jueves, 30 de julio de 2015

Franja de Gaza en ruinas: a un año de la agresión bélica israelí


El bloqueo del Gobierno de Israel ha contribuido a hundir la economía y posponer la reconstrucción.

El hijo mayor de Rabah Abu Shanab duerme en un colchón, en el suelo de una de las habitaciones de la casa de su familia, en el barrio de Shayahia, en la ciudad de Gaza. La estancia carece de paredes.
Al edificio, de tres pisos, no le queda ni un solo muro en pie y la escalera para llegar al segundo nivel está abierta al vacío. Al subir hay que tener cuidado para no tropezar con alguno de los hierros que recorrían el esqueleto del inmueble antes de que volara en mil pedazos en un bombardeo del Ejército israelí en julio de 2014.
El hijo de Rabah prefiere dormir a la intemperie y rodeado de escombros y no dentro de la casa improvisada que la familia construyó con algunas placas de aluminio, telas y madera, en un terreno que tenían junto al edificio. Dentro, el calor es insoportable.
En un espacio minúsculo viven 14 personas, siete son niños. No tienen agua corriente, pero se la dispensa un depósito de plástico colocado en la entrada. Toman la electricidad de un poste y les llega durante unas ocho horas, como a la mayoría de hogares de Gaza.
Los Abu Shana lo perdieron todo en la ofensiva militar Margen Protector que el Ejército israelí lanzó en la Franja de Gaza el 8 de julio de 2014 y que duró 50 días. "Mira, este era mi vehículo", indica a Sputnik Nóvosti Rabah, de 58 años, mientras señala unos pedazos de metal retorcidos.
Shayahia quedó casi pulverizado por las bombas. En un solo día el Ejército israelí mató allí a casi 70 personas con unos fuertes bombardeos que abrieron paso a la entrada de los soldados por tierra.
Rabah, que trabajó durante varios años en Israel, cuando Gaza no estaba sometida a un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo, no sabe cuándo van a reconstruir su casa. "Han venido a evaluar los daños y nos han dicho varias veces que van a retirar los escombros, pero aún no han empezado", explica. "Podemos decir que no ha empezado todavía la reconstrucción de viviendas en Gaza. El bloqueo tiene un régimen muy restrictivo de entrada y salida de personas, pero también de bienes y productos, y está teniendo un gran impacto" en la cuestión de la rehabilitación de la Franja, señala María José Torres, subdirectora de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
En Gaza ha entrado menos del 1% de los materiales de construcción necesarios para rehabilitar los hogares, según datos de la OCHA. "El sistema de energía en Gaza no puede mantener un nivel adecuado para proveer los servicios públicos como los hospitales y los sistemas básicos de saneamiento, agua potable y alcantarillado", subraya Torres. El 90% de los hogares de Gaza carecen de agua potable.
Más de 12 mil casas quedaron arrasadas por los misiles y 6 mil sufrieron daños graves. Más de 100 mil personas siguen desplazadas, unas se alojan en viviendas de alquiler, otras en casas prefabricadas o en las ruinas de sus hogares.
Para la responsable de la OCHA, en el 2014 "hubo una intensidad en las hostilidades que no habíamos visto aquí y lo que más nos preocupó fue el alto nivel de víctimas civiles que se produjo".
La guerra del 2014 mató a más de 2 mil 200 palestinos, casi mil 500 civiles, entre ellos 551 niños, e hirió a más de 11 mil personas de las cuales 3 mil 436 eran menores de edad; 10% de los heridos han quedado con discapacidad para siempre.
En Israel el conflicto costó la vida a 73 personas, seis civiles -un niño– y 67 soldados. Los heridos fueron mil 600, 270 de ellos menores de edad.
Entre los niños muertos en Gaza se encuentran cuatro de la misma familia: Ismail, Ahed, Zakariyah y Mohamed Bakr, de entre 9 y 11 años. El 16 de julio de 2014 jugaban al fútbol en una playa que colinda con el pequeño puerto de Gaza ciudad y dos misiles israelíes los mataron.
El Ejército israelí "lamentó" haberlos confundido con milicianos y cerró la investigación del "trágico incidente".
"¿Cómo puede ser que no vieran que eran niños y no milicianos?", se pregunta el padre de Mohamed, un humilde pescador que no puede alimentar a sus hijos porque solo puede faenar hasta seis millas de la costa por el bloqueo israelí, que empezó en el 2007.
Sayed Bakr, de 14 años, jugaba con su hermano Mohamed y los demás niños cuando los misiles los sorprendieron. Un año después ha dejado la escuela, cambia bruscamente de carácter y tiene pesadillas. Ha pasado por terapias psicológicas y ha tomado medicación, pero no le han ayudado.
"Quiero vengar la muerte de Mohamed haciéndome de la resistencia", afirma Sayed mientras sujeta un retrato de su hermano. Miles de niños de Gaza padecen trastornos psicológicos graves.
Las diversas guerras -tres en cinco años y medio– y el bloqueo israelí han hundido la economía de Gaza. A su ruina ha contribuido también el cierre casi permanente de fronteras de Egipto, el otro país vecino de Gaza, además de Israel.
El índice de paro en la Franja es del 43%, y entre los jóvenes del 60%. Gaza está devastada, se calcula que las pérdidas por la ofensiva fueron de 4 mil 400 millones de dólares.
La economía gazatí se encuentra peor que nunca y, aunque Israel concede más permisos de entrada a su territorio, ha autorizado pequeñas exportaciones de verduras, y Egipto ha reabierto la frontera de Rafah en algunas ocasiones, la Franja no levanta cabeza.
A su deterioro contribuye la división entre las dos facciones palestinas, el movimiento islamista Hamás, que controla Gaza, y el grupo Al Fatá, liderado por el presidente palestino Mahmud Abás, y que gobierna en Cisjordania.
Las facciones palestinas pactaron un gobierno de reconciliación nacional que ha fracasado y Abás no ha convocado elecciones.
El portavoz de Hamás Taher al Nono culpa a Abás del fracaso de los intentos de unidad. Además, asegura que Hamás e Israel no han continuado las negociaciones indirectas que preveía el acuerdo de tregua del 26 de agosto del año pasado porque Egipto, que actúa como mediador, no los ha convocado.
En los últimos meses se ha producido el lanzamiento de cohetes de forma muy esporádica desde Gaza sobre Israel sin causar víctimas ni daños.

