miércoles, 1 de febrero de 2017

Testimonios sobre qué paso cuando la policía israelí intentó demoler la ciudad beduina de Umm El-Hiran

Testigos aseguran que un miembro palestino de la Knéset israelí recibió un balazo en la cabeza cuando él y otra docena de políticos, activistas y aldeanos árabes e israelíes protestaban en Umm El-Hiran 

Beduino de pie cerca de una casa demolida. Miércoles 18 de enero del 2017. Fuente: Global Voices.
Testigos aseguran que un miembro palestino de la Knéset israelí recibió un balazo en la cabeza cuando él y otra docena de políticos, activistas y aldeanos árabes e israelíes protestaban en Umm El-Hiran, en el desierto de Negev al sur de Israel, contra la demolición planeada por el gobierno israelí para reemplazar la ciudad árabe beduina por una ciudad judía.
Los activistas que se encontraban en la escena afirman que llegaron con los coches a la ciudad a las seis de la mañana del 18 de enero del 2017 y minutos después las fuerzas policiales «llegaron corriendo de todas partes hacia ellos, con las armas en alto y con equipamiento antidisturbios. Empezaron a gritar y a empujar a la gente».
Tras el incidente, los medios israelíes y la policía declararon que Odeh, el miembro de la Knéset israelí, fue herido por un palestino que tiraba piedras pero los activistas, y el mismo Odeh, mantienen que fue golpeado por una bola negra de goma israelí.
Luego del incidente, los testigos afirman que la policía gaseó al resto de manifestantes y aparecieron las excavadoras. Mientras esto pasaba, a poca distancia en una colina, el coche de un profesor beduino embestía a una multitud de policías israelíes. Los testigos dicen que dispararon al coche antes de que acelerara y golpeara a la multitud. La versión de la policía israelí difiere.
Después del incidente las fuerzas israelíes llevaron a cabo labores de demolición durante ocho horas.
Umm El-Hiran es una de las 40 ciudades árabe beduinas no reconocidas en la región del Néguev, hogar de unas 10 000 personas y que ha sido seleccionada por el gobierno israelí para ser demolida. El tema de las ciudades beduinas es algo complicado en Israel porque, a pesar de tener prácticas de asentamiento parecidas a las israelíes en la ocupada Ribera Occidental y al este de Jerusalén, estas ciudades no son reconocidas legalmente como territorio israelí. La mayoría de estas comunidades establecieron ciudades tras ser desplazados de sus ciudades ancestrales durante el Nakba de 1948 (desastre en árabe) cuando se estableció el estado de Israel y se expulsó a unos 700 000 palestinos.
A principios de este mes, las excavadoras israelíes destruyeron al-Araqib, una ciudad del sur de Néguev que había sido demolida más de 100 veces desde el 2010.
Las demoliciones han tenido lugar en el contexto del plan «Prawer-Comience», cuyo nombre oficial es «Proyecto de Ley de liquidación de los beduinos del Néguev» y que afecta a unos 40 000 árabes beduinos ciudadanos de Israel. Como señala Adalah, el Centro Legal por los Derechos de la Minoría Árabe en Israel:
Los ciudadanos árabes beduinos de Israel, habitantes del desierto de Naqab (Néguev) desde el siglo VII, son la comunidad más vulnerable de Israel. Desde hace unos 60 años, los indígenas árabes beduinos se han enfrentado a una política estatal de desplazamientos, demoliciones de hogares y expropiación de su tierra ancestral. En la actualidad, 70 000 ciudadanos árabe beduinos viven en 35 ciudades que, bien datan de antes del establecimiento del estado israelí en 1948, o bien se crearon por la orden militar israelí a principios de 1950. El estado de Israel considera a estas ciudades como «no reconocidas» y a sus habitantes como «intrusos en la tierra del estado», así que niega a los ciudadanos el acceso a la infraestructura estatal como agua, electricidad, alcantarillado, educación, cuidados médicos y carreteras. El estado restringe deliberadamente estos servicios básicos a estas ciudades para «animar» a los ciudadanos árabe beduinos a renunciar a su tierra ancestral.
El equipo de 972Mag tiene una cobertura especial del plan «Prawer-Comience».
¿Qué es lo que ha pasado realmente en Umm El-Hiran?
Global Voices ha recibido testimonios sobre los acontecimientos de dos fuentes de confianza. Por su seguridad no revelaremos su identidad. La primera fuente explica:
Llegué a Umm El-Hiran temprano el miércoles por la mañana con una docena de activistas palestinos y judíos que venían de Jerusalén, Tel Aviv y Beer Sheva para solidarizarse con los vecinos de Umm El-Hiran que iban a ver sus casa demolidas. Dejé Jerusalén a las 4 de la mañana con compañeros activistas de All That's Left (Todo lo que queda), un colectivo antiocupación judío. Llegamos a eso de las 5:30 de la mañana.
