miércoles, 20 de noviembre de 2024

Últimas reflexiones, no convertidas en acciones, de Josep Borrell. Guerra en Gaza: no podemos seguir como si nada hubiera pasado


 Últimas reflexiones, no convertidas en acciones, de Josep Borrell

Guerra en Gaza: no podemos seguir como si nada hubiera pasado


Tras un año de peticiones de las autoridades israelíes en relación con el respeto del derecho internacional en la guerra de Gaza, que no han sido atendidas, no podemos seguir como si nada hubiera pasado. Por eso he propuesto a los Estados miembros de la UE que prohíban las importaciones procedentes de los asentamientos ilegales y que suspendan el diálogo político con Israel. Debatiremos estas medidas en el Consejo de Asuntos Exteriores de la semana que viene [el día 18 de noviembre]
Mientras nos quedamos sin palabras para describir la situación cada vez peor en Gaza, la gente allí se está quedando sin nada. En muchas partes de la Franja de Gaza, prácticamente no queda nada que pueda sostener una vida humana organizada. El norte de Gaza, que en el pasado albergaba a más de un millón de personas, ha quedado completamente vacío tras varias semanas de bombardeos incesantes que han destruido los últimos centros de salud, refugios y escuelas que quedaban.
Limpieza étnica en el norte de Gaza
Sin ayuda desde hace semanasLos 400.000 habitantes restantes se vieron obligados a marcharse a punta de pistola. Las pocas imágenes que han aparecido muestran un páramo apocalíptico. No es casualidad que se utilicen cada vez más las palabras "limpieza étnica" para describir lo que está sucediendo en el norte de Gaza.
Sin embargo, lo que vemos de la tragedia de Gaza es sólo la punta del iceberg, ya que la franja ha sido sellada. Desde hace más de un año, prácticamente no entran en Gaza periodistas ni observadores internacionales. Se trata del apagón informativo más prolongado impuesto jamás por un Estado democrático. Además, hay motivos para creer que los periodistas han sido objeto de ataques por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel. Hasta el día de hoy han sido asesinados más de 130.
Este patrón, que se ha repetido durante demasiado tiempo en Gaza, se está reproduciendo ahora en otros lugares. En el sur del Líbano, unas 30 aldeas han sido arrasadas.– no como resultado de duros combates, sino de forma controlada, publicada en las redes sociales. En Cisjordania, la violencia de los colonos extremistas está obligando a muchos agricultores y pastores palestinos a abandonar sus tierras. Olivos arrancados, ganado muerto o robado y vehículos incendiados se han convertido en parte de la realidad diaria en muchas comunidades rurales. Los ataques aéreos israelíes en Yenín y Tulkarem, los primeros en más de dos décadas, se han sumado a la destrucción de infraestructura civil dejada por las excavadoras a principios de este año.
Condenamos en los términos más enérgicos el atentado del 7 de octubre
Cuando la masacre del 7 de octubre se mostraron imágenes espantosas en nuestras pantallasCuando vimos a gente golpeada hasta la muerte en sus casas, a terroristas que asaltaban un festival de música, a cuerpos carbonizados, comprendimos el trauma de siglos de pogromos y persecución que desencadenó la arremetida terrorista. Nuestra reacción inmediata fue mostrar plena solidaridad con el pueblo israelí, condenamos los ataques en los términos más enérgicos posibles y apoyamos el derecho de Israel a defenderse dentro de los límites del derecho internacional.
Cuando el ex ministro de Defensa de Israel, Gallant, dijo el 9 de octubre de 2023 que Gaza no tendría “ni comida, ni electricidad, ni agua”"Como Israel estaba luchando contra "animales humanos y actuaría en consecuencia", suplicamos que Israel no se dejara consumir por su rabia. Un horror no puede justificar otro. Cuando la legítima defensa empezó a parecerse cada vez más a la venganza nuestros llamamientos se hicieron más fuertes, pero redoblamos nuestro compromiso con la seguridad de Israel.
Después de algunas semanas, altos funcionarios israelíes comenzaron a hablar de una "nueva Nakba"., el desplazamiento en 1948 de 700 mil palestinos de lo que se convirtió en Israel. Muchos de estos refugiados huyeron a Gaza, donde constituyen dos tercios de la población. En enero, doce ministros del gobierno participaron en una manifestación masiva por el reasentamiento de los habitantes de Gaza. Y la semana pasada, nos enteramos de que el norte de Gaza había sido vaciado de civiles, a quienes no se les permitiría regresar. Algunas de estas ideas ilegales e inmorales obviamente están empezando a convertirse en realidad.