Los palestinos acusan a Netanyahu de querer crear "el Gran Israel"

La miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Hanan Ashrawi, ha condenado rotundamente hoy la autorización del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que se construyan de forma inmediata 300 viviendas en el asentamiento de Beit El, en Cisjordania.

Ashrawi también ha condenado con fuerza los planes para edificar casi 500 casas más en colonias judías en Jerusalén este.
"Israel está desafiando deliberadamente y de forma obstinada el consenso internacional para crear el Gran Israel en la Palestina histórica", ha denunciado Ashrawi en un comunicado.
"Con sus violaciones rápidas, intensivas y apabullantes, Israel se ha ido totalmente fuera de control y está haciendo que sea imposible cuantitativamente para la comunidad internacional perseguir estas violaciones sistemáticamente", ha dicho Ashrawi.
El anuncio de Netanyahu sobre la ampliación de colonias se ha producido después de que las autoridades israelíes demolieran dos edificios en la colonia de Beit El, cerca de la ciudad palestina de Ramala, por orden del Tribunal Supremo de Israel.

miércoles, 29 de julio de 2015

Netanyahu autoriza 300 viviendas en Bet El para aplacar a colonos

Un colono judío se enfrenta a miembros de las Fuerzas de seguridad israelíes, durante la demolición de un inmueble en el asentamiento judío de Bet El, cerca de la ciudad cisjordana de Ramala, hoy, 29 de julio de 2015. EFEEl primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, autorizó hoy la construcción de 300 nuevas viviendas en el asentamiento judío de Bet El, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, para aplacar la ira de los colonos por la demolición de dos inmuebles en cumplimiento de una orden judicial.

"Después de consultas en la Oficina del Primer Ministro se ha aprobado la edificación inmediata de 300 viviendas en Bet El, cuya construcción fue prometida hace tres años por el Gobierno de Israel a raíz del traslado de inmuebles de (la colonia) en la colina de Ulpana", dice un comunicado oficial.
Netanyahu ordenó también la comercialización de 91 viviendas ya construidas en la colonia de Pisgat Zeev (barrio del norte de Jerusalén), y la planificación de otras 24 en el mismo emplazamiento, 330 en Ramot, 70 en Guilo, 19 en Har Homa, todos ellos en el territorio palestino ocupado de Jerusalén este.
La decisión sigue a un fallo judicial hoy que obligaba al Gobierno a demoler dos edificios con 24 viviendas en una parcela dentro del perímetro del asentamiento pero que es de propiedad privada palestina y para la que el Gobierno había pedido la legalización retroactiva.
Los jueces rechazaron el recurso de los colonos, apoyado por el Gobierno, y sentenciaron que debían ser demolidos de forma inmediata.
Los colonos recibieron el veredicto con indignación y los disturbios con la Policía se reanudaron después de que una exavadora comenzara a demoler el primero de los edificios, informan varios medios locales.
Los manifestantes arrojaron piedras, mesas y todo tipo de objetos contundentes al alcance de la mano a los operarios y a los agentes de policía que custodiaban el lugar, en una ola de violencia sin precedentes desde hace años.
Medios locales informaron de que en lugar hay detenidos y heridos, pero ninguna fuente oficial podía ofrecer una evaluación completa de la situación.

Israel niega cooperación a comité de ONU sobre derechos palestinos

Israel mantiene su negativa a cooperar con el Comité Especial de la ONU encargado de investigar sus prácticas contrarias a los derechos humanos de los palestinos y otros árabes en los territorios ocupados, denunció hoy ese órgano. 

