viernes, 30 de julio de 2021

Juana Ruíz, el gobierno español debe reclamar su liberación. Preguntas del BNG al gobierno español


 

Juana Ruíz, el gobierno español debe reclamar su liberación. 

Sigue la petición popular de fondos para sufragar su defensa

El diputado Néstor Rego Candamil, del Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha hecho unas preguntas al 
gobierno español el 26 de julio, reclamando que éste haga lo necesario para lograr la liberación de Juana Ruíz, presa por el régimen colonial israelí. 

Por otro lado, se ha alcanzado el 50% de la cantidad necesaria para sufragar su defensa ante el tribunal militar israelí. Pero todavía falta el otro 50%. Estás a tiempo de ayudar. Haz tu aportación aquí 

Las preguntas al gobierno son éstas: 

"1. ¿Qué actuaciones ha llevado a cabo el Gobierno de España y concretamente el Ministerio de Asuntos Exteriores para lograr la liberación de Juana Ruíz Sánchez? 

2. ¿Considera adecuado el Gobierno someter a la jurisdicción militar a una trabajadora de una Organización No Gubernamental que colabora con causas humanitarias en los territorios palestinos? 

3. ¿Condenará el Gobierno del Estado Español esta acción del Gobierno Israelí frente a una nacional española sometida a un juicio militar sin las debidas garantías y que no respeta sus derechos fundamentales? "

​Pregunta integra


jueves, 29 de julio de 2021

Más componentes de Siemens se dirigen al Sáhara Occidental




WSRW ha recibido imágenes de equipos amarrados en la bodega de un barco que se dirige de Bilbao al Sahara Occidental ocupado.

Western Sahara Resource Watch (WSRW) ha recibido imágenes del equipo que se cargó en la bodega del carguero Johannes, justo antes de su salida de Bilbao, España, el 21 de julio. La carga está ahora camino del Sáhara Occidental donde se montará como parte de un gran proyecto de molinos de viento en virtud de un contrato con la potencia ocupante del territorio, Marruecos.

Las imágenes muestran que al menos dos "pisos" de la bodega están llenos, con alrededor de 20 piezas grandes, cada una del tamaño de un automóvil. El equipo consta de diferentes elementos clave para los molinos de viento. Johannes llegó a Bilbao el 18 de julio para cargar este material.

Según lo que Western Sahara Resource Watch ha podido saber, el barco se dirige ahora a Tánger, Marruecos, para cargar palas de la fábrica local de Siemens-Gamesa, antes de que continúe hasta El Aaiún en los territorios ocupados.

Este es el tercer viaje que Johannes realiza con componentes para el parque eólico Siemens Energy/Enel en el transcurso del último mes. En junio/julio de 2021, el mismo buque ya realizó dos transportes con mástiles desde Motril hasta El Aaiún.

El controvertido envío está teniendo lugar al mismo tiempo que otros dos o tres episodios relacionados, todos a bordo de la misma flota con bandera holandesa de la compañía naviera alemana Briese Schiffahrts::

  • El carguero Aramis se dirige hacia El Aaiún tras recoger mástiles en Motril, sur de España. Este es el segundo viaje del Aramis con la misma carga. WSRW ya documentó el primer envío del barco el 8 de julio. Aramis partió a última hora de la noche, el 20 de julio, y está previsto que llegue a El Aaiún el 24 de julio. Los movimientos de la embarcación se pueden seguir en Marinetraffic.
  • El carguero Breb Countess llegó al puerto de Dakhla el 5 de julio después de haber recogido la carga en Iskenderun, Turquía. Es probable que hace poco haya descargado parcialmente durante una estancia en el puerto de Dakhla, ya que su calado cambió de 6,8 a 6,5 ​​metros. El barco ahora está esperando, anclado, delante de la península de Dakhla.
  • WSRW aún no tiene la certeza de si existe conexión con el Sáhara Occidental, pero el carguero Treville (OMI 9815331) partió del puerto de Motril el 18 de julio con dirección a Iskenderun, Turquía. Tanto el puerto de Motril como Iskenderun han exportado productos para el proyecto energético de Siemens-Gamesa durante las últimas semanas.


En total, WSRW lleva documentados seis envíos de componentes de molinos de viento que llegan a los territorios ocupados desde finales de junio de 2021.

En septiembre de 2020, Siemens-Gamesa anunció que había recibido un nuevo pedido masivo que abarcaba el "suministro, transporte, instalación, puesta en marcha y pruebas de 87 unidades del aerogenerador SG 3.4-132 y un contrato de servicio de 5 años" para lo que la compañía denomina "el parque eólico de Boujdour, ubicado en el sur de Marruecos".

Marruecos ha ocupado ilegalmente la mayor parte del Sáhara Occidental desde 1975 e instala infraestructura energética en el territorio, en violación del derecho internacional.

miércoles, 28 de julio de 2021

2021, el año del apartheid israelí

 


2021, el año del apartheid israelí

Más de 1000 académicos, artistas e intelectuales han firmado una "Declaración sobre la represión y el castigo del crimen de apartheid en la Palestina histórica", en una señal de la creciente aceptación del término en Occidente.