Además, el Knesset israelí aprobó en octubre una ley que prohíbe la agencia de la ONU creada por la Asamblea General en respuesta al desplazamiento de 1948, la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, UNRWA. Se suponía que duraría unos años hasta que se resolviera el problema de los refugiados, pero a falta de una solución política, se ha convertido en el salvavidas de millones de palestinos en todo el territorio ocupado. La UE ha condenado la ley 
El Consejo de Seguridad de la ONU ha reafirmado el papel indispensable del OOPS [UNRWA] como proveedor de servicios, especialmente en las circunstancias actuales, como lo vimos en la reciente campaña de vacunación contra la polio. Pero no hay señales de que se esté atendiendo a ninguno de estos llamamientos.
La lista de peticiones que cayeron en oídos sordos en Israel es demasiado larga para enumerarla.
Respetar el derecho internacional humanitario y cumplir las órdenes vinculantes de la Corte Internacional de Justicia., para garantizar el acceso humanitario, para aceptar la propuesta de alto el fuego del presidente Biden, para permitir la entrada a Gaza de periodistas internacionales e investigadores designados por la ONU… En retrospectiva, la lista de súplicas que cayeron en oídos sordos en Israel es ahora demasiado larga para contarla.
El orden mundial basado en normas y en el derecho internacional ya está en terapia intensiva desde la guerra de agresión de Putin contra Ucrania. Después de Gaza, pende de un hilo.
El desprecio generalizado del derecho internacional humanitario por parte de todos los beligerantes en Oriente Medio, incluido Israel, socava el fundamento mismo sobre el que se construyó la Unión Europea: el Estado de derecho para proteger a los débiles frente a los fuertes. Para la UE, este principio no sólo es fundamental, sino existencial, como lo son la libertad de información y la rendición de cuentas.
No nos hagamos ilusiones: esta catástrofe humanitaria en nuestro vecindario nos perseguirá en nuestro país. El efecto dominó de las crisis en el exterior suele llegar con retraso, pero también con fuerza. Las repercusiones en Europa, en términos de migración, seguridad interna, tensión social, racismo contra judíos, musulmanes, árabes, etc., ya están empezando a hacerse sentir, como vimos en las calles de Ámsterdam la semana pasada.
Vemos las señales de advertencia y no debemos ignorarlas. De cara al futuro, debemos reconocer que el enfoque que hemos utilizado durante más de un año con el gobierno israelí ha fracasado.
Aplicar las normas internacionales sin distinción
Para defender un orden mundial basado en normas es necesario aplicarlas sin distinción y defender a las instituciones encargadas de aplicarlas. Esto se aplica al Secretario General de las Naciones Unidas, al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General de las Naciones Unidas, así como a la Corte Penal Internacional, la Corte Internacional de Justicia, el OOPS [UNRWA] y todos los organismos de las Naciones Unidas.
En otras situaciones en las que se violan sistemáticamente estas normas internacionales, hemos establecido numerosas sanciones.– desde prohibiciones de visas y listas de terroristas hasta restricciones a las importaciones y sanciones económicas. Hasta ahora, Israel se ha librado de consecuencias significativas.
Esto tiene que cambiar. Por eso he propuesto una prohibición de las importaciones de productos de los asentamientos ilegales, basándome en la reciente opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, similar a la prohibición actual de las importaciones de productos procedentes de los territorios ucranianos ocupados, porque la imparcialidad es el eje de la credibilidad de Europa.
También he solicitado al representante especial de la UE para los derechos humanos una evaluación del cumplimiento por parte de Israel de su Acuerdo de Asociación con la UE, que presentaré pronto a nuestros Estados miembros. Sobre la base de esta evaluación, propondré a los Estados miembros de la UE que suspendan el diálogo político con Israel. Después de un año de peticiones desatendidas, no podemos seguir como si nada hubiera pasado.
  • [CSCA: Como suele ocurrir muchas veces, altos funcionarios o políticos que se retiran dicen cosas que, estando plenamente en uso de su poder, no han hecho o dicho a su debido tiempo, quedándose su último discurso como una especie de autojustificación esteril]