En un comunicado, el ente creado en 1968 por la Asamblea General -un año después de la ocupación- anunció que visitará del 4 al 9 de agosto Jordania, donde viven más de un millón de refugiados palestinos.
Dialogaremos con víctimas, representantes comunitarios, organizaciones no gubernamentales, funcionarios palestinos y representantes de Naciones Unidas, con el objetivo de conocer de primera mano la situación, precisó.
Según el Comité, una vez más las autoridades de Tel Aviv negaron la colaboración a su misión anual a los territorios ocupados, por lo que la misma no incluirá contactos con la parte israelí, acusada de sistemáticas violaciones, entre ellas asesinatos, desplazamientos forzados, demolición de viviendas, arrestos ilegales y violenta represión.
La visita busca responder a múltiples preocupaciones en materia de derechos humanos relacionadas con la presencia militar del Estado hebreo en Cisjordania y los Altos del Golán.
Israel impide el acceso del órgano especializado de la ONU, lo cual implica la imposibilidad de recorrer los territorios ocupados, pese al mandato dado por la Asamblea General.
Ante esa situación, el Comité cumple su calendario anual en países vecinos, que acogen a más de cinco millones de palestinos refugiados.
Después de concluir su trabajo en Jordania, el ente emitirá una nota de prensa, y posteriormente un reporte para el 70 período de sesiones de la Asamblea, que comenzará en septiembre.

Niños de Gaza combaten la pesadilla del conflicto con Israel a través de dibujos

Después de haber vivido tres conflictos bélicos de envergadura con Israel, como el último y más devastador que acabó con las vidas de 500 menores en 2014, los niños en Gaza tratan de combatir sus pesadillas armados con lápices de colores. 

Gracias a una iniciativa educativa denominada "Programa para un Mejor Aprendizaje" del Consejo Noruego para el Refugiado (CNR), más de doscientos colegios de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en Gaza y en Hebrón, reciben apoyo de expertos y educadores formados para tratar el trauma infantil originado por situación de conflicto o inseguridad constante.
El programa, inicialmente desarrollado en Uganda con niños soldado, se adaptó al terreno palestino, donde comenzó a aplicarse en el curso escolar 2010-2011, pero el último enfrentamiento armado de hace un año ha desbordado todos los pronósticos.
"Las pesadillas de estos niños no entran en el ámbito de lo normal, son inducidas por el trauma y, cuando se producen, piensan que van a morir o reviven la destrucción de casas, la muerte de padres o vecinos", explica a Efe Camilla Lodi, directora del programa.
Para ayudarles a "sacar a la luz lo que guardan en la oscuridad", apunta Lodi, los educadores les hacen dibujar las pesadillas y así visibilizar los miedos y el horror vividos con el objeto de poder seguir adelante tanto en la escuela como en el ámbito personal.
Los dibujos retratan de manera plausible la devastación y desolación ante lo ocurrido, así como las dos partes en conflicto.
En muchos de ellos los tanques, helicópteros, barcos de guerra que disparan cohetes y soldados israelíes armados con fusiles son los protagonistas, pero sobre todo lo es la muerte, en la mayoría de los casos en forma de charcos rojos y personas tendidas en el suelo.
Aparecen madres cubiertas con hiyab tratando de proteger a sus hijos de la barbarie o escuelas, ambulancias y personal sanitario que no se salvan de los ataques israelíes.
Los trazos, en muchos casos figurativos característicos de la temprana infancia contrastan con el impacto que provocan estas imágenes, una ambivalente sensación de inocencia y de niñez perdida al mismo tiempo.
Con más de dos millones de menores de 18 años en los territorios palestinos, que representan el 45 por ciento en Cisjordania y el 50,6 por ciento de la población de Gaza -de 1,8 millones-, se calcula que unos 350.000 sufren aún experiencias traumáticas marcadas por los últimos conflictos bélicos.
Los escolares que participan en este tratamiento a través de la pintura sufrían pesadillas al menos cuatro o cinco veces por la semana.
"Los problemas que originan es que, cuando las sufren, no pueden volver a dormirse y presentan problemas de concentración y comportamiento en el aula", explica la directora del programa.
Al realizarse las reuniones en grupo, los niños toman conciencia del problema, pues muchos creen que son los únicos a los que les sucede y no lo suelen comentar al profesorado.
"Tras dos meses de sesiones, en particular en la intervención tras la última guerra, dos tercios de los niños que pasan por este programa redujeron sus pesadillas hasta una o ninguna a la semana", señala Lodi.
Y es que los lápices y ceras de colores muchas veces son las mejores píldoras para hacerles hablar de hechos que no saben relatar.
"Al explicar las pesadillas a través del dibujo toman distancia y pueden manifestar lo que viven", analiza la responsable del CNR.
Con todo, un porcentaje pequeño, el 10 por ciento, no lo logra debido a la gravedad del trauma, y es referido a especialistas.
Las pesadillas no son los únicos indicadores patentes de que existe estrés postraumático y los educadores también siguen muy de cerca los comportamientos violentos o micciones involuntarias nocturnas de los menores, pero sí resultan un buen barómetro.
"Vemos cómo el cese de las pesadillas incrementa el bienestar de los niños y su desarrollo en la escuela, indicadores educativos que justifican que el tratamiento ha sido exitoso", concluye.
Además de la pintura, los pedagogos enseñan otras técnicas para lidiar con el trauma como la relajación o respiración, que permiten al niño buscar un lugar seguro con el que "reconectar con su paz interior", "para recordarles que la guerra ha acabado".
Fuente: Daniela Brik, Agencia EFE

