viernes, 31 de mayo de 2024

Actualización de los pasos fronterizos

 Actualización de los pasos fronterizos

ghisa.org, 23 de mayo de 2024

En contra de las afirmaciones de Israel ante la Corte Internacional de Justicia y el Tribunal Supremo de que se está haciendo lo suficiente para ampliar el acceso de la ayuda a Gaza, la grave escasez de ayuda sigue poniendo vidas en peligro.

El 17 de mayo, la delegación israelí afirmó ante la Corte Internacional de Justicia que la ayuda está entrando en Gaza en «cantidades notables», contrariamente a la realidad sobre el terreno.

A continuación se presenta un desglose de la actividad de los distintos pasos fronterizos desde que comenzó la operación terrestre en Rafah:

Actividad de los cruces desde la operación terrestre en Rafah
Puntos de acceso
Estatus

Paso fronterizo de Rafah: Cerrado desde el 7 de mayo. Operado para el movimiento de personas sólo el 6 de mayo. Egipto suspendió la coordinación de la ayuda desde su territorio tras la toma del paso de Rafah por Israel y su ofensiva en la zona.

El paso fronterizo de Kerem Shalom estuvo cerrado desde la tarde del 5 al 7 de mayo.  Desde el 8 de mayo, el cruce es inaccesible en su mayor parte debido a la presencia del ejército israelí, las órdenes de evacuación en la zona y las dificultades logísticas para coordinar el acceso. Desde el 17 de mayo, se utiliza de forma limitada para el intercambio de personal humanitario.  No hay datos verificados por la ONU o por terceros sobre los camiones del sector privado que entran en Gaza a través del paso desde Cisjordania e Israel.

Erez (Erez Este) Actualmente cerrado después de operar del 1 al 9 de mayo. COGAT afirmó en un tweet el 19 de mayo que el cruce está operando indistintamente con Erez Oeste.

Erez Oeste (Zikim/As-Siafa) Comenzó a funcionar el 12 de mayo. La ayuda humanitaria está entrando por el paso desde el puerto de Ashdod (harina) y la ruta de Jordania (PMA, la Organización Hachemita de Caridad de Jordania (JHCO) y otras organizaciones); algunas mercancías comerciales están entrando desde Cisjordania e Israel. No hay datos verificados por la ONU o por terceros sobre la entrada de camiones del sector privado.

Puerta 96 Este paso fronterizo se utilizaba para transportar mercancías controladas en Kerem Shalom directamente al norte de Gaza, por una carretera que discurre a lo largo del lado israelí de la valla que separa Gaza de Israel. Al parecer, no se ha utilizado al menos desde principios de mayo.

El muelle de JLOTS empezó a funcionar el 17 de mayo. Del 17 al 21 de mayo, COGAT informó de que entraron 56 camiones, pero desde el sábado 18 de mayo la ONU suspendió la entrega tras el saqueo de los primeros camiones que salieron de la zona del embarcadero el día anterior. Los informes indican que la ONU está intentando resolver los problemas logísticos para la distribución de la ayuda.

Lanzamientos aéreos Activos desde finales de febrero. Según el COGAT, se han producido 101 lanzamientos aéreos hasta la fecha (hasta el 20 de mayo). Los lanzamientos aéreos no se producen todos los días, contrariamente a lo que afirmó la delegación israelí en la CIJ.

En la actualidad, existe un grave problema de transparencia sobre lo que entra exactamente en Gaza y a través de qué puntos de acceso. Sólo COGAT tiene plena visibilidad al respecto, y los datos que publica no siempre son completos y no todos los datos pueden ser verificados por terceros. Aunque esto no es del todo nuevo, la falta de transparencia se ha agudizado desde la incursión del ejército israelí en Rafah y las órdenes de evacuación, que obligaron al personal de la ONU a desalojar la zona del cruce de Kerem Shalom. Aunque la ONU publica datos sobre la ayuda que entra por Kerem Shalom, no hay datos verificados por la ONU ni por terceros sobre los camiones comerciales que entran por ningún punto de entrada.

Esta semana, COGAT informó de que cientos de camiones entraban por Kerem Shalom cada día, sin embargo, también compartió una imagen en Twitter de lo que supuestamente son 650 camiones que no han sido recogidos por las agencias de la ONU en el cruce. El número de camiones que entran no es relevante si la ayuda no es accesible a la población que la necesita. Esto apunta de nuevo a que Israel elude su responsabilidad no sólo de facilitar la entrada, sino también de garantizar una distribución adecuada de la ayuda. La ONU y las ONG internacionales siguen denunciando dificultades para acceder al paso fronterizo debido a la falta de seguridad y a problemas logísticos de coordinación.

En una notificación suplementaria (en hebreo) presentada en respuesta a la petición de Gisha y sus asociados al Tribunal Superior de Israel sobre el acceso de la ayuda, el Estado afirmó que había ampliado la cuota de combustible diésel autorizado a entrar en Gaza a 200.000 litros cada dos días. En una vista judicial posterior, el abogado del Estado dijo que la cuota se ampliaba a 196.000 litros al día, y esta cantidad diaria se introdujo efectivamente en Gaza durante varios días a principios de mayo. Sin embargo, desde la incursión de Rafah, la entrada de combustible se ha reducido drásticamente, con una media de menos de 50.000 litros diarios a través de Kerem Shalom. Ha entrado algo de combustible directamente por el norte de la Franja de Gaza, pero no está claro cuánto.

Según los informes, desde el comienzo de la invasión de Rafah no ha entrado gas de cocina en la Franja, lo que ha provocado una grave escasez y un aumento de los precios. La ONU actualizó que «sin electricidad, y con el gas de cocina y la leña demasiado caros, las familias estaban recurriendo a quemar basura y plástico para cocinar». Según la OCHA de la ONU, «la limitada disponibilidad de combustible sigue dificultando las intervenciones sanitarias en hospitales y centros de atención primaria». Las limitaciones de la ayuda desde que comenzó la incursión en Rafah han «revertido» las intervenciones de la ONU contra la desnutrición, lo que ha provocado un aumento de la desnutrición aguda entre los niños. El Grupo de Acción Sanitaria «advierte de un nuevo aumento de la desnutrición y las enfermedades transmisibles debido al desplazamiento a gran escala hacia zonas que carecen de alimentos, agua y otras necesidades básicas.»


jueves, 30 de mayo de 2024

Entrevista a Moustafá Barguti.Exministro palestino

 

VIDA YMUERTE DE JESUS DE NAZARET Reflexiones laicas. Manuel G. Fonseca

 VIDA YMUERTE DE JESUS DE NAZARET

Reflexiones laicas


Valgan algunas aportaciones históricas sobre la muerte de Jesús de Nazaret. Para José

Antonio Pagola en su libro “Jesús, aproximación histórica”, “es un dato seguro que Jesús

fue condenado a muerte,crucificado, durante el reinado de Tiberio por el

gobernador Poncio Pilato. “

¿Porque fue crucificado Jesús?. En el fondo, dice Pagola, Jesús fue crucificado porque

su actuación y su mensaje sacuden de raíz ese sistema organizado al servicio de los más

poderosos del imperio romano, y de la religión que consideraba el templo como lo central

de la religión.”

¿Qué era la crucifixión y qué funciones cumplía?.

La crucifixión era considerada en aquel tiempo como la ejecución mas terrible y temida.

Flavio Josefo la considera “la muerte más miserable de todas”, y Cicerón la califica como

“el suplicio más cruel y terrible”. La muerte venía precedida por torturas y humillaciones; la

flagelación era uno de los usos precedentes, que según Flavio Josefo “despellejaban al

reo a latigazos hasta los huesos” .

El ritual exigía que los cadáveres permanecieran desnudos sobre la cruz hasta su muerte.

Exponer más detalles resulta horroroso. Termino aquí con la cita:

“Para la tradición judía “un hombre colgado de un árbol es una maldición de Dios”.

¿Cómo una persona condenada a muerte de esta forma terrible pudo ser sujeto de

la fe en Dios de quienes lo vieron condenado y muerto de este modo infame?.. La

copla de Machado no se corresponde con la fe de los primeros cristianos (“No puedo

cantar ni quiero a ese Jesús del madero , sino al que anduvo en la mar”), Porque

efectivamente para los primeros seguidores de Jesús lo central de su fe era Jesucristo

crucificado”.

Sobre Jesus de Nazaret hay posiciones muy variadas y contradictorias, y no me

quiero referir al aspecto estrictamente religioso. Existe un significativo número de

personas que sin ser creyentes, religiosas, consideran a Jesus de Nazaret como

quien ha aportado criterios éticos profundos no superables en su hondura y

novedad. Dicho de otro modo consideran que las aportaciones de Jesús en principios y

en prácticas son merecidas de un estudio cultural, filosófico, de una enorme importancia

no solo por la influencia y seguimiento de innumerables personas de toda raza y regiones

mundiales.

Dostoyevsky siglos después, decía:“Lejos de serme increíble Jesucristo como Dios, me

resulta Dios increíble si no es Jesucristo”.