El Ministerio de Cultura registra la kufiya palestina en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UCESCO. Bayan Nofal


 Bayan Nofal 

El Ministerio de Cultura registra la kufiya palestina en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UCESCO
RAMALLAH, 17 de noviembre de 2024 (WAFA) - Después de incansables esfuerzos, el Ministerio de Cultura ha registrado con éxito la tradicional keffiyeh (kufiya) palestina como elemento de la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En una declaración, el ministro de Cultura, Imad Hamdan, destacó la importancia de la keffiyeh palestina y afirmó que se ha convertido en un poderoso símbolo de la identidad nacional palestina, que encarna la dignidad y la resiliencia. "Cuenta la historia de la profunda conexión de los palestinos con su tierra y su lucha continua", dijo.
Hamdan destacó además el compromiso del Ministerio con la salvaguardia del patrimonio cultural palestino, señalando que la inclusión de la keffiyeh en la lista de la UNESCO representa un importante logro nacional en la preservación de este legado cultural.
La declaración describió la keffiyeh como un símbolo de la identidad nacional del pueblo palestino y su lucha duradera, señalando que se ha convertido en un elemento clave en la configuración de cómo son vistos los palestinos en la conciencia colectiva del mundo libre.
La lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere salvaguardia urgente está compuesta por elementos del patrimonio inmaterial que las comunidades interesadas y los Estados Partes consideran que requieren medidas urgentes para mantenerlos vivos.

martes, 19 de noviembre de 2024

De Gaza al Líbano: la destrucción del sistema sanitario como arma genocida . Anna Gas, @teachlife_pal, de la Campaña 'Teaching life, saving lives'

 


De Gaza al Líbano: la destrucción del sistema sanitario como arma genocida


Anna Gas, @teachlife_pal, de la Campaña 'Teaching life, saving lives'


directa.cat, 13 de noviembre de 2024


Existen numerosos informes y documentos gráficos y audiovisuales que demuestran que Israel vulnera de forma sistemática las prohibiciones explícitas que se hacen constar en los acuerdos que establece el derecho internacional y que prueban que tanto en Gaza como en El Líbano se está cometiendo un genocidio
Hace escasos días leíamos con estupor, indignación e impotencia que el Parlamento de Israel prohibía por ley que la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada palestina (UNRWA) operara en toda la Palestina histórica. Esta decisión tendrá un gran impacto sobre la Franja de Gaza , un territorio absolutamente devastado y que hoy en día ya no dispone de infraestructura alguna debido a los continuos e indiscriminados ataques del régimen colonial israelí, desde hace más de un año, sobre la población palestina.
Lo hemos visto todas en directo: la Franja de Gaza está arrasada y su población masacrada. Más de 43.000 personas asesinadas (la mayoría mujeres, niños y niñas) y más de 20.000 criaturas desaparecidas son los últimos datos publicados por Naciones Unidas. Seguro que los números reales en estos momentos son mucho más elevados.
Israel nunca le basta. Así que, desde hace aproximadamente un mes, está bombardeando masivamente El Líbano. El sionismo ataca sin límite zonas que son densamente pobladas y hace desaparecer a pueblos enteros con un único bombardeo. Las bombas han caído sin cesar en los campos de refugiadas y han provocado un segundo desplazamiento forzado de las personas que ya fueron expulsadas de la Palestina histórica en 1948 con la creación del Estado de Israel, la Nakba. De las casi 750.000 personas expulsadas, según Naciones Unidas, 100.000 llegaron al Líbano en ese momento. Se calcula que, después de dos generaciones, actualmente existen unas 450.000 personas palestinas refugiadas en Líbano, según datos de la UNRWA.
Ataques en los centros de salud
Según publican algunos medios estatales, en los últimos días ha habido más de mil asesinatos y miles de personas desplazadas en la zona norte de la Franja de Gaza. Esta escalofriante cifra de muertes ha sido producida, una vez más, por las fuerzas de ocupación israelíes en el interior y en las zonas alrededor de los hospitales Kamal Adwan de Beit Lahia y Al-Awda, en el campo de personas refugiadas de Jabalia. Este hecho ha agravado la situación, dejando a estos hospitales apenas funcionando . De todo esto, nos informó el doctor Moatasem Salah, miembro del Comité de Emergencias del ministerio de Salud de Gaza: “El hospital Kamal Adwan no tiene medicamentos, alimentos, agua o combustible y sus generadores y estación de oxígeno han sido destruidos”. El hospital Indonesio, también de Beit Lahia, ya está cerrado por los mismos ataques .
Las constantes violaciones de resoluciones y tratados internacionales del ente sionista se convierten ya en una evidencia flagrante. Se acumulan los informes de expertos independientes de Naciones Unidas , y de Relatores Especiales –como Francesca Albanese– que confirman lo que llevamos más de 365 días observando a través de redes sociales y medios de comunicación, en lo que ha sido el seguimiento del genocidio contra el pueblo palestino en riguroso directo.

