Uno de los e-mails de Hillary Clinton publicado por el sitio de Wikileaks ofrece una perspectiva del pensamiento de la actual candidata demócrata a la presidencia de EEUU cuando era secretaria de Estado. El email muestra la estrategia de Clinton como artífice de la intervención estadounidense en Siria y el razonamiento débil y lleno de fallos que dio pie a los planes de intervención en ese país. También deja claro que ella era totalmente ciega a los grandes problemas y consecuencias que la guerra iba a generar. Como sucede con muchas guerras norteamericanas en Oriente Medio, todo comenzó con Israel. Clinton señala en este sentido que el intento de EEUU de lograr un cambio de régimen en Siria estuvo motivado sobre todo por beneficiar a Israel y romper la alianza entre Siria e Irán, una postura idéntica a la que mantienen responsables israelíes. Clinton creía que EEUU impondría un cambio de régimen en Siria a través de las armas y sin tropas y que Rusia no se atrevería a responder a las acciones de Washington, citando el caso de Kosovo. Clinton afirmaba que el nuevo gobierno sirio rompería los vínculos con Irán y Hezbolá y negociaría un acuerdo de paz con Israel en los términos de este último. Los fallos que se evidencian de estos cálculos son enormes y muy pocas de las predicciones de Clinton se hicieron realidad. Ella afirma también, por ejemplo, que las negociaciones nucleares con Irán no llevarían a un acuerdo y que Rusia no defendería al gobierno de Assad de los rebeldes apoyados por EEUU. También pronosticó deserciones en masa en el Ejército sirio que nunca tuvieron lugar. Otro gran error de Clinton fue el hecho de que ella ignoró, como hizo también en Libia, el creciente papel que iban a desempeñar los grupos extremistas y terroristas que estaban implicados en la guerra. Cinco años después, los "rebeldes" apoyados por EEUU desempeñan un papel trivial frente al predomino del EI, el Frente al Nusra y otros grupos terroristas. Mientras el email es instructivo de la mentalidad intervencionista de Clinton, él puede también ser educativo acerca de la mentalidad intervencionista en general y muestra qué rápidamente la noción de una guerra de "bajo coste" se convierte en una política oficial y cómo los planificadores de los conflictos se muestran ciegos no sólo a la realidad del terreno, sino también a los grandes riesgos que entrañan sus planes. Jason Ditz - Antiwar.com |
viernes, 25 de marzo de 2016
Promovimos la guerra de Siria para beneficiar a Israel
jueves, 24 de marzo de 2016
‘Lobby sionista en Rusia presiona a Moscú a aumentar lazos con Israel’
La comunidad judía en Rusia está ejerciendo presiones contra los tomadores de decisiones del Kremlin para que defiendan los intereses del régimen de Israel en el mundo, según un informe.
“El lobby sionista en Rusia, después de la intervención rusa en Siria, que provocó una cooperación israelí-rusa al respecto, se esfuerza mucho por convertir a Moscú en un aliado estratégico para Israel con el fin de utilizar la influencia regional e internacional de Rusia para satisfacer sus intereses”, ha informado este martes la agencia palestina Paltoday, que cita un informe publicado en el diario Israel Hayom.
Cabe señalar que Rusia comenzó a finales de septiembre de 2015 una campaña de ataques aéreos contra objetivos del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y otros grupos extremistas en Siria, después de que el presidente de este país árabe, Bashar al-Asad, pidiera asistencia militar en su lucha contra el terrorismo.
“La comunidad judía en Rusia ha desempeñado un rol significativo en el reciente acercamiento entre Israel y Rusia”, ha añadido la fuente.
Por su parte, Michael Lobovikov, el presidente del partido Likud en Rusia ha asegurado que ahora que el régimen de Israel está sufriendo grandes pérdidas debido a las actividades del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), es necesario mantener relaciones con una potencia mundial que goza de mucha influencia en el mundo entero.
Acto Homenaje a la Tierra Palestina
30 marzo
Hora: 13 horas
Lugar: Jardín del Olivo
Plaza Sara Suarez Solis, Montevil, Gijon
Hora: 13 horas
Lugar: Jardín del Olivo
Plaza Sara Suarez Solis, Montevil, Gijon
30 DE MARZO DÍA DE LA TIERRA PALESTINA
El 30 de marzo de 1976, la sociedad palestina convocó una huelga general en protesta por el continuo robo de sus tierras por parte de Israel.
El Ejército sionista asesinó a siete jóvenes palestinos con "ciudadanía israelí" que se manifestaban para detener la confiscación de 21.000 dunums (2.100 hectáreas) de tierras palestinas por Israel con el fin de construir colonias para judíos y un campo de entrenamiento militar. Desde entonces, cada 30 de marzo se conmemora la lucha del pueblo palestino por el reconocimiento y respeto de sus derechos inalienables, y se planta un olivo en señal de reivindicación de los derechos legítimos del pueblo palestino sobre la Tierra Palestina.
El Ejército sionista asesinó a siete jóvenes palestinos con "ciudadanía israelí" que se manifestaban para detener la confiscación de 21.000 dunums (2.100 hectáreas) de tierras palestinas por Israel con el fin de construir colonias para judíos y un campo de entrenamiento militar. Desde entonces, cada 30 de marzo se conmemora la lucha del pueblo palestino por el reconocimiento y respeto de sus derechos inalienables, y se planta un olivo en señal de reivindicación de los derechos legítimos del pueblo palestino sobre la Tierra Palestina.
El proceso de colonización y limpieza étnica de la Tierra Palestina no ha cesado desde entonces. 37 años después, Israel ha continuado expandiendo sus colonias ilegales en territorios palestinos ocupados militarmente, utilizando para ello todo tipo de infraestructuras militares y civiles, como el horrendo Muro del Apartheid y las colonias ilegales. Ha privado de acceso a sus tierras y obligado a abandonar sus casas a decenas de miles de familias palestinas.
En Israel, los palestinos y palestinas con ciudadanía israelíes son discriminados. No han podido retornar a sus pueblos y muchos de ellos aún viven en pueblos no reconocidos sin servicios públicos de ningún tipo. Las familias beduinas son hostigadas y desplazadas a la fuerza. Todas estas prácticas contravienen la legislación internacional y los Derechos Humanos y han sido condenadas por Naciones Unidas.
En Israel, los palestinos y palestinas con ciudadanía israelíes son discriminados. No han podido retornar a sus pueblos y muchos de ellos aún viven en pueblos no reconocidos sin servicios públicos de ningún tipo. Las familias beduinas son hostigadas y desplazadas a la fuerza. Todas estas prácticas contravienen la legislación internacional y los Derechos Humanos y han sido condenadas por Naciones Unidas.
En el Día de la Tierra Palestina, la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP-BDS) y las 40 ONG, comités de solidaridad y grupos BDS que la componen,
queremos:
RECORDAR que aunque no sean noticia en los medios de comunicación, la colonización de Palestina, las demoliciones de casas y el pillaje de recursos palestinos no han cesado ni disminuido desde el inicio de las supuestas negociaciones de paz liderado por Estados Unidos, que ha demostrado tener un impacto nulo en las políticas de ocupación y Apartheid israelíes.
DEMANDAR al gobierno central y a los gobiernos autonómicos y locales, que tomen todas las medidas a su alcance para sancionar a Israel por sus crímenes y su vulneración del Derecho Humanitario Internacional, prohibir el acceso de los productos de los asentamientos ilegales a nuestros territorios y cesar todo tipo de comercio de armas y cooperación policial y militar con Israel.
LLAMAR a la ciudadanía, movimientos y organizaciones sociales, sindicatos, partidos políticos, artistas, personal académico, y tejido empresarial y a las personas que trabajan en el sector agrícola, que se adhieran a la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel.
¡Apoya la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el Estado de Israel!
¡No a la ocupación del territorio palestino! ¡No a la complicidad con el colonialismo y el Apartheid israelíes! ¡Por el fin de las colonias! ¡Por el derecho al retorno de todos y todas las refugiadas palestinas!
Pasajeros entre palabras fugaces
Mahmud Darwish
Mahmud Darwish
Pasajeros entre palabras fugaces:
Cargad con vuestros nombres y marchaos,
Quitad vuestras horas de nuestro tiempo y marchaos,
Tomad lo que queráis del azul del mar
Y de la arena del recuerdo,
Tomad todas las fotos que queráis para saber
Lo que nunca sabréis:
Cómo las piedras de nuestra tierra
Construyen el techo del cielo.
Pasajeros entre palabras fugaces:
Vosotros tenéis espadas, nosotros sangre,
Vosotros tenéis acero y fuego, nosotros carne,
Vosotros tenéis otro tanque, nosotros piedras,
Vosotros tenéis gases lacrimógenos, nosotros lluvia,
Pero el cielo y el aire
Son los mismos para todos.
Tomad una porción de nuestra sangre y marchaos,
Entrad a la fiesta, cenad y bailad...
Luego marchaos
Para que nosotros cuidemos las rosas de los mártires
Y vivamos como queramos.
Pasajeros entre palabras fugaces:
Como polvo amargo, pasad por donde queráis, pero
No paséis entre nosotros cual insectos voladores
Porque hemos recogido la cosecha de nuestra tierra.
Tenemos trigo que sembramos y regamos con el rocío de nuestros cuerpos
Y tenemos, aquí, lo que no os gusta:
Piedras y pudor.