Hannah Arendt, filosofa judia, no religiosa, en su libro sobre “La condición humana”

hace una valoración muy singular de las aportaciones de Jesus de Nazaret al

sentido de la vida basándola en la dignidad sin límite de toda persona humana. La fe

es en el crucificado que vuelve a la vida, y esta fe en la resurrección es un fenómeno

cultural central para reconocer la dignidad de toda persona por muy marginal y miserable

que sea. Asi lo expresa en diversos capítulos de sus obras:

“Porque la buena nueva de la fe cristiana sobre la inmortalidad de la vida humana

individual invirtió la antigua relación entre el hombre y el mundo y elevó la cosa

más mortal, la vida humana, a la posición de la inmortalidad, hasta entonces

ocupada por el cosmos.

Históricamente, es más que probable que el triunfo de la fe cristiana en el mundo antiguo

se debió en gran parte a esta inversión, que llevó la esperanza a quienes sabían su

mundo condenado, una esperanza más allá de la esperanza, puesto que el nuevo


mensaje prometía una inmortalidad que nunca se habían atrevido a esperar. Dicha

inversión fue desastrosa para la estima y dignidad de la política” (332)

“Fue precisamente la vida individual la que pasó a ocupar el puesto que tenía en otro

tiempo la “vida” del cuerpo político”(333)

“En cualquier caso, la inmortalidad cristiana concedida a la persona, cuya unidad

comienza la vida con el nacimiento en la Tierra, no solo dio por resultado el

incremento de otra mundanidad, sino también una enorme importancia a la vida

terrena”(…) “Cabe que la vida terrena no sea más que la primera y más miserable etapa

de la vida eterna; a pesar de todo, es vida, y sin esta vida que terminará con la muerte, no

puede haber vida eterna(334).

Sería muy largo hacer citas de personalidades concretas que sin ser católicas, o

cristianas,se inspiran en el estudio de Jesus de Nazaret, desde lo profundo de los valores

éticos, como hace de los pobres, los necesitados, los que tienen hambre y sed de

justicia, los buscadores de la paz, o acoger al extranjero, en palabras del mismo Jesus,

que paradójicamente estan ausentes o contradichas por representantes formales de la

iglesia, en la mayoría de la jerarquía de la iglesia española, como se ha hecho evidente

en Asturias: léase la proclama del arzobispo del día de Covadonga,

y compárese no con el Evangelio sino con los postulados del grupo político mas

negacionista de España)

En opinión del sociólogo sueco, Goran Therborn, catedrático de sociología en

Cambridg....

“El acontecimiento teórico mas sorprendenteque ha tenido lugar en la filosofía

social de izquierdas en la década pasada ha sido el nuevo giro teológico. Por lo

general ello no significa en la adhesión a una fe religiosa, incluso se dan una relación

personal mas allá de la fe,con la religión. Mas bien la expresión de estos giros teológicos

han tenido diversos motivos, incluso interés académico por la religión y su uso en la

argumentación filosófica o política. Valgan algunos casos como simple muestra del interés

por el hecho religioso:

Regid Debrays (“Tres cosas, decia, han ocupado mi vida intelectual, la guerra, el arte y la

religión”); AlainBadiou, mantiene una relación antigua y poética con s.Pablo a quien

considera el modelo de una nueva figura militante, y que estableció “los fundamentos del

universalismo” en su carta a los Gálatas:”no hay judios ni griegos, ni esclavos ni libres, ni

hombres ni mujeres...; Slavo Zizek desarrolla el paralelismo entre Pablo y Lenin, con la

ayuda de tres pares de guias: Cristo/Pablo; Marx/Lenin;y Freud/Lacan...

Terminamos con una opinión sorprendente del Filósofo de mas consideración en

Alemania y en Europa, al menos,Jurgen Habermas que rinde también su personal

homenaje a la religión. Cito una afirmación llamativa:”A mi juicio los conceptos básicos de

la ética filosófica no logran captarlas intuiciones que se expresan de modo más matizado

en el lenguaje de la Biblia”.

Para quienes han tomado en serio el conocimiento del movimiento cristiano suscitado por

Jesus de Nazaret han superado la confrontación entre personas cristianas y no cristianas

en la defensa de la justicia, la paz y la fraternidad de todas las personas, superando la

confrontación entre razas, lugares de origen o religiones.

Me detuvieron en un aeropuerto estadounidense y me preguntaron sobre Israel y Gaza durante 2 horas. ¿Por qué? Ilan Pappé


 Ilan Pappé en el seminario celebrado en Snntiago de Compostela, 2022, organizado por el doctor Safa Mohamed, del CSCA


Me detuvieron en un aeropuerto estadounidense y me preguntaron sobre Israel y Gaza durante 2 horas. ¿Por qué?
The Guardian, 21 de mayo de 2024

Los agentes fronterizos me preguntaron si creo que Israel está cometiendo genocidio y qué pienso de los lemas de protesta populares poco después de aterrizar en Detroit

Soy un historiador israelí que vive en el Reino Unido, mejor conocido por sus libros sobre la historia de Palestina y Medio Oriente, que desafían la versión oficial israelí de la historia. Este mes fui invitado a Estados Unidos por una nueva organización árabe-estadounidense, al-Nadwa (la Discusión), para compartir mis pensamientos sobre la situación en la Franja de Gaza. También me dirigí a un grupo de Voz Judía por la Paz en Michigan y fui a hablar con estudiantes acampados en la Universidad de Michigan en Ann Arbor.
Después de un vuelo de ocho horas desde Heathrow, al llegar al aeropuerto de Detroit me detuvieron dos personas que pensé que eran agentes del FBI, aunque más tarde descubrí que eran agentes del Departamento de Seguridad Nacional. Dos hombres se me acercaron, me mostraron sus placas y me exigieron que los acompañara a una habitación lateral.
Mi intento inicial de descubrir por qué me detuvieron fue ignorado. Estaba claro que los agentes hacían las preguntas y mi papel era responderlas, y no al revés. Así que hasta hoy, al menos oficialmente, no he recibido ninguna explicación sobre el incidente.
Me retuvieron durante dos horas. La primera ronda de preguntas fue sobre mis opiniones sobre Hamás. Luego los agentes quisieron saber si pensaba que las acciones de Israel en la Franja de Gaza equivalían a genocidio y qué pensaba del lema "Palestina debería ser libre desde el río hasta el mar". Dije que sí, creo que Israel está cometiendo genocidio. En cuanto al eslogan, dije que, en mi opinión, las personas en cualquier parte del mundo deberían ser libres.
Luego los agentes me interrogaron sobre a quién conozco en la comunidad árabe estadounidense y musulmana estadounidense. Me pidieron que les proporcionara números de teléfono, me quitaron el teléfono durante un período bastante largo y me pidieron que esperara hasta que hicieran algunas llamadas antes de dejarme ir.
El objetivo de compartir esta experiencia no es pedir compasión o incluso solidaridad; Hay experiencias mucho peores en la vida. Pero el incidente seguía siendo preocupante y formaba parte de un fenómeno mucho más amplio y grave. ¿Por qué los países aparentemente liberales y democráticos están tan interesados ​​en perfilar o restringir a los académicos que intentan compartir nuestras opiniones profesionalmente informadas sobre Israel y Gaza con el público norteamericano y europeo?
Consideremos las negativas tanto de Francia como de Alemania a permitir que el Dr. Ghassan Abu Sitta, rector de la Universidad de Glasgow, asistiera a eventos similares a los que yo asistí en Estados Unidos. Además de su puesto académico, Abu Sitta ha ejercido como médico en Gaza y puede brindar testimonio de primera mano sobre lo que sucede allí sobre el terreno. Human Rights Watch señaló que la prohibición de Abu Sitta, supuestamente instigada por Alemania, “intenta impedirle compartir su experiencia tratando a pacientes en Gaza [y] corre el riesgo de socavar el compromiso de Alemania de proteger y facilitar la libertad de expresión y reunión y la no discriminación”.
La longevidad del lobby en Estados Unidos y el Reino Unido impide cualquier debate libre sobre Israel y Palestina, incluso en la academia.

