El escenario no es más que un montón de escombros en el que seis músicos se ubican con sus instrumentos. Entre las ruinas de Gaza tocan percusión y laúd, violín y piano: un concierto en medio del desastre y las cenizas.
Pero no sólo el marco es insólito, también lo es el público. Son niños del barrio de Shejaiya, destrozado hace un año en los combates entre los soldados israelíes y los activistas palestinos. Casas, tiendas, calles. Hasta ahora es muy poco lo que se reconstruyó.
Gaza vivió tres guerras desde 2008. Los niños palestinos menores de siete años conocen la paz duradera sólo de los relatos.
El grupo musical "Nisan" quiere ayudar a los habitantes más jóvenes de Gaza a procesar sus experiencias de la guerra a través de la música. Por eso en este día de verano tocan para los niños de Shejaiya.
"Para reparar sentimientos no hace falta cemento", dice Sarah Aburamadan, cantante de la banda. "Sólo un poco de alegría". Por eso, durante 14 días, el grupo tocó en diferentes barrios de Gaza.
Este día se presentan en Shejaiya. Primero, Sarah canta una canción tradicional árabe. Luego pide a los niños que canten con ella y marquen el ritmo con palmas. Al principio los pequeños se muestran tímidos, luego comienzan a cantar y a moverse al ritmo de la música. Finalmente sonríen.
Musa Tawfiq, quien toca el laúd en el grupo, dice que el daño físico causado a la infrastructura de Gaza es visible y puede ser reparado "tarde o temprano". Pero el impacto psicológico en los niños que experimentaron la guerra no siempre es tan evidente.
Durante los 51 días de guerra, 551 niños murieron y más de 2.000 resultaron heridos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Hay 326.000 niños en Gaza que necesitan ayuda psicológica para superar los traumas de la guerra, estima la psicóloga Sami Oweida de Gaza. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), muchos niños desarrollaron miedos y trastornos del sueño, se orinan encima o se volvieron hiperactivos.
Los psicólogos locales intentan calmar los traumas con terapias. Pero cada misil que militantes palestinos lanzan contra Israel y cada contraataque del Ejército israelí hacen vanos sus esfuerzos.
La banda de Aburamadan también ofrece a los niños terapia a través de la conversación "ayudando a que hablen sobre lo que está oculto en sus mentes".
Cinco niños y cinco niñas, de entre ocho y 12 años, forman una ronda alrededor de los músicos. Algunos de ellos tocan instrumentos de percusión que les han dado.
"Me siento más cómodo y más feliz si canto o hago música", dice Mahmud Abu Daggen. Él y sus tres hermanas se mudaron a Gaza desde los Emiratos Árabes Unidos justo unos meses antes de la guerra. "Nunca viví una guerra tan horrible en mi vida", dice. "Aún no puedo olvidar el sonido de las bombas y las explosiones".
Mientras sus compañeros de grupo cuentan chistes para hacer reír a los pequeños, Sarah sugiere un juego. "¿Y si cerramos los ojos por dos minutos mientras ellos tocan?", pregunta. "Piensen en lo que ven del pasado y en cómo ven el futuro".
Suena el violín, luego el piano. Tras dos minutos, el viaje termina. "¿Qué han visto?", pregunta Sarah. "Primero vi aviones y bombas", dice Iman, de 13 años. "Pero luego intenté escuchar la música y deseé estar en un enorme jardín".
La pequeña gira de estos músicos fue patrocinada por una organización cultural local. En el futuro, el grupo quiere volver a presentarse y llegar a más niños. Muchas veces los menores en Gaza no tienen acceso a instrumentos y muchas familias religiosas no ven con buenas ojos que sus hijas canten o bailen. "Pero muchos de los niños tienen talento", dice la cantante después del concierto y añade que quiere volver.
Fuente: Río Negro - Argentina
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