El 10 de octubre de 2024, Naciones Unidas publicó en su canal oficial de noticias los resultados de una investigación hecha por una comisión independiente formada por expertos internacionales, donde señalaban que en la Franja de Gaza hay una situación “d exterminio y de destrucción deliberada y sistemática de su sistema sanitario incluidas las instalaciones infantiles y de salud reproductiva”, llevada a cabo por las fuerzas de empleo israelíes.

El 7 de octubre de 2023, en la Franja de Gaza había 36 hospitales y 64 centros de salud primaria. Actualmente, tal y como publica la UNRWA, 96 de estos centros de salud han dejado de funcionar. Este hecho provocó que el UNRWA pasara a ser el único agente activo en la zona, prestando servicios sanitarios en diez centros de atención primaria y hasta cien puntos móviles en toda la Franja de Gaza.

Por otra parte, y en cuanto al Líbano, según las informaciones publicadas por el ministro de Salud palestino, Firas Abiad, y del director general del mismo ministerio, Fadi Sinan, hasta la fecha se han documentado un total de 55 ataques de las fuerzas de ocupación israelíes que han afectado a hospitales, 36 de los cuales han sido atacados directamente. Ocho de ellos han quedado inoperativos del todo. También se reportan 150 paramédicos asesinados (los cuerpos de algunos de los cuales no se permitió que se extrajeran de sus vehículos), 272 heridos y 150 ambulancias destrozadas. Informan de más de 2.500 personas asesinadas en ese país y alrededor de 1,2 millones de desplazadas de forma obligatoria en un mes.
 
Las pruebas del genocidio
Cuando hablamos de genocidio y crímenes de guerra en referencia a la situación de asedio total a Gaza por parte del ente sionista, lo que queremos decir es que son muchos los documentos oficiales de carácter internacional en los que encontramos referencias explícitas a la obligatoriedad de proteger a la población civil ya las infraestructuras sanitarias en situaciones de conflicto armado. En el caso que nos ocupa, existen infinidad de informes y documentos gráficos y audiovisuales que demuestran que este derecho internacional no sólo no se cumple, sino que Israel vulnera de forma sistemática las prohibiciones explícitas que se hacen constar en los siguientes acuerdos: las Convenciones de Ginebra (1949) y Protocolos Adicionales (1977), las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (Resolución 2286, 2016), la Convención sobre el Respeto de los Derechos de la infancia en Conflictos Armados (Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de los niños), el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional 1998 (que los define como crímenes de guerra), los Informes y Declaraciones de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU por los Derechos Humanos, y las directrices de la Organización Mundial de la Salud, cuyo director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció hace unos días el ataque israelí contra un centro de salud de atención primaria dedicado a la vacunación de la polio.
El propio Estatuto de Roma, en el artículo 6, define el genocidio con los mismos términos que la Convención de 1948 en el artículo 2, y afirma que “se entenderá por genocidio, cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir del todo o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial o religión como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que deban comportar su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo”.
Asimismo, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional señala en su concreción de la definición de crímenes de guerra, la acción de “dirigir intencionadamente ataques contra edificios dedicados a la religión, la educación, las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos históricos, los hospitales y los lugares en los que se agrupa a enfermos y heridos, siempre que no sean objetivos militares”.