Por mi parte, he escrito más de 20 libros sobre Israel y Palestina y deseaba brindar un contexto histórico y académico a la situación actual. Muchos otros académicos conocidos y versados ​​que pueden proporcionar análisis en profundidad, que no siempre se encuentran en los principales medios de comunicación, también se ven afectados por la amenaza o la posibilidad de restricciones de viaje.
Este es un problema grave de libertad académica y libertad de expresión. Irónicamente, en la mayoría de los demás contextos, es más probable que los académicos encuentren barreras a la libertad de expresión en el sur global, no en el norte global. En el tema de Palestina, la situación es la contraria. Sabiendo esto, tiene sentido que probablemente sólo podría haber sido un estado del sur global, como Sudáfrica, el que se atreviera a acudir a la corte internacional de justicia para solicitar una orden judicial contra el genocidio que Israel está cometiendo en la Franja de Gaza. .
Estas restricciones de viaje tienen muy poco que ver con el conocimiento. Los gobiernos estadounidense y británico rara vez consultan a ningún experto que no sea israelí o proisraelí sobre la naturaleza del conflicto en Israel/Palestina y las brutales políticas israelíes de los últimos 76 años.
El primer ministro británico, por ejemplo, se ha reunido con un sindicato de estudiantes judíos desde el 7 de octubre, pero evita cualquier reunión con estudiantes palestinos, muchos de los cuales han perdido a sus familias enteras en Gaza. Las definiciones de antisemitismo, como las esbozadas por la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, se utilizan como arma para silenciar cualquier muestra de solidaridad con los palestinos. Rishi Sunak podría haber aprendido por qué el eslogan “Palestina debería ser libre desde el río hasta el mar” no es idiota ni extremista, como sugirió recientemente, si hubiera estado dispuesto a aprender y escuchar.
¿Por qué estamos aquí? Recientemente terminé de escribir un libro titulado Cabildeo a favor del sionismo en ambos lados del Atlántico. En el proceso aprendí que sólo una investigación histórica detallada, que, lamentablemente, terminó en un libro bastante largo, puede explicar las respuestas pavlovianas de los políticos norteamericanos y europeos a los intentos de la gente de ejercer su derecho a expresarse sobre la lucha palestina.
La longevidad del lobby en Estados Unidos y el Reino Unido impide cualquier debate libre sobre Israel y Palestina, incluso en el ámbito académico. Dada la responsabilidad pasada de Gran Bretaña por la catástrofe palestina y su actual complicidad en los crímenes cometidos contra los palestinos, esta continua represión de la libertad de expresión impide una solución justa en Israel y Palestina y colocará a Gran Bretaña en el lado equivocado de la historia. Espero que Estados Unidos, el Reino Unido y sus aliados cambien de rumbo y demuestren que mi predicción es errónea.
  • Ilan Pappé es un historiador, politólogo y ex político israelí. Es profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Estudios Internacionales de la Universidad de Exeter en el Reino Unido, director del Centro Europeo de Estudios Palestinos de la universidad y codirector del Centro de Estudios Etnopolíticos de Exeter.

EL ESTADO DE ISRAEL Y EL JUDAÍSMO. Manuel G. Fonseca

 

EL ESTADO DE ISRAEL Y EL JUDAÍSMO

La política de ocupación militar progresiva por parte del Estado de Israel de

territorios reconocidos por las Naciones Unidas a los palestinos, es una de las fuentes de

luchas armadas y conflictos internacionales más permanentes y dolorosas del mundo

occidental.

Sumado a esto, la concepción del movimiento sionista de Israel como Estado

“judío” pone en cuestión la consideración de Israel como un estado democrático y

liberal, porque liga ciudadanía a una confesión religiosa, y excluye la posibilidad de un

estado común, en igualdad de derechos, para musulmanes, judíos o cristianos.

Un dato estremecedor: el 85% de los ciudadanos de Israel estaban a favor de la

expulsión militar de los palestinos de Gaza. ¿Cómo se explica que un pueblo

perseguido se convierta en perseguidor?. ¿Qué papel ha jugado/juega el judaísmo, la

religión judía, en este hecho?.

El sionismo basa su ideología nacionalista para justificar la lógica de la conquista de

Palestina en tres supuestos:

.- La mayoría de los judíos modernos son un pueblo étnicamente descendiente de los

antiguos hebreos.

.- Los judíos fueron forzosamente exiliados de su Tierra en el año 70 d.C. (o poco

después)

.- La Biblia es un texto que justifica historicamente estos supuestos, y por tanto el

derecho histórico, e incluso el deber religioso, de reconquistar su Tierra

El sionismo pretende que todos los judíos están dispersos por el mundo porque

fueron expulsados de su tierra, pero siguen formando un pueblo, la base de una

nación, e Israel es el estado de ese pueblo que recupera su tierra original.

La respuesta a estos supuestos que dan algunos historiadores judíos no sionistas es

demoledora para doctrina oficial israelí, que identifica sionismo con el judaísmo, y

busca la legitimación en la religión judía del nacionalismo sionista israelí, que presenta

la ocupación de Palestina como la recuperación por parte de la “nación” o “pueblo”

judío de la tierra histórica de Israel

Me parece clarificadores, entre otros, los escritos de Shlomo Sand, profesor de historia

en la Universidad de Tel Aviv, y autor de varios libros, algunos de cuyos títulos son

demoledores para el predicamento oficial: “La invención del pueblo judío”, y el

último sobre los mismos temas: “La invención de la Tierra de Israel. De Tierra

Santa a madre patria”.

Shlomo Sand hace un meticuloso análisis te los textos bíblicos y de las tradiciones

rabínicas para mostrar que no hay un “pueblo” judio, ni una “tierra de israel”:

- No existe un PUEBLO judío, como no hay un pueblo budista, o cristiano, o

musulmán: hay un pueblo francés, estadounidense o vietnamita…o israelita, pero no

“judío”. El único elemento común ha sido el religioso: ni componentes etnológicos, ni

lingüísticos, ni culturales.

No hubo un pueblo judío que regresa a su lugar ancestral de origen. Israel es fruto de la

“intoxicación de la sociedad israelí por la combinación de un poder militar con una

religión nacionalizada” (pg16).

El sionismo falsifica la historia y el judaísmo: pretende borrar cualquier recuerdo

del judaísmo como una religión dinámica y proselitizadora por lo menos entre el

siglo II y el VIII, que buscó e hizo prosélitos en todos los países y razas. Hubo hasta

 

reinos de confesión judía en Asia, en la India, en Rusia… Incluso los primeros sionistas,

como Ben Gurión “sabían bien que nunca se había `producido el exilio y que por ello

consideraban a la mayoría de los campesinos del territorio como los auténticos

descendientes de los antiguos hebreos” (pg19)

- La Tierra de Israel es una invención:

“Mi principal objetivo, dice S. Sand, en este libro es desmontar el concepto del

“derecho histórico” judío sobre la tierra de Israel y sus asociadas narrativas

nacionalistas, cuyo único propósito era establecer la legitimidad moral para

apropiarse del territorio” (pg 35)

Las expresiones bíblicas “tierra prometida”,“tierra Santa”, etc de las tradiciones

judías y cristianas nunca tuvieron un sentido nacionalista, de territorio físico

nacional como pretende el sionismo. Para el judaísmo la tierra bíblica tenía un sentido

simbólico, religioso, contrario a la idea nacionalista del sionismo de una patria.

Solamente desde principios del S.XX el sionismo tomo prestado el término “Tierra

de Israel” para desplazar al de “Palestina”, que era el término usado generalmente,

incluso por las primeras generaciones de sionistas. Los colonos cambiaron

sistemáticamente los términos, y convirtieron el término “tierra de Israel” en el

nombre exclusivo de la región.

En la Biblia se dieron muchos nombres a ese territorio, y bajo ese nombre no incluía

Jerusalén, Hebrón o Belén, es decir la tierra del reino norte de Israel.

“En otras palabras, concluye Sand, en todos los libros de la Biblia, la tierra de

Canaán nunca sirvió como patria para los hijos de Israel, y por esa razón entre otras

nunca se refirieron a ella como la “Tierra de Israel”(91)

“En resumen, dice este autor, los judíos no fueron exiliados a la fuerza de la tierra de

Judea en el S.1 d.C, y no “regresaron” a la Palestina del S.XX, y posteriormente a

Israel, por voluntad propia…y soy plenamente consciente del riesgo que tomo lanzando

la hipótesis de que el mito del exilio y del regreso – un tema tan caliente durante el

S.XX debido al antisemitismo que impulsó el nacionalismo de la era – podría enfriarse

durante el S.XXI. Sin embargo, eso solo será posible si el Estado de Israel cambia su

política y pone fin a las acciones y prácticas que levantan la judeofobia de su letargo y

aseguran al mundo nuevos episodios de horror”.

¿Qué relaciones tiene el sionismo con el judaísmo?. ¿Es lo mismo sionismo que

judaísmo?. ¿Ser crítico con el sionismo, con el nacionalismo sionista, es ser

antijudío?

“Desde el inicio de su empresa de asentamiento, dice Slomo Sand, el sionismo

secular necesitaba unas vestimenta formal religiosa”, tanto para considerar a los

judíos de hoy como los descendientes de un pueblo bíblico, como para asignar a

este pueblo su antigua tierra.

“La expansión territorial de Israel (después sobre todo de la guerra de 1967), junto

con la desaparición del sionismo socialista, hicieron que esta vestimenta formal

fuera todavía más esencial, reforzando hacia finales del S.XX el estatus de los

componentes ideológicos etnorreligiosos de Israel dentro del gobierno y de los

militares.”