La salida de Orange de Israel provoca una polémica política

El grupo Orange ha anunciado oficialmente este jueves su deseo de romper sus relaciones comerciales con su socio israelí Partner Communications pese a la tormenta política originada tras conocerse sus intenciones. El Gobierno israelí ha pedido explicaciones no solo a la operadora sino también al Ejecutivo francés, que posee el 25% de la compañía.
Benjamín Netanyahu elevó por la noche a la categoría de amenaza existencial para el Estado judío la polémica desatada por el director general de la compañía telefónica francesa Orange al anunciar el miércoles su voluntad de retirarse de Israel. El primer ministro calificó en un acto público en Jerusalén como “miserable” la medida y exigió al Gobierno de Francia que se distanciara de la posición de la compañía.
La polémica se desató porque, durante una visita a El Cairo, el presidente y director general de Orange, Stéphane Richard, comentó que, si dependiera de él, la compañía saldría de Israel al día siguiente. El comentario coincidió con un momento de intensificación de la campaña internacional de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel. Y se produjo unas semanas después de que en Francia se difundiera el manifiesto Las peligrosas conexiones de Orange en el territorio palestino ocupado, suscrito por la Federación Internacional de ligas de Derechos Humanos o el poderoso sindicato CGT.
Sin embargo, Orange aseguró este jueves en un comunicado que “no hay ninguna vocación de tomar parte, de ninguna manera, en un debate de naturaleza política”. La compañía circunscribe su decisión al ámbito empresarial y comercial. Explica en el comunicado que Orange no posee ninguna participación en Partner, con la que solo mantiene “un acuerdo de licencia de marca”, es decir, que recibe una compensación económica por dejar usar el nombre de Orange.
Ese acuerdo, precisa, se firmó antes de que France Télécom, la histórica operadora francesa, adquiriera Orange en el año 2000. Pero el acuerdo de licencia se suscribió para mantenerlo operativo hasta 2025 y ahora la operadora prefiere romperlo.
Orange explica que no es operadora en Israel y que el grupo no tiene “ninguna influencia en la estrategia o el desarrollo operativo” de Partner. Y que su “primer objetivo” consiste en “defender y revalorizar la fuerza de su marca” en todos los mercados en los que está presente. Una frase de la que parece deducirse que su presencia en Israel no está en línea con ese objetivo esencial.
“De acuerdo con su política de marca”, añade el comunicado, “Orange no desea mantener la presencia de la marca en los países en los que el grupo no es operador”. “En ese marco, y con el respeto estricto a los acuerdos existentes, Orange desea poner término a esa licencia de marca”. Es decir, que la operadora francesa se apresta a negociar con Partner el fin del contrato.
Orange presentó el año pasado una cifra de negocios de 39.000 millones de euros. Tiene 155.000 empleados, de los que 98.000 trabajan en Francia. Está presente en 28 países, pero en el listado que facilita la compañía no figura Israel.
“Este absurdo drama que suponen las condenas y las amenazas de boicoteo no será olvidado [por el Gobierno israelí], advirtió Netanyahu, quien pidió a los países amigos que “declaren de forma incondicional que rechazan cualquier tipo de boicot contra el Estado.
Pocas horas antes de que se desatara la polémica, el Parlamento israelí había celebrado un debate extraordinario sobre las crecientes presiones diplomáticas y comerciales que recibe del extranjero, y que se han convertido en una de las máximas preocupaciones de los israelíes. El intento, abortado por los propios palestinos, de expulsar a los equipos israelíes de las competiciones internacionales de fútbol en el reciente congreso de la FIFA y la decisión del Sindicato de Estudiantes británico de unirse a la campaña BDS ya habían hecho saltar las alarmas en Israel.
La polémica por hacer negocios en la Cisjordania ocupada salpicó incluso a Scarlett Johansson a principios de 2014. La actriz estadounidense era la imagen de la campaña publicitaria internacional de una empresa de bebidas gaseosas establecida en un asentamiento judío en Cisjordania.

Imágenes: Gaza en la penumbra

Recortes de suministro de energía en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. 