Tal y como han informado varios medios de comunicación internacionales, la Corte Penal Internacional, qué es quien tiene la responsabilidad de enjuiciar y juzgar a los acusados ​​de genocidio, crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y agresión, recibió de parte de Sudáfrica, cientos de folios con las pruebas sobre “Israel y su intención de cometer genocidio”. Mientras, el ente sionista sigue bombardeando indiscriminadamente escuelas, hospitales y refugios manteniendo a más de 100.000 personas atrapadas en el norte de la Franja de Gaza sin ninguna opción de fuga ignorando las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y las medidas para prevenir el genocidio que esta misma Corte ya ha requerido con anterioridad.

Por qué el régimen israelí, pese a las resoluciones de la ONU, la multitud de informes de relatores y relatoras independientes y las recomendaciones de la CIJ, sigue bombardeando sin tregua hospitales e instalaciones sanitarias sin aportar ni una sola evidencia que pueda ¿justificarlo como ataques a objetivos militares?

En octubre de ese mismo año, se publicó en  The Washington Post el testimonio del cirujano Bakr Abu Safeya en el que se contaban sus vivencias en el Hospital Al-Awra del norte de Gaza y una de las citas que más llamaron la atención fue la afirmación de que el doctor hacía sobre la situación de “miedo” que vive la población de forma generalizada. El miedo como arma de control social, el miedo como arma de ejecución de un genocidio.

El derecho internacional prohíbe explícitamente el ataque indiscriminado a cualquier estructura sanitaria. Entonces, cabe preguntarse cuál es el objetivo del ocupante para destruir de forma absoluta toda la red sanitaria de estos territorios y practicar, supuestamente, un medinicidio masivo (término que se utiliza en Palestina desde hace un tiempo referida) a los ataques al personal sanitario). El relato sionista argumenta de forma redundante la existencia de estructuras utilizadas por terroristas en los subsuelos de todas las estructuras sanitarias bombardeadas, todas las existentes en los territorios asediados.
Estos hechos, tal y como ya hemos comentado, se han visto desmentidos por numerosos testimonios e informes de organismos internacionales, tanto en Gaza como en Líbano, obligando incluso a hospitales libaneses, como Rafik Hariri y el Hospital Sahel, a invitar a decenas de medios de comunicación para que visitaran sus instalaciones demostrando, así, que el relato sionista es del todo incierto. Lo explicaba en declaraciones a los medios el director de este último, Mazen Alame.
Podríamos entender, por tanto, que el propósito de la entidad sionista es la destrucción del sistema sanitario para crear el caos absoluto y el terror, y utilizarlo como un arma en la ejecución de un genocidio. Si el pueblo muere por las bombas, los ataques directos son susceptibles de ser punibles. Pero, en cambio, ¿si mueren de hambre y enfermedades que no pueden ser tratadas por la inexistencia de un sistema sanitario público (que ha sido destruido) las cifras de muertes no se contabilizan como genocidio?
 

