miércoles, 31 de agosto de 2022

El apartheid israelí ordena la demolición de la escuela de Ein Samiya


 El apartheid israelí ordena la demolición de la escuela de Ein Samiya

stopthewall.org, 28 de agosto de 2022


Mientras los estudiantes de todo el mundo esperan la apertura de sus escuelas, los estudiantes palestinos de Ein Samiya esperan con ansiedad la inminente demolición israelí de su escuela. Si no se toman medidas para frustrar los planes de demolición israelíes, los sueños de los estudiantes de Ein Samiya sobre un futuro mejor forjado a través del acceso a la escuela podrían quedar enterrados en lo que serán los escombros de su escuela si las excavadoras israelíes la derriban.

A petición de la Administración Civil del ejército de ocupación israelí, el Tribunal de Distrito israelí de Jerusalén emitió una orden de demolición contra la escuela Ein Samiya a principios de este mes. La escuela fue construida en un terreno privado donado por un palestino de la ciudad de Kafr Malik, en enero de 2022.

Según Montaser Al- Malki, organizador de base en Ein Samiya, "los estudiantes de la comunidad beduina de Ein Samiya solían caminar por caminos inseguros y embarrados, especialmente en invierno, hasta las escuelas alejadas del pueblo cercano de Kufr Malik. Solían sufrir los ataques de los colonos, el calor del verano y el frío del invierno. La construcción de la escuela protege a los niños de todos estos calvarios". "Creemos que la presencia de la escuela en la zona protegerá la tierra de la confiscación, ya que es uno de los factores que refuerzan la firmeza de la comunidad contra la expansión de los asentamientos israelíes", añadió.

La demolición de la escuela al servicio de la expansión de los asentamientos
La inminente demolición de la escuela de Ein Samiya forma parte de la sistemática limpieza étnica de los palestinos de la zona, especialmente de las comunidades beduinas. El sistema de apartheid israelí está utilizando políticas de apartheid contra los estudiantes de la zona "C". Negar a los palestinos su derecho humano a la educación crea un entorno coercitivo para obligar a los palestinos a abandonar su tierra y apoderarse de ella en favor de los colonos ilegales.  

La escuela de Ras Al-Tin en Ein Samiya es el ejemplo perfecto de la política israelí de limpieza étnica mediante la privación de los palestinos de su derecho a la educación. Construida en 2020, la escuela de Ras Al-Tin no pudo atender a sus alumnos durante más de un mes, ya que las excavadoras israelíes invadieron la escuela y la redujeron a escombros poco después de su construcción. Esto coincidió con la intensificación de la demolición de viviendas y la violencia sistemática del ejército y de los colonos, y le siguió hasta que la comunidad de Ras Al-Tin fue desplazada por la fuerza en 2022. Para el apartheid israelí, los 120 palestinos que vivían en Ras Al-Tin fueron durante décadas un obstáculo para la expansión de los asentamientos israelíes.


La escuela de Ras Al-Tin antes de ser demolida en 2020.

El valor económico de Ein Samiya lo ha hecho vulnerable a la expansión de los asentamientos de Israel y a las carreteras de circunvalación sólo para judíos. Ein Samiya es una reserva agraria de 58.000 dunams [1 dunam=1000 metros cuadrados]. También es abundante en recursos hídricos, ya que contiene seis manantiales naturales que satisfacen las necesidades de agua de miles de palestinos que residen en los pueblos situados al norte del distrito de Ramallah.

Por ello, al igual que varias comunidades beduinas palestinas de la zona "C", la comunidad de Ein Samiya está sometida a diversas prácticas y políticas de apartheid israelí en materia de agua. Además, la comunidad de Ein Samiya se enfrenta constantemente a la reducción de sus tierras, especialmente las de pastoreo, así como a los ataques sistemáticos de los colonos.

Escuelas en juego en la zona "C
El caso de la escuela de Ein Samiya no es el único.  Varias escuelas de la zona C están amenazadas por la inminente demolición por parte de las autoridades de ocupación israelíes.  Un total de 51 escuelas palestinas están bajo una amenaza constante de demolición. En 2019, 43 escuelas situadas en el Área C y 8 escuelas en Jerusalén Este recibieron una orden de demolición parcial o total.

Por ejemplo, en el Valle del Jordán, cinco escuelas han recibido varias órdenes de demolición y podrían ser arrasadas en cualquier momento. La destrucción de las escuelas palestinas amenazadas en el Valle del Jordán se está llevando a cabo y un toldo del recinto de la escuela de Khirbet Al-Maleh. La escuela superpoblada de Khirbet Al-Maleh consta de cuatro aulas y atiende a más de 40 alumnos de Khirbet Al-Maleh y de las dos comunidades beduinas circundantes de Ein Al-Helweh y Al-Farsiya hasta el cuarto curso.


Excavadoras israelíes confiscando la propiedad de la Escuela de Khirbet Al-Maleh en octubre de 2021.

En 2020, Stop the Wall lanzó la Campaña por el Derecho a la Educación, que se centra en el apoyo al derecho palestino a la educación en la zona "C" sobre el terreno y a nivel internacional.   Como parte de la Campaña por el Derecho a la Educación, a lo largo de 2020, Stop the Wall trabajó en la mejora del entorno educativo en la escuela y el jardín de infancia de Arab Al-Ka'abneh para que el proceso educativo fuera más cómodo para los niños. También rehabilitamos y construimos otras escuelas y guarderías en el valle del Jordán.  

Ein Samiya: Una reserva de tierras agrarias bajo la embestida de Israel
stopthewall.org, 17 de agosto de 2022

"El 23 de julio de 2022 los colonos israelíes invadieron brutalmente mi tierra, situada en Ein Samiya, y robaron 22 colmenas que me pertenecían. Estas colmenas eran mi única fuente de sustento. Ahora sólo tengo cuatro colmenas", narró Amer Rustom, agricultor y apicultor de la aldea de Kufr Malek, al noreste de Ramallah.  

Ein Samiya, clasificada como parte de la zona "C" bajo pleno control israelí, es una reserva agraria de 58.000 dunams [1 dunam=1000 metros cuadrados]. Alrededor del 90% de las tierras de Ein Samiya son propiedad de los residentes de Kufr Malek. El resto de las tierras son propiedad de los habitantes de Al-Mughayyer y Deir Jareer. La zona está en el punto de mira de la expansión de los asentamientos israelíes y de las carreteras de circunvalación sólo para judíos.



La tierra de Amer es adyacente a una de las carreteras de circunvalación de Israel que conecta a los colonos judíos con el asentamiento ilegal de Kokhaf Hashaher [en árabe: Kawkab Al-Sabah].

Amer explicó que lleva años ganándose la vida con la agricultura y la apicultura. "Para asegurarse de que no cultivo mi tierra, los colonos dañaron los cuatro depósitos de agua que utilizo para los cultivos en mi tierra", comentó Amer.  