Llevad el pasado, si queréis, al mercado de antigüedades
Y devolved el esqueleto a la abubilla
En un plato de porcelana.
Tenemos lo que no os gusta: el futuro
Y lo que sembramos en nuestra tierra.
Pasajeros entre palabras fugaces:
Amontonad vuestras fantasías en una fosa abandonada y marchaos,
Devolved las manecillas del tiempo a la ley del becerro de oro
O al horario musical del revólver
Porque aquí tenemos lo que no os gusta. Marchaos.
Y tenemos lo que no os pertenece: Una patria y un pueblo desangrándose,
Un país útil para el olvido y para el recuerdo.
Pasajeros entre palabras fugaces:
Es hora de que os marchéis.
Asentaos donde queráis, pero no entre nosotros.
Es hora de que os marchéis
A morir donde queráis, pero no entre nosotros
Porque tenemos trabajo en nuestra tierra
Y aquí tenemos el pasado,
La voz inicial de la vida,
Y tenemos el presente y el futuro,
Aquí tenemos esta vida y la otra.
Marchaos de nuestra tierra,
De nuestro suelo, de nuestro mar,
De nuestro trigo, de nuestra sal, de nuestras heridas,
De todo... marchaos
De los recuerdos de la memoria,
Pasajeros entre palabras fugaces.
Cargad con vuestros nombres y marchaos,
Quitad vuestras horas de nuestro tiempo y marchaos,
Tomad lo que queráis del azul del mar
Y de la arena del recuerdo,
Tomad todas las fotos que queráis para saber
Lo que nunca sabréis:
Cómo las piedras de nuestra tierra
Construyen el techo del cielo.
Pasajeros entre palabras fugaces:
Vosotros tenéis espadas, nosotros sangre,
Vosotros tenéis acero y fuego, nosotros carne,
Vosotros tenéis otro tanque, nosotros piedras,
Vosotros tenéis gases lacrimógenos, nosotros lluvia,
Pero el cielo y el aire
Son los mismos para todos.
Tomad una porción de nuestra sangre y marchaos,
Entrad a la fiesta, cenad y bailad...
Luego marchaos
Para que nosotros cuidemos las rosas de los mártires
Y vivamos como queramos.
Pasajeros entre palabras fugaces:
Como polvo amargo, pasad por donde queráis, pero
No paséis entre nosotros cual insectos voladores
Porque hemos recogido la cosecha de nuestra tierra.
Tenemos trigo que sembramos y regamos con el rocío de nuestros cuerpos
Y tenemos, aquí, lo que no os gusta:
Piedras y pudor.
Llevad el pasado, si queréis, al mercado de antigüedades
Y devolved el esqueleto a la abubilla
En un plato de porcelana.
Tenemos lo que no os gusta: el futuro
Y lo que sembramos en nuestra tierra.
Pasajeros entre palabras fugaces:
Amontonad vuestras fantasías en una fosa abandonada y marchaos,
Devolved las manecillas del tiempo a la ley del becerro de oro
O al horario musical del revólver
Porque aquí tenemos lo que no os gusta. Marchaos.
Y tenemos lo que no os pertenece: Una patria y un pueblo desangrándose,
Un país útil para el olvido y para el recuerdo.
Pasajeros entre palabras fugaces:
Es hora de que os marchéis.
Asentaos donde queráis, pero no entre nosotros.
Es hora de que os marchéis
A morir donde queráis, pero no entre nosotros
Porque tenemos trabajo en nuestra tierra
Y aquí tenemos el pasado,
La voz inicial de la vida,
Y tenemos el presente y el futuro,
Aquí tenemos esta vida y la otra.
Marchaos de nuestra tierra,
De nuestro suelo, de nuestro mar,
De nuestro trigo, de nuestra sal, de nuestras heridas,
De todo... marchaos
De los recuerdos de la memoria,
Pasajeros entre palabras fugaces.
Palestinos vetan productos de importantes empresas israelíes
El gobierno de Palestina prohibió la entrada a Cisjordania de los productos de cinco importantes empresas israelíes en respuesta a la decisión de Israel de prohibir la entrada a Jerusalén de los productos de igual número de empresas palestinas.
Manifestantes palestinos sostienen banderas nacionales y pancartas en las que se lee en árabe: "boicotear los productos israelíes, la campaña de iniciativa
Un comunicado emitido tras la reunión semanal del Gabinete palestino indica el efecto inmediato de la decisión que implica a tres empresas de productos lácteos, una de cárnicos y una compañía de bebidas.
El comunicado, que indica que esta decisión toma efecto inmediato, precisa que las cinco firmas israelíes incluyen las empresas de productos lácteos Tnuva, Strauss y Tara, la empresa cárnica Zoglobeck y la compañía de bebidas Tapuzina.
El Gobierno palestino es la primera vez que adopta una medida de este tipo aunque reiteradamente han estado instando al mundo al boicot contra los productos de Israel.
La campaña propalestina de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), lanzada hace una década por activistas de la causa palestina, ha obtenido un éxito creciente, especialmente en las esferas académica y artística, hasta el punto de ser calificada de amenaza estratégica para Israel por el exdirector de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, David Petraeus.
El movimiento llama a un boicot económico a Israel para obligar al régimen a poner fin a su ocupación de Cisjordania y respetar el derecho de retorno de los refugiados palestinos. Miles de voluntarios en todo el mundo se han unido a la campaña para ayudar a promover la causa palestina.
Editado por María Candela
domingo, 20 de marzo de 2016
Quien siembra guerras recoge refugiados
La Unión Europea y sus Estados miembros han tenido un alto grado de responsabilidad en los conflictos bélicos actuales, bien por la intervención de sus ejércitos, bien por formar parte de la más terrible maquinaria de guerra que haya dado la historia de la humanidad: la OTAN. Los bombardeos y acciones de esta organización están destruyendo una gran cantidad de pueblos: Afganistán, Yugoslavia, Iraq, Libia, Burundi, Sudán, República Centroafricana, Eritrea, Ucrania, Yemen, Siria, y así hasta un largo etcétera.
En paralelo, vamos estrechando relaciones de todo tipo con regímenes nada democráticos ni respetuosos con los Derechos Humanos como el israelí, el saudí, el catarí o el turco; regímenes promotores de la práctica totalidad de los conflictos bélicos que desestabilizan Oriente Medio. Valga como ejemplo el récord histórico de venta de armas españolas a Arabia Saudí alcanzado el primer semestre de 2015, cuando se vendieron aviones a Riad por 447,6 millones de euros, y la consiguiente denuncia de organizaciones como Amnistía Internacional: “ las armas que Arabia Saudí usa contra civiles en Yemen tienen sello español”.
El conflicto (la intervención extranjera) que más desplazamientos está provocando es el de Siria. Más de once millones de desplazados hasta el momento. De ellos, cuatro millones han salido de su país y se han trasladado a Jordania, Líbano o Turquía. Muchos han conseguido, con la venta de todos sus bienes, el dinero suficiente para poder trasladarse a Europa y soñar con iniciar una nueva vida en espera de que se acaben los bombardeos que destrozan sus casas, hijos y sueños, y poder volver a su tierra, de la que nunca quisieran haber salido.
El pueblo sirio protagonizó en marzo de 2011 una serie de protestas contra el Gobierno de Bashar al Assad, exigiéndole reformas democráticas. Estas protestas fueron utilizadas por el régimen saudí y las otras monarquías feudales del Golfo Pérsico para provocar un conflicto sectario en el que intentaban imponer su hegemonía suní en un país en el que nunca había habido problemas entre las distintas comunidades religiosas. Turquía hizo de ariete de estos regímenes medievales, abriendo pasillo para el tráfico de armas y mercenarios. La entidad sionista israelí se sumó de inmediato, poniendo la música de los bombardeos desde el aire contra las posiciones del ejército sirio y apoyando a grupos yihadistas como el Frente al Nusra, considerado parte de Al Qaeda.
Estos regímenes cuentan con el apoyo político y militar de la UE para instigar una guerra que está destrozando al pueblo sirio; un pueblo social y económicamente avanzado que gozaba de unos índices de calidad de vida muy superiores a los de su entorno. Las familias que piden refugio en Europa no vienen huyendo de una catástrofe natural. Sus pueblos no han sido destrozados por un terremoto o un tsunami. Son los aliados de la UE, con armas proporcionadas, entre otros, por sus países miembros y con su apoyo político de la UE, los que están destrozando sus casas, hospitales y centrales eléctricas, así como los que están asesinando a sus hijos. La UE y sus Estados miembros tienen responsabilidad en cada uno de los crímenes que están cometiendo sus aliados con las armas que ellos les proporcionan.
El pasado mes de septiembre, la Comisión Europea trasladó a los países miembros de la UE una propuesta de reparto de 160.000 personas que era previsible que solicitasen ser refugiadas. En este reparto, al Estado español le correspondía la acogida de 17.680 personas refugiadas. El Gobierno nunca tuvo intención asumir este compromiso. De hecho, solo ofreció 50 plazas (de las 17.680 comprometidas) y, finalmente, tan solo ha acogido a 18 personas.
El resto de los Estados miembros no ha actuado mejor: en total, se han acogido solo 160 personas de las 160.000 comprometidas. A esto hay que sumar una serie de medidas restrictivas aprobadas por Gobiernos como los de Austria, Hungría, Polonia, Holanda, etc. En este apartado destaca negativamente la medida aprobada por el parlamento danés que permite desvalijar a los refugiados que lleguen a su territorio.
