sábado, 15 de marzo de 2025

EN EL DÍA DE LA CULTURA PALESTINA Reconocimiento a Luz Gómez García Instituto Cervantes. Madrid, 10 de marzo de 2025


 EN EL DÍA DE LA CULTURA PALESTINA

Reconocimiento a Luz Gómez García
Instituto Cervantes. Madrid, 10 de marzo de 2025
Texto de la profesora y catedrática Luz Gómez en la aceptación del Reconocimiento del día de la Cultura Palestina, concedido por la Embajada del Estado de Palestina.
Excelentísimo Sr. embajador de Palestina en España, querido amigo Husni, Excelentísima Sra. ministra de Juventud e Infancia, Ilmo. Sr. director del Instituto Cervantes, Estimado profesor López García, querido Bernabé,
Queridas amigas, queridos amigos todos de Palestina
اﻟﺴﻼم ﻋﻠﯿﻜﻢ
رﻣﻀﺎن ﻛﺮﯾﻢ
Es para mí un honor compartir hoy con todos ustedes este homenaje a Palestina coincidiendo con el nacimiento del poeta Mahmud Darwish y el Día de la Cultura Palestina. Y me llena de orgullo, como no puede ser de otra manera, dirigirles unas palabras con motivo del reconocimiento que me otorga la Embajada de Palestina en España.
Voy a empezar, es inevitable, con unos versos de Mahmud Darwish. Son el comienzo del último poema inédito que recitó. Lo hizo en Ramala, en julio de 2008, un mes antes de fallecer. Dicen así:
ﻣﻦ أﻧﺎ ﻷﻗﻮلَ ﻟﻜﻢ
ﻣﺎ أﻗﻮل ﻟﻜﻢ؟
Lo que podría traducirse:
¿Quién soy yo para deciros 
lo que os digo? 
Mahmud Darwish se dirigía a los suyos, a sus paisanos, y les interpelaba, casi de despedida, reconociéndose uno más entre los millones de palestinos y palestinas que vivieron y viven la Nakba, la única existencia que Palestina ha conocido desde 1948. “El jugador de taula” (el nard, el backgammon, las tablas reales del español clásico) es el título del poema. Es uno de sus poemas más hermosos, más conmovedores, una suerte de testamento vital y poético.
Hoy, me apropio de estos versos, a riesgo de pecar de inmodestia. Me valgo del iqtibás, una figura retórica característica de la literatura árabe, por la que un autor establece un vínculo con los mejores que le precedieron robándoles un verso, una frase, una idea, una imagen, para seguir por un camino propio. Y así me digo y os digo:
Quién soy yo
para deciros lo que os digo.
Al pensar estos días últimos en qué iba a decir desde este estrado, al buscar palabras apropiadas en este tiempo de ignominia, no sabía muy bien qué decir, de qué hablar. Se ha dicho tanto sobre Palestina y ha servido de tan poco... Pero “el lápiz tiene que seguir silbando”, para que algún día acalle a las balas, a los misiles, a los colonos israelíes. Debemos recordar, conmemorar, resistir. Es lo que hacemos esta tarde.
Permitidme que, en lugar de avanzar para ello por el camino de la poesía palestina, a cuya lectura y traducción he dedicado trabajo y pasión, haga un giro en el guion —y esto del guion es un guiño también muy darwishiano: “El guion es este” es el título del último poema que Darwish publicó—.
Así pues, en vez de traer a esta conmemoración del Día de la Cultura Palestina poemas de los grandes clásicos del siglo XX (Samih al-Qásim, Ráchid Huséin, Fadwa Tuqán, Taufiq Zayyad, Muin Bseiso) o de los clásicos más jóvenes (Ibrahim Nasrallah, Ghassan Zaqtan, Nasser Rabah) o de los nuevos poetas (Mosab Abu Toha, Asma Azaizeh, Dalia Taha, Hind Joudeh o Hiba Abu Nada), en lugar de eso voy a permitirme compartir con ustedes, con vosotros y vosotras, una reflexión sobre Palestina, la lengua española y la resistencia frente a la injusticia que nos une.
Quiere ser también un homenaje a este aquí y ahora donde nos hallamos, a la institución que vela por enseñar la lengua de Cervantes y llevar su cultura a quien quiera valerse de ella, y que hoy nos acoge en homenaje y reivindicación de Palestina.
Voy a contarles la historia de cinco palabras palestinas españolas. Sí, palabras hispano-palestinas. Son, por este orden —el orden como veremos es importante—, estas: fedayín, kufiya, intifada, Nakba, y sumud.
En 1979 Edward Said, quizá con Mahmud Darwish el intelectual palestino más universal, adelantó en su libro La cuestión de Palestina, la razón de ser crucial para el futuro de los palestinos: que Palestina es un asunto de la conciencia de la humanidad. Y esto es así porque pone a la humanidad ante el desafío de la justicia y la igualdad, que o son universales o no existen. El fin de la Ocupación y el retorno de los refugiados son parte consustancial del derecho internacional, unos derechos que o lo son para todos o no son derechos, sino perpetuación de la injusticia. Palestina no es una idea, una entelequia, simplificación esta con la que quizá se conformaría el sionismo. Palestina son, ante todo, los palestinos y las palestinas, el pueblo palestino, un pueblo diverso y plural y sin embargo perfectamente reconocible por su fuerza, que lo preserva de la contingencia histórica, empeñada en empujarlo a la extinción. Esta “palestinidad”, por así decir, es la que ha dado al español esas palabras fundamentales que hoy transcienden lo meramente palestino y nos apelan desde su universalidad.
A efectos de historia y uso de la lengua, el Diccionario de la Lengua Española (DEL) de la Real Academia Española (RAE) es un instrumento de referencia para los casi mil millones de personas que hablamos español. De ahí el interés de que en la 23ª edición del DLE, de 2014, vigente en la actualidad, la RAE incorporase “fedayín” y “kufiya” a su repertorio. Fedayín es la persona, el guerrillero, la conciencia de Palestina; y kufiya es el objeto, la materialidad, el símbolo de Palestina. Los define así:
fedayín
Guerrillero o miliciano árabe, especialmente el palestino que lucha contra la ocupación israelí.
kufiya
Tocado beduino masculino formado por un paño cuadrado doblado en forma de triángulo y a veces sujeto por una banda o aro.
 En la actualización de la edición de 2017, el DLE incorporó “intifada”: a los hombres y sus objetos se sumaban sus actos. Intifada es un acto y se define así:
intifada
Insurrección popular palestina protagonizada por los jóvenes frente a las fuerzas israelíes de ocupación.
 La lengua, con su manera de vivir la realidad, había introducido en el español estos conceptos “fundamentales” que hacen del palestino un ser activo y lo insertan en la historia, desarticulando con ello uno de los más mortíferos instrumentos del sionismo: la espectralización del palestino, el palestino-sombra contra el que se reveló la poesía de Mahmud Darwish. Porque si fuera posible hacer una gradación del mal acumulado por 130 años de sionismo, quizá la deshumanización del palestino normalizada hoy en el discurso y la práctica del Gobierno de Israel sea un nivel previo al de su espectralización, a la conversión de todo un pueblo en seres fantasmales borrados de la historia, algo contra lo que vienen alertando filósofos e historiadores palestinos como Elias Sanbar. La resistencia palestina logra que se haga visible lo que el sionismo ha pretendido hacer invisible.
