Warif, el chef sirio de Gaza | Foto de Warif Hamido cedida a eldiario.es
Hay historias de amor que merecen un libro. Esta es una de ellas. Él es refugiado sirio, ella, palestina de Gaza. Para su futura hija ya han aparecido dos obstáculos: la guerra en Siria y la ocupación israelí de los territorios palestinos. Cuando él, Warif Qassem Hamido, decidió huir de Alepo, su familia hacía ya tres meses que había abandonado la ciudad, refugiándose en el campo. Warif, sin embargo, se había quedado a guardar los hogares de varias familias. Entonces desconocía que el final de su viaje se encontraba en Palestina.
"Era 2012. Tenía las llaves de diez casas. No había gas ni agua ni electricidad. Lo que hacía era ir de casa en casa y, cuando se acababa el agua o el gas, me iba a otra", explica Warif desde su apartamento en Gaza. Los bombardeos y también la amenaza de ser detenido por al-Assad llamaron a las puertas. Warif cogió sus cosas y se marchó rápidamente.
"Tenía miedo de que me detuvieran. Yo soy de una zona del campo norte de Alepo que generalmente son contrarios al régimen de Al Asad. Anduve 10 kilómetros junto a mi primo y un chaval que caminaba 200 metros delante de nosotros para ver si había controles militares", relata el sirio.
Warif recuerda que en esos momentos el aluvión de familias desplazadas empezaba a ser constante. " Huíamos por el llamado camino del horror hasta Mannagh donde hay una base aérea militar". "No era un lugar seguro porque había bombardeos, caían barriles ( se refiere a los barriles bomba lanzados por helicópteros), pero yo me sentía mejor porque estaba con familiares".
Al poco tiempo empezó a escasear el dinero, necesitaba un trabajo, así que se dirigió caminando a la frontera turca. " Quería buscar trabajo en Turquía donde pude entrar sin visado", apunta Warif. "Un día, un primo que estaba en Egipto me propuso ir a El Cairo. Me hice con un billete y crucé el Mediterráneo en barco".
Warif tenía entonces 32 años. En Alepo había sido jefe de un restaurante en pleno centro de la ciudad. Su madre había muerto hace años, al igual que su padre, que falleció en un accidente, por lo que el joven se hacía cargo de todos los hermanos y hermanas a los que dejaba atrás en busca de una nueva oportunidad.
Por qué escogió Gaza
"Durante mi viaje en barco a Egipto vi la plataforma de gas 'Marine Gaza', la extracción de gas israelí", resalta Warif. "En esos momentos él nunca imaginó que terminaría viviendo en la pequeña franja de Gaza que divisaba a lo lejos, frente a la planta de gas de la plataforma continental palestina ocupada por israelíes.
"Al llegar a Egipto me deprimí muchísimo. Empecé a trabajar en un café muy pequeño, con café, té y narguiles", detalla. En Alepo, Warif había sido uno de los chefs más reputados, por eso no es de extrañar que en poco tiempo se le presentaran dos oportunidades: una en Polonia y otra en Gaza.
"Me topé con un palestino que buscaba un chef para un restaurante nuevo en Gaza. Era principios de 2013, había túneles, todo andaba mejor en Gaza. Junto a un amigo sirio, Anas, que se moría por salir de Egipto, fuimos al-Arish con una mochila cada uno y nos metimos en un túnel". Warif aclara que un sello con la entrada en territorios ocupados palestinos podría causarles problemas en Siria, de ahí que decidieran entrar vía túnel.
" En Gaza sentí que si me quedaba podría hacer algo, quizás cambiar la cultura gastronómica, aportar algo bueno. Acepté quedarme en Gaza. En Polonia quizás iba a estar todo el tiempo del trabajo a casa, y está la diferencia del idioma. Además, un tío mío conoce a gente en la franja y me aconsejó que me quedara ahí. Había túneles y se podía salir y entrar", afirma Warif.
Los túneles, vías respiratorias de la franja, fueron destruidos y cerrados ese mismo año tras la caída del Gobierno egipcio de Mohamed Mursi. Al chef poco parecía preocuparle, le iba bien. El restaurante atraía a muchas familias y jóvenes gazatíes. A él llegaron decenas de periodistas palestinos atraídos por el éxito del 'chef sirio de Gaza'.