Por Ahmed Abbes y Jonathan Rosenhead 

Publicado en Mondoweiss el 27 de julio de 2021 

Traducción: CSCA

Cuando en unos años los historiadores analicen el año 2021 en Israel, es una apuesta segura que el tema saliente no será el COVID-19 o la salida de Netanyahu, sino el del apartheid. El año comenzó el 12 de enero con la publicación del informe de B'Tselem Un régimen de supremacía judía desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo: esto es apartheid . Tres meses después, el 27 de abril, Human Rights Watch hizo hincapié con la publicación de su informe Un umbral cruzado: las autoridades israelíes y los crímenes de apartheid y persecución . Solo dos meses después, el 6 de julio, más de 600 académicos, artistas e intelectuales de más de 45 países emitieron una Declaración pidiendo el desmantelamiento del régimen del apartheid en la Palestina histórica. Desde entonces, el número de signatarios ha crecido de manera constante y ahora ha alcanzado los 1.000, incluidos ganadores del Premio Nobel, destacados académicos y artistas.

El apartheid es un crimen. Ha sido reconocido internacionalmente como tal desde el 30 de noviembre de 1973, cuando la Asamblea General de la ONU adoptó la “ Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid ”. En el Estatuto de Roma de 2002, que estableció la corte penal internacional, el apartheid se especifica como un crimen de lesa humanidad “cometido en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemática por un grupo racial sobre otro grupo o grupos raciales y cometido con la intención de mantener ese régimen ".

El encaje con las leyes y políticas discriminatorias de Israel contra los palestinos es manifiesto y, sin embargo, durante décadas fue prácticamente imposible de reconocer públicamente. Cuando el presidente Jimmy Carter en 2006 se atrevió a publicar un libro sobre Israel con "apartheid" en su título, hubo un alboroto. Cuando más de una década después, un estudio de la ONU llegó a la misma conclusión (" Prácticas israelíes hacia el pueblo palestino y la cuestión del apartheid ", Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (CESPAO), 2017), la reacción fue convulsiva. La indignación de los organismos y países que apoyan a Israel por el uso de la palabra "A" llevó a una directiva del secretario general de la ONU de que se retirara el informe; y la directora ejecutiva de la CESPAO, Rima Khalaf, renunció en lugar de implementar esta instrucción.

En 2021, el año del apartheid israelí, ese atasco de troncos se ha roto. Este año, las sociedades civiles del mundo han tenido suficiente . En todos los países y continentes, en todos los grupos de edad y etnias, las marchas, los manifiestos, las tribunas abiertas, las mociones aprobadas de manera abrumadora se han convertido en un torrente. Y la práctica israelí del apartheid se suma ahora a sus violaciones del derecho internacional en la presión irresistible para la acción internacional.

La Declaración sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid en la Palestina Histórica , ahora con un peso impresionante de mil prominentes patrocinadores , se sumará a esa presión. Entre sus signatarios se encuentran la exdirectora ejecutiva de la CESPAO, Rima Khalaf, y los autores del informe de la CESPAO, Richard Falk y Virginia Tilley, así como los premios Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y Mairead Maguire, el Premio Nobel de Química George Smith, académicos con experiencia jurídica Monique Chemillier-Gendreau y John Dugard, los eruditos Bertrand BadieÉtienne BalibarHagit BorerIvar EkelandSuad JosephEdgar MorinNurit Peled-ElhananJacques RancièreRoshdi Rashed y Gayatri Spivak, el investigador de salud Sir Iain Chalmers, el compositor Brian Eno el músico Roger Waters, el autor Ahdaf Soueif, economista y ex Subsecretario general de la ONU Sir Richard Jolly, exvicepresidente del Parlamento Europeo Luisa Morgantini, político sudafricano y veterano líder anti-apartheid Ronnie Kasrils y la activista por la paz canadiense y exlíder nacional del Partido Verde de Canadá, Joan Russow.

Los patrocinadores declaran su rechazo categórico al régimen de apartheid establecido en el territorio de la Palestina histórica e impuesto al pueblo palestino en su conjunto, incluidos los refugiados y exiliados dondequiera que se encuentren en el mundo.

Piden el desmantelamiento inmediato de este régimen de apartheid y el establecimiento de un arreglo constitucional democrático que otorgue a todos sus habitantes los mismos derechos y deberes, independientemente de sus identidades raciales, étnicas y religiosas, o preferencias de género, y que respete y haga cumplir el derecho internacional y convenciones humanas y, en particular, da prioridad al derecho de retorno largamente diferido de los refugiados palestinos expulsados ​​de sus ciudades y pueblos durante la creación del Estado de Israel y posteriormente.

Urgen a sus gobiernos

  • poner fin de inmediato a su complicidad con el régimen de apartheid de Israel;
  • a unirse para pedir el desmantelamiento de las estructuras del apartheid y su sustitución por una gobernanza democrática igualitaria que trate a todos los sujetos a su autoridad de acuerdo con sus derechos y con pleno respeto por su humanidad; y
  • apoyar esta transición necesaria de una manera sensible al derecho a la libre determinación del que disfrutan ambos pueblos que actualmente habitan la Palestina histórica..
  • Declaración sobre la represión y el castigo del crimen del aparheid en la Palestina histórica

¿Quién mató a Ben Barka? Sergi Camarasa




Revista Política, de Izquierda Republicana, nº 76, Julio 2021

El 29 de octubre de 1965 el político socialista marroquí llegó al aeropuerto de París. Ese día había quedado para comer a las doce del mediodía en la Brasserie Lipp con Georges Figon, un misterioso personaje que se había presentado como productor, con Georges Franju, un afamado director de cine, y con Philippe Bernier, un periodista de izquierdas, con quienes tenía que ultimar los detalles de un documental dedicado a la descolonización que sería estrenado en la Primera Conferencia Tricontinental. De camino a la reunión quedó con Thami Azzemuri, un marroquí estudiante de historia en la Universidad de la Sorbona, que le acompañaría hasta el restaurante. En la puerta del Lipp dos policías identificaron a Ben Barka y le introdujeron en un coche. Nunca más se ha vuelto a ver al político marroquí. A Azzemuri le dejaron marchar. De no haber sido por este “error” no habría existido el “affaire” Ben Barka.

