martes, 26 de julio de 2016

Israel busca construir 770 viviendas ilegales en Jerusalén

Israel busca construir 770 viviendas ilegales en Jerusalén

Israel busca construir 770 viviendas ilegales en Jerusalén

El proyecto del régimen israelí para construir unas 770 viviendas fue dado de alta este domingo por la comisión de urbanismo de la alcaldía de Jerusalén y Belén.
Según reportes de agencias, las recientes deliberaciones en la comisión de urbanismo municipal trató aspectos técnicos para la distribución del terreno adjudicado en un proyecto discutido con anterioridad.
Aunque pretenden comenzar con 770, el proyecto en realidad comprende un conjunto de unas mil 200 casas y será construido entre el asentamiento ilegal de Guiló, situado en el sur de Jerusalén y la localidad palestina de Bet Yala, al noroeste de Belén.
El terreno donde se prevé el nuevo asentamientos ilegal de viviendas será frente donde el régimen sionista completa un segmento del polémico muro de separación de Cisjordania.
La oficina municipal de Jerusalén aseguró que la alcaldía continúa trabajando de acuerdo al programa de desarrollo de la ciudad. De hecho estos planes se suman a otros tantos llevados a cabo por el régimen israelí que han resultado en un aumento drástico del número de asentamientos ilegales israelíes en Jerusalén y Cisjordania ocupadas.
FUENTE: AL MAYADEEN TV ESPAÑOL

Boicot Cultural a Israel

Niños frente a la puerta cerrada de la oficina de la Milagro Foundation de Santana al intentar entregar una petición para cancelar su concierto en Israel. El día 28 Junio miembros de Middle East Children’s Alliance (MECA) y Jewish Voice for Peace (JVP), intentaron entregar una petición firmada por 25.000 personas instando al músico Carlos Santana a respetar el llamamiento a un Boicot Cultural a Israel en apoyo a los derechos humanos de los palestinos, y cancelar su próximo concierto del 30 de julio en Tel Aviv.

Israel derriba doce viviendas en Cisjordania

Fuerzas israelíes demolieron hoy doce viviendas palestinas en el pueblo cisjordano de Qalandia, entre Ramala y Jerusalén, aseguraron hoy Efe fuentes palestinas. 

Las viviendas habían recibido órdenes de demolición por estar demasiado cerca del Muro de Apartheid israelí y no contar con licencias de construcción, según la agencia palestina de noticias "Ma'an".
El director de la oficina de medios de Qalandia, Bahi Jatib, señaló a Efe, sin embargo, que las casas fueron derribadas en virtud de un nuevo plan israelí para abrir un acceso en el muro que comunique con la carretera que va hacia Ramala.
Las demoliciones derivaron en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad israelíes y residentes de la localidad palestina, que trataron de impedirlas y lanzaron piedras y otros objetos, mientras los agentes usaban gases lacrimógenos y granadas sonoras.
El Ejército israelí negó a Efe que sus fuerzas hubieran llevado a cabo ninguna operación en la zona, mientras que la Policía declinó contestar y la Alcaldía de Jerusalén aseguró "no poder informar por no estar involucrada" en este asunto.
Fuentes médicas confirmaron a Efe que al menos tres palestinos resultaron heridos en los choques que siguieron a la demolición y, según asegura "Ma'an", entre ellos figura el líder del Consejo Local de Qalandia, Yusef Awadallah, que fue hospitalizado.
Fuente: Agencia EFE

Parlamentaria del ‘Green Party’ neozelandés se suma a Mujeres Rumbo a Gaza

La parlamentaria del Green Party (Partido Verde de Nueva Zelandia) Marama Davidson tomará parte en la singladura de un barco de la paz de mujeres a finales de septiembre para llamar la atención sobre la crisis humanitaria de Gaza, anuncia hoy su partido. 