En cuanto a las otras dos palabras, Nakba y sumud, no figuran aún en el DLE. Pero lo harán, a buen seguro, me atrevo a aventurar. Porque son voces irremplazables, intraducibles. Son las dos caras de una misma moneda. La Nakba no fue solo un momento, un acontecimiento histórico, el Desastre de 1948: la Nakba, que no ha cesado, es un estado, el estado de desposesión y trauma que desata la furia palestina —según una caracterización de Nur Masalha—. Al asumirse en su continuidad, la Nakba se resignifica y convierte en guardián de la memoria personal y colectiva de cada palestino y palestina para obrar el presente y garantizar el futuro. Su capacidad de transformar la realidad es tal que la legislación israelí prohíbe el uso del término en documentos oficiales o libros de texto, por no hablar de la persecución penal de su conmemoración cada 15 de mayo.
La Nakba no ha cesado, la Nakba es a la vez el proyecto israelí de aniquilación de Palestina y los palestinos, y la experiencia/respuesta palestina que impide la aniquilación. Su arma es, precisamente, el sumud, la resiliencia/resistencia, una perseverancia inamovible en el tiempo y el espacio. Como la de Handala, el niño con cuatro pelos en la cabeza, siempre de espaldas, descalzo, de diez años, como los que tenía Nayi Ali, el caricaturista que lo creó, cuando fue expulsado de al-Shayara, su pueblo sito entre Tiberiades y Nazaret, arrasado en 1948. El sumud no se puede traducir, el sumud lo ejecuta cada palestino en su misma cotidianidad,
con su cuerpo aferrado a un olivo, viviendo,
sabiendo que “muero, luego existo”, en expresión del poeta Abd al- Rahman al-Shaij,
alzando su voz y su nombre para no ser un número más, otra cifra, en las morgues de Gaza,
en las prisiones israelíes, 
en los campamentos de la UNRWA de Cisjordania, Líbano, Siria, Jordania,
en los noticiarios de todo el mundo.
Estas cinco palabras (fedayín, kufiya, intifada, nakba, sumud) son lo que el historiador alemán Reinhart Koselleck llamó “conceptos fundamentales”: “Ser irremplazable, y por lo tanto controvertido, es lo que diferencia a un concepto fundamental y sumamente complejo de otros conceptos. Todo concepto fundamental contiene un potencial histórico de transformación”.
Los conceptos fundamentales son intraducibles.
El potencial de transformación del nuevo fedayín palestino
es una mujer que hace el signo de victoria sobre los escombros de su casa en Masafer Yatta;
es un chaval de diez años al que arrastra herido un soldado israelí en Yenín;
es un joven que recupera en un invernadero las semillas autóctonas de las sandías de la baja Galilea;
es una chica que escribe poemas a Jerusalén sin haber salido jamás del campamento de Chatila;
es un abuelo que acuna inconsolable el cadáver de su nieta asesinada en Jan Yunis.
El fedayín es intraducible, único y común, fundamental: es la encarnación del sumud.
En cuanto a la kufiya, es tan palestina que el DLE se ve forzado a especificar su uso restringido y ejemplifica: “la kufiya palestina”. Con ello, Palestina está presente en las tres entradas del diccionario.
Con la definición de “kufiya” la RAE debería replantearse la masculinidad que otorga al tocado. Hay argumentos incontrovertibles: si tradicionalmente fue un atuendo masculino, y su imagen está indisolublemente asociada a la de Abu Ammar, Arafat, ya a comienzos de los setenta Leila Khaled la mostró al mundo como símbolo revolucionario, y hoy la kufiya la llevan tantas o más mujeres que hombres. La kufiya contiene tal potencial histórico de transformación que su sola presencia supone un peligro, una provocación para los guardianes del orden: cuántas veces no hemos visto a las fuerzas de seguridad (en EEUU, sí, pero en Europa también, incluso aquí en España) arremetiendo contra individuos sospechosos porque portaban kufiya. Los estudiantes de las acampadas universitarias del curso pasado contra el genocidio de Gaza han desafiado, con buen criterio, esta lógica, haciendo de la kufiya su bandera y su símbolo.
Y qué decir de la sola mención de la palabra “intifada”: su capacidad subversiva es tal que una simple canción con ese título, “Intifada”, del grupo Ska-P, alertó a las autoridades alemanas, que prohibieron el concierto de este grupo español en Berlín en julio de 2023.
Más interesante aún a efectos sociolingüísticos es este otro caso. En las últimas semanas, la crónica política española ha dado a conocer una genial invención lingüística: el término “intifalla”. Intifalla es el nombre de un colectivo de activistas vinculados a los movimientos sociales valencianos que se movilizan para reclamar la asunción de responsabilidades políticas y penales por la corrupción en su comunidad, especialmente activos tras la Dana de 2024.
A la espera de que el DLE recoja los términos Nakba y sumud, los hablantes siguen, seguimos creando con el uso nuevas realidades lingüísticas, que siempre son sociales, y que a la postre son políticas. Hace poco, en el diario El País, se publicó una crónica teatral titulada “Del Holocausto a la Nakba”. Me lancé a leerla emocionada... Apenas se hablaba de Palestina y no se explicaba qué era la Nakba: señal de que el término está incorporado al uso. Es la prueba más real, más lingüística, de que Palestina obra y existe.
Dejo esta historia española de las palabras palestinas, pido perdón por el excurso de filóloga arabista y concluyo volviendo al comienzo, a Mahmud Darwish y Edward Said y a sus voces.
En las paradojas, en las contradicciones y la dialéctica del ser palestino que se abordan en sus respectivas obras, se halla el germen de la esperanza, que es lo que quería traer a este auditorio. A veces lo imposible es más fácil que lo difícil. La esperanza, esa “fuerza indómita del débil” como la definía Mahmud Darwish; un “mal crónico palestino”, dijo también.
En 2004 Mahmud Darwish dedicó una elegía a Edward Said. Se titula “Contrapunto”. En el poema, se escenifica un diálogo entre dos hombres, ellos mismos, que saben cercana su muerte y piensan en el futuro, en el verdadero significado de la herencia como futuro. Dice así un fragmento de este diálogo: 
Y dijo: Si muero antes que tú,
¡te lego lo imposible!
Pregunté: ¿Queda lejos lo imposible? 