Una dinamo política
Mehdi Ben Barka nació en Rabat en 1920 en el seno de una familia humilde. Brillante estudiante, fue el primer marroquí en graduarse con matrícula de honor y en 1942 el primero en licenciase en matemáticas, estudios que cursó en la Universidad de Argel. Después de la guerra fue profesor del Colegio Real de Rabat donde tuvo como alumno a Mulay Hassan, primogénito de Mohamed V y futuro Hassan II. Vinculado desde muy joven al movimiento nacionalista marroquí, su enorme capacidad de trabajo hizo que sus compañeros le llamaran la dinamo. En 1944 fue el más joven firmante el manifiesto del Istiqlal, piedra angular del nacionalismo marroquí. Sus diferencias con la administración francesa le supusieron dos condenas de prisión. En 1948 formó parte de la misión de información marroquí ante la ONU y en 1955, siendo ya considerado el político predilecto entre las clases populares marroquís, participó en la conferencia de Aix-les-Bains en la que Francia reconoció la independencia de Marruecos. 

La llegada de la independencia fue decepcionante para Ben Barka. Nombrado presidente de una Asamblea Consultiva sin poderes, denunció la corrupción del Istiqlal y desafió al poder feudal restaurado reclamando una nueva constitución social y progresista. En 1959 fue uno de los fundadores la Unión Nacional de Fuerzas Populares (UNFP), de inspiración socialista. Aunque reafirmó su lealtad al soberano fue condenado a muerte por las fuerzas reaccionarias y se vio obligado a exiliarse por primera vez. En 1961, con la muerte de Mohamed V y el acceso al trono Hassan II, regresó a Marruecos donde sufrió un intento de atentado. Su victoria en las elecciones de 1963, en las que la oposición de izquierdas consiguió el 66% de los votos, desencadenó una brutal represión de las fuerzas conservadoras. Ben Barka, que se encontraba en Oriente Medio, fue condenado de nuevo a muerte y se vio obligado a exiliarse por segunda vez. 

Desde su exilio en Ginebra y en El Cairo su actividad política como líder anticolonialista se intensificó. En 1963 fue uno de los encargados de distribuir la ayuda económica del fondo de solidaridad creado por la URRS y por China para promover la independencia de los países de África y de Asia y en 1965 fue nombrado presidente del comité preparatorio de la Primera Conferencia Tricontinental que se celebraría en La Habana en enero de 1966. Si Patrice Lubumba era un símbolo de la independencia nacional Ben Barka se había convertido en el estratega de la revolución. La CIA norteamericana y el Mosad israelí estaban, por lo menos, al corriente. 

Los sucesos de Casablanca de abril de 1965, en los que miles de manifestantes que protestaban bajo el lema “¡basta de mezquitas queremos escuelas!” fueron duramente reprimidos causando 2.000 muertos en dos días, precipitaron los acontecimientos en Marruecos. La monarquía, aparentemente horrorizada por el fracaso de los métodos de sus halcones de Rabat, pareció buscar un acercamiento a los partidos de izquierda. Hassan II hizo llegar un mensaje a su antiguo profesor de matemáticas: “SM tiene que resolver una ecuación”. Ben Barka aceptó. Las fuerzas reaccionarias, encabezadas por el siniestro ministro del interior, el general Mohamed Ufkir, enemigo personal de Ben Barka y partidario de un acercamiento a los Estados Unidos, actuarían simultáneamente. De grado o por fuerza.

Las cloacas de la V República 
El testimonio de Azzemuri la misma noche de la desaparición provocó un escándalo en la prensa que tuvo fuertes repercusiones internacionales que convulsionaron a Francia a dos meses de las elecciones presidenciales en las que De Gaulle se presentaba para un segundo mandato. La Policía francesa y el ministro del interior francés, Roger Frey, supieron muy pronto lo que había sucedido. George Figon, en realidad un expresidiario con oscuras vinculaciones con los servicios secretos franceses, y Antoine Lopez, jefe de escala del aeropuerto de Orly y agente informador del Servicio de Información Exterior y de Contraespionaje (SDECE) -conocido como “la Piscina”-, habían intervenido en la operación. Ambos actuaban a las órdenes de Miloud Tounzi “Chtuki”, agente del espionaje marroquí, quien a su vez actuaba a las órdenes Ufkir. Desde meses antes Figon y el periodista Bernier habían mantenido contactos con Ben Barka con el pretexto de realizar un documental dedicado a la descolonización. Ben Barka había sido detenido por Louis Souchon y Roger Voitot, dos agentes de la brigada de estupefacientes de París quienes conocían a Lopez por operaciones antidroga. Después de la detención Ben Barka fue trasladado a la villa de George Boucheseiche, un mafioso también vinculado con los servicios secretos franceses, en Fontenay-le-Vicomte a 30 kilómetros de París. 