El terror como arma de guerra
Son numerosas las autoras que a lo largo de la historia han abordado “el miedo”, desde diferentes disciplinas, como un poderoso arma de control poblacional en situaciones de conflicto. Multitud de textos nos explican cómo convertirse en una herramienta de control psicológico e incluso sociopolítico. El miedo no sólo paraliza, sino que puede utilizarse estratégicamente para consolidar poder, dividir sociedades y neutralizar a la resistencia. ¿Y cuál es el mensaje que lanza la entidad sionista bombardeando de forma indiscriminada las redes de salud de un territorio al completo, vulnerando numerosas resoluciones y convenciones internacionales sin que absolutamente nadie -ningún estado ni organismo internacional- pueda detenerlo?
El estado sionista utiliza el terror, el miedo extremo y la indefensión como arma de guerra. El ente colonizador ejecuta a la población palestina y libanesa sencillamente porque puede hacerlo. Nadie lo detiene. Para él no aplican las normas internacionales: es la demostración del poder por antonomasia. Lo hacen porque sencillamente pueden hacerlo. No hay límite: sólo una población absolutamente indefensa y la mirada impasible de una sociedad occidental que lo permite.
Hannah Arendt, en su obra Los orígenes del totalitarismo (1951), ya hablaba de cómo los regímenes totalitarios de las potencias occidentales, durante la primera mitad del siglo XX utilizaron el miedo como método de dominación y control social. La propaganda del poder y el terror, tan bien elaborada a través de los documentales dirigidos por la cineasta Leni Riefenstahl sobre la figura del propio Hitler, son algunos de los ejemplos claros. George Orwell en la novela 1984 (1947) describe cómo el estado, por medio del miedo, utilizado como arma psicológica de sometimiento, controla y diluye cualquier foco de resistencia.
No es baladí el papel de las redes sociales en la retransmisión en directo de un genocidio; la observación de la violencia. Tal y como expuso Albert Bandura por medio de su teoría del aprendizaje social (1977) y la observación de la misma violencia se puede llegar a modelar comportamientos sociales en situaciones de conflicto, como la observación de la agresión y la intimidación se convierten en herramientas de manipulación y modelado de comportamientos sociales.
Pero, sin embargo, es necesaria la complicidad social para que el agresor pueda operar con absoluta impunidad. Requiere una sociedad indiferente a la barbarie. Todo el mundo sabe lo que ocurre y nadie sabe lo que pasa. No son hechos aislados. Es una forma de construcción social por omisión e indiferencia; una estructura que sustenta la barbarie y es cómplice del genocidio.
Nos preguntamos cómo detenerlo, y llegamos a la conclusión de que, tal y como dijo Vicent Andrés Estellés, "habrá un día que no podremos más y entonces lo podremos todo".
 