La violencia sistémica de los colonos contra él y muchos otros agricultores y pastores palestinos de Ein Samiya y otros lugares forma parte de la vida cotidiana de los palestinos.  La violencia de los colonos, normalmente bajo la protección del ejército israelí, incluye agresiones violentas a los palestinos, amenazas de muerte, lanzamiento de piedras contra sus coches, robo de propiedades palestinas, incendio de olivares, granjas, coches e incluso casas; así como el bloqueo del acceso de los agricultores y pastores a sus tierras.

Apartheid del agua
En Ein Samiya abundan los recursos hídricos. La zona contiene seis manantiales naturales que satisfacen las necesidades de agua de miles de palestinos que residen en los pueblos situados al norte del distrito de Ramallah. Por ello, "no es de extrañar", dice Abu Ali, organizador de base de Sinjel, un pueblo vecino de Ein Samiya, "que los palestinos de Ein Samiya se enfrenten a una intensificación de la violencia contra ellos. Los israelíes quieren apoderarse de los recursos hídricos a los que todavía tienen acceso los palestinos".

El apartheid israelí ya controla más del 85% de los recursos hídricos palestinos en Cisjordania. Mientras los colonos ilegales israelíes disfrutan de un acceso ilimitado al agua, a miles de palestinos se les niega su derecho humano básico al agua.

El intento de Israel de apoderarse de los recursos hídricos palestinos en Ein Samiya en favor de los colonos forma parte de las políticas y prácticas de larga data de discriminación en el acceso al agua por motivos raciales.

Esto se llama apartheid del agua.

A través de sus prácticas de apartheid del agua, Israel utiliza el agua como arma contra los palestinos para obligarlos a abandonar sus tierras. El apartheid del agua se ha utilizado como una herramienta eficaz de limpieza étnica.

El año pasado, Israel realizó una limpieza étnica de toda la comunidad de Humsa Al-Fawqa, en el valle del Jordán, intensificando sus prácticas de apartheid del agua. Al negárseles la conexión a la red de agua de los colonos israelíes de la zona durante décadas, los residentes de Humsa se vieron obligados a trasladar el agua de la zona "A" y "B" en tanques de agua. Sin embargo, en febrero de 2021, la ocupación israelí comenzó a confiscar los depósitos de agua de los residentes hasta que los expulsó de sus hogares en julio de 2021. Antes de desplazarlos, la ocupación israelí arrasó las casas palestinas de Humsa y las asedió sin agua durante días. Los residentes de los pueblos vecinos tuvieron que pasar de contrabando algunas botellas de agua a los palestinos asediados en Humsa.



Un bulldozer Volvo confiscando un tanque de agua durante una incursión militar israelí en Humsa el 22 de febrero de 2021.

La comunidad de Ras Al-Tin
La presencia de los palestinos en Ein Samiya perturba los intentos israelíes de saquear sus recursos hídricos. Por ello, Israel ha creado un entorno coercitivo de violencia por parte de los colonos y el ejército, de demolición de viviendas y de restricciones a la circulación de los palestinos para expulsarlos de Ein Samiya.

La comunidad beduina de Ras Al-Tin ha sido un obstáculo para la expansión de los asentamientos israelíes en Ein Samiya durante décadas. Tras soportar décadas de violencia, demolición de viviendas y deshumanización, el apartheid israelí expulsó por la fuerza a unos 120 palestinos que vivían en Ras Al-Tin a principios de este mes.

El aumento de la violencia de los colonos fue la principal razón que obligó a los residentes de Ras Al-Tin a abandonar la zona. En los meses anteriores a su desplazamiento forzoso, los residentes se enfrentaron a una escalada de la violencia de los colonos bajo la plena protección del ejército israelí.

Antes de desplazar a la comunidad, los colonos solían invadirla a diario para agredir violentamente a los palestinos. Los colonos también incendiaron los coches de los residentes y les cortaron el acceso al agua en varias ocasiones.

Tres semanas antes de expulsar a los palestinos de Ras Al-Tin, un grupo de fanáticos colonos israelíes asaltó la casa de una de las familias que habitan la comunidad y acosó agresivamente a todos sus miembros, incluidos hombres, mujeres y niños. Una de las mujeres resultó gravemente herida y fue trasladada al hospital a causa del brutal ataque.

Para colmo de males, los colonos que viven en los puestos avanzados de pastores de la zona han estado reprimiendo a los pastores palestinos de Ein Samiya.  Como comunidad de pastores, los residentes de Ras Al-Tin han perdido su fuente de sustento al impedírseles el acceso a sus tierras de pastoreo.

Lo que la comunidad de Ras Al-Tin encontró antes de su desplazamiento es la culminación de años de prácticas de apartheid y brutalidad israelí. El 14 de julio de 2021, el ejército israelí invadió Ras Al-Tin y arrasó las casas de ochenta y cuatro personas.




Niños en Ras Al-Tin tras la demolición de sus casas el 14 de julio de 2021. Crédito de la foto: UN OCHA

En un intento de reforzar la firmeza de los palestinos en Ras Al-Tin, las organizaciones de la sociedad civil construyeron una escuela en la comunidad en 2020. Un mes después de que los alumnos empezaran a asistir a ella, las excavadoras israelíes redujeron la escuela a escombros.

A pesar de ello, la comunidad trató de seguir viviendo firmemente en su tierra contra viento y marea. Sin embargo, el reciente acoso por parte de los colonos y el ejército, en particular el corte de la fuente de ingresos de los residentes al negarles el acceso a sus tierras, ha provocado su expulsión forzosa.

Los puestos de avanzada de los colonos israelíes, que son un fenómeno reciente pero creciente, constituyen un ataque al pastoreo palestino. Los pastores de Ein Samiya, Masafer Yatta y el Valle del Jordán luchan por apacentar sus rebaños y seguir viviendo un estilo de vida mayoritariamente pastoril.  

Naciones Unidas: 100 palestinos abandonan la concentración de Ras El-Tin por motivos relacionados con los procedimientos de ocupación
Maan, 4 DE AGOSTO DE 2022



Jerusalén - Ma'an - La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) confirmó el miércoles que unas 100 personas abandonaron la comunidad de pastores "Ras El-Tin" en Ramallah, en la Cisjordania ocupada, porque "sus medios de vida las condiciones se han vuelto intolerables" debido a las medidas coercitivas vinculadas a la ocupación. Israel, según los residentes.

Según el sitio web oficial de las Naciones Unidas, el pasado mes de julio, 19 familias palestinas formadas por unas 100 personas (de las 35 familias que residen en la comunidad), la mayoría niños, abandonaron la comunidad beduina de Ras al-Tin, ubicada en la Zona C. de Cisjordania, y la mayoría de ellos se trasladaron a la Zona B.