Miembros de la familia Al Atawna se sientan alrededor de una fogata durante los recortes de suministro de energía a las afueras de hogar destruido en el vecindario de Al Shejaeiya, en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. Según la agencia palestina Maan, 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. Imagen:  Mohammed Saber / EFE
Miembros de la familia Al Atawna se sientan alrededor de una fogata durante los recortes de suministro de energía, a las afueras de hogar destruido en el vecindario de Al Shejaeiya, en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. Según la agencia palestina Maan, 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. Imagen:  Mohammed Saber / EFE
Ahmad Al Atawna, de 10 años, permanece a las afueras de hogar destruido, durante los recortes de suministro de energía, en el vecindario de Al Shejaeiya, en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. Según la agencia palestina Maan, 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. Imagen:  Mohammed Saber / EFE
Un joven palestino permanece a las afueras de su hogar temporal, durante los recortes de suministro de energía, en el vecindario de Al Shejaeiya, en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. Según la agencia palestina Maan, 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. Imagen:  Mohammed Saber / EFE
Miembros de la familia Al Atawna se sientan alrededor de una fogata durante los recortes de suministro de energía a las afueras de hogar destruido en el vecindario de Al Shejaeiya, en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. Según la agencia palestina Maan, 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. Imagen:  Mohammed Saber / EFE
Miembros de la familia Al Atawna se sientan alrededor de una fogata durante los recortes de suministro de energía a las afueras de hogar destruido en el vecindario de Al Shejaeiya, en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. Según la agencia palestina Maan, 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. Imagen:  Mohammed Saber / EFE
Ahmad Al Atawna se sienta alrededor de una fogata durante los recortes de suministro de energía a las afueras de hogar destruido en el vecindario de Al Shejaeiya, en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. Según la agencia palestina Maan, 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. Imagen:  Mohammed Saber / EFE
Haifa Al Atawna, de cuatro años, observa desde la ventana de su hogar destruido durante los recortes de suministro de energía en el vecindario de Al Shejaeiya, en el este de la Ciudad de Gaza, en la Franja. Según la agencia palestina Maan, 1,8 millones de habitantes en la franja ha tenido electricidad por períodos de seis horas alternos con 12 horas de apagones, es decir un promedio de 8 horas al día, desde el pasado 21 de julio. Imagen:  Mohammed Saber / EFE
Fuente: El Nuevo Herald

Aziza Brahim cancela su concierto en Jerusalén Este ocupado

La cantante saharaui Aziza Brahim, nacida en los campamentos de refugiados de Tinduf, ha decidido a través de un mensaje en Facebook cancelar el concierto que tenía planeado dar para el régimen de apartheid israelí en Jerusalén Este ocupado.
La decisión de Aziza viene tras semanas de presión del movimiento BDS y de grupos de solidaridad con el pueblo saharaui de todo el mundo. Celebramos la valiente decisión de Aziza de escuchar la llamada al BDS y de mostrar su solidaridad internacionalista entre los pueblos saharaui y palestino.

Carta abierta de la campaña BDS Francia y de la RESCOP a Aziza Brahim

Después del anuncio de su próximo concierto en Jerusalén Este que tendrá lugar durante el Festival de Música Sagrada de principios de septiembre de 2015, nosotros, campaña BDS Francia (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel) y la RESCOP en el Estado español, hemos decidido escribirle.
En 2004, inspirada por el boicot cultural triunfante contra el apartheid sudafricano, y sostenido por los principales sindicatos y asociaciones culturales palestinas, el PACBI (Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel, por sus siglas en inglés), ha lanzado una llamada a la resistencia bajo la forma de un boicot universitario y cultural de las instituciones implicadas en la ocupación y el apartheid israelí. En esta carta que le dirigimos, deseamos señalar la importancia de esta llamada palestina, así como las razones bien fundamentadas del movimiento mundial de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra Israel.
La llamada palestina de 2004 pide a los artistas internacionales que rechacen trabajar en Israel o de participar en acontecimientos que ayuden a representar como iguales a los ocupantes y a los ocupados y a contribuir así al mantenimiento de la injusticia. Seguidamente, en 2005, una mayoría aplastante de la sociedad civil palestina ha llamado a una campaña BDS global fundada sobre los principios de los Derechos Humanos, de justicia, libertad e igualdad. El movimiento BDS adopta una estrategia no violenta moralmente coherente por considerar a Israel como responsable según las mismas normas de los Derechos Humanos que a las otras naciones.
Hace 40 años, el Sáhara Occidental fue invadido por Marruecos actuando como una potencia colonial. Su familia, al igual que una gran parte de la población, se ha visto forzada a exiliarse a los campos de refugiados en Argelia, cerca de Tindouf, y usted misma ha nacido en un campo de refugiados saharauis.
Su reputación está íntima y justamente ligada a su talento, pero también a su expresión constante contra la ocupación, la injusticia y la opresión, tanto de las personas como la que padecen las mujeres, por la resistencia, la liberación nacional o hasta las consecuencias del exilio. El tema Lagi explica el exilio que conocen una parte de los saharauis, así como otros pueblos como el palestino a quienes hacemos referencia.
La canción Gdeim Izik es un homenaje al giro histórico de la resistencia saharaui contra la represión feroz de las fuerzas de ocupación marroquí.
Algunas de sus canciones son textos escritos por su abuela, gran poetisa saharaui, combatiente y resistente.
Y hoy, no comprendemos, ¿realmente va a ir al Jerusalén ocupado a cantar?
Usted, defensora de la resistencia palestina, contra la ocupación y sus terribles consecuencias que conoce tan bien, no entendemos que, como artista saharaui, que canta por la autodeterminación de los pueblos, actúe para Israel.
Qué gusto amargo tendrá en ese concierto –y después de él– la libertad que canta.
Qué gusto amargo tendrá, en Jerusalén, el eslogan saharaui que lanzan también durante sus conciertos y que podemos escuchar de fondo en uno de sus álbumes “La badil, la badil, aan takrir el massir” (“No hay ninguna alternativa que no sea el derecho a la autodeterminación”).
No puede ignorar las relaciones que Israel mantiene con el régimen marroquí, el rol jugado por Israel en la concepción y construcción del “muro de la vergüenza marroquí” que divide la tierra saharaui. E Israel, además de proveer de armes y de tecnología militar a Marruecos, le suministra también información y Seguridad militar y policial.
Puede ser que espera, yendo a Jerusalén Este, tener la ocasión de reencontrarse con los palestinos y enviarles un mensaje de apoyo. Pero no tanga esa ilusión. El festival tendrá lugar en la Ciudad Antigua de la Jerusalén ocupada por Israel desde 1967, en el emplazamiento de la ciudadela Mamelouk El Kal’a, renombrada falsamente “Torre de David” por los israelíes. La “Torre de David” es el centro de actividades culturales, festivales y conmemoraciones de las cruzadas, sobre las cuales los palestinos de Jerusalén no tienen ni una palabra a decir. Durante el desarrollo de los acontecimientos, la ciudad antigua es invadida por turistas occidentales e israelíes, y sus habitantes palestinos permanecen encerrados en sus casas. Estos acontecimientos forman parte de la colonización de Jerusalén. Mientras que los festivales y manifestaciones culturales organizados por los palestinos son sistemáticamente reprimidos, sus locales saqueados y cerrados por la policía.
Sepa usted también que las fuerzas de ocupación israelíes ponen trabas a las actividades de los artistas palestinos, limitados continuamente en sus desplazamientos en Cisjordania y con la prohibición de salir de Gaza. Muchos de ellos no pueden participar en los festivales Internacionales, y muchos de ellos son encarcelados en las prisiones israelíes por haberse implicado en la resistència cultural.
Si actúan usted y su grupo en Israel, constituiría un rechazo al llamamiento de más de 170 organizaciones de la sociedad civilque componen el movimiento palestino BDS. Así, le pedimos que no legitime con su concierto el apartheid israelí.
Mientras que más y más artistas informados y conscientes (Lauryn HillRoger WatersRichard Bona…) rechazan ser cómplices rehusando toda participación en acontecimientos organizados por las Instituciones israelíes, le pedimos a usted y a su grupo no servir de justificación, mediante su presencia en el Festival de Música Sagrada, con una operación que lleva a marginar y desposeer todavía más a los palestinos.
Sra. Aziza Brahim, ¡no coopere con la colonización israelí, no actúe en Jerusalén ocupado en septiembre!
¡La badil, la badil…!
Campagne BDS en FranceRed Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP)