Es un error tremendo que parlamentos como el danés, de larga trayectoria en políticas socialdemócratas, asuman posturas propias de la ultraderecha. Estos miedos, esta imitación del discurso xenófobo, no ayudan a combatir a los partidos de ultraderecha, sino que más bien los potencian. Europa vive una situación similar a la de los años treinta, y ya sabemos cómo acabó cuando Gobiernos y partidos “demócratas y progresistas” quisieron contemporizar con el fascismo manteniéndose neutrales, en lugar de combatirlo desde el principio de forma tajante y valiente. Necesitamos hacer mucha pedagogía para combatir el discurso de las fuerzas fascistas: si lo imitamos, conseguiremos que la ciudadanía lo asuma como incuestionable y termine apoyando al original y no a la copia. De este modo, partidos con posiciones claramente ultraderechistas -cuando no claramente neonazis- se han alzado a los gobiernos e Hungría y Polonia, se consolidan como primeras fuerzas políticas en Francia y Holanda, o crecen de forma meteórica en Austria y Grecia. Es especialmente preocupante el ascenso de la ultraderecha en países de larga trayectoria democrática como Reino Unido y Suecia, o el gran avance de la ultraderecha alemana en la elecciones regionales del pasado domingo.
Podemos concluir que la cobardía, ambigüedad y connivencia de nuestros Gobiernos y de los partidos que los sustentan respecto a las posiciones xenófobas y ultraderechistas hacen que desgraciadamente podamos decir que el fantasma que recorre Europa desde hace unos años sea el fantasma del fascismo. Un fantasma que está dejando de serlo para convertirse en una realidad tangible que se extiende como una metástasis por el territorio europeo ante la pasividad irresponsable de unos Gobiernos que circulan siempre con las luces de cruce, las cortas, las que les sirven para ir manteniéndose cada vez más cercados por el cáncer del fascismo. Una vez más, será a los pueblos a quienes nos toque jugar el papel que tendrían que jugar aquellos y combatir este cáncer con grandes movilizaciones. Movilizaciones de solidaridad con las personas refugiadas, de sensibilización, de pedagogía. Movilizaciones contra la complicidad de nuestros Gobiernos con estos planteamientos neofascistas. Movilizaciones contra las guerras imperialistas que están provocando tanta muerte y destrucción en esos pueblos de los que huyen millones de personas.
Hoy podemos declarar que los teóricos principios fundacionales de la Unión Europea murieron ahogados en el Mar Egeo o en el Estrecho de Gibraltar, y que han sido enterrados bajo el barro de Idomeni.
Dos niñas mueren en el Egeo en el primer día del acuerdo UE-Turquía que impide la entrada a los refugiados
EFE
ATENAS.— La guardia costera griega halló este domingo por la mañana los cuerpos sin vida de dos niñas, de uno y dos años de edad, que cayeron de una embarcación con refugiados cerca de la isla de Rodas, las primeras víctimas mortales en el mar Egeo tras la entrada en vigor hoy del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía. En el bote neumático viajaban entre 35 y 40 personas, según las primeras informaciones ofrecidas por los guardacostas, que señalaron que los cuerpos de las pequeñas estaban flotando en alta mar, cerca del islote de Ro.
Desde la pasada medianoche la frontera marítima está cerrada a los inmigrantes irregulares que llegan a Grecia desde ese país, en virtud del citado acuerdo. Durante las pasadas 24 horas y hasta las 08.00 hora local de hoy (07.00 horas en España) llegaron 875 refugiados a las islas, según los datos publicados este domingo por el centro de gestión de la crisis del Gobierno.
Desde la pasada medianoche la frontera marítima está cerrada a los inmigrantes irregulares que llegan a Grecia desde ese país, en virtud del citado acuerdo. Durante las pasadas 24 horas y hasta las 08.00 hora local de hoy (07.00 horas en España) llegaron 875 refugiados a las islas, según los datos publicados este domingo por el centro de gestión de la crisis del Gobierno.
Estos datos no disciernen entre los que llegaron antes de la medianoche, es decir, antes de entrar en vigor el acuerdo de expulsión, y los que lo hicieron después. El Gobierno griego empezó ayer por la tarde a trasladar a todos los migrantes y refugiados desde las islas al continente, para así poder despejar los centros de registro.
A partir de hoy esos centros en las islas de Lesbos, Quíos, Kos, Samos y Leros se convierten en el destino final del viaje, pues allí los migrantes y refugiados deberán optar o bien por solicitar asilo en Grecia o por ser devueltos a Turquía. Cada caso será analizado de forma individual, por lo que las primeras devoluciones no tendrán lugar hasta dentro de dos semanas.
Después del traslado de 2.500 personas desde Lesbos ayer al puerto septentrional de Kavala, esta mañana zarpó nuevamente un ferry con 1.300 refugiados a bordo, con el mismo destino. Esta mañana también llegaron cerca de 1.600 refugiados desde la isla de Quíos a Elefsina, localidad portuaria en la región capitalina de Ática.
A partir de hoy esos centros en las islas de Lesbos, Quíos, Kos, Samos y Leros se convierten en el destino final del viaje, pues allí los migrantes y refugiados deberán optar o bien por solicitar asilo en Grecia o por ser devueltos a Turquía. Cada caso será analizado de forma individual, por lo que las primeras devoluciones no tendrán lugar hasta dentro de dos semanas.
Después del traslado de 2.500 personas desde Lesbos ayer al puerto septentrional de Kavala, esta mañana zarpó nuevamente un ferry con 1.300 refugiados a bordo, con el mismo destino. Esta mañana también llegaron cerca de 1.600 refugiados desde la isla de Quíos a Elefsina, localidad portuaria en la región capitalina de Ática.
El Gobierno griego empezó el sábado por la tarde a trasladar a todos los migrantes y refugiados desde las islas al continente, para así poder despejar los centros de registro.
En las islas quedaban esta mañana todavía 7.316 personas, sobre el total de 48.141 que hay en toda Grecia, de las cuales la mayor aglomeración se produce en el campamento fronterizo de Idomeni, con 12.000.
También el puerto del Pireo está a rebosar y alberga a unas 4.300 personas, por lo que para los nuevos traslados se está evitando este destino.
El portavoz del Gobierno para la gestión de la crisis de refugiados, Yorgos Kyritsis, informó ayer tras una sesión de urgencia con el primer ministro, Alexis Tsipras, que los refugiados que todavía quedan en las islas serán transportados a los puertos de Skaramangas, (Ática occidental), Volos (Grecia central) y Kavala (noreste de Grecia), desde donde serán trasladados a instalaciones de acogida en todo el país, facilitadas por el ejército griego.
Las cerca de 50.000 personas que se encuentran atrapadas en Grecia deberán optar por inscribirse en el programa de reubicación hacia otros países de la UE, que continúa siendo voluntario y hasta ahora apenas ha arrojado resultados, de las 160.000 que iban a ser trasladados desde este país e Italia, tan solo lo han conseguido algo más de 700.
Tras la firma del acuerdo UE-Turquía, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmó que las reubicaciones desde Grecia deben alcanzar las 6.000 mensuales y apeló a los países miembros a mostrar "solidaridad".
También el puerto del Pireo está a rebosar y alberga a unas 4.300 personas, por lo que para los nuevos traslados se está evitando este destino.
El portavoz del Gobierno para la gestión de la crisis de refugiados, Yorgos Kyritsis, informó ayer tras una sesión de urgencia con el primer ministro, Alexis Tsipras, que los refugiados que todavía quedan en las islas serán transportados a los puertos de Skaramangas, (Ática occidental), Volos (Grecia central) y Kavala (noreste de Grecia), desde donde serán trasladados a instalaciones de acogida en todo el país, facilitadas por el ejército griego.
Las cerca de 50.000 personas que se encuentran atrapadas en Grecia deberán optar por inscribirse en el programa de reubicación hacia otros países de la UE, que continúa siendo voluntario y hasta ahora apenas ha arrojado resultados, de las 160.000 que iban a ser trasladados desde este país e Italia, tan solo lo han conseguido algo más de 700.
Tras la firma del acuerdo UE-Turquía, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmó que las reubicaciones desde Grecia deben alcanzar las 6.000 mensuales y apeló a los países miembros a mostrar "solidaridad".
Siria: Cinco años de crisis a través de los ojos de refugiados
Foto: Referencia
2001.com.ve
Este mes de marzo se cumplen cinco años desde que empezó la guerra en Siria, situación que se ha vuelto cada vez más desesperante para sus habitantes, por lo que, Médicos Sin Frontera (MSF) realizó un informe en donde se refleja que 3 de cada 10 personas tratadas por heridas de guerra en hospitales sirios en 2015 fueron mujeres y niños.
Médicos Sin Fronteras compartió tres testimonios de refugiados sirios, para dar a conocer “el rostro humano del sufrimiento que deparan los conflictos armados”, en esta oportunidad tres personas que tuvieron que escapar de su natal Siria, narran sus vivencias.