Habíamos seguido los acontecimientos de Umm El-Hiran y habíamos mantenido un contacto cercano con sus residentes a través de Rabbi Arik Ashermann, antiguo director de Rabbiss por los Derechos Humanos y que ahora lleva una organización llamada Haqel encargada de The Four Village Campaign (Campaña de las Cuatro Ciudades). Organizamos el viaje la tarde del 17 porque sabíamos que la orden de demolición era para el día siguiente. Sin embargo, los residentes seguían negociando con las autoridades hasta bien entrada la noche del 17 al 18 así que cuando fuimos a la cama no sabíamos si sería necesario ir ya que pensamos que podrían haber llegado a un acuerdo.
La última vez, la presencia de miembros israelíes del parlamento y de activistas judíos había evitado que la policía llevase a cabo la orden de demolición. Básicamente, esa era nuestra idea, usar nuestro privilegio y nuestros cuerpos para resistir de forma no violenta. Esta vez la policía apareció muy temprano el día de la demolición pero se fueron pronto sin tocar a nada ni a nadie. Fue una interacción tranquila. Ninguno de nosotros estaba preparado en lo más mínimo para el horror y las muertes innecesarias que íbamos a experimentar en Umm El-Hiran ese día.
¿Quién disparó a Odeh?
Nuestra fuente continúa:
Cuando llegamos, el miembro de la Knésset, Ayman Odeh y su equipo así como otros cuatro o cinco estudiantes palestinos de la Universidad de Beer Sheva ya estaban allí. Unos minutos después de que hubiéramos aparcado los coches y paseado por la ciudad con algunos de sus residentes, justo cuando estábamos en una pequeña plaza a unos 100 metros de la mezquita, vimos llegar las furgonetas de la policía por encima de las colinas. Solo unos minutos más tarde, las fuerzas policiales llegaron corriendo hacia nosotros desde todas partes con las armas en alto y el equipo de antidisturbios; llegaron gritando y empujando a la gente.
Fue en ese momento cuando Ayman Odeh comenzó a identificarse como miembro del parlamento y pidió a las fuerzas de seguridad que pararan el ataque ya que era inesperado y no había sido provocado. Yo estaba a un par de metros de él cuando una bola de goma le golpeó la cabeza y la sangre empezó a resbalarle por la cara. Las fuerzas policiales comenzaron a rociar gas pimienta directamente en las caras e incluso gargantas de la gente, todos empezaron a toser, gritar, etc. Vi a mis amigos ser golpeados por la policía mientras intentaban huir para ponerse a salvo. Fue en este momento cuando un poco más arriba de la colina tuvo que pasar el atropello. De repente, escuchamos un fuerte tiroteo muy cerca pero estaba oscuro y la policía no paraba de lanzar granadas sónicas así que fue imposible comprender lo que estaba pasando. Cundió el pánico en la plaza e intentamos dar la vuelta e irnos pero daba igual a dónde fuéramos, la policía estaba cortando el paso.
Me separaron del resto del grupo junto con otras cuatro personas y la policía nos empujaba cada vez más, hacia la cima de la colina. A las 6:30 de la mañana todo había terminado. Habían llegado más y más refuerzos policiales, todas las calles que dirigían a la ciudad estaban repletas de coches policiales, según estimación debía haber al menos 200 miembros de la policía incluyendo la tropa de caballería. Cuando nos fuimos, había francotiradores en los tejados y alrededor nuestro en las colinas. Las excavadoras llegaron mucho más tarde.
Umm El-Hiran la mañana del 18 de enero del 2017. Foto tomada por Global Voices.
Debes imaginarte que Umm El-Hiran está en un valle y en las planicies de las colinas que lo rodean. Desde las 7 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde la policía cierra la ciudad por completo. Rodean a los habitantes fuera de la mezquita y les hacen esperar ahí todo el rato. También hay un grupo de mujeres y niños que es separado de los hombres y espera en una de las colinas cercanas. Hay un grupo de hombres jóvenes y adultos que abandonaron el grupo de 40 o 50 personas para reunirse con nosotros en el lado de la colina en la que estábamos. Estábamos en la carretera principal, desde la cual el resto de carreteras se dirigen hacia la ciudad y te permiten verla al completo.
Debían ser entre las 8 y las 9 de la mañana cuando empezaron a llegar los periodistas y los miembros de la Kneset de la lista de aliados. Haneen Zoabi y Ahmed Tibi estaban entre los que intentaron traspasar los cordones policiales a lo largo del día y exigieron que les dejaran entrar en la ciudad cuando la policía comenzó a movilizar los camiones y el equipo de demolición. Ahí fue cuando comenzó el altercado entre la policía y los miembros de la Kneset entre otros. En respuesta algunos shabab de la ciudad comenzaron a coger y lanzar piedras a la policía. Es importante que esta fuera la primera vez que aquel día alguien lanzara una piedra o que ocurriera algún tipo de enfrentamiento. La policía reaccionó golpeando y empujando a la gente, persiguiéndoles y con todos montados a caballo; fue aterrador.
Tras la confrontación de las 6 de la mañana no se permitió entrar ni a la prensa ni a civiles. El único periodista que estaba ahí cuando todo pasó fue Keren de ActiveStills. El resto de periodistas no solo llegaron mucho más tarde sino que estaban muy lejos, observando desde la cima de la colina en la que yo también estaba en ese momento. Por eso aceptaron el informe policial sin más. Además la policía había bloqueado las líneas telefónicas y no había servicio ese día. Los informes de la policía según como los citaban en JPost y otros medios estaban mintiendo descaradamente desde el principio.