La Coordinadora Especial Adjunta para el Proceso de Paz de Medio Oriente y la Coordinadora Humanitaria en el Territorio Palestino Ocupado, Lynne Hastings, se pronunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU el 26 de julio de 2022, sobre la frecuencia de incidentes particularmente preocupantes en el “Ras El-Tin”, en Cisjordania, señalando que se debe rendir cuentas. Los perpetradores de todos los actos de violencia deben ser llevados sin demora ante la justicia."










Firma la Iniciativa Ciudadana Europea de prohibir el comercio entre la UE y asentamientos de los Territorios Ocupados

martes, 30 de agosto de 2022

ISRAEL ESTADO ULTRAJUDIO. Manuel G. Fonseca

 ISRAEL ESTADO ULTRAJUDIO

Una vez mas el Estado de Israel vuelve a bombardear a Gaza, que tiene una

población de mas de dos millones de habitantes, en un pequeño territorio de los

reservados por Naciones unidas para los palestinos, que Israel tiene cercado por

tierra mar y aire, y que va sufriendo permanentes bombardeos y agresiones militar

sumando miles de muertos. Estos días de nuevo los bombardeos israelíes contra

barrios de Gaza, con decenas de muertos, entre ellos varios niños, y centenares de

heridos.

Un dato estremecedor: el 85% de los ciudadanos de Israel estaban a favor de la

expulsión militar de los palestinos y palestinas de Gaza. ¿Cómo se explica que un

pueblo perseguido se convierta en perseguidor?. ¿Qué papel ha jugado/juega el

judaísmo, la religión judía, en este hecho?.

El sionismo y la opción ultraortodoxa del judaismo.

La política de ocupación militar progresiva por parte del Estado de Israel de

territorios reconocidos por las Naciones Unidas a los palestinos, es una de las fuentes de

luchas armadas y conflictos internacionales más permanentes y dolorosas del mundo

occidental.

Sumado a esto, la concepción del movimiento sionista de Israel como Estado

“judío” pone en cuestión la consideración de Israel como un estado democrático y liberal,

porque liga ciudadanía a una confesión religiosa, y excluye la posibilidad de un estado

común, en igualdad de derechos, para musulmanes, judíos o cristianos. (Me acaba de

llegar la noticia que 50 palestinos tuvieron que bajarse de un autobus porque los tres

colonos judios se negaron a viajar con no judios (¡así!).

Me parece clarificadores, entre otros, los escritos de Shlomo Sand, profesor de historia

en la Universidad de Tel Aviv, y autor de varios libros, algunos de cuyos títulos son

demoledores para el predicamento oficial: “La invención del pueblo judío”, y el último

sobre los mismos temas: “La invención de la Tierra de Israel. De Tierra Santa a madre

patria”.

Shlomo Sand hace un meticuloso análisis te los textos bíblicos y de las tradiciones

rabínicas para mostrar que no hay un “pueblo” judío, ni una “tierra de israel”: la

Tierra de Israel es una invención:

“Mi principal objetivo, dice S. Sand, en este libro es desmontar el concepto del

“derecho histórico” judío sobre la tierra de Israel y sus asociadas narrativas

nacionalistas, cuyo único propósito era establecer la legitimidad moral para

apropiarse del territorio”

¿Ser crítico con el sionismo, con el nacionalismo sionista, es ser antijudío?

El sionismo del Estado de Israel ha optado por la versión más ultraortodoxa del

judaísmo, y utilizan la literatura deuteronómica, la más excluyente, como referencia

política y moral. Valgan un par de citas del Deuteronomio, absolutamente superados por

la tradición profética

En Deuteronomio 20,16 Moises insiste: “Pero de las ciudades de estos pueblos quue

el Señor tu Dios te da por heredad, no dejarás con vida a nada que respire”. Borrar,

destruir y quitar a vida “de cualquier cosa que respire” son claros imperativos de estos

textos, y el más usado para indicar la erradicación global de los habitantes es “destruir por

completo”.

Así en el libro de Josué que narra la conquista de la Tierra Prometida se dice

literalmente: “destruyeron por completo al filo de la espada, todo lo que había en la

ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos” (Josué 6, 21).

Hechos y textos así los hay en todos los imperios, desde Roma, a USA, pasando por


España o el Congo cuando era belga. Lo novedoso y terrible es que el libro de Josue era

hasta hace poco el texto favorito de muchos círculos sionistas y de Ben Gurión. A pesar

que el judaísmo talmúdico es contrario a una interpretación histórico literal de la Biblia,

todavía hoy los escolares judíos de nueve y diez años estudian en las escuelas israelíes

las campañas militares de Josué, sin ninguna explicación.

Esta ideología ultra es una opción del sionismo israelí, y supone una selección

absolutamente sesgada frente a los textos posteriores de la Biblia y el judaísmo

profético. A lo largo de los siglos Yahvé se convirtió en una idea que ayudó a descubrir al

judaísmo el respeto hacia los demás seres humanos, a considerar la humanidad como

algo sagrado. Para la tradición rabínica “las ofensas contra otro ser humano eran una

negación del mismo Dios que había creado a hombres y mujeres a su propia imagen.

Equivalían al ateísmo, que era un intento blasfemo de negar a Dios. Por eso el asesinato

era el mayor de los crímenes, porque era un sacrilegio” (Karen Armstrong , 107).

La opción del estado actual de Israel por un nacionalismo cerrado, excluyente y

agresivo con los palestinos no judíos es absolutamente contrario al judaísmo

profético y rabínico

Uno de los rabinos mas reconocidos no ocultaba su temor a que un día un

“judaísmo con cañones y bayonetas invirtiera los papeles de David y de Goliat para

constituirse en una ridícula contradicción de sí mismo”.

La ocupación militar de Palestina por el Estado de Israel no tiene ninguna

legitimación ética, y la acusación de antijudaísmo a la crítica de la política de

ocupación del Estado de Israel es pura falacia: es Israel quién contraviene las

mejores tradiciones de los judíos.

Termino con la reflexión que me hizo un amigo palestino, ahora también español despues

de varias décadas de trabajar como médico en España. Estados Unidos y la Unión

Europea han condenado con la mayor firmeza la invasión y ocupación por el gobierno de

Putin de una parte de Ucrania.

Mi amigo esperaba una reacción similar frente a la invasión y ocupación permanente y

creciente de Israel del territorio de Palestina. ¿Como, entonces, la Unión Europea sigue

considerando a Israel como estado preferente en las relaciones económicas, culturales y

deportivas?

Muchos nos hacemos esa misma pregunta.

"El sionismo bajo escrutinio". SANTIAGO GONZÁLEZ VALLEJO, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe


El sionismo bajo escrutinio

SANTIAGO GONZÁLEZ VALLEJO, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
elindependiente.com, 30 de agosto de 2022
Entre los días 29 y 31 de agosto se celebra en Basilea (Suiza) el 125 aniversario del primer Congreso Sionista que aprobó los fundamentos ideológicos de la apropiación de Palestina por parte de un grupo hebreo que quería representar a todos los judíos, fuera cual fuese su nacionalidad.