“No pensé que sobreviviría un viaje como este, pero no tuve otra opción”
Foto de: Gabriella Bianchi/MSF
Bahar, una refugiada de Siria, trabajó con Médicos Sin Fronteras (MSF) durante tres años en el campo de refugiados de Domiz antes de tomar la difícil decisión de ir hacia Europa. Escondida en una caja parecida a un ataúd, y sobreviviendo a base de dátiles, ella llegó, de contrabando, hasta la frontera de Dinamarca.
En el teléfono, su temblorosa voz cuenta una historia de dolor y sufrimiento escondido. Hace cinco años, Bahar, una siria kurda de 36 años, vivía en Damasco. Casada y con dos hijos, trabajaba como contadora para una compañía privada. Con un trabajo gratificante, una amorosa familia y un protector marido de mente abierta, su futuro parecía pacífico y seguro.
Pero en 2011, todo cambió. Después de ser parte de protestas en contra del gobierno, el marido de Bahar fue arrestado. “Fue torturado y asesinado,” dice Bahar. “Después de su desaparición, mi vida se complicó. Tuve que cumplir el papel de padre y madre para mis hijos, tenía que asegurarme que estuvieran seguros y tuvieran comida suficiente. Fue difícil. No podía regresar a vivir con mi madre, pues ella ya había alojado a mi hermano y a sus hijos. No había suficiente espacio para todos.”
Ahora, sin trabajo, luchando por proveer a su familia, y con la violencia en la ciudad incrementándose, en 2012 Bahar tomó la decisión de dejar Damasco con sus hijos y buscar refugio en otro lado. Sus padres accedieron a ir también. Juntos, fueron hacia el campo de refugiados de Domiz, en el kurdistán iraquí.
Pero durante los siguientes tres años, Bahar se sentía cada vez más insegura, y se convenció de que no había un futuro para ella o para sus hijos en Domiz.
“La vida dentro del campo se estaba volviendo difícil. No me sentía en casa. Algunos nos trataban mal, yo estaba sola y era responsable de mi familia. Diario podía ver a la gente huyendo. Decidí que tenía que irme y encontrar un lugar mucho más pacífico. No tenía otra opción.”
Con el apoyo de sus padres, Bahar decidió ir sola hacia Europa, dejando a su familia, que la alcanzaría después. Cruzó la frontera hacia Turquía a pie y dos días después llegó a Istanbul, en donde acordó, con un contrabandista, su viaje hacia Europa.
“No pagué nada, fue mi padre quien pagó el costo de mi viaje,” dice Bahar. “Él realmente quería que fuera a encontrar una vida mejor y quería que mi familia me siguiera cuando la consiguiera.”
Después de conducir a través de casi toda Europa, Bahar salió de la caja de madera para encontrarse en la frontera entre Alemania y Dinamarca. Con un grupo de sirios e iraquís, abordó el autobús hacia la ciudad danesa más cercana, en donde se entregaron a las autoridades locales.
“En ese momento, estaba feliz y en pánico: feliz de conocer otras personas que huían de Siria e Irak, como yo; pero asustada de estar en manos de la policía, que podían enviarme de regreso en cualquier momento.”
Después de pasar siete meses en el centro de refugiados de Dinamarca, finalmente se le concedió el asilo a Bahar. Pero con el tan esperado permiso de residencia llegó la devastadora noticia de que tendría que esperar tres años para que sus hijos se reúnan con ella en Dinamarca.
"Tengo un techo sobre mi cabeza y buena gente a mi alrededor. Es mejor que vivir bajo las bombas"
Foto de: Gabriella Bianchi/MSF
Durante los últimos cuatro años, Najah una mujer siria de 59 años, ha vivido con su hijo Ahmad en Al Minieh, al norte de Líbano. A veces se siente muy sola como refugiada. No puede acostumbrarse a no tener a sus otros ocho hijos a su lado, ni a sus 13 nietos jugando entre sus piernas, ni a toda la familia junta alrededor de la mesa durante las comidas.
Los niños y los nietos de Najah hoy están dispersos en siete países y tres continentes -desde Siria hacia Turquía, Irak, Austria, los Países Bajos y Australia- aunque ella aún sueña con el día en que todos se reunirán de nuevo.
"La última vez que estuvimos juntos fue hace cuatro años, en mi casa en Alepo," dice Najah. "Recuerdo a mis hijos en el Día de la Madre, dándome regalos. Realmente extraño mucho estar sentados todos juntos alrededor de la misma mesa".
Nacida en Idlib, la primera vez que Najah dejó Siria fue poco después decasarse. Ella y su marido, Nuhad, viajaron a Kuwait para comenzar una nueva vida. Allí vivieron durante 14 años, y siete de sus hijos nacieron en Kuwait, antes de la Guerra del Golfo de 1991 que los obligó a regresar a Siria.
La siguiente vez que Najah salió de su casa fue en octubre de 2012. Esta vez no tenía otra opción. "No quería dejar mi país, mis padres y mis vecinos, pero la situación era tan mala que pensé que iba a irme sólo por un tiempo”, dice Najah.
Empacó un pequeño bolso de viaje con algo de ropa, y junto a su hija, Shaimaa, y su hijo, Ahmad, se dirigió al vecino país de Líbano.
"Creí que la crisis no duraría más de unos pocos meses," dice Najah. "En mi bolso sólo empaqué ropa de invierno, con la esperanza de que estaría de vuelta antes del verano. En aquel entonces, todavía tenía esperanza".
Su marido, Nuhad, se unió a ellos, pero regresó a Siria para cobrar su pensión, lo que habría sido suficiente para cubrir sus gastos de vida como refugiados en el Líbano. Pero Najah no ha sabido nada de él desde entonces. Además de preocuparse por Nuhad, ella está consternada porque no sabe de dónde sacará los US$ 400 para renovar los permisos de residencia que les permiten a ella y Ahmad quedarse en el Líbano. Debido a las restricciones impuestas por las autoridades libanesas a los refugiados, Ahmad no puede conseguir trabajo ni viajar libremente por el país.
Najah también tiene sus propios problemas de salud por los que preocuparse. Ella está recibiendo tratamiento para la hipertensión en la clínica de MSF en la ciudad de Al-Abda, y se sorprendió al haber sido recientemente diagnosticada con diabetes. Ella sostiene que sus padecimientos crónicos y su estado mental son consecuencias del dolor que ha experimentado en los últimos cuatro años, pero está satisfecha con la atención que está recibiendo, tanto médica como psicológica.
"Los médicos de aquí no sólo me dan consultas y renuevan mi receta médica, también me dan apoyo moral y consejos para poder hacer frente a las enfermedades y gestionarlas adecuadamente", dice Najah.
A pesar de sus preocupaciones, Najah sonríe a menudo. Cuando puede visitar a familiares o vecinos, disfruta de la oportunidad de tener noticias de sus hijos y nietos. Se considera afortunada por tener buenas personas a su alrededor, y por haber escapado de las bombas en Alepo.
"A pesar de las difíciles condiciones y desafíos que estoy enfrentando en el Líbano, todavía doy gracias a Dios por tener un techo sobre mi cabeza y buena gente a mi alrededor", dice Najah. "Es mejor que vivir en el terror continuo de los bombardeos."
Najah sueña con volver a Siria, pero dice que no culparía a sus hijos en caso que, después de todo lo que ha sucedido, decidieran no regresar. "Después de todo, cada uno tiene una nueva vida ahora," dice ella.
“Mi historia podría ser fácilmente el guión de una película”
Foto de: Gabriella Bianchi/MSF
Suar huyó del servicio militar en Siria y tomó el riesgo de ir hacia el Kurdistán iraquí en un viaje que involucró traficantes de personas, campos minados y la pérdida de sus posesiones más preciadas. Ahora se instaló en el campamento de Domeez, donde trabaja para Médicos Sin Fronteras (MSF) como enfermero. Suar es optimista acerca de las oportunidades que le brinda la vida como refugiado.
“Las cosas en Daraa se estaban volviendo duras y no me gustó el giro que estaban tomando. A medida que los grupos rebeldes comenzaron a multiplicarse, cada vez más soldados fueron desplegados en peligrosos puestos de control; otros fueron enviados a casas de sospechosos, rompiendo puertas en el medio de la noche, sin importar si había o no mujeres en el lugar. Ellos se vieron involucrados en vergonzosos actos como robos, saqueos y acoso. No quería formar parte de esto. Armado con una identificación militar siria, y todavía sin documentos de identidad civil, comencé mi camino a Damasco. Estaba aterrorizado de ser detenido por un grupo rebelde en uno de los muchos puestos de control a lo largo del camino y a ser reconocido como un soldado. Mi única esperanza era que no me pidieran en ningún momento mis documentos. Así que tomé un autobús que estaba repleto de pasajeros y recé porque me dieran un asiento al lado del conductor. Mi deseo se hizo realidad. Los oficiales de seguridad que comprueban los documentos asumieron que yo era el ayudante del conductor y siguieron adelante.
En Damasco, encontré una compañía de autobuses para organizar mi viaje al Kurdistán sirio. Les expliqué mi situación y el gerente organizó para que viaje con otros kurdos en un autobús que iba por caminos secundarios. El viaje duró 24 horas. Los conductores del autobús usaban teléfonos celulares para mantenerse informados entre sí acerca de los peligros a lo largo del camino y sugerirse rutas alternativas. Había una ventanilla secreta en la cual me podría haber escondido en caso de emergencia, pero tuvimos suerte y llegué a casa sin incidentes.
