Las representaciones de la Unión Europea en Jerusalén y en Ramallah hicieron pública una declaración sobre la decisión tomada sorpresivamente el pasado 7 de julio por la Corte Suprema de Israel de autorizar la continuación del Muro de Apartheid en el Valle de Cremisan.
En la declaración se expresa “un profundo pesar y una gran preocupación” por la decisión de la Corte Suprema de Israel. “Si se construye –dice el comunicado- esta barrera restringirá severamente el acceso de 58 familias palestinas a sus tierras, y tendrá consecuencias profundas en sus vidas”.
Las oficinas de representación de la Unión Europea (UE) en Jerusalén y Ramallah hicieron pública una declaración sobre la decisión tomada sorpresivamente el pasado 7 de julio por la Corte Suprema de Israel de autorizar la continuación de la construcción del Muro de Apartheid el Valle de Cremisan.
En la declaración se expresa “un profundo pesar y una gran preocupación” por la decisión de la Corte Suprema de Israel. “Si se construye –dice el comunicado- esta barrera restringirá severamente el acceso de 58 familias palestinas a sus tierras, y tendrá consecuencias profundas en sus vidas. Por otra parte, la decisión dará lugar a un nuevo aumento de la densidad de población en la zona palestina junto a Belén, en una zona ya afectada por la expansión de los asentamientos de colonos”.
En la declaración de las representaciones de la Unión Europea, Jerusalén y Ramallah también se recuerda que la Unión Europea ha apoyado el parecer consultivo con el que la Corte Internacional de Justicia, ya en julio de 2004, había definido la construcción del Muro de Apartheid en tierras confiscadas de forma arbitraria y unilateral como una acción “ilegal”.
Por su parte, el vicario del Patriarcado Latino de Jerusalén, monseñor William Shomali, declaró estar “sorprendido por la increíble decisión de la Corte de autorizar los trabajos sin admitir una apelación, y estamos tratando de entender las razones de este hecho. El cambio drástico de la sentencia anterior -tiempo atrás la misma Corte Suprema de Israel se había declarado contraria al muro- puede ser una reacción ante el reciente reconocimiento oficial del Estado de Palestina por la Santa Sede”.
“La impresión -agregó el vicario patriarcal- es que nunca habían renunciado a apoderarse de esas tierras del valle de Cremisan, para tener un área en la que expandir los asentamientos israelíes de Gilo y Har Gilo, también construidos en tierras robadas a la ciudad palestina de Beit Jala. Esta era la intención desde el principio, la meta a la que se pretendía llegar, y que se deseaba conseguir a toda costa”.
El valle Cremisan es el “pulmón verde” principal de la población que vive en la zona de Belén. La ruta del Muro de Apartheid construido por Israel, después de cortar el territorio de Belén, ahora se está preparando para devastar esa zona, conocida como uno de los más bellos entornos naturales de toda la Tierra Santa. El muro de Belén, según los habitantes de la zona, trae al recuerdo el odioso muro de Berlín.
“Es evidente -había declarado en el pasado Vera Baboun, alcalde de Belén– que el diseño del muro no responde a ninguna necesidad de seguridad, y sólo busca separar a las personas de sus tierras para confiscarlas y poder ampliar el área de los asentamientos israelíes que ya han ocupado en ese cuadrante la mayor parte de los territorios palestinos”.
Según Vera Baboun, el efecto de la política israelí de confiscación de tierras en esa zona tan delicada de los territorios palestinos será que “en pocos años toda la zona se verá sofocada por las garras del Muro, y los primeros en marcharse serán los cristianos”.
Fuente: Aica On line
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