Marama Davidson, parlamentaria del Green Party (Partido Verde de Nueva Zelandia) 
Israel mantiene un bloqueo sobre la Franja de Gaza por tierra, mar y aire desde 2006, con el resultado del derrumbe de los niveles de vida y los servicios de salud, altísimo desempleo, y aguda inseguridad alimentaria, según las Naciones Unidas.
“Mi participación en la flotilla “Mujeres Rumbo a Gaza” tiene por objeto poner de relieve el papel crucial de las mujeres en mantener sus comunidades a flote, particularmente en situaciones post-conflicto”, dijo la portavoz de derechos humanos del Partido Verde, Marama Davidson.
“El pueblo de Gaza todavía esta viviendo bajo el terrible impacto de la guerra del 2014 entre Israel y Hamas, que tuvo como resultado la muerte de 2,300 civiles y la destrucción de cientos de miles de hogares, así como escuelas y hospitales”.
“Como mujer indígena que soy, quiero alinearme con las mujeres de Gaza y llamar la atención sobre la crisis humanitaria continuada que allí se vive”.
“Muchas mujeres de todo el mundo soportan una carga desproporcionada cuidando de la gente y manteniendo sus comunidades unidas en tiempos de penurias, y eso mismo les ocurre a las mujeres palestinas. Desde hace tiempo se ha estado infravalorando el papel de la mujeres en su lucha contra la opresión y su trabajo por la paz y la justicia”.
“Se necesita más ayuda con urgencia para garantizar los derechos humanos fundamentales de la población palestina de Gaza y para ayudar a reconstruir los hogares, servicios públicos y medios de vida que fueron destruidos en 2014”.
“Hacemos un llamamiento a Israel para que ponga fin al castigo colectivo sobre el pueblo de Gaza levantando este bloqueo inhumano y permitiendo la llegada de suministros esenciales allí donde más se necesitan”, dijo la señora Davidson.

martes, 19 de julio de 2016

Agua para Israel pero no para los palestinos

Casi medio siglo después de la guerra de 1967 Israel no solo no ha cedido un ápice en su posición sobre el agua sino que ha incrementado la apropiación del vital líquido que hay en los territorios ocupados. Mientras los israelíes disponen del agua que precisan, los palestinos se tienen que contentar con la que les da el ejército, una situación que adquiere proporciones dramáticas en Gaza y en algunas zonas de Cisjordania.



Etadal Abu Oda, una mujer palestina de 57 años de edad, toma agua de un tanque en su casa en Beit Hanoun, en el norte de la Franja de Gaza. Mohammed ABED / AFP
RAMALA.– En los calurosos veranos, en numerosos lugares de los territorios ocupados, incluida Ramala, los palestinos abren los grifos pero no cae una gota de agua. Los grifos están secos. En otros lugares el agua circula pero es de muy poca calidad. A menudo ni siquiera es potable. Aunque los palestinos disponen de agua, Israel ejerce un férreo control del líquido y les limita el consumo según sus intereses.

La calidad del agua, especialmente en la Franja de Gaza, es pésima. Un reciente informe elaborado por la ONG israelí BTselem señala que el 90% del líquido al que tienen acceso los habitantes de la Franja no es potable y no es apta ni para el consumo ni para cocinar ni para ducharse ni para lavarse los dientes: está demasiado salada y sucia, además de contener un alto porcentaje de nitratos cancerígenos. Los cólicos y las enfermedades de la piel, entre otras, son moneda corriente.

Expertos independientes estiman que el 85% del agua procedente de los acuíferos de Cisjordania la extrae Israel y la suministra al interior de Israel y a los colonos judíos que viven en la propia Cisjordania. La cantidad de agua que consume Israel de esos acuíferos asciende al 25% de su consumo total.

Un sondeo realizado en 2013 señala que solo el 48% de los hogares palestinos de Cisjordania estaban satisfechos con la calidad del agua que reciben. En la Franja de Gaza, los hogares satisfechos apenas eran el 5,8%.

En cuanto al uso de agua con fines agrícolas, la situación también puede considerarse grave. Los agricultores palestinos que utilizan agua para esos fines son un porcentaje reducido que apenas puede irrigar una pequeña fracción de sus tierras.

En el Valle del Jordán viven 9.000 colonos judíos y las expropiaciones de tierra todavía continúan produciéndose en nuestros días. Solo esos 9.000 colonos, que en gran parte son agricultores, consumen el equivalente a la tercera parte de agua que consumen los 2,5 millones de palestinos que hay en toda Cisjordania, lo que da una idea de la asimetría que existe en relación a la distribución del agua.