Música para aliviar los traumas de guerra de los niños en Gaza

El escenario no es más que un montón de escombros en el que seis músicos se ubican con sus instrumentos. Entre las ruinas de Gaza tocan percusión y laúd, violín y piano: un concierto en medio del desastre y las cenizas. 

Pero no sólo el marco es insólito, también lo es el público. Son niños del barrio de Shejaiya, destrozado hace un año en los combates entre los soldados israelíes y los activistas palestinos. Casas, tiendas, calles. Hasta ahora es muy poco lo que se reconstruyó.
Gaza vivió tres guerras desde 2008. Los niños palestinos menores de siete años conocen la paz duradera sólo de los relatos.
El grupo musical "Nisan" quiere ayudar a los habitantes más jóvenes de Gaza a procesar sus experiencias de la guerra a través de la música. Por eso en este día de verano tocan para los niños de Shejaiya.
"Para reparar sentimientos no hace falta cemento", dice Sarah Aburamadan, cantante de la banda. "Sólo un poco de alegría". Por eso, durante 14 días, el grupo tocó en diferentes barrios de Gaza.
Este día se presentan en Shejaiya. Primero, Sarah canta una canción tradicional árabe. Luego pide a los niños que canten con ella y marquen el ritmo con palmas. Al principio los pequeños se muestran tímidos, luego comienzan a cantar y a moverse al ritmo de la música. Finalmente sonríen.
Musa Tawfiq, quien toca el laúd en el grupo, dice que el daño físico causado a la infrastructura de Gaza es visible y puede ser reparado "tarde o temprano". Pero el impacto psicológico en los niños que experimentaron la guerra no siempre es tan evidente.
Durante los 51 días de guerra, 551 niños murieron y más de 2.000 resultaron heridos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Hay 326.000 niños en Gaza que necesitan ayuda psicológica para superar los traumas de la guerra, estima la psicóloga Sami Oweida de Gaza. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), muchos niños desarrollaron miedos y trastornos del sueño, se orinan encima o se volvieron hiperactivos.
Los psicólogos locales intentan calmar los traumas con terapias. Pero cada misil que militantes palestinos lanzan contra Israel y cada contraataque del Ejército israelí hacen vanos sus esfuerzos.
La banda de Aburamadan también ofrece a los niños terapia a través de la conversación "ayudando a que hablen sobre lo que está oculto en sus mentes".
Cinco niños y cinco niñas, de entre ocho y 12 años, forman una ronda alrededor de los músicos. Algunos de ellos tocan instrumentos de percusión que les han dado.
"Me siento más cómodo y más feliz si canto o hago música", dice Mahmud Abu Daggen. Él y sus tres hermanas se mudaron a Gaza desde los Emiratos Árabes Unidos justo unos meses antes de la guerra. "Nunca viví una guerra tan horrible en mi vida", dice. "Aún no puedo olvidar el sonido de las bombas y las explosiones".
Mientras sus compañeros de grupo cuentan chistes para hacer reír a los pequeños, Sarah sugiere un juego. "¿Y si cerramos los ojos por dos minutos mientras ellos tocan?", pregunta. "Piensen en lo que ven del pasado y en cómo ven el futuro".
Suena el violín, luego el piano. Tras dos minutos, el viaje termina. "¿Qué han visto?", pregunta Sarah. "Primero vi aviones y bombas", dice Iman, de 13 años. "Pero luego intenté escuchar la música y deseé estar en un enorme jardín".
La pequeña gira de estos músicos fue patrocinada por una organización cultural local. En el futuro, el grupo quiere volver a presentarse y llegar a más niños. Muchas veces los menores en Gaza no tienen acceso a instrumentos y muchas familias religiosas no ven con buenas ojos que sus hijas canten o bailen. "Pero muchos de los niños tienen talento", dice la cantante después del concierto y añade que quiere volver.