Maha y Warif caminan por el campo de la franja de Gaza. | Foto cedida por la pareja a eldiario.es
Warif encuentra a Maha
"Un día me dijeron que una periodista quería entrevistarme. Maha estaba con su camarógrafo, me dijo que antes de entrevistarme quería comer. Era muy simpática, había algo en ella", dice Warif sonriente.
Después de la entrevista, Maha y Warif chatearon de vez en cuando a través de las redes sociales. Warif le contaba la historia de su huida y cómo uno de sus hermanos logró cruzar el Mediterráneo y llegar a salvo a Alemania.
"Un día le comenté que quería hablar con ella cara a cara y quería que se lo comentara a su familia. Así que nos encontramos en un café y le dije que la quería y que quería continuar mi vida con ella", cuenta el chef.
Ella, que compartía el sentimiento, aceptó. El padre de Maha empezó a preguntar mucho sobre Warif: quién era él, qué amigos tenía en Gaza, qué hacía antes en Siria, incluso llegó a contactar con un tío de Maha que vivía en el campo de refugiados palestinos de Yarmuk en Siria. El día en el que fue a pedir la mano de Maha, a Warif le acompañó un séquito de periodistas de Gaza para apoyarle.
Se casaron. Maha lleva trabajando cuatro años como periodista en Gaza, la operación militar israelí de 2014 fue su primera guerra como corresponsal. " Estalló la guerra en Gaza, nos habíamos casado hacía unas semanas. ¡En el hotel donde nos quedamos para trabajar nos dieron la habitación de luna de miel!", asiente Maha riéndose.
A Warif esos días de guerra en Gaza le llenaron de tristes recuerdos: Siria, la guerra, la muerte, la destrucción, habían vuelto a su vida. Después de la agresión israelí, el restaurante cerró.
Atrapado en Gaza
'Suriana'. Ese es el nombre que Warif le dio a su nuevo restaurante en Gaza. También está siendo un éxito aunque las familias gazatíes solo pueden costearse bocadillos de shawarma sirios.
"Yo ansío otra cosa", añade cabizbajo Warif. "Un restaurante grande, oriental, con comidas, dulces, con música y baile, pero aquí las costumbres son otras o incluso hay comidas que no puedo hacer porque no tengo los ingredientes. En Europa sí que podría ser creativo, pero no puedo salir de Gaza".
Warif está en medio de un gran problema: su pasaporte sirio caducó y no existe embajada siria a la que pueda acudir. Ha terminado pidiendo ayuda al ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. Al igual que otras 20 familias sirias en la franja de Gaza, Warif no es refugiado palestino, por lo que no reciben ninguna prestación de UNRWA, la Agencia de la ONU para Ayuda al Refugiado de Palestina en Oriente Medio.
"Después de una reunión con todas las familias sirias me pidieron que yo fuera el portavoz de la Agrupación de familias sirias en Gaza. Me encargo de hablar en los medios, de buscarles ayuda. En Ramadán, por ejemplo, hemos hecho visitas y atendido las necesidades. La verdad es que el pueblo gazatí es muy solidario con los sirios", asiente Warif.
Maha, en el séptimo mes de embarazo, porta la primera descendiente de la pareja. Será una chica pero no podrá tener un DNI palestino. " Después de la alegría de saber que estoy embarazada, especialmente porque será una niña, nos vemos con otro problema: nuestra hija no tendrá papeles sirios, no podemos salir de aquí. Tampoco tendrá DNI palestino porque su padre, Warif, no tiene DNI palestino".
Según la ley, con que uno de los padres tenga el DNI palestino sería suficiente para obtener la nacionalidad. Si embargo, ya se han dado dos casos en los que han nacido sin el reconocimiento de la ciudadanía. Nadie, de momento, ha recibido explicaciones.
La hija de Maha y Warif solo obtendrá una partida con la fecha de nacimiento. El fruto del amor entre dos personas atrapadas en la realidad del conflicto, será apátrida.