“Pero no debemos engañarnos por este proceso relativamente reciente. Fue la

nacionalización de Dios, no su muerte, la que levantó el velo sagrado de la tierra

 

transformándola en el suelo sobre el cual la nueva nación empezó a caminar y a

construir de a forma que consideró conveniente” (35)

- El sionismo versus judaísmo:

Para el judaísmo histórico Palestina, Jerusalén, era tierra santa para visitar, para

conocer, y para algunos un lugar privilegiado para vivir y morir. Pero para la inmensa

mayoría esta ilusión no significaba desapego se su tierra y país donde habitaban

desde generaciones, y eran españoles, franceses, alemanes etc que profesaban la fe

de Moises (ver cita de Mendelson pg 187); y si fueron expulsados por razones

etnoreligiosas su afán era la vuelta a su patria de nacimiento, no buscar refugio en

Palestina.. Valgan como ejemplo los judíos sefardíes que guardaron durante siglos las

llaves de su casa en España. De hecho una de las causas de la emigración de judíos a

Israel fue las leyes antiinmigración que Gran Bretaña o Estados Unidos establecieron

para evitar la entrada masiva de judío a partir de la persecución nazi. Un dato

significativo: a finales del SXIX vivían en Palestina menos de 5000 judíos, y más de

250.000 cristianos y musulmanes. En ese periodo vivian en el mundo 2,5 millones

de judíos, principalmente en Europa del este. Nunca existió, concluye Sand, el

anhelo de establecerse en la Tierra Santa.

Esta transformación del judaísmo en una ideología nacionalista, que considera Palestina

como la Tierra de una nación y un estado judío, no solo no tiene fundamento sino que es

profundamente contraria al judaísmo histórico .El judaísmo histórico no era

nacionalista, sino universalista. La salvación que Dios anunciaba a Israel debería

extenderse a todos los pueblos.

Para Sand existe “una profunda brecha metafísica y psicológica entre el nacionalismo

judío y el judaísmo histórico”. Cita al respecto a Gudeman, uno de los rabinos más

relevantes de finales del SXIX, que en su libro “National Judaísm” hace una crítica

demoledora del judaísmo nacionalista. Para él incluso aunque aun que los judíos

hubieran sido un pueblo en la antigüedad , desde la destrucción del templo no eran más

que una comunidad religiosa que tenía la finalidad de extender por todo el mundo el

monoteísmo y convertir a toda la humanidad en un gran pueblo.

“El carismático rabino, dice Sand, no ocultaba su temor a que un día un “judaísmo con

cañones y bayonetas invirtiera los papeles de David y de Goliat para constituirse

en una ridícula contradicción de sí mismo” (191)

El sionismo y la opción ultraortodoxa del judaismo.

El sionismo me recuerda al nacional-catolicismo: instrumentalización política

ultraconservadora del catolicismo, con el pacto tardío, básicamente después de ganar

la guerra de 1967, de mutuo interés con una de las ramas más excluyentes del judaísmo.

El judaísmo ha tenido y tiene muchas tendencias, o sectas (como el cristianismo, el

islamismo…y otros ismos incluso laicos). Señalo dos tendencias fundamentales:

La teología de la elección: los judíos son un pueblo elegido, la salvación y la Tierra de

Israel es para los judíos. Los demás pueblos son infieles, etc).

La tendencia universalista, profética, que es abierta y se dirige a todos los humanos,

que son igualmente llamados por Dios frente al odio y la injusticia

 

Las teologías de la elección, o del Deuteronomista, es una de las

instrumentalizaciones de las tres religiones monoteistas. “En lugar de hacer de Dios,

como hacen los profetas, un símbolo que desafía nuestros prejuicios, y nos obliga a

observar nuestros propios defectos, se sirven de él para confirmar el odio humano

egoísta y para hacerlo absoluto”. (Karen Armstrong 82-83)

Las tres religiones monoteístas han elaborado teologías semejantes para justificar sus

guerras de dominio y ocupación: las cruzadas, la colonización de América, la conquista

del Oeste o la guerra de Iraq …España, Estados Unidos…se consideran pueblos

El sionismo del Estado de Israel ha optado por la versión más ultraortodoxa del

judaísmo, y utilizan la literatura deuteronómica, la más excluyente, como referencia

política y moral. Se puede ver la actitud de la mayoría de la población israelí que

victoreaba la explosión de sus cohetes en Gaza, en paralelo con algunos textos de la

ultraortodoxia religiosa:

En Deuteronomio 20,16 Moises insiste: “Pero de las ciudades de estos pueblos quue

el Señor tu Dios te da por heredad, no dejarás con vida a nada que respire”. Borrar,

destruir y quitar a vida “de cualquier cosa que respire” son claros imperativos de estos

textos, y el más usado para indicar la erradicación global de los habitantes es “destruir

por completo”.

Así en el libro de Josué que narra la conquista de la Tierra Prometida se dice

literalmente: “destruyeron por completo al filo de la espada, todo lo que había en la

ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos” (Josué 6, 21).

(S. Sand 79).

Hechos y textos así los hay en todos los imperios, desde Roma, a USA, pasando por

España o el Congo cuando era belga.

Lo novedoso y terrible es que el libro de Josue era hasta hace poco el texto favorito

de muchos círculos sionistas y de Ben Gurión. A pesar que judaísmo talmúdico es

contrario a una interpretación histórico literal de la Biblia, todavía hoy los escolares

judíos de nueve y diez años estudian en las escuelas israelíes las campañas militares de

Josué, sin ninguna explicación.

Esta ideología ultra es una opción del sionismo israelí, y supone una selección

absolutamente sesgada frente a los textos posteriores de la Biblia y el judaísmo

profético. A lo largo de los siglos Yahvé se convirtió en una idea que ayudó a descubrir

al judaísmo el respeto hacia los demás seres humanos, a considerar la humanidad como

algo sagrado. Para la tradición rabínica “las ofensas contra otro ser humano eran una

negación del mismo Dios que había creado a hombres y mujeres a su propia imagen.

Equivalían al ateísmo, que era un intento blasfemo de negar a Dios. Por eso el

asesinato era el mayor de los crímenes, porque era un sacrilegio” (Karen Armstrong ,

107)

Hans Kung dice que apenas hay otro pueblo que disponga de una aportación a

una ética común de la humanidad como el judaísmo con sus diez mandamientos.

Slomo Sand afirma en consecuencia de todo su largo análisis documental que a Biblia

no es un texto patriótico (…). Las masas de conversos al Judaísmo y sus descendientes

consideraban a Palestina como un lugar sagrado, “pero nunca consideraron seriamente

trasladarse allí y nunca lo hicieron. El sionismo no era en absoluto la continuación del

judaísmo sino su negación, y por esa razón el judaísmo rechazó al sionismo en un

periodo anterior de la historia. A pesar de todo esto, el mito ha calado en una cierta

lógica histórica, que a su vez ha contribuido a su parcial realización” (256)

 

La ocupación militar de Palestina por el Estado de Israel no tiene ninguna

legitimación ética, política o del derecho internacional, y la acusación de

antijudaísmo a la crítica de la política de ocupación del Estado de Israel es pura

falacia: es Israel quién contraviene las mejores tradiciones de los judíos.

miércoles, 29 de mayo de 2024

Razones y retos del reconocimiento del Estado de Palestina por parte de España Isaías Barreñada