El día 30, Ufkir y el coronel Ahmed Dlimi, jefe de la policía marroquí, llegaron a París en visita extraoficial y estuvieron en la villa de Boucheseiche donde interrogaron a Ben Barka y probablemente le asesinaron. En la madrugada del día 31 varios aviones salieron del aeropuerto de Orly bajo la atenta supervisión de Lopez. En dos de ellos Ufkir y Dlimi abandonaron París. A pesar de que elementos del gobierno francés supieron todos los detalles pocas horas después del secuestro no se tomaron medidas inmediatas. Incluso Ufkir volvió a París el día 4 de octubre en visita oficial. Sólo después de su salida, el día 5, y por orden del juez instructor no de la Policía, se difundió orden de busca y captura de todos los implicados. Hasta el 13 de noviembre la Policía guardó secreto de la información que tenía y de su implicación en los hechos.

Las investigaciones revelaron que el SDECE había tenido conocimiento de los preparativos del secuestro desde meses antes. Lopez, que pasaba amplias temporadas en Marruecos y que estaba muy bien relacionado con las autoridades del país, había informado de las intenciones de los marroquís desde sus primeros contactos con Ufkir en el mes de mayo anterior. La participación de Figon y de la banda del mafioso Boucheseiche sugiere la intervención en el secuestro de las conocidas como “policías paralelas” francesas, también conocidas como el Servicio de Acción Cívica (SAC), unas estructuras oficialmente inexistentes especializadas en toda clase de operaciones ilegales de guerra sucia, especialmente activas unos años antes en la lucha contra el FLN argelino y la OAS, cuyos integrantes eran conocidos como los “barbouzes”. Figon era protegido de Pierre Lemarchand, diputado Gaullista y amigo del ministro del interior Roger Frey desde los tiempos de la lucha contra la insurgencia argelina y la OAS, y supuestamente uno de los jefes del SAC. A Jacques Foccart, conocido como “Monsieur Afrique”, el todopoderoso secretario del Elíseo para los asuntos africanos y hombre de absoluta confianza de De Gaulle, se le atribuía la jefatura suprema de las policías paralelas.

El proceso judicial la “grande bagarre” 
A pesar de que el aparato de seguridad francés supo todo lo ocurrido pocas horas después de la desaparición la Audiencia Territorial de París inició un procedimiento contra autor desconocido y tardaría dos meses en reconstruir los hechos. 

Durante el juicio Lopez declaró haber sido engañado por los marroquís quienes le habían asegurado que el objetivo de la operación era propiciar una reunión de Ben Barka con importantes políticos marroquís en territorio francés. Dado que él había informado al SDECE desde el primer momento creyó que la operación estaba cubierta. La evidencia de que “La Pisicina” estuvo al corriente de los preparativos obligó a procesar a Marcel le Roy “Finville”, el agente controlador de Lopez en el SDECE, que tras reconocer los hechos mantuvo que en todo momento había actuado en cumplimiento de las órdenes recibidas. El general Paul Jacquier director del SDECE reconoció ante el tribunal que conocieron la operación desde el principio y que incluso tuvieron confirmación el día de su ejecución. Pero sus alegaciones de imprecisión en los informes de Lopez y de confusas ineficiencias administrativas bastaron a los jueces para no imputarle. Sólo una medida política, su destitución del cargo, y la reestructuración del SDECE, decretadas por De Gaulle, que había revalidado su mandato en diciembre de 1965, fueron las consecuencias de las declaraciones de Jacquier. 

Por su parte Socuhon declaró que a su vez fue engañado por Lopez. Voitot, su compañero, actuó bajo sus órdenes. Lopez le aseguró que la operación estaba cubierta por el SDECE, e incluso que el mismo Jacques Foccart “estaba en el ajo”, afirmación que hizo recorrer un escalofrío por la sala de la Audiencia de París. Durante la instrucción declaró haber recibido una llamada de Jacques Aubert, director del gabinete del ministro del interior, en la que se daba luz verde a la operación, aunque durante el juicio se retractó. Las declaraciones de altos cargos del gobierno, entre ellos del primer ministro Georges Pompidou y del ministro del interior Frey, y altos cargos de la Policía revelaron evidentes contradicciones y falsedades, pero finalmente los jueces no ampliaron las imputaciones. 

Los vinculados a las policías paralelas –los intocables de De Gaulle- no comparecieron ante el tribunal. Boucheische y su banda abandonaron París el 31 de octubre con destino a Marruecos y Figon, a pesar de continuar en París, incomprensiblemente no pudo ser encontrado por la Policía aunque sí por la prensa desde la que multiplicó sus provocativas declaraciones hasta que tres meses después, acosado y desesperado al comprender que no estaba cubierto por su participación en los hechos, apareció muerto, oficialmente suicidado, en un apartamento de París. Lemarchand, a pesar de que numerosos indicios le situaban en el centro de la parte francesa de la operación, negó cualquier implicación y no fue imputado.

Con el juicio visto para sentencia, Ahmed Dlimi viajó a París y compareció ante el tribunal, lo que obligó a celebrar de nuevo el juicio que en su segunda edición ya no tuvo la expectación del primero. La coartada de Dlimi, cuidadosamente construida, de su estancia en París el día de 30 de octubre fue aceptada por los jueces. El día 5 de junio de 1967, casi dos años después de la desaparición y tras haber interrogado a más de 200 testigos, el tribunal dictó sentencia. Solo tres acusados fueron condenados: Antoine Lopez a ocho años de prisión, Louis Socuchon a siete y Mohamed Ufkir a cadena perpetua en rebeldía. Bernier, Voitot, Finville, El Mahi -un policía marroquí agregado a la embajada- y Dlimi fueron absueltos. Las obstrucciones de la administración francesa y la connivencia de los jueces sirvieron de eficaz cortafuegos. La V República, y sus secretos inconfesables, habían triunfado. 