Hay que recordar que en esa época predominaban planteamientos ideológicos románticos y nacionalistas, además de colonialistas, que idealizaban y justificaban la identificación de pueblo, nación y Estado y, en muchos casos, la convertían en argumento en favor de la colonización y el supremacismo.

Por eso es fácil comprender que el sionismo fuera bien visto, además de por sus integrantes y simpatizantes, por fuerzas xenófobas, racistas, antisemitas incluso, y de un nacionalismo excluyente, en los mismos países de los que procedían los sionistas. Pues resolvía lo que denominaban «problema judío», al abogar por un destino geográfico y político común fuera de Europa para todos los hebreos.   

La decisión del primer Congreso deja a las claras la raíz estructural colonial de sus planteamientos al aprobar un programa político que no toma en consideración a los habitantes autóctonos de la tierra que mencionan: «El sionismo tiene por objeto establecer para el pueblo judío un hogar seguro pública y jurídicamente en Palestina». 

El movimiento sionista, en su afán de conseguir adhesiones a su causa, esgrimió razones coloniales al ofrecer ese hipotético Estado judío como garante del control colonial de las potencias inglesa y francesa en el reparto del Imperio Otomano y de áreas de influencia para el control de los recursos petrolíferos o del Canal de Suez.

La prioridad del movimiento sionista en Palestina, dada la existencia de una población indígena, es la exclusión de la misma. Si el Fondo Nacional Judío y otras asociaciones financiadas por los Rothschild y otras gentes compraban tierras a los terratenientes otomanos y árabes, para su distribución a inmigrantes judíos, era con la condición de no contratar (y expulsar) a aparceros palestinos. Siempre la exclusión y nunca la integración. 

Ya en 1914, se registró un llamamiento palestino publicado en Falastin, que afirmaba: «Si las personas honestas no vienen al rescate de los palestinos (…) su suerte será similar a la de los indios americanos. El sionismo es un Estado dentro del Estado otomano, y pone en peligro la existencia misma de los árabes en Palestina».

Sin que hubiera concluido la I Guerra Mundial, el gobierno británico, traicionando a los independentistas árabes, publica la Declaración Balfour, prometiendo un hogar nacional judío, sin que tuviera competencia legal para hacerlo. Su forma de actuar excluyente, facilitando la emigración judía a Palestina, ha definido la tragedia que seguimos viviendo, de conquista y exclusión.

Porque no hay que olvidar que, a pesar del apoyo británico y del movimiento sionista internacional, en el momento de la partición de Palestina por parte de las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial, en las Naciones Unidas, la población de Palestina era de 1.972.000 habitantes, de los cuales 608.000 eran judíos; el 47,7% de las tierras era de propiedad árabe, un 6,6 % de propiedad judía y el 46 % restante eran tierras comunales y públicas. El que, en ese momento, el plan otorgase el 57% del territorio al futuro Estado de Israel muestra a las claras el sesgo que entonces existía.

Además, con estos datos, entendemos por qué, antes de la declaración de independencia por parte de los gobernantes de Israel, ya sus ideólogos sionistas iniciaron la desposesión, el terror contra la población palestina, que culminó con la guerra árabe israelí y el desplazamiento y expulsión de 700.000 palestinos censados hasta 1948 fuera de las fronteras conquistadas. 

La población de Gaza cuenta con más de un 70% de refugiados palestinos expulsados de Haifa y otras localidades palestinas, de las que cerca de 500 resultaron destruidas. De ahí su sobrepoblación, y también, su resistencia a aceptar los hechos consumados de las conquistas israelíes.

Las leyes discriminatorias hacia la población palestina, aún de nacionalidad israelí, en un Estado de la nación judía; la prohibición de que los refugiados palestinos vuelvan a sus hogares, mientras se prima la posibilidad de adquirir la nacionalidad israelí a los judíos foráneos (españoles, por ejemplo); la colonización de Jerusalén y de Cisjordania y la expropiación y expulsión de palestinos (o de palestinos israelíes, como en el Neguev); la usurpación y jibarizacion de la economía palestina y de su ayuda internacional (a nuestra costa) revelan que el sionismo está vigente y que conduce inexorablemente, al autoconsiderarse inseparable del pueblo elegido, al racismo, a la colonización y al apartheid.

Y ante esta situación, real, presente, en la orilla del Mediterráneo, y que conocen los diplomáticos, quienes cuentan con cientos de informes, ¿qué se hace?

¿Qué sanciones se promulgan ante la vulneración de derechos humanos y del Derecho internacional? Las empresas que se lucran con la ocupación, ¿qué penalización reciben? 

La respuesta de nuestros gobernantes se cifra en un doble rasero con respecto a otros conflictos que están en nuestra mente. Se produce una normalización del ocupante y el apartheid israelí. Se le trata como aliado, como participe de programas europeos, con ofrecimientos para que sean observadores en la OTAN, participen en Eurovisión o en la FIFA, o para que puedan tener libre comercio con la UE; se realizan maniobras militares y se compran equipos de inteligencia que controla el Estado israelí, como Pegasus.

No hay una revisión crítica de la historia colonial del sionismo y de su impacto en la política actual de Israel que saque conclusiones políticas sobre la actitud hacia este Israel y sus víctimas en la región. 

La crítica no va dirigida contra los individuos, y todavía menos contra los judíos o judías en Israel/Palestina, o de cualquier lugar, o contra los israelíes por el hecho de serlo. Hay destacados israelíes (y judíos) que luchan contra las políticas del Estado de Israel.

Creemos que hay que cambiar las declaraciones cínicas de nuestros gobiernos, su preocupación por el asesinato de una periodista, por la expulsión diaria de palestinos, etc., cambiar todo eso por acciones. l, y mientras tanto, poner fin a la cooperación con las instituciones y las autoridades israelíes en diferentes planos, sean militares, comerciales y deportivos. Sí, el sionismo es colonización, racismo y apartheid.


Santiago González Vallejo es miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe




Firma la Iniciativa Ciudadana Europea de prohibir el comercio entre la UE y asentamientos de los Territorios Ocupados
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lunes, 29 de agosto de 2022

Un curso de la USC ayudará a entender la crisis del mundo árabe


 MOHAMED SAFA, oftalmólogo y escritor activista sobre la causa árabe, y participante

Un curso de la USC ayudará a entender la crisis del mundo árabe

elcorreogallego.es, 23 de agosto de 2022

Se enmarca en la Universidade de Verán y se celebrará en septiembre // Está cofinanciado por la Fundación Araguaney

La Facultade de Filosofía de la Universidade de Santiago (USC) acogerá los días 6, 7 y 8 de septiembre el curso de verano Diálogo con el mundo árabe: Los derechos humanos, actividad cofinanciada por la Fundación Araguaney- Puente de Culturas y el Concello de Santiago y que forma parte de la Universidade de Verán 2022.