El derecho internacional y humanitario
Si hacemos una investigación sobre qué dice de todo esto el derecho internacional y humanitario, vemos que existen documentos oficiales de carácter internacional, que son de carácter obligatorio y jurídicamente vinculantes por los estados que se adhieren, en los que se regulan, de forma consensuada, sus principios.
Los Convenios de Ginebra de 1949 establecen las normas de protección de las personas que no participan directamente en los conflictos como la población civil, los prisioneros de guerra, los heridos y los enfermos. Los Protocolos Adicionales de 1977, que vienen a reforzar los anteriores para proteger a las víctimas de la Cruz Roja, la Media Luna Roja y el Crisal Rojo. Los Convenios de La Haya (los de 1899 y 1907) que protegen a la población que no participa directamente en los combates e incluye disposiciones sobre ciertos métodos y armas de guerra. La costumbre internacional y los principios generales de derecho, el derecho internacional humanitario también está constituido por normas consuetudinarias reconocidas de forma universal.
En estos documentos se hacen constar las normas que regulan los conflictos armados internacionales que buscan proteger a la población civil. Éstas se rigen por tres principios que consideramos importantes destacar por la situación de asedio y destrucción sistemática de las infraestructuras sanitarias tanto de la Franja de Gaza como del Líbano. Se trata del principio de distinción, proporcionalidad y necesidad militar.
Según el derecho internacional, el principio de distinción consiste en diferenciar los objetivos militares de los bienes civiles. El Artículo 18 del Cuarto Convenio de Ginebra de 1949 concreta que los hospitales y las unidades médicas civiles no pueden ser atacados salvo si éstos son utilizados "para cometer actos perjudiciales para el enemigo" (Artículo 19 del Cuarto Convenio) que es necesario demostrar con suficientes pruebas permitiendo a la población civil evacuarlos con el tiempo suficiente. Ni en Líbano ni en la Franja de Gaza se ha podido demostrar que esto fuera así, es más, el argumento del régimen sionista ha sido desmentido por parte de la ONU y múltiples organizaciones humanitarias, no se han encontrado evidencias. En el caso del Líbano incluso se han visto obligados a pedir a la prensa la entrada en los hospitales para que puedan verificar que estos supuestos no se cumplían y que, por tanto, el ataque a sus instalaciones podría convertirse en un crimen de guerra.
En cuanto al principio de proporcionalidad, se prohíbe expresamente los ataques en los que los daños a la población civil y sus bienes sean excesivos respecto a la ventaja militar que pueda anticiparse. Este principio es fundamental para limitar el impacto en las zonas densamente pobladas, como en este caso las zonas en las que están ubicados los hospitales tanto de Gaza como del Líbano. Cabe recordar que la Franja de Gaza es un territorio de 365 kilómetros cuadrados en el que viven más de 2 millones de personas, tiene una de las densidades de población más altas del mundo, 5.500 personas por kilómetro cuadrado, y está rodeado por un muro que no permite entrar ni salir.
El principio de necesidad militar establece que las acciones bélicas deben orientarse exclusivamente a objetivos militares y legítimos que contribuyan a debilitar la capacidad del enemigo, aunque en zonas densamente pobladas, como es el caso de los hospitales y espacios sanitarios, es difícilmente justificable. En estos casos, tal y como se expresa en los informes de las organizaciones humanitarias, los ataques tienen un valor militar marginal y un gran coste humanitario. Bajo los criterios del derecho internacional humanitario la destrucción de hospitales y otros servicios sanitarios, es un impacto colateral totalmente inaceptable.
Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos Adicionales otorgan protección especial a las instalaciones sanitarias y personal médico, los ataques a estas infraestructuras y profesionales podrían constituir un crimen de guerra. Tanto Naciones Unidas como Cruz Roja plantean estos ataques como una violación de esta protección. El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional considera como crimen de guerra los ataques contra los edificios dedicados a fines humanitarios, teniendo jurisdicción por investigar ataques deliberados, desproporcionados o sin el apoyo legal necesario tal y como está sucediendo en la Franja de Gaza y el Líbano.
El marco general y normativo del derecho internacional y humanitario lo podemos ubicar en gran medida en documentos como la Carta de las Naciones Unidas de 1945, que en el artículo 2 prohíbe el uso de la fuerza a excepción de los casos en los que se justifique la defensa propia o cuando el Consejo de Seguridad lo autorice. En su Capítulo VII se establece que el propio Consejo de Seguridad puede tomar medidas coercitivas, incluyendo las acciones. militares para mantener o restaurar la paz y la seguridad internacionales.
Las Resoluciones del Consejo de Seguridad, que son de obligado cumplimiento, emitidas en situaciones de conflicto con principios y directrices específicas por el uso de la fuerza, el embargo de armas, la creación de zonas de seguridad y, en casos específicos, la intervención militar. Desde el inicio de este último conflicto, el de octubre de 2023, se han impulsado tres de ellas en las necesidades humanitarias y el alto el fuego de las que las dos últimas han sido aprobadas a pesar de no ser respetadas por el régimen Israelí que ha manifestado su desacuerdo.
La Doctrina de Responsabilidad de Proteger (R2P), que fue formalizada en la Cumbre Mundial de 2005 y adoptada por posteriores resoluciones de la ONU, establece la posibilidad de intervención de la comunidad internacional en caso de que un estado no proteja a su población en caso de genocidio, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, ésta se centra en la acción humanitaria y la protección de la población civil. En el informe “Una agenda por la paz” (1992), el secretario general Boutros Boutros-Ghali propuso los principios para las operaciones de paz incluidos el despliegue de tropas y medidas preventivas en las situaciones de conflicto armado. Por último, las directrices para las Operaciones de Paz de la ONU en las que se concreta la necesidad de neutralidad, el uso mínimo de la fuerza y ​​los principios de imparcialidad y consentimiento de las partes del conflicto.
[CAMPAÑA Teaching life, saving lives (Enseñar vida, salvar vidas): Estamos muy contentas de anunciaros que hemos conseguido el objetivo mínimo de la campaña. Muy pronto enviaremos los fondos a la organización palestina Human Call para que pueda adquirir gasóleo y material para el hospital Al Nida'a de Ein El Hilweh.
Os animamos a seguir la campaña en las redes sociales (@teachlife_pal) y a participar en los actos que estamos organizando. A través de las redes sociales estamos explicando la campaña que también está apoyada por artículos que estas semanas van apareciendo en los medios. Por ejemplo, el que se ha publicado en La Directa y reproducido por el CSCA.

