultura potente que podría comerse a las de Israel y Turquía y, además, tiene gas y petróleo, que ellos no tienen. Y es una sociedad desarrollada y culta de 80 millones de personas. EEUU elaboró con Kissinguer  la doctrina de “la doble contención” para defender a Israel: frente a Irak –ya lo lograron- y ahora queda Irán.  Yo creo que la guerra de Siria es una guerra contra Irán. Porque este país, cuyos misiles no llegan a Israel, mientras que los de Israel sí llegan a Irán, ha pagado millones al régimen de El Assad para que albergue sus misiles hacia Israel. Si quitan a Assad, Irán se sentirá desprotegido. Con la guerra de Siria, lo que ha querido Israel ha sido romper el “eje de la resistencia”, formado por Irán, Siria, Hizbullá en Líbano y Hamas en Gaza. Y lo ha conseguido: Hamas no existe, Hizbulla está entretenido en la guerra de Siria y solo queda Irán. EEUU no tiene intereses en Siria, por eso no ha querido implicarse más. Pero Arabia Saudí y Turquía sí que los tienen y se consideran perjudicados por el levantamiento de las sanciones a Irán que, de nuevo, puede vender su petróleo y sus productos en la zona.
Desde su punto de vista, la crisis de los refugiados es provocada.
Erdogán, el presidente turco, que quiere recuperar influencia en el norte de Siria, ha tratado de derribar a Bachar el Assad, pero no lo ha logrado porque EEUU y Rusia no quieren. Ha provocado a EEUU dos veces: primero con el uso de gases químicos en el 2013, que atribuyó a El Assad, lo que Rusia desmintió. En segundo lugar, cuando Turquía dijo que Rusia le había derribado un avión militar, en un intento de arrastrar a la OTAN a la guerra. Pero EEUU “pasa” de Turquía, no quiere derrocar a El Assad para no enfrentarse a Irán, con el que ha firmado el acuerdo nuclear. Y su tercer intento ha sido el “soltar” a los miles de refugiados a Europa para forzar la intervención sobre todo de Francia contra el Assad.
Pero parece poco lógico que Turquía, que habría provocado ese éxodo de refugiados como estrategia -estrategia fracasada, por cierto- ahora acepte quedarse con ellos.
Pero no se los va a quedar, por eso ese acuerdo es mentira. El plan es utilizar a los refugiados sirios como escudos humanos. Los han instalado en una “zona cero” a ambos lados de la frontera, en un territorio que Turquía se va a quedar, y que no puede ser bombardeado ahora sin matar a civiles. Hay una conversación interceptada a Erdogán y publicada en la prensa española en la que dice que si no recibe los 10.000 millones de dólares que exige a Europa les va a meter los refugiados sirios en autobuses hasta Alemania, es una espada de Damocles para Alemania.
La crisis de los refugiados es el tercer intento de Erdogán de provocar una intervención contra El Assad
Si las causas de los conflictos están con frecuencia fuera de las poblaciones y responden a intereses ajenos y poderosos, ¿qué se puede hacer?
El tema es complicado, porque ahora no hay sólo dos actores que dirigen el mundo como en la época de la Guerra Fría. Ahora, aunque Obama y Putin lleguen a un acuerdo, si no lo aceptan Israel, Turquía y Arabia Saudí, no habrá acuerdo. Por eso la guerra se alarga. La guerra puede durar 30 años. Hay un preacuerdo para que El Assad se vaya en unos meses y partir Siria, convirtiéndola en una especie de grupo de mini-estados confederados (una zona kurda, otra alauita y otra sunita), pero Turquía no está de acuerdo por la zona kurda e Irán no acepta prescindir de Assad.
¿Y Estados Unidos?
 Los republicanos acusan a Obama de ser débil, por ser menos intervencionista. Pero ha sido muy listo. Ha convertido a Siria en una trampa mortal para Rusia, Irán y Turquía. Esa complejidad de intereses y los beneficios económicos de la venta de armamento explican que la guerra no termine y que El Assad no haya sido derrocado ni asesinado.