Con esta acción se pretende sensibilizar la conciencia solidaria de la sociedad gallega sobre la dramática y violenta situación que vive el pueblo palestino a raíz de la ocupación de su territorio. Al mismo tiempo, el curso quiere contribuir a mitigar la lógica binaria y la polarización entre “ellos “y “nosotros” que provoca la creación de prejuicios de unos respecto a los otros, y condiciona negativamente la relación entre Oriente y Occidente.

Uno de los directores del curso, junto a los profesores de la USC Carmen Mellado y Xurxo Salgado, el oftalmólogo y escritor activista sobre la causa árabe Mohamed Safa explica que “la organización pretende que esta actividad se convierta en un ciclo de charlas anuales de la USC al que traer a ponentes israelíes, palestinos e intelectuales del mundo árabe”.

En esta ocasión participarán el profesor y escritor Ilán Pappé, de la corriente de nuevos historiadores israelíes que cuestionan el relato oficial del Estado de Israel, centrado en la limpieza étnica de 1948 conocida como Nakba Palestina, así como dos ponentes palestinos de los territorios ocupados.

“Trataremos el tema de la guerra en Jerusalén y cómo Israel pretende judicializarla e israelizar a la población palestina”, apunta.

El cuso será inaugurado el martes 6 de septiembre, a las 17.00 horas, por el alcalde de Santiago, Xosé A. Sánchez Bugallo, y un representante de la USC. La conferencia inaugural, El movimiento sionista e Israel: Pasado y presente, correrá a cargo del profesor titular de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y codirector del Centro Exeter de Estudios Etno-Políticos y activista político Ilán Pappé.

A continuación, intervendrá el cofundador del Movimiento BDS, Omar Barghouti, que hablará sobre la Lucha contra la ocupación. Boicot, desinversión y sanciones.

El miércoles día 7 la jornada comenzará a las 10.00 horas con una ponencia titulada La ciudadanía desde la perspectiva de una mujer: el alma de un estado de derecho, que impartirá la abogada y política de la Asamblea de Ceuta Fátima Rashid.

A las 12.00 horas se hablará de Reordenación estratégica del mundo árabe-musulmán: Palestina como ejemplo, temática de la que hablará el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y patrono de la Fundación Araguaney-Puente de Culturas, Jesús A. Núñez Villaverde.

El experto explica que más de una década después del estallido de las llamadas “primaveras árabes” la región sigue en un alto estado de convulsión, con la permanencia de focos de conflicto, sin visos de solución a corto plazo y la profundización de unas brechas de desigualdad, junto al recorte de derechos y libertades que auguran un futuro aún más desestabilizador.

Mientras tanto, Núñez señala que se percibe simultáneamente una pérdida de peso de Estados Unidos como gendarme regional, un incremento de las tensiones con Irán y un renovado protagonismo de Israel, acompañado de una pérdida de atención al sufrimiento que se registra en Palestina.

“Un panorama inquietante”, argumenta el experto, “al que se suma una contrarrevolución liderada por quienes prefieren mantener el actual statu quo a toda costa, aunque no sirva para promover el bienestar y la seguridad del conjunto de la zona”.

Ya por la tarde, a las 16.30 horas, la directora general de Addameer (Organización en los territorios palestinos ocupados), Sahan Francis, hablará sobre las Condiciones de vida en las cárceles israelíes.

A partir de las 18.00 horas, el escritor, ensayista y filósofo Santiago Alba abordará Los derechos humanos y la revolución árabe, y a las 19.30 horas, el oftalmólogo y escritor activista sobre la causa árabe Mohamed Safa analizará La segunda Nakba Palestina, intervención en la que analizará el supuesto proceso de paz, que en su opinión es más una segunda Nakba con respaldo internacional que consiste en la confiscación del territorio y la expulsión de sus habitantes mediante el embargo, el encarcelamiento y los asesinatos, con el fin de vaciar el territorio y anexionarlo”.

ENTREGA DE DIPLOMAS. Finalmente, el jueves 8 de septiembre, última jornada del curso, se celebrará a las 10.00 horas una mesa redonda, que girará en torno al tema Cómo entender la crisis del mundo árabe, y contará con la participación de destacados expertos en la materia que intercambiarán opiniones sobre este conflicto.

A las 12.00 horas se proyectará una película con un posterior debate sobre el conflicto y al término del mismo, alrededor de las 14,00 horas, se clausurará el curso con la correspondiente entrega de diplomas a los participantes.

Todas las personas que deseen inscribirse podrán hacerlo ya de forma online a través de la web de la Universidad, teniendo que formalizar su inscripción mañana como fecha tope, si bien tal y como señalan desde la organización, no hay número límite de plazas.

Desde la USC recuerdan que “se recoñecen os cursos da Universidade de Verán 2022 a efectos de créditos ECTS (titulacións de Grao) para o seu alumnado coa seguinte equivalencia, e recibirán a tal efecto un certificado de crédito, sempre e cando cumpran coa asistencia ao 80% das horas lectivas do curso: 2 por cada curso de 25 ou máis horas, e 1 por cada curso de menos de 25 horas”.

una entidad solidaria creada en 1984

··· La Fundación Araguaney es una entidad cultural privada sin ánimo de lucro que nace en Compostela en el año 1984. “Nuestro nombre hace referencia al árbol nacional de Venezuela, el araguaney, que produce una gran cantidad de flores doradas y es capaz de salir adelante en condiciones sumamente duras”, explican.

··· Los miembros fundadores del patronato son Ghaleb Jaber Ibrahim, en la actualidad presidente honorífico; Requina Elisa Martínez Schnackig, Constantino Martínez Schnackig y Mónica Martínez Schanackig. Actualmente, la entidad está presidida por Ghaleb Jaber Martínez, director del Festival de cine euroárabe Amal.

··· Entre sus numerosos proyectos destacan el Premio Revbela de Comunicación, exposiciones, publicaciones, cursos, mesas de debate y el festival de cine Amal, así como la Mostra de Cine Latinoamericano, entre otros.


viernes, 26 de agosto de 2022

Law for Palestine


 Law for Palestine, por iniciativa del Instituto de Estudios de Derechos Humanos de El Cairo, participó en una declaración conjunta firmada hasta el momento por más de 200 organizaciones palestinas, árabes e internacionales de derechos humanos. La declaración condena las redadas y el cierre de siete importantes organizaciones palestinas por parte de Israel e insta a la comunidad internacional a apoyar y proteger a los defensores palestinos de los derechos humanos y garantizar la continuación de su invaluable trabajo. A continuación, se muestra el texto de la declaración conjunta y la lista de organizaciones signatarias:

law4palestine.org, 25 de agosto de 2022

En medio de la escalada de ataques de Israel contra su trabajo, un grupo de más de 200 organizaciones palestinas, regionales e internacionales expresamos nuestra total solidaridad con las siete principales organizaciones de la sociedad civil palestina designadas,  Addameer Prisoner Support and Human Rights Association ,  Al-Haq Law in the Service del Hombre (Al-Haq) ,  el Centro Bisan para la Investigación y el Desarrollo ,  Defensa de los Niños Internacional-Palestina (DCI-P) ,  los Comités de Trabajo de Salud (HWC),  la Unión de Comités de Trabajo Agrícola (UAWC) y  la Unión de Mujeres Palestinas Comités (UPWC) .