Otro dato alarmante es el siguiente: los 350.000 palestinos de la ciudad de Nablus, al norte de Jerusalén, consumen tanta agua como 175 colonos judíos del Valle del Jordán, según los datos facilitados por Natasha Carmi, una experta de la delegación palestina para el agua que de tanto en tanto dialoga con Israel sin obtener ningún resultado.

En estas “negociaciones” las posiciones de Israel y Palestina no pueden estar más alejadas. Israel ha propuesto la creación de dos nuevas plantas desalinizadoras (Israel ya tiene cinco) que pagaría la comunidad internacional. “Nosotros las gestionamos y vosotros nos compráis el agua”, les dicen a los palestinos.

En este punto la posición de los palestinos es que ellos están dispuestos a conseguir que la comunidad internacional pague las plantas desalinizadoras, pero añaden: “Vosotros podéis quedaros con esa nueva agua y nos dais a nosotros el agua que nosotros tenemos debajo de nuestros pies”. Los israelíes rechazan esta propuesta.

En principio los palestinos no se niegan a suministrar agua adicional a Israel de los acuíferos de los territorios ocupados, pero lo condicionan a que se llegue a un acuerdo sobre este asunto entre las dos partes, y rechazan que Israel simplemente tome el agua que le apetezca sin dar cuenta a nadie de los que hace.

La posición de Israel es la de un país que considera que toda el agua de Israel y de los territorios ocupados le pertenece y es Israel quien graciosamente cede a los palestinos, cambio del dinero que ellos fijan, el agua que a ellos les parece. “En los acuíferos palestinos hemos invertido nosotros y por lo tanto esa agua es nuestra”, argumentan los israelíes.

Inmediatamente después de la guerra de 1967, durante la que Israel ocupó Cisjordania y Gaza, el ejército hebreo promulgó una serie de órdenes militares que le dieron el control de toda el agua. De hecho, ese conflicto llegó casualmente poco después de que en 1964 Israel iniciara el trasvase de agua del mar de Galilea hacia otras zonas del país. La guerra dio a Israel el agua del Golán.

Numerosos historiadores consideran que la guerra de 1967 fue en realidad un conflicto causado por Israel para hacerse con el control del agua. Desde hace medio siglo, los palestinos no han tenido tampoco acceso al agua del río Jordán, a pesar de que en gran parte discurre por su territorio.

Los palestinos exigen que se haga un “reparto equitativo” del agua disponible en la región, algo que los israelíes se niegan a discutir. De los tres acuíferos que hay en Cisjordania, el más productivo es el llamado Acuífero Occidental, que discurre a lo largo de la línea verde, es decir en una zona que comparten israelíes y palestinos. Sin embargo, el agua procedente del Acuífero Occidental se destina a uso exclusivo de Israel desde 1967.

El expolio ocurre en todos los frentes. Por ejemplo, el año pasado Israel declaró “tierra estatal” una de las zonas más ricas de agua de la Cisjordania ocupada, concretamente el área de Wadi Fuquin, que se encuentra en el departamento de Belén, al sur de Jerusalén. Esta medida impedirá a los campesinos locales obtener agua de esa zona.

Al mismo tiempo que roba el agua, Israel va dando largas a las reclamaciones palestinas con el argumento de que todo lo relacionado con el agua se discutirá cuando se aborde un acuerdo final de paz, algo que, por otra parte, los israelíes se niegan a negociar. Mientras tanto, la comunidad internacional, con Europa a la cabeza, se limita a hacer una declaración tras otra, todas ellas vacías de contenido, permitiendo que la situación se agrave de un año a otro.

Los acuerdos de Oslo de 1993 decían que no se adoptarán medidas unilaterales pero son papel mojado. Desde entonces la población palestina ha crecido significativamente por lo que los palestinos tienen que comprar más agua a Israel a los precios que Israel establece, sin que se les permita usar su propia agua.