domingo, 17 de noviembre de 2024

MANIFESTACIÓN 30 DE NOVIEMBRE OVIEDO 12.30 . Paremos el genocidio en Palestina



 

CONFERENCIA . "La situación en Oriente Próximo: Resistencia y Neosionismo" .Ignacio Gutiérrez de Terán

 


SINDICATOS EXIGEN UN PROTOCOLO DE INSPECCIÓN DE BARCOS CON DESTINO ISRAEL


 SINDICATOS EXIGEN UN PROTOCOLO DE INSPECCIÓN DE BARCOS CON DESTINO ISRAEL

 

CCOO, UGT, CGT, SAT, CNT, USTEA, CO.BAS, Confederación Intersindical y otros sindicatos de Canarias, Euskadi, Catalunya, Galicia, Valencia, Andalucía y Madrid firman una carta dirigida al Gobierno para reclamarle la puesta en marcha de un protocolo de inspección a barcos con destino a Israel y un embargo militar integral  que impida la compra, venta y tránsito de armas y material militar.

 

Desde la Campaña por el Fin al Comercio de Armas con Israel llevamos meses denunciando la complicidad de nuestros puertos en el mantenimiento del genocidio en Palestina.

Nuevas investigaciones han puesto de manifiesto que varios puertos españoles se usan regularmente como escala para embarcaciones que llevan armas y otros materiales de guerra. Más de 25 barcos han pasado por el Puerto de Algeciras entre mayo y septiembre con 13.000 toneladas de material militar. Por su parte los puertos de Valencia y Barcelona forman parte de las rutas regulares de la naviera ZIM, que ha transportado en el último año más de 8.000 toneladas de productos de guerra desde EEUU hacia Israel.

Ante esas evidencias, los sindicatos representados en zonas portuarias de todo el Estado aseguran que “un genocidio no se mantiene por sí solo, necesita cómplices y apoyos internacionales. Como trabajadores y trabajadoras sabemos que la solidaridad entre quiénes luchan por los derechos y la libertad es imprescindible para acabar con quiénes oprimen”.

En la carta recuerdan que la legislación vigente autoriza la retención de material en tránsito cuando pueda ser empleado en acciones que perturben la paz, exacerben conflictos, o violen los derechos humanos. Un protocolo de inspección sistemática permitiría rastrear el material militar y confiscarlo, en caso necesario.

Los sindicatos firmantes subrayan asimismo la importancia de imponer un embargo de armas integral a Israel que incluya el veto a la venta, compra y tránsito de material militar, tal y como reclama la RESCOP desde hace meses con el apoyo de la sociedad civil.

Aquí se puede consultar la carta enviada al Ministro de Transportes y Movilidad Sostenible y el listado de sindicatos firmantes. Si formas parte de un sindicato y quieres estar al tanto de las noticias o colaborar con la campaña ¡ponte en contacto con nosotras!

 






sábado, 16 de noviembre de 2024

Charla en Gijón por parte de Santiago González Vallejo sobre el BDS

Hoy en Gijón Santiago González Vallejo y Telly Lorenzo denunciando las empresa cómplices del Aparheid y la colonización en Palestina tal como nos pide el Comité Nacional Palestino de BDS y la coalición de la sociedad civil palestina.


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