La policía negaba haber usado este tipo de bolas de goma y aseguraron que Ayman Odeh había sido golpeado por una roca. Me consta que no es cierto ya que solo estábamos a unos metros de distancia. De hecho, un amigo que estaba de pie justo al lado de Odeh cogió la bola de goma que le hirió, la escondió en su mochila, la fotografió y más tarde se la entregó a otro miembro de la Kneset, Dov Hanina para evitar que fuera confiscada. Era una maldita bala de acero recubierta de goma, fácilmente de unos 8-10 cm. de larga. Mi amigo ha facilitado estas fotos a AP y otros medios. También puedes preguntarle al asistente de Odeh, Anan Maalouf, si quieres más detalles.
Umm El-Hiran on the morning of Wednesday January 18, 2017. Photo taken by Global Voices.
Umm El-Hiran en la mañana del miércoles 18 de enero del 2017. Foto tomada por Global Voices.
El coche de Abu Qi'an solo se dirigió a los oficiales lugo que le dispararan
El conductor del coche, un maestro de escuela beduino llamado Abu Qi'an, y un policía israelí fueron asesinados durante la contienda.
Han salido a la luz dos versiones del atropello. La primera ha sido difundida por el gobierno israelí, según el cual«Abu Qi'An condujo su vehículo y atropelló y mató al menos a un oficial». La policía también ha declarado, sin proporcionar ninguna evidencia, que Abu Qi'an tenía «conexiones» con ISIS.
La segunda versión de los acontecimientos, la de los activistas y testigos, y corroborada por la grabación de un dron de la escena, confirma que «el coche de Abu Qi'An solo giró hacia los oficiales después de recibir disparos y perder el control del vehículo». El activista de 26 años del Center for Jewish Non-Violence (Centro por la No Violencia Judía), Uriel Eisner, habló con el periódico The Times of Israel y les dijo que la policía disparó al vehículo de Abu Qi'an antes de que este acelerara hacia los oficiales. Mientras tanto, el ministro de justiciaisraelí, Ayelet Shaked, culpó a los miembros árabes de la Knéset y a las ONG de izquierda presentes de la muerte del oficial de policía.
Por consiguiente, el conductor, un maestro de escuela de la ciudad, intentó mover su coche. Como el resto de residentes sabía que la demolición era inminente. La policía llegó con todas sus fuerzas y preparada para luchar. Según los testigos, la policía abrió fuego en cuanto vieron que el coche se movía, lo cual hizo que el conductor bien se asustara o perdiera el control totalmente. Tenga en cuenta que esto tuvo lugar en una pendiente y puede ser que perdiera control y el coche rodara colina abajo hacia la ciudad como resultado. Esta versión también es plausible si ve el vídeo aéreo que publicó la policía ese mismo día.
Así que mientras que ahora mismo no puedo descartar la posibilidad de que fuera un ataque, tengo serias dudas sobre la versión policial en la que etiquetan inmediatamente el incidente como un atropello causado por Daesh (ISIS). Me cuadra que teniendo en cuenta los ataques con coches que han tenido lugar los últimos meses la policía de la zona haya podido exagerar y haya comenzado a disparar al conductor en cuanto vieron al coche moverse o incluso antes.
Umm El-Hiran no tiene historia de confrontaciones violentas. De hecho, los residentes estaban negociando con las autoridades solo unas horas antes del violento ataque.
Las fuerzas policiales llegaron preparadas para una confrontación violenta y con la mente puesta en una «batalla», llegaron con el equipamiento antidisturbios y con las armas preparadas. Tenían las caras descompuestas con miedo u odio, «colocados», como añadió una mujer. En mi opinión ellos son los únicos responsables por empeorar la situación esa mañana. Temerariamente pusieron en peligro a los civiles y a si mismos, y son los responsables del beduino y del policía muertos esa mañana.
El resto de no residentes y nosotros no volvimos a tener acceso a la ciudad hasta que la policía destruyó un par de casas y se hubieran retirado. Mientras que los residentes se reunían y se lamentaban, los drones policiales sobrevolaban la zona. Cuando por fin nos marchamos a eso de las 3:30 pm, los residentes habían comenzado a apartar algunos escombros.
Más allá de las preguntas existenciales, hay algo que me pregunté mientras estuve en la colina, observando las demoliciones durante más de ocho horas.
¿Por qué la policía ya tenía las armas fuera, buscando enfrentarse a cualquiera de los presentes? ¿Quién dio las órdenes para llevar a cabo un ataque tan violento? ¿Qué le habían dicho a los oficiales antes de entrar en la ciudad? ¿Qué tiene esto que ver con las órdenes personales de Netanyahu para «Inflamar Neguév»?
¿Por qué la prensa aseguró inmediatamente de que era un ataque? ¿Quién se beneficia de esta versión de los hechos?
Fuente: Joey Ayoub, Global Voices en Español (Traducción: Marina Gallego)

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