La flotilla Mujeres rumbo a Gaza saldrá el 14 de septiembre desde Barcelona


El próximo 14 de septiembre partirá desde Barcelona una nueva Flotilla de la Libertad tripulada por mujeres. La flotilla Mujeres rumbo a Gaza, que forma parte de la Coalición de la Flotilla de la Libertad, ha comprado recientemente su primer barco, al que han puesto como nombre ‘Amal’ (esperanza en árabe), y partirá el próximo septiembre con el resto de embarcaciones de la Flotilla para denunciar el “ilegal e inhumano” bloqueo israelí a la Franja de Gaza, que ya dura 67 años.
Desde la Flotilla de la Libertad explican que en 1998, Barcelona firmó un acuerdo de triple hermanamiento con Gaza y Tel Aviv con el objetivo de participar en la construcción del proceso de paz impulsado por la Conferencia de Madrid y los Acuerdos de Oslo. Sin embargo, “desde el año 2000, Tel Aviv, tercer actor del hermanamiento, ha asesinado a más de 4.000 personas en la Franja de Gaza”, señalan.

Entre las mujeres que viajarán en este barco estarán Mairead Maguire –premio Nobel de la Paz y fundadora de la ONG Gente por la Paz–, la poeta y guionista Naomi Wallace, o Marama Davidson, miembro del Partido Verde de Nueva Zelanda. “Lanzando la flotilla de mujeres, mujeres de todo el mundo subrayarán la innegable contribución y el espíritu indomable de las mujeres palestinas, quienes han sido centrales en la lucha palestina en Gaza, en el West Bank y en la diáspora”, explican en un comunicado.
El próximo 12 de septiembre, el puerto de Barcelona será escenario de un festival de música y circo. El día 13 se organizarán talleres de resistencia no violenta y se hará una visita guiada a los barcos. El 14, día de partida de los barcos de la Flotilla, se celebrará en el puerto de Barcelona para despedir a las embarcaciones.
Está previsto que los barcos lleguen a Gaza el 1 de octubre, después de pasar por varios puertos del Mediterráneo.

miércoles, 6 de julio de 2016

El chef sirio que eligió refugiarse en Gaza y no en Europa

Warif decidió huir a Gaza para montar un restaurante pero, tras la destrucción de los túneles con Egipto y haber caducado su pasaporte sirio, se ha quedado atrapado allí. Tras casarse con Maha, una mujer palestina, esperan una hija que nacerá sin nacionalidad. Otra de sus opciones era Polonia: "En Gaza sentí que si me quedaba podría hacer algo, cambiar la cultura gastronómica, aportar algo bueno" 