Pesar y preocupación por el Muro de Apartheid israelí

Las representaciones de la Unión Europea en Jerusalén y en Ramallah hicieron pública una declaración sobre la decisión tomada sorpresivamente el pasado 7 de julio por la Corte Suprema de Israel de autorizar la continuación del Muro de Apartheid en el Valle de Cremisan.

En la declaración se expresa “un profundo pesar y una gran preocupación” por la decisión de la Corte Suprema de Israel. “Si se construye –dice el comunicado- esta barrera restringirá severamente el acceso de 58 familias palestinas a sus tierras, y tendrá consecuencias profundas en sus vidas”.
Las oficinas de representación de la Unión Europea (UE) en Jerusalén y Ramallah hicieron pública una declaración sobre la decisión tomada sorpresivamente el pasado 7 de julio por la Corte Suprema de Israel de autorizar la continuación de la construcción del Muro de Apartheid el Valle de Cremisan.
En la declaración se expresa “un profundo pesar y una gran preocupación” por la decisión de la Corte Suprema de Israel. “Si se construye –dice el comunicado- esta barrera restringirá severamente el acceso de 58 familias palestinas a sus tierras, y tendrá consecuencias profundas en sus vidas. Por otra parte, la decisión dará lugar a un nuevo aumento de la densidad de población en la zona palestina junto a Belén, en una zona ya afectada por la expansión de los asentamientos de colonos”.
En la declaración de las representaciones de la Unión Europea, Jerusalén y Ramallah también se recuerda que la Unión Europea ha apoyado el parecer consultivo con el que la Corte Internacional de Justicia, ya en julio de 2004, había definido la construcción del Muro de Apartheid en tierras confiscadas de forma arbitraria y unilateral como una acción “ilegal”.
Por su parte, el vicario del Patriarcado Latino de Jerusalén, monseñor William Shomali, declaró estar “sorprendido por la increíble decisión de la Corte de autorizar los trabajos sin admitir una apelación, y estamos tratando de entender las razones de este hecho. El cambio drástico de la sentencia anterior -tiempo atrás la misma Corte Suprema de Israel se había declarado contraria al muro- puede ser una reacción ante el reciente reconocimiento oficial del Estado de Palestina por la Santa Sede”.
“La impresión -agregó el vicario patriarcal- es que nunca habían renunciado a apoderarse de esas tierras del valle de Cremisan, para tener un área en la que expandir los asentamientos israelíes de Gilo y Har Gilo, también construidos en tierras robadas a la ciudad palestina de Beit Jala. Esta era la intención desde el principio, la meta a la que se pretendía llegar, y que se deseaba conseguir a toda costa”.
El valle Cremisan es el “pulmón verde” principal de la población que vive en la zona de Belén. La ruta del Muro de Apartheid construido por Israel, después de cortar el territorio de Belén, ahora se está preparando para devastar esa zona, conocida como uno de los más bellos entornos naturales de toda la Tierra Santa. El muro de Belén, según los habitantes de la zona, trae al recuerdo el odioso muro de Berlín.
“Es evidente -había declarado en el pasado Vera Baboun, alcalde de Belén– que el diseño del muro no responde a ninguna necesidad de seguridad, y sólo busca separar a las personas de sus tierras para confiscarlas y poder ampliar el área de los asentamientos israelíes que ya han ocupado en ese cuadrante la mayor parte de los territorios palestinos”.
Según Vera Baboun, el efecto de la política israelí de confiscación de tierras en esa zona tan delicada de los territorios palestinos será que “en pocos años toda la zona se verá sofocada por las garras del Muro, y los primeros en marcharse serán los cristianos”.
Fuente: Aica On line

viernes, 24 de julio de 2015

Hebrón y Susiya: símbolos de la ocupación y el apartheid en Palestina

Segundo día en Israel y Palestina. Visitamos Hebrón. Esta ciudad está habitada por 200.000 palestinos, 800 colonos israelíes y 600 militares israelíes. Hebrón, joya histórica de las tres principales religiones monoteistas, es hoy una ciudad partida y ocupada.