Pocos días después de llegar a casa, recibí una llamada de la base en la que me decían que el depósito había sido forzado, las armas robadas y que algunos soldados se habían unido a los rebeldes. Esa fue la gota que colmó el vaso. Sin interés de enfrentar la inevitable investigación, decidí que tomaría el riesgo.
Un tío me puso en contacto con algunos traficantes de personas. El día en que iba a salir, hubo un incidente y de repente se incrementó la seguridad en ambos lados de la frontera. Me escondí junto a otras seis personas en una casa durante días, esperando que la situación se calmara. En lo que concierne a todas las partes armadas, éramos combatientes en edad de servicio evadiendo nuestro deber. Desertores.
Eventualmente, hicimos un movimiento. Primero a un pueblo y luego a otro. Pagamos el equivalente a 500 dólares y fuimos escoltados a través de tres puestos de control. Luego nos dijeron que caminásemos solos la última milla en la oscuridad. De repente, fuimos descubiertos por tres hombres armados en motocicletas. Nos dijeron que nos detuviéramos y luego comenzaron a disparar. Me tiré al suelo, como me habían enseñado en el ejército y esperé. Mis amigos siguieron corriendo y casi los mataron. Cuando los disparos terminaron, me puse de pie pero olvidé recoger el bolso en donde tenía todas mis posesiones más valiosas: mis títulos de estudiante, una muda de ropa y un teléfono celular.
Llegamos a un puesto bajo control iraquí. Los iraquíes nos interrogaron, tomaron nuestros datos y nos pidieron que esperásemos mientras comprobaban la información con la sede en Bagdad. Pero un amable oficial se acercó y nos advirtió que corríamos el riesgo de ser deportados a Siria. Nos aconsejó que corriéramos hacia el puesto que se encontraba más adelante. Fue entonces cuando recordé mi bolso. Mi futuro dependía de los documentos que allí llevaba y no podía irme sin ellos. Mi amigo se ofreció a ir a buscar el bolso y se dirigió a un campo, sólo para descubrir que se trataba de un campo minado. Tuvimos que llamar al amable oficial nuevamente para que venga y lo rescatara.
Finalmente llegamos al puesto, aún sin mi bolso, y comenzamos el proceso de registro. Llamaron a alguien del lugar que accedió a ir a rescatar el bolso por mí- a un costo. Tuve que negociar duro, pero al final obtuve devuelta mis valiosas pertenencias.
Más tarde, ese mismo día, me crucé al Kurdistán iraquí. Mi ropa estaba hecha harapos, los cortes y las heridas que había sufrido tomaron dos meses en sanar, pero yo estaba a salvo y vivo.
Cuando llegué por primera vez al campamento de Domeez, había menos de 100 tiendas de campaña. Para entonces mi familia también se había unido y Domeez era el lugar obvio para solicitar la condición de refugiado. Empecé a preguntar por trabajo y, por casualidad, tres semanas más tarde, me encontré con un miembro del staff internacional de MSF que hablaba árabe. Llevé mis documentos a la entrevista y me contrató en el acto gracias a mi formación médica.
Pero mis padres aún no estaban contentos conmigo. Continuaron molestándome para que me casara. En el pasado, siempre me había negado a causa de mis estudios, y ahora, estaba ocupado con el trabajo y en comenzar una nueva vida. No quería pensar en tener una esposa. Sin embargo, mis padres fueron implacables. Poco después, mi padre anunció que estaba comprometido oficialmente con la hija de nuestros vecinos. Fue lo mejor que me ha pasado.
Ahora tenemos una niña y nos hemos mudado a nuestra propia tienda. La vida en el campo no siempre es fácil; hay cortes de energía seis horas al día y una gran cantidad de polvo. De todas maneras, tenemos trabajo dentro y fuera del campamento; tenemos dignidad.
Estoy agradecido por todo lo que me ha pasado, pero sobre todo, estoy agradecido porque me casé con una mujer buena y porque tengo un gran trabajo. De repente, toda nuestra dolorosa vida reconstruida, comenzó a complicarse.
Mi hija Helma, que ahora tiene ocho meses, tiene problemas de salud. Soy un enfermero especialista en reanimación -puedo darme cuenta cuando algo está seriamente mal. Ella ha estado teniendo convulsiones, pero no está claro por qué y ninguno de los tratamientos ha funcionado. Como su padre, debo hallarle la mejor atención médica.
Si tuviera pasaporte, saldría inmediatamente y la llevaría al mejor hospital de Alemania, donde sé que mi hija recibiría el tratamiento adecuado. Pero soy un refugiado, sin pasaporte. Estoy atrapado y no puedo ir a ninguna parte. Mi esposa tampoco tiene pasaporte -de hecho, al igual que muchos sirios kurdos, no tiene ni siquiera un documento de identificación sirio.
No quiero viajar ilegalmente con mi hija - sería demasiado peligroso para una niña que está tan enferma. Yo mismo lo he hecho, así que sé lo peligroso que puede ser cruzar las fronteras de forma ilegal. La única forma posible es aplicar a través de la ONU para un tratamiento médico en el extranjero, pero se necesita tiempo y hay muchos otros refugiados en la misma situación que nosotros. | Con información de Médicos Sin Fronteras Argentina y América del Sur de habla hispana
2016-03-16
viernes, 11 de marzo de 2016
Ejército israelí cierra televisión palestina en Cisjordania
Las fuerzas israelíes allanaron antes del amanecer este viernes y ordenó el cierre del canal de Televisión Felestine Al-Yawm (Palestine Today) y TransMedia Production Company en Ramallah, en la Cisjordania ocupada.
AFP / Archivo
Los lugareños dijeron a Ma'an que las fuerzas irrumpieron en la sede de los medios de comunicación en al-Bireh y detuvieron a dos periodistas, confiscando los bienes y emitieron órdenes militares para el cierre de las oficinas.
Los periodistas fueron identificados como Muhammad Amro de Hebrón y Shbeib Shbeib de Burqa, cerca de Naplusa. Ambos fueron trasladados a la base militar israelí en el asentamiento ilegal cercano de Beit El.
Las fuerzas israelíes también detuvieron al jefe de la Falastin al-Yawm, Al-Yawm Faruq Elayyat, desde su casa en Birzeit, una ciudad cerca de Ramallah.
Un portavoz del ejército israelí dijo a Ma'an que la orden de cierre se emitió contra el propietario de los medios de comunicación por "incitación", y agregó que la estación fue "asociada con el movimiento palestino Yihad Islámica, una organización terrorista ilegal".
El allanamiento se llevó a cabo a través de una operación conjunta entre el ejército israelí y la agencia de seguridad israelí Shin Bet, dijo el portavoz, confirmando que el equipo y el equipo técnico de difusión había sido confiscado.
El portavoz no pudo confirmar si el cierre era permanente o temporal.
Más tarde el ejército publicó un vídeo que presuntamente documenta la detención de Elayyat.
Las autoridades israelíes cerraron varias agencias de noticias palestina en noviembre pasado también por motivos de "incitación contra Israel" tras un aumento de los disturbios en el territorio palestino ocupado.
El gobierno palestino denunció los cierres en el momento, describiéndolo como una violación del derecho internacional.
El Secretario general del gabinete palestino, Ali Abu Diak, dijo en ese momento que el ataque fue parte de la política de Israel de "oprimir la voz de los derechos palestinos" y para evitar la publicación de la verdad sobre "los infames crímenes en curso que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino".
Si bien el liderazgo israelí ha criticado en repetidas ocasiones a funcionarios palestinos y a los medios de comunicación por incitar al público para llevar a cabo ataques contra los israelíes, los palestinos han señalado que el principal problema es la ocupación de Israel y el programa de asentamientos en curso, sin perspectivas de una solución política, y un profundo sentimiento de frustración y desesperación.
El cierre del canal sigue a una decisión tomada anoche por el gabinete israelí de seguridad para actuar con mayor determinación contra los medios palestinos que considera una plataforma a la instigación a la violencia, después de los últimos ataques entre el martes y el miércoles, que dejaron un muerto y una decena de heridos en Jerusalén, Tel Aviv y Petaj Tikva.
Copyleft: Toda reproducción de este artículo debe contar con el enlace al original inglés y a la traducción de Palestinalibre.org
Fuente: Agencia Maan / Traducción: Palestinalibre.org
En Hebrón, hasta los niños tienen números
Cada atardecer, Alaa, de 23 años, sale al balcón de su modesta casa de piedra con vistas a la calle Shuhada de Hebrón. Cuento los minutos que faltan para que [mi marido] llegue a casa. Espero junto a la ventana y le digo que no llegue tarde, nos confiesa Alaa, pidiéndonos que no revelemos su apellido.
La calle Shuhada, de Hebrón, fue en un tiempo una animada vía que atravesaba el corazón de la ciudad más grande de Cisjordania. (Foto: Getty)
La calle Shuhada (calle de los Mártires, en árabe) fue una vez una vía animada que atravesaba el corazón de la ciudad más grande de Cisjordania, comunicando el mercado al aire libre de Hebrón con la mezquita de Ibrahimi.
Los palestinos se agolpaban en tiendas abarrotadas y fábricas de vidrio, y vivían en pisos situados encima de las tiendas. El área es también el hogar de 500 colonos israelíes muy extremistas y ha sido, durante mucho tiempo, un lugar caliente por los enfrentamientos entre los palestinos y el ejército israelí.