En la mañana del 18 de agosto de 2022, las fuerzas de ocupación israelíes (IOF) allanaron y sellaron las puertas de las oficinas de las siete organizaciones palestinas. Las IOF también confiscaron documentos y equipos y destruyeron artículos en las oficinas. En las puertas de las organizaciones, quedaron órdenes militares que ordenaban el cierre de las oficinas en virtud del artículo 319 de las Regulaciones de emergencia de 1945 [leyes coloniales británicas]. Este desarrollo sigue a la designación del 19 de octubre de 2021 por el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, de seis importantes organizaciones de la sociedad civil palestina como organizaciones terroristas bajo la Ley Antiterrorista de Israel (2016), que luego se extendió a Cisjordania el 3 de noviembre de 2021 mediante una orden militar que prohibió a las mismas organizaciones.

Instamos a la comunidad internacional a condenar inequívocamente los ataques de Israel contra la sociedad civil palestina y las tácticas para reprimir aún más la libertad de expresión. Los Estados deben tomar todas las medidas necesarias para apoyar y proteger a los defensores de los derechos humanos palestinos y garantizar la continuación de su invaluable trabajo.

Estas redadas y cierres representan la última escalada en la campaña generalizada de Israel que tiene como objetivo silenciar y desacreditar a cualquier persona u organización palestina que se atreva a exigir responsabilidades por las graves violaciones de los derechos humanos, los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad cometidos por Israel. La “persecución de organizaciones y personas, privándolas de los derechos y libertades fundamentales, porque se oponen al apartheid es un método utilizado por Israel, que equivale a actos de apartheid perseguibles en virtud del Estatuto de Roma, para mantener su dominación y opresión sobre el pueblo palestino. 

Las organizaciones siguen expuestas a un riesgo adicional de cierre de cuentas bancarias, prohibiciones de viaje y restricciones de movimiento, y arresto y detención de miembros del personal por su trabajo. Los ataques de Israel contra estas organizaciones representan una amenaza existencial para las organizaciones palestinas independientes de derechos humanos y la sociedad civil que trabajan para monitorear y documentar las violaciones de los derechos humanos y brindar servicios básicos al pueblo palestino.

Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que exija que Israel revoque de inmediato su designación de organizaciones palestinas de derechos humanos y de la sociedad civil como "organizaciones terroristas", revoque las órdenes militares que designan a las organizaciones y cierren sus oficinas y revoque su Ley Antiterrorista (2016) porque no cumple con los estándares básicos de derechos humanos.

Además, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que tome medidas efectivas para poner fin a todas las demás acciones que niegan a los palestinos sus derechos humanos inalienables.

Por último, hacemos un llamado a los miembros de la comunidad internacional para que continúen su apoyo y aumenten los fondos para las organizaciones y se comprometan con las instituciones financieras para garantizar la transferencia de fondos a las organizaciones.


Por otro lado, de forma contemporánea y en paralelo, 333 organizaciones fundamentalmente árabes recopiladas por Amman Center for Human Rights Studies (ACHRS) han realizado una declaración muy similar, publicada en seis idiomas, entre ellas en español.

333 redes y organizaciones de Derechos Humanos condenan la violencia del Estado ocupante y el cierre de 7 instituciones palestinas y amenazando a sus directoras Y hace un llamamiento a los pueblos libres del mundo para que apoyen al pueblo palestino en su lucha por recuperar sus derechos.


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jueves, 25 de agosto de 2022

Se presenta un caso de crímenes de guerra contra Israel por crímenes contra la propiedad en nombre de la familia Salhiah de Sheikh Jarrah y otros


 Se presenta un caso de crímenes de guerra contra Israel por crímenes contra la propiedad en nombre de la familia Salhiah de Sheikh Jarrah y otros

[donde actúa, entre otros la empresa CAF]
Londres/La Haya/Palestina:  Bindmans LLP, en colaboración con el Centro Internacional de Justicia para los Palestinos (CIJP), ha presentado hoy una denuncia ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) en relación con la larga y continuada política de Israel de privar a los civiles palestinos de sus propiedades para los asentamientos y en circunstancias "no justificadas por la necesidad militar".

Las investigaciones de la CIJP han revelado que la práctica de Israel de apropiarse ilegalmente de las tierras de los palestinos está tan extendida que se vio obligada a asociarse con Bindmans LLP para presentar lo que describió como una denuncia "de entrada". A la denuncia inicial, basada en dos casos concretos, le seguirán pruebas de otros muchos casos de robo ilegal de tierras o destrucción de propiedades por parte de las autoridades israelíes en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.

El primer caso está relacionado con la apropiación de tierras de la familia Salhiah en Sheikh Jarrah, Jerusalén Este [donde actúa, entre otras la empresa española CAF]. La familia Salhiah vivía en su propiedad desde 1950, ya que se trasladó allí tras su expulsión de Ein Karim durante la Naqba de 1948. Tras décadas de intentos por parte de Israel de apropiarse de la propiedad de la familia Salhiah, en enero de 2022, el ejército israelí desalojó a la familia con el uso de granadas de aturdimiento y una violenta operación militar. Un testigo describió la "invasión" del terreno como "una guerra", con el "despliegue de soldados israelíes, helicópteros, excavadoras y camiones de bomberos". Los miembros de la familia Salhiah fueron agredidos y detenidos. Las propiedades de los Salhiah, incluidas sus casas, fueron demolidas dejando a la familia sin hogar.  

El segundo caso se refiere a una propiedad en Khuza'a, Gaza, Palestina, perteneciente a la familia Kadih. Los Kadih han sido víctimas de una apropiación sistemática de sus tierras durante décadas. La familia es propietaria de sus tierras desde hace más de 100 años, durante los cuales han sido su hogar y ha proporcionado ingresos a tres generaciones de la familia. Los repetidos intentos de apropiarse de las tierras de la familia han incluido la confiscación por parte de Israel de tierras para construir una valla de separación y crear una frontera entre Gaza e Israel, y para posteriormente reubicar la valla más en el interior de Gaza. En 1956, durante la "masacre de Jan Yunis", los militares confiscaron más tierras a pesar de que estaban dentro de las fronteras establecidas de Gaza. Después, en 1993, las fuerzas israelíes intentaron apropiarse de más tierras desplazando la valla de separación. Los diversos actos ilegales continuados han dado lugar a que la familia sólo conserve una pequeña parte de la tierra que poseía originalmente.