55 años después el caso sigue abierto en el Tribunal de Supremo de París. El Instituto Mehdi Ben Barka-Memoria Viva y la familia del político marroquí siguen luchando para esclarecer las responsabilidades penales y políticas que envolvieron el secuestro y desaparición. Razones de Estado siguen impidiendo la colaboración de quienes podrían arrojar luz sobre el caso. Pero más allá, el ejemplo y el sacrificio del líder anticolonialista magrebí deben de seguir vivos en la memoria y en el camino de los insurgentes.

martes, 27 de julio de 2021

Los bombardeos israelíes de Gaza, maniobra de distracción

 

Solo en el mes de julio la aviación israelí ha bombardeado la Franja de Gaza en dos ocasiones. El pretexto es el lanzamiento de algunos globos incendiarios por parte de las milicias palestinas. Este tipo de actividad militar tiene por objetivo apartar la atención de la continua expansión colonial israelí por la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén.


EUGENIO GASCÓN

Los bombardeos de la aviación israelí sobre la Franja de Gaza se repiten con una periodicidad de algunos días, ahora en respuesta al lanzamiento de globos incendiarios por parte de las milicias palestinas, globos que en ocasiones causan pequeños incendios en los campos de cultivo de los agricultores de la zona.Leer más...

domingo, 25 de julio de 2021

Una colaboración eficiente y mortal La Autoridad Palestina y la represión

 

Una colaboración eficiente y mortal

La Autoridad Palestina y la represión

María Landi

https://mariaenpalestina.wordpress.com/author/mariaenpalestina/

 

A las 3:30 de la madrugada del jueves 24 de junio, unos 25 efectivos uniformados, enmascarados y fuertemente armados irrumpieron en una vivienda palestina en el pueblo de Dura, al suroeste de Hebrón, en Cisjordania ocupada. Tras derribar la puerta y romper ventanas, los efectivos se abalanzaron sobre el activista Nizar Banat, todavía semidormido, rociaron su rostro con gas pimienta y empezaron a golpearlo brutalmente con palos de madera y de metal; después lo desnudaron, lo arrastraron ensangrentado, lo metieron en un vehículo y se lo llevaron con rumbo desconocido. Apenas unas horas después su familia fue informada de que Nizar había muerto y su cuerpo estaba en la morgue de Abu Dis (afuera de Jerusalén), sin que hubiera sido llevado a ningún hospital. El resultado de la autopsia preliminar indicó que Banat tenía moretones en todo el cuerpo, había sido severamente golpeado en la cabeza, el pecho, el cuello, tenía fractura de costillas y sangre en los pulmones; y que murió menos de una hora después de haber sido detenido y arrancado de su casa, según anunciaron en conferencia de prensa en Ramala la Comisión Independiente de DD.HH. y su colega Al-Haq.

Este modus operandi, habitual de las fuerzas israelíes en Cisjordania, no sería sorprendente si no fuera porque en este caso se trataba de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina (en adelante AP). No menos grave es que las mismas no podrían haber entrado al lugar donde estaba Banat –ubicado en el área C, donde la AP no puede operar según los Acuerdos de Oslo–, y menos con uniformes y armamento oficial, sin autorización y coordinación con Israel. También es claro que un operativo de esa magnitud no podría haberse llevado a cabo sin la aprobación de la cúpula de la AP, es decir, el ministro del Interior, que es también el primer ministro: Mohammed Shatayyeh (que a su vez integra el comité central de Fatah, al igual que el director de inteligencia); y por supuesto del propio Mahmud Abbas, que preside la AP, el comité central de Fatah y la OLP.

Manifestantes enfrentan la represión de la policía palestina en la protesta contra el asesinato de Nizar Banat a manos de la Autoridad Palestina en Ramala. (24/6/21, Flash90).


El enemigo adentro de casa

Nizar Banat (43, padre de cinco) era un crítico acérrimo de la AP, de su corrupción y su coordinación con Israel en materia de seguridad para perseguir a disidentes palestinos. Banat llevaba meses posteando videos semanales en Facebook donde arremetía contra Abbas y otros miembros de su gabinete. Esa misma semana había publicado uno de seis minutos donde criticaba duramente y llamaba “títere” a Shatayyeh por el ‘escándalo de las vacunas’: se supo que la AP había aceptado la propuesta inmoral de recibir de Israel un millón de vacunas Pfizer que estaban a punto de expirar a cambio de cederle una cantidad equivalente de vacunas nuevas que la AP recibiría en pocos meses. La indignación generalizada que provocó la noticia en la sociedad palestina llevó a Abbas a cancelar el acuerdo con su amo colonial[1].

Banat había sido detenido ocho veces por la AP, en cada ocasión por varios meses. El 20 de noviembre de 2020 fue apresado tras postear uno de sus videos críticos, pero el juez ordenó su liberación tras cuatro días de detención en la prisión de Jericó, famosa por las torturas que reciben los prisioneros, que el mismo Banat había denunciado en sus videos.