Por su centro, no tienen derecho a transitar los palestinos, que por cierto viven bajo la ley militar. Solo lo pueden hacer las personas con DNI israelí o con pasaporte autorizado (como el mío), y por supuesto, los militares que vigilan continuamente la zona (jóvenes de 18-20 años que realizan el servicio militar obligatorio). En Hebrón a día de hoy se aplica el apartheid.
La palabra indignación se queda corta, ante la situación de la población palestina en los territorios ocupados. Israel incumple sistemáticamente las resoluciones de la ONU, la legislación internacional y ha implantado una estructura socio-económica que viola de forma estructural los derechos humanos del pueblo palestino. Por el contrario, los colonos israelíes están por encima de bien y del mal, gracias a la protección de su gobierno, de su ejército y, en mayor o menor medida, de su sistema judicial.
Los colonos lo tienen claro: Hebrón es la Tierra Santa que la gracia de Dios les ha otorgado y no cesarán en su empeño de recuperarla, sea cual sea el tiempo necesario. Aquí cuentan el derecho divino y los tiempos bíblicos, no los humanos, lo que da un valor radicalmente distinto a la vida de las personas. El fin por encima de los medios.
Para recuperar Hebrón los colonos han disfrutado de la complicidad de los sucesivos gobiernos de Israel (de derechas y de izquierdas) y de la pasividad de gran parte de la sociedad israelí, que no ve o no quiere ver, los tremendos costes humanos y deterioro de la imagen de Israel en la escena internacional, que este objetivo finalista supone.
Pero no toda la sociedad israelí opta por un silencio cómplice. En este segundo día de viaje nos ha acompañado la ONG Breaking The Silence, una organización creada por ex-militares israelíes que recogen y difunden testimonios de soldados, para alertar y sensibilizar de la situación en territorios ocupados. Con la poca capacidad de la Autoridad Palestina de superar sus propios problemas (corrupción, no renovación de élites, etc.) y la escasísima voluntad de la comunidad internacional -empezando por la Unión Europea- de plantarse de una vez ante tal despropósito, la contrainformación que realizan las organizaciones civiles es vital para visibilizar la terrible situación del pueblo palestino frente al aparato mediático del Estado de Israel. Son David contra Goliat, luchando día a día para que no normalicemos la indecencia.
Después, hemos acudido a Susiya, al sur de las montañas de Hebrón, pueblo sobre el que pesa una orden demolición (por enésima vez) por parte de Israel. A escasos metros, los asentamientos ilegales de colonos judíos protegidos por su ejército. Las desigualdades sociales son demoledoras, a un lado Susiya, donde la gente sobrevive en tiendas precarias y, al otro, los asentamientos judíos, donde hay todo tipo de comodidades. Paradójicamente, gran parte de las (pocas y frágiles) infraestructuras de Susiya han sido financiadas por la cooperación europea, que vuelve, una y otra vez, a construir los equipamientos que Israel destruye.
Pintada contra las demoliciones en Susiya. F.C.
La amenaza actual sobre Susiya es resultado de una denuncia interpuesta hace tres años por Regavim, una organización de derechas israelí, que utiliza el sistema de justicia israelí para lograr la demolición de edificios palestinos. Israel afirma que las estructuras de la aldea son ilegales (aunque reconocen que la tierra les pertenece), mientras se niegan a dar a los aldeanos los permisos necesarios para que no lo sean, como tampoco les permiten el acceso a servicios tan básicos como el agua o la electricidad.
Estamos ante la expresión palpable de la estrategia de ocupación israelí: poner todos los recursos posibles legales, militares, urbanísticos, etc. al servicio de la expulsión paulatina de los habitantes locales y su sustitución por colonos. Por desgracia, en Palestina, hay muchas Susiyas.
Afortunadamente, en las últimas semanas el caso de Susiya se ha metido en la agenda diplomática y en las relaciones entre Israel y Estados Unidos y la Unión Europea. De hecho, los ministros de Exteriores de la UE han pedido a Israel que detenga sus planes para el traslado forzoso de la población y la demolición de viviendas palestinas. Y la semana pasada, John Kirby, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, advirtió que cualquier demolición o desalojo sería “perjudicial y provocadora”.
Pero, ¿será suficiente? Lo que está claro es que una de las pocas cosas que tienen hoy tienen influencia sobre el Gobierno de Israel es la presión internacional, en particular, la europea. ¿A qué esperamos para utilizar toda nuestra capacidad de presión? La Unión Europea debe estar a la altura de las circunstancias y contribuir, de una vez por todas, a la construcción histórica de la paz.
Sobre el autor: Florent Marcellesi, es portavoz de EQUO en el Parlamento Europeo, que visita esta semana Israel y Palestina con una delegación de Los Verdes Europeos. Lo puedes seguir en @fmarcellesi
Fuente: Florent Marcellesi, Blog Público - España

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