Dijo: A una generación.

Pregunté: ¿Y si muero antes que tú? 

Dijo: Consolaré a los montes de Galilea

y escribiré: «Lo bello no es sino dar con lo apropiado». Pero no lo olvides:

si muero antes que tú, te lego lo imposible
 
Muchas gracias
ﺷﻜﺮا ﺟﺰﯾﻼ
¡VIVA PALESTINA LIBRE!
 

viernes, 14 de marzo de 2025

INVESTIGACIÓN 'Guerra' en el Grupo CAF: Sus negocios con Israel provocan un conflicto sindical


 INVESTIGACIÓN

'Guerra' en el Grupo CAF: Sus negocios con Israel provocan un conflicto sindical

La ferroviaria vasca participa en el Tranvía de Jerusalén y podría firmar un contrato de 3.500 millones en Bélgica

La compañía con sede en Beasain goza de muy buena salud tras elevar en 2024 sus ingresos un 10%, hasta los 4.212 millones de euros. Sus beneficios fueron de 103 millones de euros, un 16% más que en el ejercicio anterior. 
CAF ha batido récord de ventas y pedidos en el pasado ejercicio. Y se encuentra en disposición de hacerse con un contrato de hasta 3.500 millones de euros para fabricar trenes al operador ferroviario belga SNCB. 

Su filial de autobuses Solaris también ha engordado su cartera de pedidos. Entre ellos, los 107 trolleybus para el operador de transporte canadiense TransLink de la ciudad de Vancouver por 120 millones de euros. Y ha firmado contratos con los operadores polacos MZA Varsovia y MPK Poznań para el suministro de 50 y 17 autobuses eléctricos respectivamente. Estos dos encargos suponen más de 50 millones de euros.

Enfado entre la plantilla por Israel

Hace unos días el comité de empresa de CAF denunció que "todos los crímenes en los que colabora CAF han sido reconocidos también por la Corte Internacional de Justicia en 2024. Lo hizo en un dictamen que declara ilegal la ocupación israelí de Palestina y obliga a los Estados (por omisión también a las instituciones de ese Estado) a  impedir entablar relaciones económicas o comerciales con Israel en relación con el territorio palestino ocupado o partes del mismo que puedan afianzar su presencia ilícita en el territorio". 

Un autobús articulado rojo y blanco circula por una calle frente a un edificio de apartamentos de varios pisos.

Autobuses SOLARIS, la filial de autobuses de CAF

Y continúan diciendo que "quienes en Euskal Herria firmamos este manifiesto pedimos una vez más que CAF cumpla con el derecho internacional. Se retire del proyecto del Tranvía de Jerusalén y así deje de ser cómplice de la ocupación de Palestina. Y exigimos que las instituciones vascas, principalmente el Gobierno en calidad de accionista de CAF, retiren su apoyo a CAF mientras ésta no cumpla con la legalidad internacional".

Problemas reputacionales

CAF está preocupada por el agujero reputacional a cuenta de sus negocios en el país presidido por Benjamín Netanyahu. "El conflicto Israel-Palestina supone un riesgo de incertidumbre en los mercados en los que opera el grupo. Por distintos aspectos como la ejecución de los contratos a largo plazo y su seguimiento", reconoce la multinacional vasca.

Estos problemas a corto plazo derivarían de "posibles embargos o sanciones que se puedan implantar a las empresas en dichos mercados. O por posibles interrupciones adicionales en la cadena de suministro".

"El conflicto actual está afectando a los ritmos de ejecución de ambos proyectos. Si bien manteniéndose las operaciones en la línea del tren ligero de la ciudad de Jerusalén". CAF asegura que mantiene "comunicaciones continuas con sus clientes". "Trabajamos de forma colaborativa en abordar los problemas derivados de esta situación", añaden. 

A cuenta de este conflicto, el campus gipuzcoano de la Universidad del País Vasco (UPV) declinó firmar el pasado año un acuerdo con CAF. La intención del centro educativo y la multinacional era establecer un centro de innovación en la provincia vasca. La institución académica tomó esta medida tras dar su "apoyo a Palestina ante la catástrofe humanitaria en Gaza". 

Interior de un taller de mantenimiento de trenes con varios vagones estacionados sobre las vías.

El campus pidió "el cumplimiento inmediato de la decisión de la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas". Esta iba dirigida a que Israel tomara las medidas necesarias para evitar actos de genocidio. "La entrada de ayuda a la franja de Gaza. O el cese de los ataques y el asedio a la población civil, el fin de envío de armas a Israel. Así como la liberación de todas las personas secuestradas y encarceladas injustamente", decía.

Otros colectivos vasco navarros también han criticado a CAF por su papel en Israel. 

No a Talgo

Las maniobras de La Moncloa y el Gobierno vasco para que el Grupo CAF se hiciera con Talgo han resultado estériles. El presidente del Grupo CAF, Andrés Arizkorreta, ha descartado que la centenaria compañía que lidera negocie siquiera llevar a cabo la operación. 

El empresario premiado hace unos meses con la Medalla de Oro de Gipuzkoa ha hecho valer su peso para descartar la intentona política. 




¿España debe vetar a Israel en operaciones de la OTAN? . Pregunta parlamentaria de SUMAR en el Congreso de los Diputados


 ¿España debe vetar a Israel en operaciones de la OTAN?

Pregunta parlamentaria de SUMAR en el Congreso de los Diputados sobre la necesaria postura española en contra de la participación de Israel en operaciones de la OTAN mientras dicho Estado siga ocupando Territorios árabes, tal como lo ha hecho Turquía. (Registro 60689)

Al amparo de lo establecido en el artículo 185 y siguientes del Reglamento del Congreso, los miembros de la cámara que suscriben formulan las siguientes preguntas al Gobierno para su respuesta por escrito.
En varias ocasiones en los últimos años, Turquía ha bloqueado la cooperación entre la OTAN e Israel debido al genocidio y la colonización que lleva a cabo este país hacia la población palestina y libanesa, entre otras.
La ocupación de los territorios de palestinos de manera unilateral e ilegalmente supone una grave violación del derecho internacional. En un informe realizado por la Comisión Internacional de Investigación, nombrada por la ONU en el año 2021, concluyó que algunas de las políticas y acciones llevadas a cabo por los diferentes gobiernos israelíes pueden constituir “elementos” de crímenes bajo el derecho penal internacional, incluido el crimen de guerra de transferir parte de su propia población civil al territorio ocupado. La Asamblea General de la ONU emitió en septiembre de 2024 una resolución con 124 votos a favor en la que pedía a Israel el fin de la presencia ilegal en los territorios palestinos ocupados, incluido Jerusalén Este, y que lo haga no más tarde de doce meses.
Desde Ankara también se había bloqueado anteriormente que Israel obtuviera el estatus de observador en la OTAN, una postura que levantó durante un proceso de reconciliación entre los dos países en 2023. Además, Turquía también se unió al caso contra Israel en la Corte Internacional de Justicia que acusa al país de llevar a cabo un genocidio en Gaza.
                     ¿Qué valoración hace el Gobierno de España de la acción de Turquía de bloquear la             cooperación entre la OTAN e Israel?
¿Considera el Gobierno de España llevar a cabo una acción similar en el marco de la cooperación de la OTAN?
¿Qué acciones está llevando a cabo el Gobierno de España para mantener la presión internacional y el aislamiento sobre Israel hasta el cese del genocidio y la colonización del territorio palestino? 
Palacio del Congreso, 13 de marzo de 2025
Enrique Santiago Romero, Portavoz IU / GP Plurinacional SUMAR
  Fólix Alonso Cantorné, Diputado GP Plurinacional SUMAR