Ex miembro de Fatah, había fundado el partido Libertad y Dignidad para postularse a las elecciones legislativas previstas para el 22 de mayo. Cuando en abril Abbas anunció que cancelaba indefinidamente dichos comicios (y también los presidenciales previstos para julio), Banat escribió una carta a la Corte Europea de Derechos Humanos solicitando que ordenara a la Unión Europea cortar la ayuda económica al gobierno corrupto y autoritario de la AP. El 2 de mayo, la casa de Banat, donde se encontraban su esposa (convaleciente de covid-19) y sus cinco hijos/as fue baleada y atacada con granadas de estruendo y gas lacrimógeno. Banat acusó a Fatah de estar detrás del ataque, y desde entonces se había instalado en la casa de su primo Ammar, donde la AP no tiene jurisdicción.  

El abogado Muhannad Karajah dijo a Middle East Eye que Banat lo había llamado para informarle que estaba recibiendo amenazas de muerte por parte de los servicios de inteligencia –y concretamente de Iyad Rayan, el número uno de Fatah en el distrito de Hebrón– exigiéndole que parara con sus críticas a la AP. «Nizar Banat ha sido asesinado. Eso es lo que los activistas y defensores de derechos humanos pueden esperar hoy en día», dijo el abogado; y agregó que los críticos de la AP son torturados en sus prisiones, como ha ocurrido con alrededor de 50 activistas en esta última oleada de detenciones.

El primer ministro palestino Mohammad Shtayyeh anunció que había ordenado una investigación oficial sobre la muerte de Banat, pero en una conferencia de prensa este lunes la familia y los grupos de derechos humanos dijeron que no confían en las autoridades y reclamaron una investigación independiente y externa a la AP, y que la autopsia sea realizada en el Instituto Forense Abu Kabir de Tel Aviv. «Queremos que su muerte no sea en vano. Queremos saber quién tomó la decisión de asesinarlo y quién la ejecutó; y que ambos sean castigados.», afirmó su primo Ammar.

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Protesta en Hebrón por el asesinato por torturas de Nizar Banat a manos de la Autoridad Palestina (2/7/21, MOSAB SHAWER/AFP)


Matones y machistas

El asesinato de Nizar Banat desató una ola de protestas en Cisjordania, especialmente en Belén, Hebrón y Ramala. El fin de semana la gente marchó por cuarto día exigiendo justicia por el crimen y la renuncia de Abbas. «El asesinato de Banat es la punta del iceberg que esconde una montaña de corrupción y la ausencia de autoridades electas. Queremos una reforma política total», dijo el manifestante Esmat Mansur en Ramala, donde las protestas fueron reprimidas brutalmente, tanto por la policía de la AP como por grupos de choque de Fatah. Las fuerzas de seguridad lanzaron granadas de estruendo y gas lacrimógeno, usaron pistolas Taser, dispararon al aire munición real, apalearon severamente a manifestantes, periodistas y defensores de derechos humanos. Agentes vestidos de civil se ensañaron especialmente con quienes filmaban la represión: arrebataron teléfonos y cámaras (y en muchos casos los rompieron), insultaron, amenazaron con castigos mayores y arrestaron a decenas de personas (la mayoría liberadas horas después).

Activistas y organizaciones feministas denunciaron el carácter sexista de la represión: las mujeres fueron golpeadas con palos, amenazadas de violación, arrastradas al arrestarlas y recibieron insultos claramente machistas, llamándolas “putas” por estar en la calle en lugar de en su casa como corresponde a su género. Poco después, los esbirros utilizaron fotos extraídas de los teléfonos confiscados para postear imágenes de las jóvenes con textos que atacaban su moral en una página de Facebook creada a tales efectos.

La misma brutalidad policial y parapolicial se había vivido en Ramala el 10 de junio, durante una manifestación de la “Campaña para levantar las sanciones sobre Gaza”: como en otras ocasiones, el año pasado la AP dejó de pagar a Israel la electricidad de Gaza, dejando a la población con dos horas al día;   y en mayo pasado, sin previo aviso, redujo a la mitad el salario de los 50.000 funcionarios públicos de Gaza (la mayoría afiliados a Fatah). La represión de ese día dejó al menos a 10 personas hospitalizadas.

Ramala 26.6. Abbas Momani AFP

Protesta en Ramala por el asesinato de Nizar Banat (26/6/21, Abbas Momani/AFP).


Ocupación tercerizada

Una de las primeras cosas que una escucha en Palestina es: «Vivimos bajo una doble ocupación: la de Israel y la de la Autoridad Palestina». También es habitual, al conversar con activistas de base, que relaten cuántas veces han estado en las cárceles israelíes y cuántas en las palestinas; y que hablen de las torturas sufridas en ambas. Sin llegar al extremo de Nizar Banat, las razones más comunes por las que un palestino termina en una cárcel de la AP son: posteo de artículos o videos críticos en las redes sociales, militancia –o mera sospecha de– en partidos de oposición (no solamente Hamas o la Yihad Islámica), participar en manifestaciones o hablar en voz alta contra la AP. De hecho, la vigilancia y la censura son rasgos característicos del control que la AP ejerce sobre la población palestina que utiliza las plataformas digitales para ejercer su libertad de expresión y opinión; y ello resulta a menudo en detenciones, interrogatorios u otras formas de castigo[2].