La denuncia, redactada por los prestigiosos abogados británicos Julianne Morrison y Conor McCarthy, de Monkton Chambers, por encargo de Bindmans LLP, es el resultado de meses de trabajo de los analistas de la CIJP, que han reunido minuciosamente pruebas para apoyar la investigación de la CPI, abierta por la anterior fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, el 3 de marzo de 2021. La CPI tiene el mandato de investigar las denuncias de crímenes internacionales perpetrados desde el 13 de junio de 2014 en la región.

La apertura de la investigación de la CPI se produjo tras el anuncio de Bensouda en 2019 de que, tras una "evaluación exhaustiva, independiente y objetiva", su examen preliminar de la situación había concluido que se cumplían todos los criterios requeridos, según el Estatuto de Roma, para abrir una investigación formal. Es importante destacar que la fiscal anunció que estaba convencida de que  

I. existía una base razonable para creer que se habían cometido o se estaban cometiendo crímenes de guerra en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, y en la Franja de Gaza;  

II. los posibles casos derivados de la situación serían admisibles; y  

III. no había razones de peso para creer que una investigación no serviría a los intereses de la justicia.

La investigación de la CPI continúa bajo la autoridad de Karim Khan QC, que fue nombrada nuevo fiscal de la CPI en junio de 2021.  

En 2022, el Comité de Derechos Humanos de la ONU completó su examen de las prácticas de derechos humanos de Israel y observó que:  

"El Comité está profundamente preocupado por la continua construcción y expansión de los asentamientos israelíes y de los puestos de avanzada no autorizados en el territorio palestino ocupado, incluido Jerusalén Oriental, y en el Golán sirio ocupado, y por el traslado de la población del Estado parte a los mismos, a pesar de las recomendaciones formuladas por diferentes órganos de tratados, la resolución 2334 (2016) del Consejo de Seguridad, la resolución 31/36 (2016) del Consejo de Derechos Humanos y la resolución 75/97 (2020) de la Asamblea General."  

El Comité señaló a continuación "con preocupación la injerencia del Estado parte [Israel] en el pleno acceso de los palestinos y la población árabe siria a sus tierras y medios de subsistencia en los territorios ocupados, mediante expropiaciones, confiscaciones, requisas e invasiones ilícitas".

A pesar de la insistencia de la ONU en que Israel cese su política de robo de tierras, el gobierno israelí ha ampliado y apoyado sistemáticamente dicha política, incluyendo la continuación de la construcción de asentamientos sin rendir cuentas por sus acciones.  

La denuncia, presentada por la CIJP, pide al fiscal de la CPI que incluya los casos que ha presentado, y que pretende presentar, como parte de su investigación formal. El ICJP sigue reuniendo pruebas en otros muchos casos para presentarlos a la CPI.  

Tayab Ali, director del ICJP y socio de Bindmans LLP, declaró: "Las pruebas disponibles para respaldar las acusaciones de crímenes relacionados con la propiedad perpetrados por las autoridades israelíes son amplias, creíbles y claras. El hecho de que se haya permitido que esto continúe como una política aceptada para la expansión ilegal de Israel es alucinante. El silencio y el apoyo de los países de la UE, así como del Reino Unido y Estados Unidos, equivale a la complicidad en estos crímenes. No hay esperanza de ninguna resolución pacífica en la región a menos que la comunidad internacional permita y apoye a la CPI para que funcione como una estructura independiente de rendición de cuentas por los muchos crímenes que el equipo de la CIJP está investigando en la región. La verdadera esperanza de paz necesita una verdadera rendición de cuentas".

Contacto: Claddagh NicLochlainn



Tel: +44 (0) 20 3488 2737




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miércoles, 24 de agosto de 2022

Salah Hamouri, un trabajador de derechos franco-palestino a punto de ser deportado, se encuentra en detención administrativa prolongada


 Salah Hamouri, un trabajador de derechos franco-palestino a punto de ser deportado, se encuentra en detención administrativa prolongada

(Jerusalén) - Las autoridades israelíes deben liberar inmediatamente al trabajador de derechos humanos franco-palestino Salah Hamouri de su detención administrativa y revertir la decisión de revocar su estatus de residencia en su Jerusalén natal, señaló hoy Human Rights Watch. El 7 de marzo, las autoridades israelíes detuvieron a Hamouri, un abogado que trabaja con el grupo de derechos de los prisioneros palestinos Addameer, que las autoridades israelíes ilegalizaron el año pasado, y lo han mantenido desde entonces en detención administrativa sin juicio ni cargos, basándose en pruebas secretas.

El 17 de octubre de 2021, el Ministerio del Interior israelí revocó el estatus de residencia de Hamouri por "incumplimiento de la lealtad" a Israel, una medida que podría provocar su expulsión de la Jerusalén Oriental ocupada. El derecho internacional humanitario prohíbe expresamente que una potencia ocupante obligue a las personas bajo ocupación a jurar lealtad a ella. La revocación de la residencia es una de las políticas que conforman los crímenes contra la humanidad de apartheid y persecución de las autoridades israelíes contra millones de palestinos.  

"Las autoridades israelíes han detenido a Salah Hamouri sin juicio ni cargos durante meses, han ilegalizado el grupo de derechos humanos para el que trabaja y han revocado su estatus legal en Jerusalén", dijo Omar Shakir, director para Israel y Palestina de Human Rights Watch. "La situación de Hamouri encarna la lucha de los defensores de los derechos humanos palestinos que desafían el apartheid y la persecución de Israel".

En la madrugada del 7 de marzo, las fuerzas israelíes detuvieron a Hamouri, palestino de 37 años, que cuenta con nacionalidad francesa, en su casa de Jerusalén Este. Los padres de Hamouri dijeron a Human Rights Watch que el ejército israelí confiscó tres teléfonos móviles y un ordenador portátil, este último no ha sido devuelto. El ejército emitió una orden de detención administrativa de tres meses contra Hamouri el 10 de marzo y la renovó el 6 de junio. La orden expira el 5 de septiembre y puede renovarse.

Los tribunales militares basaron su decisión de detenerlo en información secreta que, según ellos, apunta a la participación de Hamouri en las actividades del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), un movimiento político palestino con un brazo armado. Las autoridades israelíes no han presentado públicamente ninguna prueba que justifique esta afirmación. Incluso si tales pruebas existieran, detener a Hamouri por mera asociación o activismo político con el grupo sin ninguna prueba de su participación en un acto de violencia viola su derecho a la libertad de asociación.

Durante los primeros meses de su detención, Hamouri se unió a cientos de otros detenidos en un boicot a los procedimientos de los tribunales militares por el uso generalizado de la detención administrativa por parte de las autoridades israelíes. Los detenidos suspendieron su boicot el 1 de julio, y Hamouri recurrió su orden de detención administrativa. El 4 de agosto, un tribunal militar de apelación confirmó la orden.