Más información sobre el veto turco a operaciones militares de la OTAN a fuerzas militares israelíes: https://causaarabeblog.blogspot.com/2025/03/turquia-bloquea-ejercicios-militares.html

 


miércoles, 12 de marzo de 2025

Turquía bloquea ejercicios militares entre Israel y la OTAN hasta que se alcance una tregua permanente en Gaza. Ragip Soylu


 Soldados de las fuerzas especiales del ejército búlgaro y español participan en un ejercicio militar, como parte del ejercicio Steadfast Dart 2025 de la OTAN, en el campo de entrenamiento militar de Tsrantcha, Bulgaria, el 13 de febrero (Reuters/Stoyan Nenov)

Turquía bloquea ejercicios militares entre Israel y la OTAN hasta que se alcance una tregua permanente en Gaza

middleeasteye.net, 11 de marzo de 2025

Ankara. Ankara dice que Israel no podrá participar en futuros ejercicios de la OTAN a menos que cambie su postura en Gaza
Turquía bloqueará cualquier nueva cooperación, incluidos los ejercicios militares, entre Israel y la OTAN hasta que se alcance un alto el fuego permanente en Gaza, dijeron fuentes oficiales turcas a Middle East Eye el lunes.
El periódico israelí Yedioth Ahronoth informó durante el fin de semana que Turquía ha bloqueado a Israel de participar en el ejercicio anual de la OTAN sobre "resiliencia y preparación para emergencias" en Bulgaria, que se celebrará en septiembre.
Dos fuentes israelíes confirmaron a MEE que Ankara había bloqueado la participación de su país en el simulacro.
Una fuente especuló que la reciente medida podría estar relacionada con las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien prometió proteger a las comunidades drusa y kurda en Siria. Estas declaraciones y la presencia militar de Israel en Siria han enfurecido a Ankara, que cree que Netanyahu pretende dividir el país.
Una fuente oficial turca negó que la medida tuviera algo que ver con Siria. "Llevamos más de un año bloqueando los nuevos compromisos de Israel con la OTAN", dijo la fuente. "Sin embargo, las actividades derivadas del estatus de Israel en la OTAN continúan".
La fuente añadió que además de los compromisos ya acordados antes de la guerra, Ankara tiene poder de veto dentro de la OTAN, que funciona mediante decisiones unánimes.
"Hasta que no se logre un alto el fuego permanente en Gaza y se eliminen los obstáculos a la ayuda humanitaria, no permitiremos que se tomen decisiones nuevas o adicionales ni que se organicen nuevas actividades en la OTAN respecto a Israel", afirmó la fuente.
Ankara había bloqueado anteriormente que Israel obtuviera el estatus de observador en la OTAN, una postura que levantó durante un proceso de reconciliación entre los dos países en 2023.
Las relaciones turco-israelíes se han deteriorado drásticamente desde la reunión entre Erdogan y Netanyahu en Nueva York en septiembre de 2023, que pretendía simbolizar la reconciliación.
Sin embargo, tras el ataque liderado por Hamás el 7 de octubre de 2023 y la posterior guerra de Israel contra Gaza, que ha matado a más de 48.000 palestinos, Ankara ha intensificado sus críticas al gobierno de Netanyahu.
Esto condujo a una serie de acciones, incluidas medidas legales y sanciones comerciales, especialmente después de las elecciones locales en Turquía, donde el gobernante Partido de Justicia y Desarrollo de Erdogan perdió apoyo en parte debido a su percibida respuesta débil a la guerra en Gaza.
Desde septiembre, el comercio turco con Israel a través de terceros países y Palestina ha desencadenado una campaña de presión pública por parte de la oposición, que acusó a Erdogan de no cerrar las lagunas legales.
Ankara también se unió a un caso contra Israel en la Corte Internacional de Justicia que acusa al país de llevar a cabo un genocidio en Gaza.

martes, 11 de marzo de 2025

Los archivos del genocidio: del pueblo pequot al palestino, del «destino manifiesto» a la Riviera de Gaza Alfred de Zayas Rebelión,



Los archivos del genocidio: del pueblo pequot al palestino, del «destino manifiesto» a la Riviera de Gaza