Para quienes alguna vez creyeron en el proceso de Oslo que creó la AP estas revelaciones producen una disonancia cognitiva difícil de asimilar. Es especialmente el caso en América Latina, donde hay poca información sobre lo que realmente ocurre en los territorios ocupados, y las izquierdas y los grupos de solidaridad suelen mantener relaciones cercanas con las embajadas de la AP. En mi experiencia personal, tratar de explicar el rol que juega la AP en el esquema de Oslo me ha ganado hostilidad e incluso ostracismo en algunos espacios de solidaridad, debido a la resistencia a admitir esta realidad.

Sin embargo, el estudio de los Acuerdos de Oslo permitiría a esas personas incrédulas descubrir que no se trata de que Mahmud Abbas sea más o menos corrupto o autoritario, sino del mismímisimo mandato recibido por la AP cuando fue creada en el perverso plan de Oslo: colaborar con Israel para hacer más manejable y barata la ocupación colonial, suprimiendo la resistencia armada –y también la no armada− y prestando servicios básicos (en la limitadísima zona donde puede operar, que es menos del 12% del territorio ocupado) que antes estaban a cargo de Israel y ahora se financian con los fondos que la comunidad internacional derrama sobre la AP para garantizar el statu quo. Precisamente el interés de las potencias occidentales en mantener esa ‘estabilidad’ de la ocupación colonial es lo que en buena medida hace que la AP exista todavía. 

Junto con la AP llegó el paquete para impulsar el modelo de ‘desarrollo’ neoliberal con su jerga tecnocrática (good gobernance, capacity building, civil society empowerment) y crear la ilusión de que era posible construir un Estado y desarrollar la economía bajo la dominación israelí. Llegaron así los bancos, las multinacionales, los préstamos para vivienda y automóviles y otros distractores para que la población ocupada sustituyera la resistencia por el consumo. Muchos movimientos sociales se convirtieron en ONG que reformularon sus agendas según las prioridades de la cooperación internacional, y en poco tiempo la gente que había peleado en las calles durante la intifada dejó de hacerlo porque tenía demasiadas cosas que perder −y cuotas que pagar−; y sobre todo, muchísima gente pasó a depender de los salarios creados por el inmenso aparato burocrático clientelar de la AP, en un escenario de economía cautiva (por el mandato de Oslo) donde campea el desempleo. Con el tiempo, la AP se convirtió en una élite institucionalizada que gestiona la ocupación para su propio beneficio. No sólo no representa a la mayoría del pueblo palestino en el mundo, sino que con sus pases VIP, sus coches y viviendas de lujo está desconectada de las necesidades y la suerte de la población ocupada. El episodio de las vacunas vencidas es una prueba de ello.

Los gobiernos coloniales siempre se han apoyado en alianzas con las élites locales para controlar y pacificar a la población nativa, y la AP ha desempeñado ese papel de forma satisfactoria a través de su sistema clientelar y, sobre todo, su enorme aparato de seguridad, cuyo presupuesto supera el de salud, educación y agricultura juntos, emplea a la mitad de los funcionarios públicos, y fue diseñado y entrenado[3] exclusivamente para controlar a la población palestina[4]. Entiéndase: los diferentes cuerpos policiales de la AP no pueden salir de las ciudades palestinas (área A) ni pueden intervenir cuando hay ataques de colonos, robo de tierras o destrucción de viviendas y propiedades, ni menos enfrentar a los soldados o policías israelíes; ni siquiera cuando estos incursionan en Ramala u otras ciudades del área A. La AP ha cumplido celosamente este mandato durante 30 años, coordinando con la inteligencia y las fuerzas de seguridad israelíes la represión de la resistencia.

Esta labor ha sido clave para asegurar la estabilidad de la que han disfrutado los israelíes durante los últimos 15 años (desde el aplastamiento de la segunda intifada), haciendo menos pesado el trabajo sucio de la ocupación. Gracias a esa eficiente colaboración, el ejército y el movimiento de colonos de Israel pueden seguir consolidando su régimen de apartheid y ocupación colonial con escasa resistencia.

Firma de los Acuerdos de Oslo en la Casa Blanca, Washington DC. 13/9/1994. (Avi Ohayon/GPO).


El poder joven desde abajo

El analista Amjad Iraqi escribió en +972 Magazine que los hechos recientes no son la primera muestra de la naturaleza represiva de la AP, pero sin duda es una de las más crueles. No obstante, sugiere que esta violencia desbordante podría representar «los actos desesperados de un liderazgo moribundo.» Y agrega: «Si bien el acuerdo colonial ha funcionado eficazmente durante años, sus grietas están empezando a aparecer y a ampliarse. La “Intifada de la unidad” ha galvanizado una nueva etapa de activismo palestino que está atravesando la Línea Verde y construyendo poder desde abajo.»

De hecho hay señales de que la paciencia de la gente con una AP corrupta, autoritaria y colaboracionista podría estar llegando a un límite sin retorno. Ya en abril la cancelación de las elecciones con la excusa de que Israel no permitía instalar urnas en Jerusalén Este (pero en realidad porque Abbas sabía que los resultados no le iban a favorecer) dejó a la población enojada y frustrada; porque a pesar de las limitaciones que impone el esquema  de Oslo, había gran interés en participar en la instancia electoral para expresar el deseo de cambio. Después vino la crisis de mayo en Jerusalén y Gaza, y la intifada de la unidad nacional, sin líderes ni partidos, más bien en el espíritu de “que se vayan todos”. Mientras la revuelta se extendía por todas las ciudades palestinas −ocupadas en 1948 o en 1967−, la AP guardó un silencio casi absoluto, mientras sus fuerzas de seguridad estaban ocupadas arrestando activistas o acosando a manifestantes, en un intento desesperado de afirmar su autoridad. El reciente escándalo de las vacunas, y la reacción de la opinión pública ante el mismo, demuestra aún más el escaso poder y respeto con que cuenta hoy la AP, especialmente entre las nuevas generaciones.