Warif, el chef sirio de Gaza | Foto de Warif Hamido cedida a eldiario.es
Hay historias de amor que merecen un libro. Esta es una de ellas. Él es refugiado sirio, ella, palestina de Gaza. Para su futura hija ya han aparecido dos obstáculos: la guerra en Siria y la ocupación israelí de los territorios palestinos. Cuando él, Warif Qassem Hamido, decidió huir de Alepo, su familia hacía ya tres meses que había abandonado la ciudad, refugiándose en el campo. Warif, sin embargo, se había quedado a guardar los hogares de varias familias. Entonces desconocía que el final de su viaje se encontraba en Palestina.
"Era 2012. Tenía las llaves de diez casas. No había gas ni agua ni electricidad. Lo que hacía era ir de casa en casa y, cuando se acababa el agua o el gas, me iba a otra", explica Warif desde su apartamento en Gaza. Los bombardeos y también la amenaza de ser detenido por al-Assad llamaron a las puertas. Warif cogió sus cosas y se marchó rápidamente.
"Tenía miedo de que me detuvieran. Yo soy de una zona del campo norte de Alepo que generalmente son contrarios al régimen de Al Asad. Anduve 10 kilómetros junto a mi primo y un chaval que caminaba 200 metros delante de nosotros para ver si había controles militares", relata el sirio.
Warif recuerda que en esos momentos el aluvión de familias desplazadas empezaba a ser constante. " Huíamos por el llamado camino del horror hasta Mannagh donde hay una base aérea militar". "No era un lugar seguro porque había bombardeos, caían barriles ( se refiere a los barriles bomba lanzados por helicópteros), pero yo me sentía mejor porque estaba con familiares".
Al poco tiempo empezó a escasear el dinero, necesitaba un trabajo, así que se dirigió caminando a la frontera turca. " Quería buscar trabajo en Turquía donde pude entrar sin visado", apunta Warif. "Un día, un primo que estaba en Egipto me propuso ir a El Cairo. Me hice con un billete y crucé el Mediterráneo en barco".
Warif tenía entonces 32 años. En Alepo había sido jefe de un restaurante en pleno centro de la ciudad. Su madre había muerto hace años, al igual que su padre, que falleció en un accidente, por lo que el joven se hacía cargo de todos los hermanos y hermanas a los que dejaba atrás en busca de una nueva oportunidad.
Por qué escogió Gaza
"Durante mi viaje en barco a Egipto vi la plataforma de gas 'Marine Gaza', la extracción de gas israelí", resalta Warif. "En esos momentos él nunca imaginó que terminaría viviendo en la pequeña franja de Gaza que divisaba a lo lejos, frente a la planta de gas de la plataforma continental palestina ocupada por israelíes.
"Al llegar a Egipto me deprimí muchísimo. Empecé a trabajar en un café muy pequeño, con café, té y narguiles", detalla. En Alepo, Warif había sido uno de los chefs más reputados, por eso no es de extrañar que en poco tiempo se le presentaran dos oportunidades: una en Polonia y otra en Gaza.
"Me topé con un palestino que buscaba un chef para un restaurante nuevo en Gaza. Era principios de 2013, había túneles, todo andaba mejor en Gaza. Junto a un amigo sirio, Anas, que se moría por salir de Egipto, fuimos al-Arish con una mochila cada uno y nos metimos en un túnel". Warif aclara que un sello con la entrada en territorios ocupados palestinos podría causarles problemas en Siria, de ahí que decidieran entrar vía túnel.
" En Gaza sentí que si me quedaba podría hacer algo, quizás cambiar la cultura gastronómica, aportar algo bueno. Acepté quedarme en Gaza. En Polonia quizás iba a estar todo el tiempo del trabajo a casa, y está la diferencia del idioma. Además, un tío mío conoce a gente en la franja y me aconsejó que me quedara ahí. Había túneles y se podía salir y entrar", afirma Warif.
Los túneles, vías respiratorias de la franja, fueron destruidos y cerrados ese mismo año tras la caída del Gobierno egipcio de Mohamed Mursi. Al chef poco parecía preocuparle, le iba bien. El restaurante atraía a muchas familias y jóvenes gazatíes. A él llegaron decenas de periodistas palestinos atraídos por el éxito del 'chef sirio de Gaza'.