Rebelión, del original Counterpunch, del 13 de febrero de 2025

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
El Dr. Martin Luther King hijo escribió en 1964 un célebre libro titulado Why We Can’t Wait? [Por qué no podemos esperar] en el que además de abordar el crimen de la esclavitud y de las humillaciones diarias que padecen las personas afroestadounidenses, también dedicaba varias páginas a examinar lo que se puede denominar el «choque de civilizaciones» de los siglos XVI al XIX entre los emigrantes europeos y los 70 millones de personas originarias que vivían en el continente de América del Norte y del Sur. Colón no «descubrió» las Américas, había otras personas que vivían aquí desde hacía decenas de miles de años. Lo que se iba a conocer como «América» no era una «terra nullius», sino que pertenecía a cientos de pueblos originarios diferentes, que tenían sus propias culturas y lenguas, las «primeras naciones» del continente de América del Norte.
En el territorio que ocupan ahora Estados Unidos y Canadá vivían unos diez millones de algonquins, apaches, cayugas, cherokees, cheyennes, chippewas, comanches, coyotes, crees, dakotas, delawares, hopis, iowas, iroquois, lakotas, micosukees, mi’kmaqs, mohawks, mohegans, mojaves, muscogees, narragansetts, omahas, oneidas, pawnees, pequots, pueblos, quechans, saginows, seminoles, senecas, shawnee, shoshones, sioux, spokanes, squamish, tlingits, unangans, utes, wichitas, yuroks, zunis, etc.
El Dr. King escribió: «Nuestra nación nació de un genocidio cuando aceptó la doctrina de que las personas originarias americanas, las y los indios, eran una raza inferior. Incluso antes de que en nuestras tierras hubiera gran cantidad de personas negras, la cicatriz del odio racial ya había desfigurado a la sociedad colonial. La sangre fluyó desde el siglo XVII en adelante en las batallas de supremacía racial. Quizá somos la única nación que, como política nacional, trató de eliminar a su población originaria. Es más, elevamos esa trágica experiencia a la condición de noble cruzada. De hecho, ni siquiera hoy nos hemos permitido rechazar este bochornoso episodio o sentir remordimiento por él. Nuestra literatura, nuestro cine, nuestro teatro y nuestro folclore lo exaltan» (1).
En efecto, durante mi infancia en Chicago en la década de 1960 tenía muy claro que en la lucha entre los cowboys y los indios, los cowboys eran los buenos y los indios los malos. Me costó muchos años darme cuenta de quién era el opresor y quién el oprimido, de quién era el ladrón y quién la víctima del asesinato, la expoliación y la humillación.
¿Ha cambiado nuestra mentalidad? ¿Estamos dispuestos a rechazar la filosofía del «destino manifiesto»? ¿Hemos desarrollado nuestra facultad de autocrítica y empezado a darnos cuenta de la enormidad del crimen cometido contra las personas originarias de América del Norte y del Sur? ¿Somos capaces de practicar el cristianismo y mantener un mínimo de humanidad hacia otros pueblos? ¿Qué significa «Primero Estados Unidos»? ¿Significa la opresión del resto del mundo? ¿Qué quiere decir Trump con su consigna «Hacer que Estados Unidos sea grande otra vez»?¿No sería mejor hacer que Estados Unidos sea querido y respetado? ¿No sería mejor para Estados Unidos y para el resto del mundo que las órdenes ejecutivas provenientes del Despacho Oval estuvieran en consonancia con las tradiciones cristianas de Estados Unidos? ¿No sería mejor revivir el legado de Eleanor Roosevelt y redescubrir la espiritualidad de la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
Por desgracia, si observamos cómo actúa el presidente Donald Trump, dudo que el resto del mundo nos considere «grandes». La mayoría de las personas civilizadas del mundo podrían tener motivos para temernos e incluso para odiarnos. Trump parece poner en práctica la máxima de Calígula oderint dum metuant: «siempre y cuando me teman, que me odien» (2). ¿Por qué cambiar el nombre de Monte Denali en Alaska por Monte McKinley (3)? ¿Por qué apoyar la limpieza étnica y el genocidio del pueblo de Gaza (4) y de Palestina (5) que está llevando a cabo ahora Israel? ¿Por qué negar al pueblo palestino su derecho a la autodeterminación, su derecho a su patria (6), en la que sus antepasados han vivido durante miles de años? También en este caso se han invertido los papeles, está claro que Israel es el ocupante y el opresor, y está claro que el pueblo palestino es la víctima y lo ha sido desde la Nakba de 1947-1948. La guerra genocida en Gaza no empezó el 7 de octubre de 2023, sino 76 años antes. Pero en vez de tratar de hacer justicia al pueblo de Palestina que sufre desde hace tanto tiempo, el presidente Trump pretende robarle sus tierras, «trasferir» a la población palestina fuera de sus hogares y hacer una «Riviera» mediterránea (7) para los oligarcas de Israel y Estados Unidos. ¿Tenemos tan metido en nuestro ADN el genocidio de las Primeras Naciones de Estados Unidos que podemos apoyar entusiasmados la limpieza étnica y el genocidio en Palestina?
El «descubrimiento» de América»
Cada 12 de octubre muchas personas celebran en Estados Unidos las aventuras de Cristóbal Colón. ¿Qué aprendemos en los libros de historia acerca de la colonización de América del Norte y del Sur? ¿Qué entendemos bajo el término «historia»? Como señaló Herodoto, escribir historia significa «investigar», una vocación que Tuicídides desarrolló y aplicó mucho más.
Ahora bien, ¿los europeos llegaron a un continente vacío en el que después se asentaron y que desarrollaron, o más bien nuestros antepasados fueron «emigrantes» a nuevas fronteras? Examinemos Europa durante la «era del descubrimiento». Nuestros antepasados europeos eran bastante pobres, nuestras ciudades eran míseras, estaban superpobladas y en ellas reinaban el paro, las enfermedades y la violencia. Los emigrantes de los siglos XVI, XVII, XVIII (españoles, portugueses, británicos, franceses, holandeses, alemanes, polacos, irlandeses y otros «colonizadores) eran aventureros, inconformistas dispuestos a enriquecerse rápidamente, y a ellos les siguieron personas sencillas que tenían la esperanza de empezar de cero. El hecho histórico es que lo que hoy conocemos como América del Norte (el hemisferio occidental al norte del Río Grande) era una tierra rica, equilibrada desde el punto de vista ecológico, habitada por unos 10 millones de seres humanos que se ocupaban de sus propios asuntos y no suponían amenaza alguna para los europeos, cuando en 1492 Cristóbal Colón desembarcó en Guanahani, una isla de las Bahamas, creyendo haber encontrado una ruta occidental hacia la India. Colón continuó a Cuba y las Antillas, y emprendió cuatro viajes a las Américas, pensando aún que sus habitantes eran «indios».
A diferencia de los españoles, que «cristianizaron» a las poblaciones indígenas y las utilizaron como mano de obra barata, nuestros antepasados anglosajones tenían poca estima por las personas originarias, a las que calificaban de «demonios» y «lobos», y consideraban que no valía la pena asimilarlas a nuestra sociedad superior. Los puritanos de Massachusetts, que también quemaban a las brujas, acabaron prácticamente con los «indios» originarios que les habían enseñado a sobrevivir, mientras que el reverendo John Cotton, de la primera Iglesia de Boston, y el reverendo Cotton Mather, de la segunda Iglesia de Boston, justificaban la empresa como voluntad del mismo Dios. Deus vult.