En efecto, la juventud que lidera la intifada de la unidad está mucho mejor informada y más educada que sus antecesoras: muchas tienen estudios universitarios, hablan inglés fluidamente y utilizan las redes sociales y las nuevas tecnologías para comunicar eficazmente su mensaje al mundo. Lejos de la retórica obsoleta de la vieja dirigencia política, hablan de limpieza étnica, colonialismo y apartheid más que de ocupación, y sobre todo practican la unidad palestina “desde el río hasta el mar”, demostrando que el pueblo palestino es uno solo a pesar de todos los intentos del régimen sionista por fragmentarlo y quebrar su identidad. En suma, esta nueva generación quiere terminar con el tramposo proceso de Oslo y reconstruir el proyecto de liberación nacional, recreándolo en este tiempo histórico.

 
NOTAS
[1] Esto no exculpa a Israel de su papel en el tardío e infame acuerdo; como afirmó Ghada Majadle, de Médicos por los Derechos Humanos-Israel, “en lugar de aceptar la responsabilidad y suministrar vacunas sin demora a toda la población, Israel está llevando a cabo un regateo sobre la vida y la salud de millones de personas”.
[2] Como si no tuvieran suficiente con el sofisticado espionaje israelí, la especialista Marwa Fatafta ha documentado las muchas formas de vigilancia y acoso digital que desarrollan los servicios de inteligencia palestinos. A menudo la detención de activistas es precedida de campañas de incitación en las redes sociales por parte de miembros de Fatah; y esto funciona porque la línea que separa la militancia en Fatah y el empleo en los organismos de seguridad es muy estrecha.
[3] El entrenamiento profesional de las fuerzas policiales palestinas fue realizado en Jordania (con apoyo de Egipto) bajo la supervisión del teniente general Keith Dayton, Coordinador de Seguridad de EE.UU. para Israel y la AP entre 2005 y 2010.
[4] Un informe de 2018 de Human Rights Watch documentó profusamente que la AP en Cisjordania, así como el gobierno de Hamas en Gaza, utilizan sistemáticamente la detención arbitraria y la tortura para reprimir a sus críticos y opositores. Estos abusos también han sido denunciados –con no poca dificultad− por organizaciones palestinas de derechos humanos. Y esta semana otro informe de Amnistía Internacional denunció la reciente campaña represiva de la policía palestina.
Una versión reducida y con variantes de este artículo fue publicada en el semanario Brecha el 9/7/21.

 

Los gemelos Muna y Mohammed El-Kurd, voceros emblemáticos de la resistencia de las familias de Sheikh Jarrah contra la limpieza étnica en Jerusalén, con más de dos millones de seguidores en las redes sociales, son representantes de la nueva generación que lidera la intifada de la unidad, y han llegado a los medios masivos occidentales. Aquí son tapa de la revista británica The Times, que dedicó 5 páginas a estas voces palestinas.


TIRAS CÓMICAS




 

viernes, 23 de julio de 2021

El juicio militar israelí contra Juana Ruiz vuelve a posponerse hasta agosto

23 julio 2021 - 10:09


Jerusalén, 23 jul (EFE).- El juicio militar contra la trabajadora humanitaria española Juana Ruiz Sánchez, detenida desde abril por Israel, ha vuelto a ser pospuesto hasta el próximo 10 de agosto, confirmó hoy a Efe su abogado.

"El juicio se pospuso porque no recibimos todo su material de consulta", explicó el nuevo letrado, Avigdor Feldman, sobre la primera vista prevista para este 27 de julio, que ya había sido aplazada en dos ocasiones.

Feldman se hizo cargo del caso después de que la anterior abogada, Gaby Lasky, obtuviera un escaño en el Parlamento representando al partido izquierdista Meretz, por lo que Ruiz estuvo un tiempo sin representación legal que llevó a la demora del juicio.

Ruiz Sánchez, de 62 años y coordinadora de proyectos en la ONG palestina Comités de Trabajo para la Salud, fue detenida el pasado 13 de abril, en Cisjordania ocupada, para ser interrogada sin saber inicialmente los cargos que se le imputaban.

En mayo, la Justicia militar israelí le acusó formalmente de "pertenencia a una organización ilegal", "participación en actividades de una organización ilegal" y "formar parte de la junta directiva de una organización ilegal", entre un total de cinco cargos.

Israel considera que la entidad donde está empleada desviaba fondos a la actividad del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), al que considera terrorista, al igual que la UE o Estados Unidos.

Ayer, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, se interesó por la situación de Juana Ruiz en una conversación telefónica que mantuvo con su homólogo israelí, Yair Lapid.

El Ministerio de Exteriores israelí denunció en su momento que el FPLP estaría operando una red de organizaciones humanitarias en Cisjordania, entre las que destacó a los Comités de Trabajo para la Salud, que a través de un mecanismo de fraude, falsificación y tergiversación de documentos, desviaría al grupo fondos que países europeos donan como cooperación internacional. EFE