Según Addameer, Hamouri dijo que en julio las autoridades israelíes lo clasificaron como detenido de alta seguridad a raíz de una carta abierta que escribió sobre su difícil situación al presidente francés Emmanuel Macron. Como resultado de esta designación, las autoridades lo trasladaron de la prisión de Ofer, en la Cisjordania ocupada, a la prisión de Hadarim, dentro de Israel, aunque el derecho internacional humanitario prohíbe el traslado de residentes fuera del territorio ocupado. Según Addameer, las fuerzas israelíes le pusieron grilletes y le registraron y cachearon repetidamente durante el traslado, que duró horas, y le hicieron pasar la noche en una jaula metálica mal ventilada en la prisión de Ramleh, en el centro de Israel.

El Ministerio del Interior de Israel revocó la residencia de Hamouri en virtud de una enmienda de 2018 a la Ley de Entrada de Israel de 1952 que autoriza la revocación de la residencia permanente de cualquier persona sospechosa de "infracción de lealtad" a Israel. En una carta dirigida a Hamouri, revisada por Human Rights Watch, el Ministerio del Interior señala la supuesta pertenencia y actividades de Hamouri con el Frente Popular para la Liberación de Palestina como base para la revocación de la residencia, alegando que se dedica a "actividades hostiles, peligrosas y significativas contra el Estado de Israel."

En diciembre, la Agencia Nacional de Seguridad Social de Israel le dio de baja del seguro médico por haber "abandonado el país" y por la supuesta falta de "prueba de residencia".

Hamouri impugnó la revocación y solicitó una orden judicial para bloquear la expulsión hasta el final del proceso. Sin embargo, el 10 de marzo, el Tribunal Supremo israelí confirmó la denegación de la solicitud de medida cautelar por parte de un tribunal inferior, citando "información secreta" de que Hamouri suponía una "amenaza para la seguridad". Esta decisión elimina cualquier obstáculo legal para que el gobierno israelí expulse a Hamouri.

El grupo de derechos israelí HaMoked, que representa a Hamouri en el asunto junto con la abogada israelí Leah Tsamel, dijo que el tribunal fijó una fecha de febrero de 2023 para escuchar la impugnación de la deportación, retrasándola hasta que se pronuncie sobre otro caso que impugna una ley de 2008 que permite a Israel revocar la ciudadanía de una persona sobre la base de la "violación de la lealtad". En julio, el tribunal confirmó la ley de 2008.

El Ministerio del Interior había revocado la residencia de otros cinco palestinos de la Jerusalén Oriental ocupada por "incumplimiento de lealtad" a partir de finales de 2021, según datos del Ministerio del Interior facilitados a HaMoked.

El Cuarto Convenio de Ginebra establece expresamente en su artículo 68 que las personas bajo ocupación no tienen "deber de lealtad" a la potencia ocupante. El artículo 45 de las Resoluciones de La Haya de 1907 prohíbe "obligar a los habitantes del territorio ocupado a jurar lealtad a la Potencia hostil". Al obligar efectivamente a los palestinos de Jerusalén Este a abandonar sus hogares, las revocaciones de residencia equivalen a un traslado forzoso, como ha documentado Human Rights Watch. Al formar parte de un conjunto de políticas para consolidar una mayoría judía en Jerusalén, las revocaciones de residencia contribuyen a mantener el apartheid y la persecución de Israel contra millones de palestinos.

Menos de una semana después de revocar la residencia de Hamouri, las autoridades israelíes declararon a Addameer y a otros cinco [han sido siete en total]destacados grupos de la sociedad civil palestina como organizaciones "terroristas" y, posteriormente, "ilegales", basándose también en pruebas secretas que, según ellos, apuntan a vínculos con el Frente Popular. En noviembre, Front Line Defenders descubrió, y Citizen Lab y Amnistía Internacional confirmaron, el hackeo del teléfono de Hamouri, así como de otros cinco defensores de los derechos palestinos, con el software Pegasus de la empresa israelí NSO Group.

A fecha de 1 de agosto, Israel mantenía a 671 palestinos en detención administrativa, lo que supone una media de 492 entre abril de 2021 y marzo de 2022, según las estadísticas que el Servicio de Prisiones israelí facilitó a HaMoked.

Las autoridades israelíes deben poner fin a la práctica generalizada de mantener a los palestinos en detención administrativa sin juicio ni cargos, señaló Human Rights Watch. Si bien la ley de ocupación permite la detención administrativa como medida temporal y excepcional, detener a cientos de palestinos, muchos de ellos por períodos prolongados, sin un final a la vista, excede en mucho lo que la ley autoriza, señaló Human Rights Watch. En 2014, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas pidió a Israel que "ponga fin a la práctica de la detención administrativa y al uso de pruebas secretas en los procedimientos de detención administrativa, y garantice que las personas sujetas a órdenes de detención administrativa sean acusadas sin demora de un delito penal, o liberadas."

Las autoridades israelíes mantuvieron anteriormente a Hamouri en detención administrativa entre agosto de 2017 y septiembre de 2018. También lo encarcelaron entre 2005 y 2011, tres años de los cuales los pasó en prisión preventiva antes de que un tribunal militar lo condenara a siete años de cárcel por cargos relacionados con un presunto complot para matar al antiguo rabino jefe de Israel. Fue liberado como parte de un acuerdo de intercambio de prisioneros. En 2011, el entonces ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, dijo que el caso contra Hamouri carecía de pruebas sólidas. Human Rights Watch ha documentado que los juicios militares israelíes, que tienen una tasa de condenas de casi el 100 por ciento, están muy por debajo de cualquier estándar de justicia.

En 2016, las autoridades israelíes deportaron a la esposa de Hamouri, Elsa Lefort, de nacionalidad francesa, y le prohibieron volver a entrar en Israel durante 10 años, alegando "razones de seguridad", separando a Hamouri de ella y de sus hijos, que entonces tenían 6 y 1 años. La prohibición impide a su familia visitarlo en prisión.  

Reflexionando sobre el acoso al que se ha enfrentado en un artículo publicado en el Jacobin el día antes de su detención en marzo, Hamouri escribió: "estas acciones están dirigidas a un único objetivo: obligarme a abandonar Palestina". En abril, Hamouri presentó una denuncia penal en Francia contra NSO Group por el pirateo de su dispositivo y en mayo un escrito ante la Corte Penal Internacional centrado en las acciones del gobierno israelí contra él. En mayo, Human Rights Watch y otros 11 grupos de la sociedad civil pidieron a Francia que presionara a Israel para que dejara de violar los derechos de Hamouri.

"A través de Salah Hamouri, las autoridades israelíes están intensificando su asalto total a la sociedad civil palestina y pretenden sentar un peligroso precedente que les permita expulsar a los palestinos de forma más expeditiva", afirmó Shakir. "Las autoridades francesas deben presionar a Israel para que deje de acosar a Hamouri".

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Raji Sounari, abogado palestino: "España puede liderar la respuesta europea y estar en el lado bueno de la historia"

  El abogado palestino Raji Sourani, durante su visita a España. — Sandra Barrilaro Raji Sounari, abogado palestino: "España puede lide...