 ¿Cuál ha de ser el papel de Europa?, ¿qué puede hacer la población europea?
No es lo mismo la población europea que sus gobiernos, que son miembros de la OTAN, que están participando en los bombardeos. Solo se puede presionar para que los gobiernos salgan de estas guerras. ¿Qué se le ha perdido a España en Afganistán? Y si la OTAN decide intervenir en Siria, España formará parte de ese conflicto. ¿Cuáles fueron los beneficios para los países que participaron en la guerra de Irak? Ninguno, participaron sólo de los gastos. Los beneficios fueron para EEUU y sus empresas armamentistas. Esta crisis económica internacional es, en parte, por los gastos de las guerras. La guerra de Afganistán cuesta 6.000 millones de dólares al mes y comenzó en el 2001. Los beneficios van a las empresas de armas, las intervenciones de la Alianza no son una garantía de paz. 23 países participaron en la guerra contra Irak, un país exhausto que acababa de salir de la guerra con Irán, en el que los soldados se entregaban a miles. ¿Qué amenaza representaba para nadie? Por eso utilizaron la mentira de las armas de destrucción masiva.
¿Y el Estado islámico? Le he oído decir que está, en el fondo, protegido por Occidente y también que todos esos grupos terroristas son una única multinacional de mercenarios.
El próximo conflicto será una guerra entre Arabia Saudí e Irán en un tercer país
Sólo hay que mirar a quién beneficia: el 99’9% de las víctimas del Isis son los musulmanes de Siria, Afganistán, Kurdistán, etc. Los patrocinadores, según el vicepresidente de EEUU,  Biden y Hillary Clinton son Qatar, Emiratos Árabes y Arabia Saudí, países aliados. Entonces, ¿por qué no establecer sanciones económicas contra ellos como patrocinadores del terrorismo? Porque no se atreven a tocarle un pelo a Arabia Saudí, que es el principal productor de petróleo del mundo y puede hacer tambalear las bolsas mundiales. Por eso les legalizamos aquí sus mezquitas. Nadie se pregunta por qué los atentados no vienen de países que han sido atacados, como Afganistán o Irak. Los atentados vienen de ciudadanos de países que han sido y son aliados occidentales: son saudíes, chechenos. El senado de EEUU acaba de reconocer la responsabilidad de los saudíes y del propio gobierno saudí en los atentados del 11-S. Entonces, ¿por qué se ataca Afganistán? Arabia Saudí también tiene facciones diferentes con ideologías diferentes. Los benladistas, por ejemplo, son liberales en lo económico pero muy conservadores y opuestos a que las mujeres militares norteamericanas se bañen desnudas, según ellos, en las piscinas de “la tierra sagrada” de Arabia. Están en contra de las bases norteamericanas y de las iglesias cristianas. Y hablan del islam como ética. Pero están otros, como la familia de los Saud,  que defienden la alianza con EEUU. Un sector de los saudíes financia a los yihadistas en Siria contra El Assad, es decir, contra Irán. Además, los saudíes forzaron una bajada del precio del petróleo como método para frenar la intervención en Siria de Rusia y de Irán, dos países petroleros a los que la guerra está costando mucho. Y eso apunta al siguiente gran enfrentamiento, que será entre Arabia Saudí e Irán en un tercer país, tal vez Afganistán o Baluchistán. Ahora el primer comprador de armas del mundo no es China, es Arabia Saudí. Y el segundo, los Emiratos Árabes. ¿Para qué necesita tantas armas un país tan pequeño? También en el interior de Irán hay sectores enfrentados. Los militares desean apoyar a El Assad y seguir en la guerra. El presidente Rohaní parece más predispuesto a acabar con esa guerra en Siria que tanto dinero les cuesta. Y EEUU deja que la guerra corra.

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