En tres siglos el 98% de la población originaria norteamericana no solo fue desplazada debido a la política oficial del «destino manifiesto», sino que fue exterminada deliberadamente. Los padres fundadores de la «tierra de los libres y el hogar de los valientes», Benjamin Franklin («el designio de la Providencia de extirpar a estos salvajes»), George Washington («bestias de presa»), John Adams («sabuesos de sangre»), Thomas Jefferson («despiadados indios salvajes»), James Madison, James Monroe, Andrew Jackson («hay que atacar al lobo en su guarida»), pidieron todos ellos la extinción del «indio» americano. Hay pruebas contundentes de que Lord Jeffrey Amherst emprendió una guerra bacteriológica contra la población indígena distribuyendo deliberadamente mantas contaminadas de viruela (8). Esos hechos históricos atroces duermen en los archivos, si alguien se toma la molestia de consultarlos, pero la mayoría de los historiadores y de los medios de comunicación dominantes prefieren recordar únicamente el «Día de Acción de Gracias» y la historia de Pocahontas.
Lo que conocemos como Mesoamérica y Sudamérica también era una tierra rica, densamente poblada con unos 60 millones de seres humanos, con ciudades magníficas como la capital del reino azteca, Tenochtitlan (hoy Ciudad de México); con pueblos y aldeas, una arquitectura, acueductos, instalaciones deportivas, ciencia, astronomía y arte impresionantes, y vastas tierras agrícolas que producían de alimentos tan maravillosos como el aguacate (aoacatl en azteca, originario del valle de Tehuacán, cerca de Oaxaca), judías, arándanos, cacao, anacardos, mandioca, cayena, chiles, arándanos (originarios de la región de Edmonton, Alberta, en Canadá), calabazas, jalapeños, maíz (mahiz en lengua arawak), azúcar de arce y sirope de arce (producidos por los pueblos ojibwe y algonquin del noreste de Canadá), fruta de la pasión, cacahuetes, pacanas, piña, quinina (¡agua tónica! ), girasoles (helianthus), pimientos dulces, patatas (papa o patata en lengua inca), calabaza, calabacín, tapioca, tomates (tomatl en lengua náhuatl), topinanbour, vainilla, «arroz salvaje» (anishinaabe manoomin, recolectado a mano por los pueblos anishinaabe del centro-norte de América), etc, por no hablar de ese producto importado tan nocivo para Europa, el tabaco (de la palabra arawakana o taína a la que se refiere el fraile dominico, más tarde obispo, Bartolomé de Las Casas), que hasta entonces era desconocido en Europa (hasta que Francisco Fernández lo introdujo en España en 1558).
Como podemos leer en los escritos Bartolomé de Las Casas, nuestros antepasados españoles agredieron brutalmente a la población indígena, asesinaron y esclavizaron a millones de hombres, violaron a sus mujeres y finalmente se mezclaron con los supervivientes para crear la sociedad «mestiza» que hoy conocemos en América Latina. Si se viaja a México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, se verá a los descendientes de los aztecas, los mayas y los incas. Los expresidentes Toledo de Perú, Chávez de Venezuela y Evo Morales de Bolivia tienen apellidos españoles, pero sin duda tienen también muchos otros antepasados indígenas. Adiós a la idea del «descubrimiento» de las Américas y a la ficción jurídica de la «terra nullius».
Vale la pena recordar que, lejos de ser xenófobas, las “primeras naciones” de las Américas recibieron a Cristóbal Colón con notable hospitalidad, como el propio Colón reconoció en sus escritos. Sin embargo, los recién llegados europeos eran emigrantes armados de espadas. Puede que lo único bueno que se puede decir de la colonización española es que las actividades en favor de los derechos humanos de Fray Antonio de Montesinos («¿acaso estos no son también hombres?») y Bartolomé de las Casas ante el emperador Carlos V hicieron que se adoptaran las «Leyes Nuevas» de 1542 (9), que reconocían la naturaleza humana de la población indígena, y prohibían maltratarla y esclavizarla.
Las grandes discusiones en la ciudad de Valladolid en 1550 y 1551 (10) [lo que se conoce como la «Controversia de Valladolid»] han pasado a la historia como un hito en el desarrollo del concepto de derechos humanos. Hay que reconocer que las leyes de Carlos V se violaron impunemente, lo que no hace sino ilustrar la evidencia de que no es lo mismo las normas y su aplicación. Con todo, si no tuviéramos normas, estaríamos sometidos totalmente a la ley de la selva, también conocida como «el poder del más fuerte».
No puedo dejar de preguntarme cómo sería nuestro mundo si en vez de que los europeos «hubieran descubierto» América, los iroqueses, los cree, los dakotas, los aztecas, los incas, etc., hubieran cruzado el océano para «descubrir» Europa. ¿Habrían masacrado a los europeos, como nuestros antepasados los masacraron a ellos?
Lo que nos dicen los nombres originarios en América
Ahora que se ha vuelto «políticamente correcto» condenar la discriminación y la humillación que sufren las personas afroestadounidenses, ¿abordarán por fin los historiadores y los medios de comunicación la discriminación, la exclusión y las agresiones sufridas por las Primeras Naciones de las Américas? ¿Cuándo reconocerán los principales medios de comunicación los crímenes cometidos contra las personas originarias, los cientos de tratados incumplidos, incluido el tratado de Laramie de 1864 que había reconocido las Colinas Negras de Dakota del Sur como propiedad sioux a perpetuidad y que se dejó de lado en cuanto se encontró oro allí? También ahí se produjo la masacre de Wounded Knee y se esculpieron en las montañas sagradas de Monte Rushmore las cuatro cabezas de los presidentes estadounidenses blancos, dos de los cuales fueron propietarios de esclavos y los cuatro odiaban a las personas «indias» (11).
Todos estamos de acuerdo en que el racismo endémico contra las personas afroestadounidenses es criminal, [y también] el hecho de reducirlos a la esclavitud y a la condición de pueblos segregados, los linchamientos de negros por parte del Ku Klux Klan y otros. Sin embargo, cuatro siglos de masacres y explotación de las Primeras Naciones de Norteamérica no han provocado la indignación general, ni siquiera el interés general. No hay disculpas o remordimientos por la continua discriminación de Alas, continúa el choque de civilizaciones de los siglos XVI al XX, cuando los emigrantes europeos destruyeron los medios de vida de 70 millones de personas originarias de América del Norte y del Sur. Y, sin embargo, el genocidio físico y cultural que se perpetró contra esas personas sigue siendo un tema tabú.
Si se están derribando monumentos dedicados a altos cargos confederados estadounidenses, ¿se derribarán también las estatuas de los asesinos de las personas originarias americanas, incluidos el presidente Andrew Jackson y el general William Sherman, y el general Philip Sheridan, autor de la frase «el único indio bueno es un indio muerto»?