El mes pasado, los pocos palestinos que todavía viven en la calle, o cerca de ella, tuvieron que soportar un nuevo paquete de restricciones y registros impuestos por las fuerzas israelíes de ocupación.
El 30 de octubre, el ejército israelí anunció el establecimiento de una zona militar cerrada en el área de Hebrón bajo control total de las fuerzas de seguridad israelíes.
El 30 de octubre, el ejército israelí anunció el establecimiento de una zona militar cerrada en el área de Hebrón bajo control total de las fuerzas de seguridad israelíes.
“Nadie podía venir a visitarnos. Mi padre no pudo venir a vernos”, dice Alaa.
Para imponer el cierre, el ejército israelí introdujo un nuevo sistema de números identificadores para los 30.000 palestinos residentes del acordonado sector H2, que abarca alrededor del 20 por ciento de Hebrón e incluye la calle Shuhada y varios asentamientos israelíes. El restante 80 por ciento de la ciudad está bajo la jurisdicción de la Autoridad Palestina.
Además de presentar sus carnés de identidad en los 17 puestos de control del sector y someterse a cacheos y registros, los palestinos deben ahora dar a los soldados su nuevo número de identidad cuando entran y salen por los controles que rodean la calle Shuhada.
El ejército no distribuyó documentos con el nuevo número de identidad. Cuando se le da a un soldado el número, este lo coteja con una lista impresa.
“Si alguien no tiene un número de identidad, le arrestan o le impiden el paso. Así es cómo las fuerzas de ocupación detuvieron al menos a 20 voluntarios internacionales que realizaban tareas de supervisión del sector H2”, dice Sohaib Zahda, del grupo de activistas de Hebrón Jóvenes Contra los Asentamientos.
Quienes olvidan sus números de identidad u optan por entrar y salir a hurtadillas del sector H2 campo a través, deben tener mucho cuidado para no ser atrapados en un área que está fuertemente vigilada.
“Hasta los niños pequeños tienen números”, dice Anas Murakatan, de 27 años, que vive en un piso cerca de un puesto de control situado en la entrada de la calle Shuhada. “Yo soy el 58, ella es el 59”, dice Anas señalando a su esposa embarazada, Fadwa Murakatan. Sus hijos son el 60 y el 61.
“Cuando nazca el bebé, también tendrá un número”.
Fadwa debía haber dado a luz hace cuatro semanas, lo que llevó a su marido a decir, en broma, que “el bebé tiene miedo, no quiere salir”. Fadwa explicó que cuando vaya a dar a luz, tendrá que pasar por un puesto de control de la calle Shuhada y solo después podrá ser trasladada por una ambulancia. La última vez que necesitó una ambulancia, tuvo que esperar 30 minutos en el puesto de control.
Debido a las nuevas regulaciones, dijo Fadwa, “no se nos permite traer invitados. Cuando dé a luz, no van a permitir que mi familia venga a visitarme”.
Al final de la segunda intifada, en 2005, el ejército israelí prohibió a los vehículos palestinas transitar por la calle Shuhada. (Foto: Getty)
Un portavoz del ejército israelí dijo a Al Yazira: “Se han implementado medidas de precaución con el fin de prevenir futuros ataques y mantener la seguridad y el bienestar del área”. Pero el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem dijo, en un comunicado emitido el mes pasado, que las nuevas medidas constituyen “un castigo colectivo para los residentes de Hebrón”.
“Todo aquel cuyo nombre no aparezca en la lista no puede cruzar el puesto de control y se ve obligado a dar un largo rodeo para llegar a su casa. Algunos residentes del barrio no se han registrado en la lista como forma de protesta, no entienden que necesiten permiso para entrar y salir de sus casas”, decía el comunicado.
“En otros casos, los soldados del puesto de control no han incluido, por error, los nombres de algunos residentes en la lista, por lo que estas personas tampoco pueden pasar por el puesto de control”.
Más allá del centro de Hebrón, el ejército israelí ha montado una serie de puestos de control móviles entre Hebrón y Belén, causando largas demoras a los automovilistas.
En 1994, después de la firma de los Acuerdos de Oslo, el ejército israelí cerró los negocios y las tiendas de la calle Shuhada.
Una década más tarde, al final de la segunda intifada, en 2005, el ejército cerró las fábricas de vidrio y prohibió a los vehículos palestinos circular por la calle. Centenares de personas se vieron obligadas a irse y las que se quedaron tienen que entrar, a menudo, por los callejones.
“Los palestinos están excluidos de la calle Shuhada. Tienen prohibido incluso caminar por parte de ella”, dice Sarit Michaeli, portavoz de B’Tselem. “El objetivo de todo esto es facilitar la presencia de colonos israelíes. Es una política oficial llamada “política de separación”, que el gobierno israelí ha adoptado”.
A pesar de estos cambios, los políticos extremistas israelíes dicen que la presencia militar en Hebrón y sus alrededores es insuficiente. En declaraciones a la Radio del Ejército el pasado lunes, Naftalí Bennett, el líder del partido ultraderechista Hogar Judío, hizo un llamamiento a una segunda operación “Escudo Defensivo”, refiriéndose a la operación militar israelí a gran escala que tuvo lugar en Cisjordania en 2002.
Las declaraciones de Bennett reflejan el deseo creciente de la extrema derecha israelí de lanzar una gran ofensiva en las ciudades palestinas.
Aunque Hebrón ha sido durante mucho tiempo un lugar de enfrentamientos entre colonos israelíes y palestinos, los Murakatan dicen que su barrio ha sido testigo de tres ataques por semana de los colonos desde que se estableció la zona militar cerrada. Estos ataques, explican, tienen lugar por la noche y en ellos participan un montón de colonos, que desfilan por la calle Shuhada, a menudo tirando piedras contra las casas palestinas.
“Hace un mes, nuestra hija se cayó en las escaleras, así que mi marido la llevó al hospital”, cuenta Fadwa. “Cuando volví del hospital, con Diala, un colono intentó agredirme”, dice Anas.
En otro incidente, unos soldados israelíes acusaron a Fadwa de ocultar un arma cuando salió de su casa para tirar la basura en un contenedor de la calle Shuhada. “Les pregunté: ¿dónde está el cuchillo? ¿Dónde está el cuchillo?”, dice, agitando sus brazos.
Al anochecer, esta familia de cuatro miembros se reúne en la azotea, el único lugar de juego al aire libre para los dos niños, que se entretienen dando patadas a un bote de gas lacrimógeno y una caja de embalajes con la etiqueta “peligroso”.
Una etiqueta de la caja indica que su contenido era para el ejército israelí. La caja cayó en su casa en uno de los enfrentamientos que tienen lugar casi a diario entre los jóvenes palestinos y las tropas israelíes.
Abajo, dos colonos caminan por la calle Shuhada junto a un grupo de soldados. No hay ningún palestino en la calle.
Mientras tanto, Anas recuerda qué diferente era su barrio antes. “Era muy agradable, había mucha gente aquí”, dice. “Entonces eran los colonos los que tenían miedo de nosotros, pero ahora somos nosotros los que tenemos miedo de ellos”.
Fuente: In Hebron ‘even the kids have numbers’, 16/12/2015
Acerca del traductor: Javier Villate mantiene el blog Disenso, con artículos, análisis y traducciones sobre Palestine, Israel y Medio Oriente. Le puedes seguir en Twitter como (@bouleusis)
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.
Toda reproducción de esta página debe incluir un enlace a la misma y al original en inglés si se trata de una traducción.
uente: Allison Deger, Al Jazeera / Traducción: Javier Villate, Blog Disenso
jueves, 10 de marzo de 2016
La mitad de los judíos israelíes respaldan la expulsión de los árabes a otro país
Cerca de la mitad de los judíos israelíes quiere que los árabes sean expulsados o deportados de Israel, de acuerdo a una encuesta sobre divisiones religiosas en el país.
Casi la mitad de los israelíes judíos están a favor de que sus compatriotas árabes sean "expulsados o trasladados" a otro país, según un sondeo difundido este martes y que refleja un menor optimismo de cara a unas hipotéticas conversaciones de paz con la Autoridad Palestina.
La encuesta, elaborada por el estadounidense Pew Research Center a partir de 5.600 entrevistas, pulsó la opinión de la ciudadanía de Israel entre octubre de 2014 y mayo de 2015, un contexto en el que aún estaba reciente la última ofensiva militar sobre la Franja de Gaza.
Uno de los apartados pregunta a los entrevistados si "los árabes deberían ser expulsados o trasladados desde Israel", a lo que el 48 por ciento responde de forma afirmativa. Un 27 por ciento está a favor y un 21 por ciento se declara especialmente partidario de la media.
En el lado contrario, un 46 por ciento se muestra en contra de una posible iniciativa de expulsión para la comunidad árabe, según los resultados que también recoge 'Haaretz'.
Algunos expertos consultados por este diario han cuestionado la vaguedad de la pregunta, mientras que la propia firma encuestadora ha defendido que se trata de una fórmula directa y simple.
En materia de discriminación, alrededor de un tercio de los musulmanes reconocen que han sufrido algún tipo de sectarismo por motivos religiosos, un 17 por ciento ha sido interrogado por las fuerzas de seguridad y un 15 por ciento ha sufrido amenazas o ataques.