Maha y Warif caminan por el campo de la franja de Gaza. | Foto cedida por la pareja a eldiario.es
Maha y Warif caminan por el campo de la franja de Gaza. | Foto cedida por la pareja a eldiario.es
Warif encuentra a Maha
"Un día me dijeron que una periodista quería entrevistarme. Maha estaba con su camarógrafo, me dijo que antes de entrevistarme quería comer. Era muy simpática, había algo en ella", dice Warif sonriente.
Después de la entrevista, Maha y Warif chatearon de vez en cuando a través de las redes sociales. Warif le contaba la historia de su huida y cómo uno de sus hermanos logró cruzar el Mediterráneo y llegar a salvo a Alemania.
"Un día le comenté que quería hablar con ella cara a cara y quería que se lo comentara a su familia. Así que nos encontramos en un café y le dije que la quería y que quería continuar mi vida con ella", cuenta el chef.
Ella, que compartía el sentimiento, aceptó. El padre de Maha empezó a preguntar mucho sobre Warif: quién era él, qué amigos tenía en Gaza, qué hacía antes en Siria, incluso llegó a contactar con un tío de Maha que vivía en el campo de refugiados palestinos de Yarmuk en Siria. El día en el que fue a pedir la mano de Maha, a Warif le acompañó un séquito de periodistas de Gaza para apoyarle.
Se casaron. Maha lleva trabajando cuatro años como periodista en Gaza, la operación militar israelí de 2014 fue su primera guerra como corresponsal. " Estalló la guerra en Gaza, nos habíamos casado hacía unas semanas. ¡En el hotel donde nos quedamos para trabajar nos dieron la habitación de luna de miel!", asiente Maha riéndose.
A Warif esos días de guerra en Gaza le llenaron de tristes recuerdos: Siria, la guerra, la muerte, la destrucción, habían vuelto a su vida. Después de la agresión israelí, el restaurante cerró.
Atrapado en Gaza
'Suriana'. Ese es el nombre que Warif le dio a su nuevo restaurante en Gaza. También está siendo un éxito aunque las familias gazatíes solo pueden costearse bocadillos de shawarma sirios.
"Yo ansío otra cosa", añade cabizbajo Warif. "Un restaurante grande, oriental, con comidas, dulces, con música y baile, pero aquí las costumbres son otras o incluso hay comidas que no puedo hacer porque no tengo los ingredientes. En Europa sí que podría ser creativo, pero no puedo salir de Gaza".
Warif está en medio de un gran problema: su pasaporte sirio caducó y no existe embajada siria a la que pueda acudir. Ha terminado pidiendo ayuda al ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. Al igual que otras 20 familias sirias en la franja de Gaza, Warif no es refugiado palestino, por lo que no reciben ninguna prestación de UNRWA, la Agencia de la ONU para Ayuda al Refugiado de Palestina en Oriente Medio.
"Después de una reunión con todas las familias sirias me pidieron que yo fuera el portavoz de la Agrupación de familias sirias en Gaza. Me encargo de hablar en los medios, de buscarles ayuda. En Ramadán, por ejemplo, hemos hecho visitas y atendido las necesidades. La verdad es que el pueblo gazatí es muy solidario con los sirios", asiente Warif.
Maha, en el séptimo mes de embarazo, porta la primera descendiente de la pareja. Será una chica pero no podrá tener un DNI palestino. " Después de la alegría de saber que estoy embarazada, especialmente porque será una niña, nos vemos con otro problema: nuestra hija no tendrá papeles sirios, no podemos salir de aquí. Tampoco tendrá DNI palestino porque su padre, Warif, no tiene DNI palestino".
Según la ley, con que uno de los padres tenga el DNI palestino sería suficiente para obtener la nacionalidad. Si embargo, ya se han dado dos casos en los que han nacido sin el reconocimiento de la ciudadanía. Nadie, de momento, ha recibido explicaciones.
La hija de Maha y Warif solo obtendrá una partida con la fecha de nacimiento. El fruto del amor entre dos personas atrapadas en la realidad del conflicto, será apátrida.
Fuente: Isabel Pérez, El Diario - España