 Razones y retos del reconocimiento del Estado de Palestina por parte de España

Isaías Barreñada
 
El reconocimiento del Estado de Palestina por parte de España se ha anunciado para este martes 28 de mayo, junto con Noruega e Irlanda, en lo que previsiblemente será una primera tanda seguida posteriormente por otros países de la Unión Europea. Este reconocimiento debería haber tenido lugar hace bastante tiempo. Durante más de diez años los sucesivos gobiernos se instalaron en el sí pero no, dándole vueltas y optando en la práctica por desatender la demanda de las autoridades palestinas. La masacre de Gaza y la exigencia de Sumar han sido decisivos para dar el paso.
Esta decisión ha recibido críticas variopintas de la oposición, desde la surrealista afirmación de Núñez Feijóo de que el reconocimiento perjudicará a los palestinos, dando ideas a Israel hacia dónde dirigir su previsible descontento con España, hasta la cínica interpretación de que es un premio a Hamás, según García Margallo y Díaz Ayuso, haciendo de voluntarios portavoces de Netanyahu. Los exabruptos obscenos de los dirigentes de Vox no merecen comentarios.
El reconocimiento entre Estados es un acto político, una decisión soberana en materia de Política Exterior, y es un acto jurídico-diplomático por el que dos Estados se reconocen mutuamente como actores homólogos en la escena internacional. En esta segunda dimensión supone la base formal para establecer relaciones bilaterales, firmar acuerdos y tratados, y llevar a cabo otros actos propios de las relaciones entre Estados.
En el caso del reconocimiento del Estado de Palestina por parte de España, este es un acto político oportuno y necesario, por varias razones. En primer lugar —y es la razón más importante— porque es un derecho inalienable del pueblo palestino, tal y como han establecido las Naciones Unidas hace más de 50 años –resoluciones A/RES/3070 (1973), A/RES/3236 (1974), entre otras—. Porque es una decisión coherente con la posición histórica de España. Desde hace décadas todos los gobiernos españoles han reconocido este derecho y han apoyado la creación del Estado palestino; invirtiendo en ello esfuerzo político y financiero.
Ahora supone superar un bloqueo, en el que habían primado cálculos ligados a las relaciones económicas y la cooperación en inteligencia (con el PP), o la falta de iniciativa y de coherencia (con el PSOE), y que había dado de facto a Israel la facultad de vetar una decisión soberana de España. Además, porque pone en evidencia que las dos condiciones esgrimidas anteriormente para el reconocimiento —que hubiera un acuerdo previo israelí-palestino, y un consenso a nivel europeo— eran irrealizables, y fueron meras justificaciones para encubrir falta de voluntad política tanto en los gobiernos de Rodríguez-Zapatero como de Rajoy y Sánchez. El reconocimiento es necesario porque hoy es una forma de empoderar, aunque sea de manera modesta, a Palestina, que sufre una guerra colonial total, despiadada y de características genocidas. Porque supone superar una anomalía, ya hay relaciones diplomáticas bilaterales, de alto nivel, pero falta el acto inicial de reconocimiento. Y finalmente porque la decisión está respaldada por el sentir mayoritario de la población española, un 78% según el Barómetro del Real Instituto Elcano, lo que muestra que no es una cuestión del Gobierno o partidista, sino que atraviesa a distintas sensibilidades y partidos.
La respuesta hostil de Israel es inevitable; ya hemos visto las declaraciones de su gobierno, sus sobreactuaciones, y la llamada a consultas de la embajadora. Tampoco deben sorprender otras medidas que puedan tener consecuencias para españoles y palestinos. Por ejemplo, las restricciones al Consulado General de España en Jerusalén que no son más que un acto propio de un ocupante ilegal; como potencia ocupante que es Israel debería ser el garante de las necesidades de la población ocupada y no infligirle medidas punitivas por una disputa diplomática bilateral. A todas luces, estas respuestas de Israel son una huida hacia delante. Israel teme que cunda el ejemplo entre otros Estados, especialmente europeos, y ve que ni Estados Unidos ni Alemania, sus principales valedores, lo pueden impedir.
El reconocimiento tiene un doble mensaje de importante calado político. El primer mensaje es que no se reconoce ninguna legitimidad a Israel para que vete la decisión del gobierno español. El reconocimiento de un Estado es un acto soberano en el que no debe caber ninguna posibilidad de veto de un Estado tercero, y aún menos de un Estado que es el ocupante ilegal. España no pidió permiso a Serbia para reconocer a Montenegro en 2006, ni a Sudán del norte para reconocer a Sudán del Sur en 2011, ni a la hora de no reconocer a Kosovo en 2008, en una decisión soberana basada en consideraciones propias sobre la unilateralidad de la separación. El segundo mensaje es que España confirma que debe haber un Estado palestino soberano, lo que es una declaración contundente ante la ocupación indefinida, y una exigencia del fin de la ocupación. Al reconocer a un Estado que en la práctica no es soberano porque está ocupado, España se posiciona ante tal ocupación; exactamente lo contrario a lo que hizo Trump en 2018.
En el debate sobre el reconocimiento ha surgido la cuestión de su utilidad. Un tema controvertido que ha implicado incluso a sectores solidarios con Palestina que no le ven relevancia política, que quisieran posicionamientos más contundentes y que perciben un intento velado de reeditar la lógica del proceso de Oslo. Efectivamente el reconocimiento no cambiará las cosas sobre el terreno, ni acabará con la ocupación. Si no lo ha hecho el reconocimiento por parte de los 142 países que ya reconocen a Palestina, no tiene sentido exigírselo a tres Estados europeos, salvo que se piense que un acto de países europeos vale más que los demás. Tampoco va a ser decisivo para un cese del fuego, tal como pide la derecha, lo que no deja de ser curioso cuando esa misma derecha no ha exigido un cese de la guerra y ha alentado la guerra con el pretexto de la legítima defensa y la erradicación de la resistencia palestina. Tampoco es un medio de legitimación del gobierno en Ramallah o de las autoridades en Gaza; se reconoce a los Estados, no a los gobiernos.
Sin embargo, el reconocimiento puede contribuir a cambiar algunas cosas si va acompañado de voluntad política para ello. Para eso el reconocimiento no debe quedarse en el gesto, en lo simbólico. Eso es insuficiente. Debe ir más allá, debe ser un paso en una estrategia dirigida a cambiar las relaciones con Israel.
El reconocimiento debería hacer mención explícita a las fronteras de ese Estado que se reconoce, como han hecho alguno de los países que ya reconocen a Palestina. Es una forma de rechazar las anexiones, entre otras la anexión ilegal de Jerusalén Este.
El reconocimiento puede dar pie a unas decisiones soberanas y acordes con el derecho internacional. La lista de posibilidades es larga:
No realizar ningún acto que legitime de facto o suponga un reconocimiento de la ocupación, como viene siendo el caso con el consentimiento de que lleguen productos de los asentamientos al mercado español, que empresas españolas operen en los territorios ocupados, o la entrada impune de israelíes colonos a territorio español.
Dejar de pedir permiso a Israel para acceder a los territorios palestinos, en particular en los viajes de delegaciones oficiales españolas; y no atenerse al bloqueo militar impuesto sobre Gaza. Recordemos que el papa Francisco ha sido uno de los pocos jefes de Estado que ha entrado en Cisjordania sin pedir permiso, e Israel tuvo que aceptarlo.
Suspender todo el comercio de armas con Israel, incluida la compra, y prohibir el tránsito de armas con destino a Israel en todo el territorio marítimo y aéreo español. Recordemos que durante el franquismo se prohibió a Estados Unidos el uso de las bases para avituallar a Israel durante la guerra de 1973.
Modificar la cooperación con Israel en materia de seguridad, suspendiendo el uso de tecnología israelí de espionaje, y no permitiendo que operen los servicios de seguridad israelíes en los aeropuertos españoles, que suplantan a los españoles.
Sumarse a los procedimientos judiciales ante la Corte Internacional de Justicia y ante la Corte Penal Internacional, a las denuncias ante el Consejo de Derechos Humanos; y acabar con el voto errático en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Reorientar la ayuda a los palestinos para que no sea instrumentalizada por el ocupante israelí y en cambio empodere a los palestinos resistiendo la ocupación; y, entre otras medidas, exigir a Israel el pago de lo destruido que había sido financiado por España.
Tomar, sin miedo, las necesarias medidas diplomáticas bilaterales ante declaraciones, amenazas y actos hostiles de Israel, con medidas de reciprocidad y respuestas acordes al derecho diplomático. Además de responder a las medidas punitivas contra España y los palestinos en los territorios ocupados y anexados.
Velar por que ninguna institución pública española sirva para lavar la cara de Israel, como es el caso, desde hace casi 20 años, del Centro Sefarad-Israel.
Y finalmente España debe modificar sus relaciones con Israel. Debe romper con el principio que Israel ha logrado imponer en sus relaciones bilaterales: el “encapsulamiento” de la cuestión palestina para que no se ligue a sus relaciones bilaterales. Al contrario, debe aplicarse una condicionalidad efectiva en las relaciones bilaterales con Israel y entre Israel y la UE. En suma, España no debe seguir contribuyendo a mantener la “excepcionalidad” internacional de Israel.
Con ello, el reconocimiento pasaría de lo simbólico a lo efectivo, de lo gestual diplomático a lo concreto. Contribuiría a agrietar el blindaje internacional que Israel ha logrado construir con décadas de ayuda, asistencia, protección y complicidad de numerosos Estados (en particular europeos), y que le ha permitido disfrutar de una total impunidad en su comportamiento con los palestinos, sus vecinos árabes y en la escena internacional. Una realidad inaceptable que la actual masacre ha puesto en evidencia.
Finalmente, ante el insistente discurso que liga el reconocimiento con la llamada “solución de los dos Estados” y la convocatoria de una Conferencia internacional de paz, debe hacerse de manera imperativa una reflexión crítica con lo ocurrido en Oslo y un diagnóstico realista de la situación actual. Hoy no hay condiciones para ninguna conferencia de paz. Israel no quiere y nadie le va a forzar a ello; la parte palestina está en un momento de precariedad grave y los ánimos de los dos pueblos no lo aconsejan.
En segundo lugar, la fórmula de la “solución de dos Estados” aparece hoy de forma inequívoca como un eslogan manipulado y de doble filo. No es una solución en sí misma. La “solución” a la enorme e intrincada cuestión palestina requiere de mucho más que la estatalidad; debe incluir el retorno de los refugiados y el fin del apartheid y del sistema supremacista en Israel, para que pueda construirse un horizonte de justicia y de convivencia. Hoy lo urgente es insistir en la necesidad de un Estado palestino soberano, pasando por el fin de la ocupación, es decir, frente a una “realidad de un solo Estado ocupante y de apartheid”, forzar una “realidad de dos Estados”, a modo de etapa y como componente en una solución a largo plazo.
Por ello el eslogan “libertad para Palestina, desde el río hasta el mar”, tan denostado por algunos y atribuido malintencionadamente a Hamás, tiene un sentido más allá del irredentismo territorial. Plantea sencillamente que una solución justa y duradera a la cuestión palestina debe ser global, que incluya todas sus dimensiones, y que no se pueden repetir los errores del falaz proceso de Oslo.
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Isaías Barreñada es profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