Detengámonos a pensar qué nos dicen los topónimos indígenas: Adirondack, Alabama, Alaska, Algonquin, Allegheny, Apache, Apalachee, Appalachia, Appomattox, Arkansas, Biloxi, Calumet, Calusa, Canada, Caribou, Cayuga, Chatanooga, Chautauqua, Chepanoc, Cherokee, Chesapeake, Cheyenne, Chicago, Chickasaw, Chilliwak, Chinook, Chipola, Chippewa, Chiwawa, Choctaw, Clatsop, Coloma, Colusa, Comanche, Commack, Connecticut, Coquitlam, Cree, Curyung, Cuyahoga, Dakota, Delaware, Denali, Detroit, Erie, Hackensack, Hawaii, Hialeah, Hiawatha, Hopi, Huron, Idaho, Illinois, Inola, Inyo, Iowa, Iroquois, Kalamazoo, Kanab, Kansas, Kelowna, Kenosha, Kentucky, Keweenaw, Klondike, Kuskokwim, Lillooet, Mackinac, Mackinaw, Malibu, Maliseet, Manatee, Manhattan, Manitoba, Mantou, Mattawa, Massachusetts, Meramec, Merrick, Merrimac, Metoac, Miami, Miccosukee, Michigan, Michipicuten, Micmac, Milwaukee, Minnesota, Minnewanka, Mississippi, Missouri, Moab, Moccasin, Modoc, Mohawk, Mohegan, Mohican, Mojave, Monache, Montauk, Muscogee, Muskegan, Muskimgun, Muskoka, Muskwa, Nakota, Nanaimo, Nantucket, Napa, Narragansett, Natchez, Naugatuck, Navajo, Nebraska, Niagara, Norwalk, Ocala, Ohio, Okanagan, Okeechobee, Oklahoma, Omaha, Omak, Oneida, Onondaga, Ontario, Oregon, Orono, Osage, Oswego, Ottawa, Palouse, Pamlico,Panola, Pataha, Pawnee, Pennacook, Pennamaquan, Pensacola, Penticton, Peoga, Peoria, Peotone, Pequot, Pocahontas, Poconos, Pontiac, Potomac, Potosi, Poughkeepsie, Quebec, Rappahannock, Roanoke, Sarasota, Saratoga, Saskatchewan, Saskatoon, Savannah, Sawhatchee, Scituate, Seattle, Sebago, Seneca, Sequoia, Seminole, Sewanee, Shannock, Shawnee, Shenandoah, Shetucket, Shiboygan, Shoshone, Sicamous, Sioux, Siska, Sonoma, Sowanee, Spokane, Squamish, Squaw, Stawamus, Sunapee, Susquehanna, Swannanoa, Tacoma, Taconic, Tahoe, Takoma, Tallahassee, Tampa, Tecumseh, Tennessee, Texarcana, Texas, Tichigan, Ticonderoga, Tippecanoe, Tomahawk, Topawingo, Topeka, Toronto, Tucson, Tulsa, Tunica, Tuscaloosa, Tuscarora, Tuskegee, Tuya, Utah, Ute, Wabamun, Wabasca, Wabash, Waco, Wadena Walla Walla, Wallowa, Wanakit, Wanchese, Wannock, Wapota, Wasco, Watauga, Watonga, Waupaca, Wausau, Wenatchee, Wenonah, Wichita, Willamette, Winnebago, Winnimac, Winnipeg, Winona, Wisconsin, Wyoming, Yakutat, Yazoo, Yosemite, Yuba, Yukon, Yuma …
¿Qué lenguaje hablan estos sonoros nombres? ¿Qué mensaje nos transmiten? Los nombres indígenas son vestigios de las Primeras Naciones que vivieron y prosperaron en las ricas tierras de las Américas. Los antropólogos calculan que en América del Norte vivían unos diez millones de seres humanos cuando los europeos los «descubrieron». Les pertenecía este vasto continente, lleno de aldeas, wigwamstipis, de risas y de vida. ¿Dónde están ahora estas personas? ¿Adónde han ido todas ellas? Están desaparecidas y olvidadas, arrastradas por el viento y las nubes.
¿Qué nos dicen las palabras Chapultepec, Chichen Itza, Cuba, Machu Picchu, Tikal y Ushuaia? Que al sur del Río Grande el continente estaba habitado por millones de seres humanos, quizá hasta unos 60 millones. Su tierra no era una terra nullius. En las poblaciones de América Central y del Sur todavía podemos reconocer a los aztecas, a los mayas, a los incas y a los quechuas. Gracias a los escritos de los frailes dominicanos Bartolomé de las Casas y Antonio de Montesinos sabemos que se masacró y se convirtió en esclavos a los arawacs, siboneyes y tainos. ¿Con cuántas vidas indígenas acabaron deliberadamente los colonizadores europeos? ¿Cuántos murieron debido a las enfermedades y privaciones? ¿Diez millones? ¿Veinte?
La «cristianización» de América Latina y la política anglosajona del «destino manifiesto» probablemente fueron la mayor catástrofe demográfica de la larga historia de la humanidad, quizá el siglo XXI recupere a estos dignos pueblos y los milenios que tienen a sus espadas de comprender y cuidar la naturaleza.
Alaska significa «la tierra grande» en la lengua aleutia
Allegheny significa «el hermoso arroyo» en la lengua lenape
Apalachee significa «al otro lado del río» en muskogeano
Chesapeake significa «la gran bahía de marisco» en algonquino
Chicago significa «el lugar de la cebolla silvestre» en algonquino
Cuba significa «la tierra fértil» en la lengua taína arawakan
Illinois significa «el hablante ordinario» en algonquino
Iowa significa «los dormilones» en algonquino
Kansas significa «el viento del sur» en la lengua sioux
Kentucky significa «la pradera» en shawnee
Manhattan significa «la isla» en la lengua lenape
Massachusetts significa «el lugar de vastas colinas» en algonquino
Mississippi significa «el gran río» en algonquino
Missouri significa «el pueblo de las grandes canoas» en algonquino
Nebraska significa «el río tranquilo» en lengua sioux
Niágara significa «el agua atronadora» en iroqués
Ohio significa «el buen río» en iroqués
Ontario significa «el hermoso lago» en iroqués
Ottawa significa «el centro de intercambios» en algonquino
Pensacola significa «las personas con pelo» en muskogeano
Potomac significa «algo que se trae» en algonquino
Quebec significa «estrecho» en micmac
Toronto significa «el lugar de encuentro» en hurón
Ushuaia significa «la bahía profunda» en yagán
Wallowa significa «el agua cantarina» en la lengua sahaptin
Winnipeg significa «el agua sucia» en algonquino
Wyoming significa «en las grandes llanuras» en algonquino.
Quizá la nueva conciencia del horror de la esclavitud y de la opresión de las personas afroestadounidenses nos abra los ojos ante el genocidio contra las personas originarias americanas, a las que equivocadamente llamamos «indios», nos motive para abordar al saqueo que se está cometiendo de los recursos naturales de las personas originarias de América del Norte y del Sur, se reconozcan las tremendas injusticias cometidas contra ellas y nos lleve a considerar cómo garantizar una reparación adecuada y una rehabilitación duradera.
Lo esencial es que la colonización europea de las Américas no acabó nunca, no hubo un proceso de descolonización como en África o Asia. A día de hoy los pueblos originarios de América del Norte siguen viviendo bajo una forma de sometimiento colonial y, a diferencia de los pueblos de África y Asia, las naciones originarias de Estados Unidos, Canadá, Mesoamérica y Sudamérica nunca recuperaron la independencia y la prosperidad, en parte porque las naciones originarias fueron víctimas de genocidio físico y en parte porque los colonos europeos (que en realidad eran emigrantes no invitados) llegaron a ser tan numerosos que los pueblos originarios se convirtieron en minorías en sus propias tierras, y solo permanecen los nombres originarios de los ríos, montañas, lagos, ciudades y pueblos como testimonio de su existencia.
Martin Luther King trató de llamar la atención sobre la tragedia de las personas originarias americanas y lo calificó de genocidio sin tratar de suavizarlo. Las palabras del Dr. King son duras de escuchar, pero desgraciadamente no es una hipérbole. Quizá sea esa la razón por la que los medios de comunicación ignoran sistemáticamente este aspecto del legado del Dr King y por la que no se enseña en los institutos y universidades. Espero sinceramente que un día la historia reconozca al Dr King por haber defendido la causa de las personas originarias.
Sesenta años después de que el Dr. King escribiera su acusación persiste el racismo sistémico hacia las personas originarias estadounidenses, y muchos no olvidan los carteles expuestos en las tiendas de Dakota del Sur, en Arizona, cerca de la «Reserva» Navajo, y en muchos otros lugares del Oeste estadounidense: «No se admiten perros ni indios» (12). Este tipo de humillación es difícil de olvidar.
Esperemos que los políticos escuchen, reconozcan la inmensidad del crimen cometido contra los pueblos originarios de América del Norte y del Sur y hagan un esfuerzo por rehabilitar a los supervivientes otorgándoles como mínimo los derechos enunciados en la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Originarios (13).
La población «india» americana y la palestina
