La alta participación árabe en las recientes elecciones israelíes les dará visibilidad en la Kneset y podría hacer que su líder, Ayman Odeh, se convierta en jefe de la oposición. Sin embargo, con toda seguridad se trata de un triunfo a medias que no les permitirá revertir las leyes que consideran racistas o impulsar una solución justa para el conflicto con los palestinos.
Ayman Odeh, líder de la Lista Conjunta, durante un evento de campaña electoral en Tira, norte de Israel / REUTERS
Por primera vez desde 1992, los partidos árabes de Israel han recomendado a un líder sionista, Benny Gantz, para que se convierta en primer ministro. Se trata de una iniciativa histórica, aunque Balad, una de las formaciones de la coalición Lista Árabe Unida, ha matizado enseguida que su apoyo a Gantz obedece solo a la intención de acabar con el mandato de Benjamín Netanyahu, y que en realidad no es un apoyo al líder de Azul y Blanco. Leer más..