La encuesta también refleja un descenso en la proporción de ciudadanos de Israel que ven con pesimismo la posibilidad de firmar la paz con los palestinos, algo que ya sólo contemplan el 43 por ciento de los judíos y el 50 por ciento de los árabes. El descenso es especialmente significativo en el caso de estos últimos, al caer desde el 74 por ciento reflejado en un sondeo de 2013.
Uno de los obstáculos que separa a los gobiernos de Benjamin Netanyahu y de Mahmud Abbas es el mantenimiento y expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania, unos enclaves que, según el 42 por ciento de los judíos, ayudan a la seguridad de Israel.
Fuente: Agencia Europa Press
Vidas Ocupadas: Encarcelamiento de mujeres y niñas palestinas
Desde el inicio de la ocupación en el año 1967, las fuerzas israelíes han arrestado y detenido aproximadamente a 10.000 mujeres palestinas. En la actualidad, hay cerca de 60 mujeres apresadas en centros de detención y cárceles de la ocupación. En esta cifra encontramos 10 niñas y 3 reas arrestadas bajo detenciones administrativas.
En el año 2015, las fuerzas de la ocupación israelí detuvieron a 106 mujeres y niñas palestinas, lo que representa un aumento del 70% en comparación con las detenciones de mujeres y niñas producidas en el año 2013 y un incremento del 60% con respecto al año 2014. Durante el mes de octubre de 2015, en los territorios ocupados palestinos se produjo un aumento de las protestas como respuesta a las violaciones generalizadas de los derechos humanos perpetradas por la ocupación israelí y al violento incidente acaecido en la mezquita Al-Aqsa; así como, la cada vez mayor actividad en los asentamientos y la impunidad de la que gozan los colonos con respecto a las acciones que cometen (como el incendio provocado y el asesinato de la familia Dawabsheh en Duma, en Nablus, el 31 de julio del año pasado). En estos últimos acontecimientos, las fuerzas de la ocupación israelí (FOI) cometieron, aún más, violaciones de los derechos humanos contra el pueblo palestino, como el arresto masivo, incrementando significativamente el número de reclusas, tanto mujeres como niñas, en centros de detención israelí. Entre las arrestadas, hay 13 menores de edad, algunas de ellas resultaron heridas durante su detención. Desde principio del presente año, las FOI han arrestado a 26 mujeres y niñas palestinas.
Arrestos y detenciones de mujeres y niñas palestinas
Las mujeres y las niñas palestinas suelen ser detenidas y arrestadas en las calles, en los checkpoints y durante las violentas redadas nocturnas que llevan a cabo los militares en sus hogares. En estas incursiones militares participan soldados, agentes del servicio de inteligencia y perros policía. El resultado de estas redadas es la destrucción tanto del contenido de las casa como del continente en sí. Tras estas acciones, se apresa a las mujeres y a las niñas y se las mete a la fuerza en un todoterreno. Les vendan los ojos y les atan las manos a la espalda. Es en este momento, donde las detenidas son víctimas de maltratos y tortura. En su testimonio al abogado de Addameer, Jureen Qadah, detenida en octubre de 2015, describió su arresto tras una redada en su casa.
El jueves 29 de octubre de 2015, un gran número de agentes de las fuerzas de la ocupación israelí allanaron a las dos de la madrugada la casa de la familia Qadah en Shuqba. Los soldados, tras identificar a Jureen (de 19 años), la esposaron, la vendaron los ojos y la arrestaron. La joven declaró que una mujer soldado la empujó al suelo provocándole una dolorosa lesión en la pierna. Jurren, además, le contó al abogado de Addameer durante su visita a la prisión de Ramleh que las FOI la retuvieron durante 18 horas en el interior de un Jeep militar, llevándola de un sitio para otra, bajo unas condiciones inhumanas, antes de dejarla en HaSharon. Al día siguiente, fue trasladada a la cárcel de Ramleh y luego a Ofer, donde fue interrogada. El interrogatorio duró media hora y giró en torno a los mensajes que había publicado en Facebook. Después, fue llevada a la prisión de HaSharon. El 1 de noviembre de 2015, se emitió en su contra una orden de detención administrativa de tres meses.
Al llegar a los centros de detención o a las sesiones de interrogatorio, a las presas palestinas se les niega, de forma rutinaria, la lectura de sus derechos y la razón de su detención. A menudo, también, se les niega el derecho a tener un abogado y las someten, durante varios días o meses, a interrogatorios donde son torturadas y maltratadas. Los métodos de tortura y maltrato que aplican contra estas mujeres les provocan un grave sufrimiento físico y psíquico. Los métodos de interrogatorio incluyen aislamiento prolongado del mundo exterior, condiciones inhumanas de detención, uso excesivo de las esposas y de vendas para taparles los ojos, privación del sueño, de alimentos y de agua durante largos períodos de tiempo, negación del acceso al cuarto de baño, privación de aseo personal (duchas o cambios de ropa en días o semanas) y sometimiento a situaciones de estrés, gritos, insultos, maldiciones y acoso sexual.
Las condiciones de la detención de las reclusas
Los abusos contra las presas y detenidas palestinas en las cárceles israelíes persisten a pesar de las obligaciones del gobierno israelí recogidas en la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes. Addameer ha documentado numerosos casos de actos crueles contra las reas palestinas cometidos por las fuerzas de la ocupación israelí, por los interrogadores israelíes e, incluso, por el personal médico. En esta documentación, Addameer señala que las mujeres y niñas palestinas denuncian, con frecuencia, la negación de los derechos básicos de la que son víctimas, como el acceso a tratamiento médico, a alimentos y al agua, el sometimiento a cacheos físicos como medida punitiva, las condiciones antihigiénicas de confinamiento en las que se encuentran y el acoso sexual. Las mujeres y niñas palestinas están sometidas a situaciones deshumanizantes y degradantes, lo que tiene secuelas psíquicas y físicas a largo plazo.
Marah Bakeer, de 16 años de edad y de Jerusalén, fue detenida el 10 de octubre de 2015 después de que un soldado israelí la disparar hasta 10 veces en su brazo izquierdo. La joven no portaba nada y, cuando el soldado le pidió que levantara los brazos, ella obedeció y el soldado la empujó al suelo. Cuando la policía acudió al lugar, un oficial de policía la volvió a empujar contra el suelo, provocando que se golpease la cabeza contra el pavimento. La cachearon y le quitaron el pañuelo de la cabeza y su ropa hasta dejarla en ropa interior.
Más tarde, la joven fue trasladada, de forma poco profesional, en ambulancia hasta Hadassah Ein Karem, semidesnuda, a pesar de sus ruegos por que la dejaran cubrirse. Luego, acudió al hospital un investigador de la policía y, mientras la joven estaba desnuda y ensangrentada, le preguntó si intentó apuñalar a un soldado, lo que ella negó. La llevaron al quirófano sin informarla de a qué intervención se iba a someter ni en qué estado se encontraba. Luego, la ataron de pies y manos a la cama y permaneció así todo el tiempo que estuvo en la habitación. Estaba custodiada por dos varones guardias, quienes maldecían a la joven y a su madre en repetidas ocasiones. Uno de los guardias le deseó la muerte y el otro se hizo una foto con ella en contra de su voluntad.
Marah acudió a los juzgados en silla de ruedas con las piernas esposadas. A día de hoy, presenta fracturas en su brazo. La llevaron a la prisión de Ashkelon el 20 de noviembre del año pasado. En esta cárcel las condiciones eran lamentables y fue víctima de negligencia médica. Más tarde, la trasladaron a la sección de los presos comunes en la prisión de Ramleh.
El régimen de aislamiento y el aislamiento de las presas palestinas
Las reclusas palestinas son sometidas a aislamiento dentro de las cárceles y de los centros de detención israelíes. Esta medida provoca efectos psicológicos a largo plazo en aquellos que se les aplica como medida punitiva. La práctica de esta medida es histórica, pues las fuerzas israelíes recurren a esta política de aislamiento desde el 1967. En la actualidad, el Servicio Penitenciario israelí aplica esta medida según la recomendación del servicio de inteligencia. Los presos en aislamiento presenten señales de ira, estrés, aburrimiento, pérdida del sentido de la realidad, dificultad para concentrarse, sensibilidad a los estímulos y alucinaciones. De acuerdo a investigaciones sobre salud mental, las posibilidades de que aparezcan problemas psicológicos y psiquiátricos son mayores entre las personas que se han visto expuestas a aislamiento1. Un estudio de 2008 realizado por Addameer y por Médicos por los Derechos Humanos revela que Israel pone en régimen de aislamiento a los presos palestinos por medidas de seguridad o por enfermedad mental y se recurre a ello como medida disciplinaria durante las sesiones de interrogatorio y el encarcelamiento. Este estudio también revela que «el aislamiento causa daños mentales y físicos, tanto en reclusos mentalmente sanos como en los que tienen antecedentes de enfermedades mentales»2. La práctica de este régimen de aislamiento continúa y se aplica a las presas palestinas, incluso antes de cualquier condena.
Rawan Abu Ziyada, de 23 años de edad y de Ramala, fue arrestada el 15 de julio de 2015, por un supuesto intento de apuñalamiento a un soldado israelí. La joven fue trasladada a la prisión de HaSharon a mediados de diciembre y el 13 de enero del presente año fue citada por la Oficina de Inteligencia de la prisión. Rawan rechazó la citación. Al día siguiente, se celebró una vista disciplinaria, en la que se tomó la decisión de poner a la joven bajo el régimen de aislamiento durante una semana. Además, le privaron de visitas durante dos meses y fue víctima de provocaciones durante los interrogatorios.