El genocidio de las Primeras Naciones de las Américas no es un hecho aislado, después hubo muchos otros genocidios. Hoy estamos siendo testigos de un genocidio en Gaza y nos sentimos asqueados por la vergonzosa propuesta del presidente Trump de echar a la población palestina y convertir Gaza en un paraíso inmobiliario para superricos y sus flamantes propiedades frente al mar. El cinismo no tiene parangón.
La Corte Internacional de Justicia ha dictado dos opiniones consultivas referentes a Israel y Palestina, la Opinión Consultiva del 9 de julio de 2004 sobre el Muro (14) y la Opinión Consultiva del 19 de julio de 2024 sobre las Consecuencias Jurídicas derivadas de las Políticas y Prácticas de Israel en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental (15), en las que la Corte sostuvo:
«que es ilegal la continua presencia del Estado de Israel en el Territorio Palestino Ocupado»,
«que el Estado de Israel tiene la obligación de poner fin lo antes posible a su presencia ilegal en el Territorio Palestino Ocupado»,
«que el Estado de Israel tiene la obligación de cesar inmediatamente todas las nuevas actividades de asentamiento y de evacuar a todos los colonos del Territorio Palestino Ocupado»,
«que el Estado de Israel tiene la obligación de reparar los daños causados a todas las personas físicas o jurídicas afectadas en el Territorio Palestino Ocupado»,
«que todos los Estados tienen la obligación de no reconocer como legal la situación creada por la presencia ilegal del Estado de Israel en el Territorio Palestino Ocupado y de no prestar ayuda o asistencia para mantener la situación creada por la continua presencia del Estado de Israel en el Territorio Palestino Ocupado»,
«que las organizaciones internacionales, incluida la ONU, tienen la obligación de no reconocer como legal la situación creada por la presencia ilegal del Estado de Israel en el Territorio Palestino Ocupado»,
«que la ONU, y especialmente la Asamblea General, que solicitó esta opinión [consultiva], y el Consejo de Seguridad, deben considerar las modalidades precisas y las próximas medidas que se requieren para poner fin lo antes posible a la presencia ilegal del Estado de Israel en el Territorio Palestino Ocupado».
Como ciudadano estadounidense, espero del presidente de Estados Unidos que acate esta opinión consultiva y deje de proporcionar ayuda militar, política, económica, diplomática y propagandística a un Estado genocida. Como estadounidenses, debemos alzarnos todos y afirmar «¡no en nuestro nombre!». Si no protestamos, somos cómplices del genocidio.
Es probable que el caso pendiente ante la CIJ Sudáfrica contra Israel [16], al que se han unido Belice, Bolivia, Chile, Colombia, España, Irlanda, Libia, Maldivas, México, Nicaragua, Palestina y Turquía, sea el caso más importante que ha tratado la CIJ. O bien somos civilizados o no lo somos. Están en peligro la autoridad y la credibilidad de la CIJ, y de la propia ONU.
Cualquier persona que haya leído los alegatos de Sudáfrica y los haya comparado con las respuestas dadas por Israel constata que el crimen de genocidio ha quedado demostrado más allá de cualquier sombra de duda. La CIJ no tiene más opción que emitir una sentencia que confirme que Israel ha perpetrado un genocidio y que se ha demostrado la cuestión de la «intención». Se trata de una continuación de la Nakba (17), una continuación del sueño sionista de apoderarse de todo el territorio para la población israelí y expulsar a la población palestina originaria, como si no fueran seres humanos, como si no importaran, como si no tuvieran derechos. ¿Les suena familiar? Así se trató a las personas originarias de América: fueron expulsadas, exterminadas, expoliadas y olvidadas.
La Corte Penal Internacional emitió el 21 de noviembre de 2024 órdenes de detención contra Benjamin Netanyahu (18) y su exministro de Defensa Yoav Gallant por su responsabilidad en crímenes contra la humanidad en virtud del Artículo 7 del Estatuto de Roma. ¿Qué ha hecho el presidente Trump? Imponer sanciones a la Corte Penal Internacional (19) y recibir con todo boato a Netanyahu en la Casa Blanca (20). Estamos ante una rebelión abierta contra el derecho y la moralidad internacionales. Tanto Trump como Netanyahu son culpables del crimen, en el mundo civilizado se debería aislar a ambos, aunque para ello necesitamos un relato mediático diferente, debemos alejarnos de las noticias falsas, de la historia falsa, de la ley falsa y de la diplomacia falsa que recibimos a diario de los principales medios de comunicación. Debemos exigir ética en el gobierno.
Como hemos señalado y escribió el Dr. King en su libro Why We Can’t Wait?, nuestros antepasados cometieron genocidio contra las Primeras Naciones de Estados Unidos. Hoy Estados Unidos es cómplice del genocidio israelí contra la población palestina. Lo es no solo Donald Trump, sino que también lo fueron ya Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Joe Biden. ¿Realmente tenemos en nuestro ADN el virus del genocidio?
Bibliografía selecta:
Bartolomé de las Casas, Brief History of the Devastation of the Indies, Johns Hopkins University Press, 1992; Castro, Daniel. “Another Face of Empire: Bartolomé de Las Casas, Indigenous Rights, and Ecclesiastical Imperialism.” Durham, North Carolina: Duke University Press, 2007; David Stannard, American Holocaust, Oxford University Press, 1992; Richard Drinnon, Facing West, University of Oklahoma Press, 1997; Frederick Hoxie (ed.) Encyclopedia of North American Indians, en particular la entrada “Population: Precontact to Present”, pp. 500-502 de Russell Thornton: Carl Waldman’s Atlas of the North American Indian , New York, 1985: Francis Jennings, The Invasion of America, Chappel Hill, 1975; Nicholas Guyatt, Providence and the Invention of the United States, Cambridge 2007; R. W. van Alstyne, The Rising American Empire, Oxford 2010; Reginald Horsman, Expansion and American Indian Policy 1983-1812, Michigan State University Press, 1967; Noam Chomsky, Hopes and Prospects, Penguin 2010, pp. 16-24; Ward Churchill, Struggle for the Land: Native North American Resistance to Genocide, Ecocide and Colonization, San Francisco, City Lights Books, 2002; Tamara Starblanket, Suffer Little Children, Clarity Press, Atlanta 2019; Martin Luther King, Why we can’t wait (1964), New York: New American Library (Harper & Row). ISBN 0451527534, pp. 118-9; Ilan Pappe, La Propagande d’Israel, Investig’Action, 2016; Ilan Pappe, The Ethnic Cleansing of Palestine, One World Publications, 2006.
Notas:
(1) Why we can’t wait, p. 141, véase también una edición anterior (New American Library, Signet Book, Nueva York, p.120)https://www.peoplesworld.org/article/dr-king-spoke-out-against-the-genocide-of-native-americans/
(4) Norman Finkelstein, Gaza, University of California Press, Oakland, 2018.
(6) https://www.alfreddezayas.com/Articles/crimlawforum.shtml “The Right to the Homeland, Ethnic Cleansing, and the International Criminal Tribunal for the Former Yugoslavia”, Criminal Law Forum, vol 6, (1995) pp 257-314. Alfred de Zayas, “Forced Population Transfer” en Wolfrum (ed.) Max Planck Encyclopedia of Public International Law, Vol. IV, 2012.
Alfred de Zayas es profesor de derecho en la Geneva School of Diplomacy y desempeñó el cargo de Experto Independiente de la ONU para la Promoción de un Orden Internacional Democrático y Equitativo 2012-2018. Ha escrito doce libros, entre los que se incluyenBuilding a Just World Order (2021), Countering Mainstream Narratives (2022) y The Human Rights Industry (Clarity Press, 2021).

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