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Voces influyentes se unen en un manifiesto de apoyo al Estado Palestino


 Voces influyentes se unen en un manifiesto de apoyo al Estado Palestino

 La plataforma "Libertad para Palestina" reúne a destacadas personalidades de los Derechos Humanos, la cultura y el periodismo para exigir el fin de la impunidad israelí y la implementación de sanciones internacionales.
Hoy, 28 de mayo, España, Irlanda y Noruega reconocen el Estado de Palestino, sumándose así a los 142 Estados miembros de pleno derecho de las Naciones Unidas que ya lo habían hecho con anterioridad, de un total de 193, además del Vaticano, que es un Estado observador del organismo internacional.
Esta decisión es un gesto transcendental que recoge y expresa el apoyo en el Estado español y a nivel mundial al pueblo palestino y a sus reivindicaciones de autodeterminación, independencia nacional y retorno de los y las refugiadas. Expresa además el amplísimo rechazo mundial al sufrimiento extremo que durante décadas lleva padeciendo el pueblo palestino a manos de Israel y, concretamente, en estos meses, del genocidio que se está perpetrando en Gaza, el más explícito y brutal desde el término de la II Guerra Mundial, que desde octubre ha costado la vida a más de 35.000 palestinos y palestinas, y ha forzado el éxodo —una y otra vez— a más de dos millones de seres humanos, ahora con el asalto israelí a Rafah.
La Plataforma “Libertad para Palestina”, integrada por 36 organizaciones políticas, sindicales y sociales del Estado español, lanza un vídeo en el que personas de muy diferentes ámbitos —Joaquim Bosch, Teresa Aranguren, Juan Cruz, Mónica Oltra, Pepón Nieto, Bob Pop, la Terremoto de Alcorcón, Pepe Viyuela, Unai Sordo, Pepe Álvarez, Carla Antonelli…— muestran su apoyo al reconocimiento del Estado de Palestina pero exigen ir más allá: en primer lugar y de manera urgente, poniendo fin a la impunidad de Israel e imponiendo un alto el fuego inmediato; en segundo lugar, implementando el reconocimiento de Palestina, procurando paralizar por medio de sanciones europeas e internacionales la expansión colonial israelí en Cisjordania  y Jerusalén Este.
Este vídeo recoge la voz unida del compromiso con el pueblo palestino de profesionales del ámbito científico, de la cultura, de la judicatura, del periodismo; de responsables de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, de la comunidad palestina en España, de organizaciones pacifistas y de reparación de la Memoria Histórica; ⁠de representantes de sindicatos y de partidos políticos.
Toda nuestra solidaridad con el pueblo palestino. Fin al genocidio, Palestina libre.

El origen de la "solución de los dos Estados" en Palestina y por qué es colonial, injusta e inviable JORGE RAMOS TOLOSA, Profesor de Historia Contemporánea de la Universitat de València

 El origen de la "solución de los dos Estados" en Palestina y por qué es colonial, injusta e inviable