Traslados
Las niñas y las mujeres palestinas en los centros de detención israelí son sometidas a un proceso de traslado agotador y degradante entre el lugar de su arresto y el centro de interrogatorios o detención, y desde la cárcel a los tribunales. Las ponen en asientos incómodos y las introducen en mavar, una especie de jaula en las que se les retiene antes del traslado. Durante estos traslados, que normalmente duran varias horas, no se les permite acudir al servicio. Extractos de la declaración del miembro del Consejo Legislativo Palestino, Khalida Jarrar, quien sufre de múltiples infartos isquémicos e hipercolesterolemia, describen el traslado como una experiencia agotadora mental y físicamente.
El 29 de abril de 2015, a las dos y cuarto de la mañana, los guardias entraron en la celda y nos despertaron para ir a los juzgados. Estaba con la presa H. Nos levantamos y nos preparamos para ir al tribunal militar de Ofer. A las tres y media, nos sacaron de la sección después de esposarnos de pies y manos. Cabe mencionar en este punto que, de acuerdo con el informe médico, deberían poner las esposas y los grilletes por encima de la ropa. No lo hicieron así, aunque tampoco nos los apretaron en exceso.
H. y yo entramos en el vehículo de la prisión de Nahshon y nos sentamos en un espacio de 1.5x0.5 metros (en el interior de una celda dentro del vehículo). Nos colocamos en sillas de cuero opuestas entre sí y con la puerta de la celda cerrada. Eran sobre las cuatro menos cuarto de la madrugada. Hasta las cinco de la mañana, el coche no empezó a moverse. Estuvimos sentadas en el interior de esa celda una hora y cuarto sin poder movernos. Llegamos a la prisión de Ramleh a las cinco y media. Allí, nos cambiaron a otro vehículo más grande, con una celda de 50x80 centímetros. Había otros presos con H. y conmigo (tanto presos políticos como presos comunes).
Los asientos eran muy pequeños y de hierro. Nos vimos obligados a sentarnos formando ángulos de 90 grados porque si no, no entrábamos todos. No teníamos espacio alguno para movernos. La celda contaba con sistema de vigilancia. La distancia entre las cárceles de Nahshon y Ramleh, la llamada «zona de espera», se recorre en una hora y media en coche. Y entre Ramleh, «la zona de espera», y el tribunal militar de Ofer hay 45 minutos en coche. Nos retuvieron en el vehículo desde las cinco y media de la mañana hasta las nueve menos cuarto.
A las cuatro menos cuarto de la tarde me condujeron ante el tribunal y a las cuatro y media me llevaron de vuelta a la celda. Hasta las siete y cuarto de la tarde no vinieron a recogernos para llevarnos de vuelta a prisión. Una funcionaria de la cárcel de Nahshon nos puso los grilletes y nos los apretó. Le dije que tendría que ponerlos por encima de la ropa tal y como refleja el informe (uno de los funcionarios de la prisión de Nahshon nos dijo que si algo estaba escrito en un informe había que hacerlo, si no estaba escrito, no se haría). Cuando leyeron el informe, accedieron a aflojar los grilletes, pero no a colocarlos por encima de la ropa.
Cuando llegamos a la celda del vehículo Bosta, en el interior hacía mucho calor. Tras discutir con los funcionarios de la prisión y con los demás reclusos, pusieron el ventilador. El coche comenzó a moverse a las ocho y media. A las nueve menos cuarto, llegamos a Ramleh, «la zona de espera». Aquí comenzaron más penurias. Estuvimos en el interior de la celda del vehículo hasta las once y cuarto de la noche. Durante todo ese tiempo, no teníamos acceso a un baño ni a aire fresco. Ni siquiera se nos permitía relajar la postura corporal. Nos dolía todo el cuerpo debido a estar en la misma postura sentados durante mucho tiempo. Los otros reos empezaron a golpear con fuerza las puertas hasta que el vehículo empezó a vibrar. Nadie acudió a ver si sucedía algo. Obviamente, era a propósito. Se encierra a los presos en pequeñas celdas de hierro como si fueran animales, lo que es un acto de tortura en sí mismo.
Llegamos a la cárcel a las doce menos diez de la noche. Los funcionarios de la prisión de Nahshon nos condujeron hasta nuestra celda. Un hombre nos quitó los grilletes. Tuvimos puestos los grilletes de los pies durante todo el proceso, desde que salimos de nuestra celda hasta que volvimos a ella, y las esposas de las muñecas solo nos las quitaron en la celda del tribunal militar de Ofer y para la comparecencia.3
Observaciones finales: las mujeres palestinas arrestadas en el contexto de la ocupación
Israel es responsable de sus acciones en los territorios ocupados, incluidos los puestos de control de Cisjordania, y, en particular, del maltrato al que se somete a las mujeres durante sus arrestos y traslados. El artículo número 12 de la Recomendación General 28 del Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer sobre las obligaciones de los Estados partes establece que:
«A pesar de estar sujetos al derecho internacional, los Estados ejercen jurisprudencia territorial principalmente. Sin embargo, las obligaciones de los Estados se aplican sin discriminación tanto a los ciudadanos como a los no ciudadanos, incluidos los refugiados, los solicitantes de asilo, los trabajadores migrantes y los apátridas, dentro de su territorio o en zonas de control, aunque se encuentren fuera de su territorio. Los Estados partes son responsables de todas sus acciones que afecten a los derechos humanos, con independencia de que las personas afectadas se encuentren en su territorio.»4
En la Recomendación General número 30 sobre la mujer en la prevención de conflictos y en las situaciones de conflicto y posconflicto, el Comité confirma el párrafo anterior estipulando que: «[…] las obligaciones de los Estados partes también se aplican extraterritorialmente a las personas que se encuentran en las zonas bajo su control, aunque no se encuentre en su territorio, y los Estados partes son responsables de todas sus acciones que afecten a los derechos humanos, con independencia de que las personas afectadas se encuentren en su territorio.»5
Los testimonios expuestos anteriormente ponen de manifiesto la brutalidad del proceso de arresto, así como las condiciones de detención a las que se enfrentan las mujeres palestinas apresadas en las cárceles israelíes, en los centros de detención e interrogación, en los centros penitenciarios e, incluso, en los hospitales cuando se encuentran bajo custodia. Las mujeres y niñas palestinas están sometidas a abusos, maltrato y tortura en el contexto de la actual ocupación territorial y la anexión de las tierras palestinas. El encarcelamiento de mujeres y niñas palestinas es una práctica empleada por el gobierno israelí para reprimir a estas mujeres en todos los sectores de la sociedad (estudiantes, madres, lideresas políticas y niñas). En la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, los Estados partes hacen especial hincapié en: «que la erradicación del apartheid, de todas las formas de racismo, de la discriminación racial, del colonialismo, del neocolonialismo, de la agresión, de la ocupación y dominación extranjera y de la interferencia en los asuntos internos de los Estados es esencial para lograr el pleno disfrute de los derechos de los hombres y las mujeres.»6
Recomendaciones
I. Las Naciones Unidas y todos los Estados partes instan a Israel para que respete, defienda y se esfuerce por superar la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, en la regulación del trato de las mujeres y de las niñas durante el interrogatorio, la detención y la vida dentro de la cárcel.
II. Los Estados partes en la Cuarta Convención de Ginebra llaman a que se ponga fin a los abusos físicos y psicológicos perpetrados por los soldados durante el arresto de mujeres y niñas palestinas y a las detenciones ilegales de los territorios ocupados.
III. Los Estados partes quieren poner fin a la tortura psicológica y física y al maltrato del que son víctima las mujeres palestinas en las sesiones de interrogatorio.
IV. Los Estados partes en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer instan a Israel a que desarrolle una política de sensibilización de género para el trato de las reclusas palestinas.
V. Los Estados partes, las organizaciones de mujeres y las de derechos humanos piden la liberación inmediata de las reas y que se ponga fin al maltrato.
http://www.addameer.org/ Traducción: Silvia Melón Carraro
Notas 1.- Peter S. Smith, The Effects of Solitary Confinement on Prison Inmates: A Brief History and Review of the Literature, Crime and Justice Vol. 34, No. 1, 488 (2006).
2.- The Sounds of Silence: Isolation and Solitary Confinement of Palestinians in Israeli Detention. Julio 2008, Addameer y Médicos para los Derechos Humanos – Israel. Disponible en: http://www.addameer.org/sites/defau...
3.- Declaración tomada por el abogado de Addameer, 30 de abril de 2015.
4.- Comité de la ONU para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CETFDCM), Recomendación General número 28 sobre las obligaciones de los Estados partes según el artículo 2 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, 16 diciembre 2010, CEDAW/C/GC/28.
5,. - Comité de la ONU para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CETFDCM), Recomendación General número 30 sobre la mujer en la prevención de conflictos y en las situaciones de conflicto y posconflicto, 1 noviembre 2013, CEDAW/C/GC/30, párrafo 8.
6.- Asamblea General de la ONU, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, 18 diciembre 1979, Naciones Unidas, Tratados, vol. 1249, p. 13. – Ver más en: http://www.addameer.org/publication...
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Fuente: Nodo50
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