Israel: ante pedrada palestina, disparar a muerte

Para desconcierto de muchos ciudadanos del mundo, durante el 2016 se ha constatado cómo los soldados israelíes, explotando sin vacilar una autorización oficial, pueden disparar a matar contra palestinos por el sólo hecho de lanzarles piedras. 

Como consecuencia, en los pasados ocho meses muchos de los 214 palestinos que han muerto a manos de los efectivos israelíes perdieron la vida en hechos que, en casi cualquier otro lugar del mundo, se hubieran resuelto sin sangre.
Como escenario de fondo, durante este tiempo se incrementaron los ataques a israelíes (muchos de ellos militares) realizados a modo personal y con armas blancas por palestinos, principalmente adolescentes.
El resultado casi inevitable viene en forma de disparos letales por parte de soldados y policías israelíes.
Resulta difícil imaginarse un escenario en el cual un soldado entrenado, con chaleco antibalas, casco, y quien probablemente sabe Krav Maga (arte marcial israelí), no sea capaz de controlar a una mujer o un adolescente armado con un cuchillo de cocina, comentan para Prensa Latina analistas regionales.
Sin embargo, el resultado visto tantas veces es que el uniformado opta por disparar a matar.
Ahora, presionado por una demanda judicial de la Organización No Gubernamental (ONG) Adalah, las autoridades de Israel divulgaron parte de los procedimientos en vigor que permiten a la Policía y el Ejército disparar con balas de combate a civiles palestinos.
El uso de fuego real, según revela esa ONG (Centro Legal para los Derechos de las Minorías Árabes en Israel), puede constituir la primera respuesta de los soldados israelíes ante palestinos que lancen piedras, bombas artesanales o bengalas, sin que medien intentos de detener esas acciones con medios no letales.
Las nuevas regulaciones, autorizadas por el Fiscal General, Avichai Mandelblit, permiten incluso realizar disparos letales a quienes "estén a punto de lanzar" fuegos artificiales, bombas caseras (generalmente cocteles molotov), o piedras usando hondas.
Tras publicarse los procedimientos desclasificados en esta ocasión, Adalah advierte que quedan partes de las regulaciones que permanecen como secreto, entre ellas las normas de empleo de los fusiles Ruger (de francotirador) y el manejo autorizado a las autoridades para delitos relacionados con asuntos de seguridad.
Al comentar el contenido de los textos hechos públicos ahora, el abogado Mohamed Basam, a cargo de la petición de la ONG, aseguró que las normativas en vigor desde diciembre de 2015 permiten a la Policía de Israel comportarse de una manera criminal y descontrolada.
Las posibilidades de que el lanzamiento de piedras o el disparo de bengalas representen un peligro real para la vida (de los uniformados) son extremadamente remotas, y no hay duda de que esos incidentes se pueden manejar con el uso de medios no letales.
Tratar esos incidentes como si fueran acciones de guerra representa un peligro mortal para los jóvenes palestinos, contra quienes, enfatizó Basam, fueron redactadas específicamente esas regulaciones.
No obstante, según comentan expertos en política regional, es poco probable que la divulgación de normas cuyo seguimiento se observa desde hace meses en las calles de Israel, pueda detener el derramamiento de sangre de ciudadanos de un país ocupado.
Fuente: Manuel Vazquez, Agencia Prensa Latina

Israel obligada a revelar normas para disparar a palestinos que tiren piedras

Según el documento, la Policía y otras fuerzas pueden abrir fuego como primera respuesta al lanzamiento a sus agentes de piedras o artefactos, incluidos petardos. 

Las autoridades israelíes, obligadas por un tribunal, han revelado las normas para disparar fuego real a quienes lancen piedras a las fuerzas de seguridad, generalmente jóvenes palestinos, informó hoy el diario israelí Haaretz.
Según el documento, la Policía y otras fuerzas pueden abrir fuego como primera respuesta al lanzamiento a sus agentes de piedras o artefactos, incluidos petardos.
Además, también están autorizados a disparar a una persona cuando perciban claramente que esta va a lanzar o está a punto de encender un artefacto incendiario o a disparar cohetes apuntando directamente.
La regulación también establece que tirar piedras utilizando un tirachinas justifica disparar con munición real, recoge el rotativo.
La Policía israelí se ha negado a revelar otras partes del procedimiento para abrir fuego, entre las que figura la regulación para el uso de los rifles Ruger.
Israel aprobó el pasado septiembre una nueva normativa para permitir la apertura de fuego, pero se negó a dar detalles sobre la misma, declarándola información clasificada.
Ayer, el Tribunal del Distrito de Lod permitió conocer los detalles de esa regulación en respuesta a una petición de la ONG Adalah, que defiende los derechos de las minorías en Israel.
El abogado Mohamed Basam, que redactó la petición de la ONG, dijo que la nueva norma "permite a la Policía comportarse de una manera desenfrenada y criminal".
"Las posibilidades de que el lanzamiento de piedras o disparo de cohetes constituyan un peligro para la vida son extremadamente remotas y no hay duda de que este tipo de incidentes se pueden manejar por medios no letales", añadió.
Basam reprochó que la normativa clasifique esos sucesos "como actividades bélicas, otorgando legitimidad para pulsar rápidamente el gatillo y permitir que jóvenes palestinos resulten heridos y muertos".
El abogado señaló que la norma contradice las instrucciones generales existentes, que solo permiten el uso de armas letales cuando hay un temor real de daño a una fuerza de seguridad y no hay otra forma posible de evitarlo.
"Está claro que el reglamento no está dirigido en general a quienes lanzan piedras, sino que fue escrito específicamente en referencia a los adolescentes palestinos", añadió Basam.
Fuente: Agencia EFE

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