JORGE RAMOS TOLOSA, Profesor de Historia Contemporánea de la Universitat de València
publico.es, 5 de febrero de 2024
Hay que cambiar el diccionario: estamos ante un capítulo más –el más terrible– de una historia de colonización y descolonización
Todavía sigue eludiéndose en numerosos ámbitos. Cabe insistir en que hay que cambiar el diccionario. La clave para entender y abordar el actual genocidio israelí en Palestina es que se trata de un capítulo más –el más terrible– de una historia de colonización y descolonización. Una historia de colonización de asentamiento sionista-israelí que no representa al judaísmo ni a las comunidades judías y que pretende dominar el máximo territorio posible con el mínimo de población nativa palestina posible.
Este proyecto colonial sionista logró un gran triunfo en 1948 con la creación del Estado de Israel y la limpieza étnica de Palestina –la Nakba–, pero no terminó ese año. La colonización, la limpieza étnica y el apartheid prosiguen 76 años después. Como estamos viendo con el vigente episodio de genocidio, el mejor documentado audiovisualmente por sus víctimas y victimarios, la Nakba continúa. Y también los intentos del pueblo palestino de descolonizar su tierra. Y a pesar de todo el dolor, sacrificio y sufrimiento imaginable e inimaginable por parte del pueblo palestino, el proyecto colonial sionista-israelí, basado en proporcionar seguridad y estabilidad a sus colonos y a sus inversiones capitalistas, es cada día más inseguro, inestable e insostenible.
Para colonizar y cometer un genocidio hay que intentar deshumanizar al pueblo colonizado desde el principio hasta el final
Desde sus inicios a finales del siglo XIX hasta la actualidad, los líderes del movimiento sionista y del Estado de Israel, como proyecto vigente de colonialismo de asentamiento, emplearon y emplean el lenguaje racista común a otras expresiones coloniales europeas. Este suele presentar a las personas blancas como portadoras de la civilización y a las personas no blancas como representantes de la barbarie.
El padre del movimiento sionista, Theodor Herzl, escribió en 1896 que el futuro Estado sionista sería: "Una parte del muro defensivo europeo en Asia, un lugar avanzado de la civilización contra la barbarie". Varios años más tarde, Herzl quiso legitimar su proyecto colonial pintando una parte de Palestina de esta manera: "Los campos parecían estar quemados y los habitantes de las negruzcas aldeas árabes parecían bandidos". En 1914, el destacado sionista autodenominado "socialista" Moshe Smilansky manifestó: "Estamos tratando con gente semisalvaje que tiene conceptos sumamente primitivos. Y esta es su naturaleza. [...] Entre los árabes se han desarrollado valores de base [...] [tales como] mentir y engañar".
Asimismo, el que tres décadas más tarde sería el primer presidente del Estado de Israel, Chaim Weizmann, respondió ante la pregunta de qué pensaba hacer con la población palestina: "Los británicos nos dijeron que allí hay algunos cientos de miles de ‘kushim’ [‘negros’], y que ellos no tienen ningún valor". Weizmann también comentó que "el árabe es primitivo y se cree lo que le dicen". En este marco, aunque fue acuñado con anterioridad, se difundió el eslogan asociado al sionismo de "un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo". 
En el penúltimo año de la Primera Guerra Mundial y tras haberse repartido en secreto con Francia gran parte de los dominios otomanos entre Persia y el Mediterráneo (Acuerdo Sykes-Picot de 1916), el Reino Unido incorporó la Palestina otomana al Imperio Británico y mostró su connivencia con el movimiento sionista, aunque de manera ambigua, en la Declaración Balfour de 1917. El poder imperial británico brindó un apoyo estructural fundamental a la colonización de asentamiento sionista y a la segregación (apartheid) de la población colona blanca respecto a la nativa palestina en el marco del Mandato Británico, que se prolongó hasta 1948. La causa sionista había quedado conectada con el imperialismo noratlántico, que, primero dirigido por el Reino Unido y después de la Segunda Guerra Mundial por Estados Unidos, utilizarían el territorio entre el río Jordán y el Mediterráneo como plataforma para su dominio y expansión en una región clave, encrucijada entre África, Asia y Europa. 
En la actualidad, hasta el histórico pronunciamiento del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU del 26 de enero de 2024 que aceptó la solicitud sudafricana, se declaró competente para investigar y exigió medidas concretas al Estado de Israel para evitar el genocidio, ha mencionado los discursos racistas de deshumanización que han utilizado autoridades israelíes. Como ha ocurrido en otros episodios históricos, la difusión de la deshumanización racista ha constituido un elemento imprescindible, tanto previamente como de manera coetánea, a la práctica genocida.
Entre otras innumerables afirmaciones similares, el 9 de octubre de 2023, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ordenó cometer crímenes de guerra en Gaza y afirmó que "estamos luchando contra animales humanos". Semanas después, el ministro de Patrimonio y Asuntos de Jerusalén, Amihai Eliyahu, defendió la limpieza étnica de la población palestina de Gaza afirmando que "los monstruos de Gaza pueden ir a Irlanda o a los desiertos", y sostuvo que el uso israelí de armas nucleares en Gaza era "una de las posibilidades", algo que reiteró en enero de 2024.  
El origen de la "solución de los dos Estados": colonial, injusta y cortina de humo para ocultar el máximo objetivo sionista-israelí de expansión territorial y expulsión de la población nativa
Fue en el contexto del Mandato Británico de Palestina entre 1917/1923 y 1948 cuando las resistencias palestinas se multiplicaron y se planteó por primera vez oficialmente lo que ahora se denomina la "solución de los dos Estados". Las primeras protestas anticoloniales palestinas se retrotraen a la década de 1880 y ya contaron con presencia femenina. Algunas de las primeras organizaciones sociales palestinas desde el inicio de la colonización fueron no mixtas de mujeres, como la Sociedad Ortodoxa de Ayuda, reunida en 1903 en Acre por primera vez.
En 1929, la creación de la Asociación de Mujeres Árabes supuso el establecimiento de un movimiento nacional, consolidado y estable de mujeres palestinas. Fue de la mano, en la década de 1930, de una gran efervescencia política palestina, que incluyó la formación de partidos de masas como Istiqlal e incontables protestas contra el colonialismo sionista y el británico. La movilización anticolonial y nacional alcanzó su cenit con la Gran Insurrección palestina de entre 1936 y 1939.
Este histórico episodio de resistencia palestina se vio precedido por la lucha guerrillera de la organización al-Kaff al-Aswad, liderada por Izz ad-Din al-Qassam, cuya muerte a manos británicas dio lugar al primer gran mártir de la resistencia palestina y más de medio siglo después inspiró el nombre del brazo armado de Hamás. La Gran Insurrección palestina, coordinada por el Comité Superior Árabe, se inició en la primavera de 1936 con una huelga general que se prolongó durante seis meses, llegándose a convertir en la huelga general más larga hasta ese momento en un territorio colonial. El objetivo palestino era que el Mandato Británico parase la colonización sionista y que se convocasen elecciones democráticas para la formación de un gobierno nacional que condujese a la independencia del país. Casi noventa años después, sigue negándose el derecho de autodeterminación del pueblo palestino
Fue en este contexto, en el que las autoridades del Mandato Británico de Palestina no sólo rechazaron todas las reivindicaciones palestinas, sino que colaboraron con las organizaciones paramilitares sionistas para reprimir la Gran Insurrección, cuando el Reino Unido nombró una comisión que formuló oficialmente lo que después se denominaría la "solución de los dos Estados" o "partición" de Palestina. Como había ocurrido con la Declaración Balfour, no se contó con la opinión del pueblo directamente afectado. La Comisión Peel recomendó en 1937 dividir Palestina entre un Estado denominado "judío" y otro Estado "árabe", este último conectado a Transjordania, otra colonia británica cuya máxima autoridad era un títere del Reino Unido, el emir Abdalá.
También aconsejó que los británicos permaneciesen en varios lugares estratégicos y mencionó la posibilidad de un "intercambio de población", es decir, de expulsar a población palestina. A pesar de que no se puso en práctica, su propuesta de partición, también denominada posteriormente de los dos Estados, pasó a ocupar un lugar de primer orden en el ámbito internacional en el abanico de posibles soluciones a la colonización de Palestina. 
Entonces, hábilmente, David Green (líder del movimiento sionista nacido en la ciudad polaca de Plonsk y que había cambiado su nombre por el de "David Ben Gurion2" para "hebraizarlo"), aceptó discursivamente la partición/dos Estados como una estrategia del primer paso que nunca aceptaría en la práctica. Green/Ben Gurion manifestó que si aceptaba la partición era para conseguir legitimar un Estado a partir del cual, según sus palabras: "Cancelaremos la partición del país y nos expandiremos a través de la Tierra de Israel". Igualmente, en 1937, escribió: "Tenemos que expulsar a los árabes y ocupar su lugar [...] y si hay que usar la fuerza [...] contamos con la fuerza necesaria".
Para Vladimir Yevgenyevich Zhabotinsky (que también "hebraizó" su nombre para pasar a ser conocido como Ze’ev –"lobo"– Jabotinsky y lideró el sionismo revisionista –derechista-ultraderechista, la cultura política de la que procede el Likud de Benjamin Netanyahu–): "El alma islámica debe ser barrida de Eretz Israel. [Los árabes y los musulmanes] son una horda vociferante vestida con sucios harapos". El movimiento sionista se preparó para el momento clave, que llegaría con la intervención de la ONU a su favor en 1947 y con el fin del Mandato Británico en 1948. 
Así pues, en 1947 el Reino Unido traspasó el problema de la colonización de Palestina a la recién creada ONU. El movimiento sionista había conseguido crear un pre-Estado o Estado paralelo colonial al del Mandato Británico y, a pesar del apoyo recibido, había atacado desde 1944 a tropas e infraestructuras del Reino Unido para que abandonasen Palestina. La partición/dos Estados seguía siendo la propuesta estratégica del sionismo autodenominado "socialista" dirigido por Green/Ben Gurion, mayoritario dentro del movimiento sionista.  En 1947, la ONU tenía menos de dos años de vida y el escenario colonial en Palestina fue el primer gran problema internacional que afrontaba en toda su amplitud.
Detrás de la retórica internacionalista de libertad y de derechos de la organización, se escondía una alianza de los grandes poderes para perpetuar su dominio imperial, todo ello de una manera renovada y con una nueva retórica. Como sintetizó el intelectual afroamericano William E. B. Du Bois al marchar de la Conferencia de San Francisco en la que se fundó la ONU: "Hemos conquistado Alemania [...] pero no sus ideas [...] todavía creemos en la supremacía blanca, manteniendo a los negros ‘donde deben estar’ y mintiendo sobre la democracia cuando nos referimos al control imperial de 750.000.000 de personas en las colonias". La nueva institución internacional podía ser el mecanismo perfecto para adaptar el dominio mundial blanco. Había que reforzar la alianza entre las potencias del Atlántico Norte y prolongar el imperio transmutándolo a través de la "cooperación internacional". 
En este contexto y con estos objetivos encubiertos, desde la primavera de 1947, la ONU acogió distintos desequilibrios que favorecieron al movimiento colonial sionista. Después de formar un comité (el UNSCOP) algunos de cuyos miembros "sabían muy poco sobre Palestina", como uno de ellos reconoció, se aprobó la partición de Palestina en dos Estados el 29 de noviembre de 1947 en la Resolución 181. Pero esta resolución quebrantó distintos elementos de la Carta de la ONU y vulneró la igualdad entre las partes implicadas. Al no consultarse ni tener en cuenta la voluntad de la población afectada, otra vez, se violó el principio de la libre determinación de los pueblos, contenido en el primer artículo del tratado constitutivo de las Naciones Unidas.
Además, esta resolución contenía numerosos elementos que beneficiaban a la comunidad colonizadora (a pesar de que constituía 1/3 de la población y poseía entre un 6-11% de la propiedad de la tierra, el plan de partición recomendó que el Estado denominado "judío" se crease en un 55% del territorio). Por otro lado, la mayoría necesaria para aprobar el plan de partición se consiguió mediante amenazas estadounidenses a Liberia, Haití y Filipinas.
Por último, las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas de esta índole tienen el carácter de recomendaciones sin valor jurídico vinculante. No obstante, la Resolución 181 no se adoptó como una sugerencia o como base para una negociación, sino como un hecho consumado vinculante. Por tanto, la partición/dos Estados de la ONU de 1947 fue injusta, quebrantó la Carta de las Naciones Unidas, vulneró el principio de igualdad entre las partes y se aprobó mediante coacciones.  
La aprobación del plan de partición fue celebrada como una victoria por la mayoría del movimiento sionista, que era lo que esperaba, y fue rechazada por el pueblo palestino. A los pocos días, se multiplicaron los episodios violentos en Palestina y este fue el contexto que las organizaciones paramilitares sionistas estaban esperando para conseguir el máximo territorio posible con el mínimo de población palestina. Es decir, la expulsión masiva de la población no judía, lo que el pueblo palestino conocería como la Nakba (la "catástrofe"). Obviamente, de los dos Estados proyectados sólo se creó uno en mayo de 1948, Israel. Y fue en medio de una limpieza étnica que supuso que unas 750.000 personas palestinas se convirtieran en refugiadas, que entre 418 y 615 localidades fuesen destruidas o desalojadas por las tropas sionistas-israelíes y que se desmembrase Palestina, abortando por todo ello cualquier posibilidad de un Estado palestino. 
El nuevo Estado colonial israelí se construyó sobre el 78% de la Palestina histórica e instituyó un régimen de apartheid que privilegiaba jurídicamente a las personas judías e impedía regresar a las personas palestinas no judías, a pesar de ser un derecho reconocido hasta por la Asamblea General de la ONU en su Resolución 194. Al-Quds-Jerusalén Este y Cisjordania fueron anexionadas por Jordania, mientras que la Franja de Gaza, cuyos límites se crearon en este momento histórico mientras estaba atestada de personas refugiadas, quedó administrada por Egipto.
Y a su vez, la "solución de los dos Estados" continuó sólo en el papel. La Guerra de Junio o de los Seis Días de 1967, que supuso la ocupación militar sine die y la endocolonización israelí de ese 22% restante de Palestina (Al-Quds-Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza), volvió a mostrar, a pesar de la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía la retirada israelí, que la "solución de los dos Estados" era una invención, una fábula, a través de la que el apartheid israelí podía continuar avanzando en su proyecto de colonialismo de asentamiento impunemente mientras parecía que se hacían "esfuerzos" hacia ningún lugar. 
En definitiva, la "solución de los dos Estados" se utilizó y se utiliza por los líderes sionistas y sus cómplices noratlánticos como cortina de humo para ocultar el máximo objetivo sionista-israelí de expansión territorial y expulsión de la población nativa. Este es el quid más determinante del movimiento sionista y de su creación hace 76 años, el Estado de Israel. El origen de la "solución de los dos Estados" era y es colonial e injusta. Además, desde Green/Ben Gurion hasta Netanyahu, la inmensa mayoría de los mandatarios israelíes se han negado a que pueda ser posible, y de hecho han intentado y han conseguido que sea una quimera. Asimismo, cualquier pueblo colonizado se negó y se niega a acatar que gran parte de sus tierras y sus hogares se asigne desde el poder imperial a un proyecto colonial que anhela expulsarlo y que no acepta que se escuchen sus voces. Y esto fue así en 1917 con la Declaración Balfour, en 1937 con la Comisión Peel, en 1947 con el Plan de Partición de la ONU y posteriormente... y sigue siendo así en 2024. 
Esto ya lo hemos visto muchas veces y ha fracasado. Y, además, es inviable
El 13 de septiembre de 1993 tuvo lugar una pomposa ceremonia en la Casa Blanca de Washington. Auspiciada por el presidente estadounidense Bill Clinton, el protagonismo corrió a cargo de Yasir Arafat, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) desde 1969, e Isaac Rabin, primer ministro israelí por segunda vez desde 1992. Un histórico apretón de manos representó la firma de la "Declaración de principios sobre las disposiciones relacionadas con un gobierno autónomo provisional", conocida como Acuerdo de Oslo I. Hasta 1995 (Acuerdo de Oslo II) se firmaron otros tres acuerdos específicos más. El optimismo se extendió sobre algunos sectores, que pensaban que iba llegar, por fin, una nueva etapa de convivencia y de paz que incluía la "solución de los dos Estados"
Sin embargo, como los mismos títulos de los documentos acordados demostraban, Oslo I e II eran solo "declaraciones de principios sobre disposiciones" o "preparatorios". En otras palabras, se dejaban para el futuro, en el mejor de los casos, las negociaciones importantes y definitivas. Esto se traducía en que las problemáticas más relevantes –el estatus de Al-Quds-Jerusalén, las colonias, las fronteras y el derecho al retorno de las personas palestinas refugiadas– se dejaron de lado. Los Acuerdos de Oslo ni siquiera reconocieron el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino.
Tampoco mencionaron la retirada israelí de todos los territorios ocupados en 1967. Se creaba un nuevo organismo "interino de cinco años" que teóricamente tenía que ser el germen de un futuro Estado palestino: la Autoridad Palestina (AP). Sin embargo, esta nueva "institución" fue impuesta por el tándem israelo-estadounidense como un proyecto cipayo carente de competencias. Década tras década, su prestigio y legitimidad entre el pueblo palestino ha ido cayendo en picado.
Además, con Oslo II Cisjordania quedó dividida en tres áreas: A, B y C, y únicamente la A estaría administrada completamente por la AP. Al contrario de lo que establecía el derecho internacional, con las zonas A, B y C, el Estado de Israel conseguía controlar la mayor parte de Cisjordania, que al mismo tiempo suponía en torno a un 20% de la Palestina del Mandato Británico. Esto implicaba que los signatarios palestinos habían aceptado que el régimen de apartheid israelí controlase en torno al 90% Palestina histórica no solo de facto, como ya ocurría como consecuencia de la conquista militar de 1967, sino esta vez con sus firmas. Varias organizaciones palestinas, como el FDLP, FPLP, Yihad Islámica, Hamás y figuras como Mahmoud Darwish y Edward Said, criticaron con contundencia la manera y el contenido de lo que Arafat había firmado. Según Said, estos acuerdos fueron "un Versalles palestino"
A pesar de que, teóricamente, se tenía que llegar a una solución definitiva en un periodo de cinco años (1994-1999), en diferentes sectores israelíes tenían claro que esto no sólo no era deseable, sino que de ninguna manera iba a ocurrir. Seguían aspirando al máximo territorio posible con el mínimo de población palestina y lucharían contra todas sus fuerzas contra la idea de un Estado palestino, aunque fuese en un territorio de poco más de un 10% de la Palestina histórica y sin ni siquiera continuidad territorial.
Entre estos estaba Benjamin Netanyahu, que llegó al poder por primera vez en 1996, siete meses después del asesinato de Isaac Rabin a manos de un sionista israelí contrario a las negociaciones. Así pues, la "solución de los dos Estados" no sólo fracasó en 1937 y en los años clave de 1947-1948, sino también con los Acuerdos de Oslo y en los últimos tres decenios. Y no sólo por su contexto o formulación concreta, sino por su propia idiosincrasia colonial e injusta.  
En la actualidad, hay aproximadamente 700.000 colonos israelíes en Cisjordania y 2023 fue el año que más ataques protagonizaron contra palestinas y palestinos. El 26 de febrero de 2023 llegaron a perpetrar –en palabras del general israelí Yehuda Fox– un "pogromo" en la localidad palestina de Huwara. Para Bezalel Smotrich, ministro israelí de Finanzas que el mes anterior se había definido públicamente como un "fascista homófobo"Huwara debía ser "borrada del mapa".
¿Qué van a hacer con todos estos colonos y ministros? En 2005 la sociedad judía israelí experimentó un gran enfrentamiento interno y un trauma nacional porque unos 8.000 colonos fueron reubicados –algunos por la fuerza durante días sucesivos– de colonias de Gaza a otras de Cisjordania. Así, el régimen de apartheid israelí podía mostrar que ya había cedido todo lo que podía ceder, podía declarar Gaza un "ente hostil" y podía bloquearlo y bombardearlo masivamente como efectivamente ocurrió en 2008-2009, 2012, 2014, 2018, 2021... Y como sucede ahora, con el genocidio en directo más escandaloso y con mayor complicidad de quienes más enarbolan la bandera de la democracia y de los Derechos Humanos.
Si en 2005 con 8.000 colonos (que, por cierto, recibieron unos 200.000 dólares de media por familia como compensación) sucedió lo que se ha mencionado, ahora ninguna autoridad israelí se plantea ni ideológicamente acepta reubicar a casi tres cuartos de millón de colonos de Cisjordania. Por tanto, ante esa realidad sobre el terreno, un "Estado palestino" es absolutamente inviable
Asimismo, es absurdo "imponer desde fuera" la "solución de los dos Estados", como ha argumentado Borrell, mientras se es cómplice tanto de quienes destruyen cualquier posibilidad de llevarla a cabo sobre el terreno como de sus políticas genocidas en curso. El 18 de enero de 2024, Netanyahu dejó claro nuevamente que "nunca aceptará un Estado palestino" y que "Israel tiene que controlar todo el territorio desde el río hasta el mar". Diez días más tarde, miles de israelíes, incluyendo a ministros, incitaron abiertamente a la limpieza étnica de la Franja Gaza y celebraron su pretensión de una recolonización de asentamiento de este territorio palestino. Así pues, además de colonial e injusta, los dos Estados es una "solución" inviable, por lo que no es una solución. Y no se pueden derrochar energías ni tiempo en algo así. 
De igual modo, propuestas como los 12 puntos del plan de Borrell ya las hemos visto muchas veces. Y han fracasado. Y no se aprende o no se quiere aprender del fiasco (y a su vez trampa neocolonial israelo-estadounidense) de Oslo. Sigue sin mencionar los aspectos clave: ¿Con qué fronteras? ¿Con las migajas de las migajas de Oslo? ¿Con menos de un 10% de la Palestina histórica y rodeados de colonias, muros, carreteras "Israelis-only" y secuestros de menores palestinos a diario? ¿Y qué ocurre con al-Quds-Jerusalén? ¿Y con el derecho al retorno de la población palestina refugiada, el más inalienable de sus derechos?
Borrell y el resto de mandatarios del Norte Global, si aún conservan algo de humanidad, saben perfectamente que lo más necesario y urgente es parar el genocidio israelí en Palestina. Y eso se consigue presionando a Israel a través del fin de la compraventa de armas, de todas las relaciones académicas, culturales, diplomáticas, económicas, institucionales y de seguridad, incluyendo el Acuerdo de Asociación UE-Israel, expulsando a Israel de Eurovisión como hicieron con Rusia en tan sólo un día, y apoyando la denuncia sudafricana por genocidio en el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU. Medidas similares fueron claves, junto a la resistencia interna, para conseguir el fin del apartheid sudafricano –con el que, por cierto, el apartheid israelí colaboró–.
Después, que se cumplan los tres puntos mínimos presentes en el derecho internacional y que reclama la campaña BDS: fin de la ocupación y desmantelamiento del muro, fin del apartheid y derecho al retorno de la población palestina refugiada. Y después, de una vez por todas, que se tenga en cuenta la opinión del pueblo colonizado palestino. Y que se entienda que el futuro debería pasar por una vía de descolonización que podría ser similar a la sudafricana. 
El armario de la esperanza del pueblo palestino está lleno de discursos, palabras y resoluciones, pero vacío de hechos. Es ahora más que nunca. Como escribió el poeta palestino Mahmoud Darwish, no hay tiempo para el mañana. No hay tiempo para el tiempo. 

MANIFESTACIÓN • NINGÚN PUERTO PARA EL GENOCIDIO🔻 🗓️SÁBADO 27 JULIO 📍Plaza Juan de Lima, ALGECIRAS 🕢11:30

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