El cáncer es uno de los grandes problemas sanitarios de la Franja ya que existen pocos tratamientos y ninguna esperanza.
El cáncer es uno de los grandes problemas sanitarios de la Franja ya que existen pocos tratamientos y ninguna esperanza. Las muertes y los tumores cerebrales en bebés se duplican debido a los gases utilizados por Israel.
En estos momentos el cáncer es la segunda causa de muerte en la Franja de Gaza. Los expertos opinan que en los próximos años las cifras se pueden duplicar debido al uranio y a otros agentes tóxicos utilizados en los bombardeos.
Jean François Fechino, consultor en temas de Medio Ambiente de Naciones Unidas, ha llegado a la conclusión, tras numerosos estudios, que decenas de toneladas de uranio empobrecido se encuentran en el subsuelo y en las aguas de Gaza. Las muestras de tierra que analizaron tras su última visita a Gaza demuestran la presencia no sólo de uranio sino también de cesio, amianto polvo, tungsteno u oxido de aluminio.
Esta situación afecta de forma muy especial a los enfermos de cáncer. Detectar la enfermedad es una odisea. Las listas de espera son largas y la mayoría de las veces no se llega a tiempo de una curación.
Solo algunos enfermos reciben quimioterapia pero la radioterapia está prohibida por Israel ya que la consideran peligrosa porque puede tener un doble uso.
En ciertos casos, Israel concede algún permiso especial para salir de la Franja, que sufre un bloqueo radical, para poder acudir a la ciudad de Ashkelon, cercana al paso de Eretz, que separa Gaza de Israel para recibir tratamiento. En otros casos excepcionales el permiso es para acudir al Hospital Augusta Victoria, un centro sanitario de carácter luterano situado cerca del Monte de los Olivos en Jerusalem o cruzar por Rafah a Egipto.
Estas situaciones son muy escasas y la mayoría de afectados tienen que asumir una muerte a medio o corto plazo.
Tras los bombardeos de Israel del verano del 2014 sobre la Granja de Gaza “han aumentado estas patologías” nos relata Usama Said Aklouk, director del Hospital de Al Shifa, neurocirujano y director del mayor hospital de Gaza, “y se han multiplicado los bebés que han nacido con tumores cerebrales”.
Usama conoce bien está situación ya que a diario tiene que llevar a cabo intervenciones muy delicadas a recién nacidos que posteriormente necesitan de incubadora y muchos cuidados, en un territorio en donde la luz va y viene a gusto de Israel. Afortunadamente el hospital dispone de generadores pero no siempre funcionan con exactitud.
Estamos hablando de una cadena de problemas, difíciles de resolver dada la escasez de cualquier producto en Gaza. Al preguntarle a Usama las razones de que hayan crecido de forma espectacular los tumores cerebrales infantiles no duda en afirmar que durante los bombardeos de agosto del 2014 se utilizaron diferentes clases de gases que han llevado a esta situación.
El profesor de la Universidad de Oslo, Erik Fosse, que lleva años trabajando en Gaza, mantiene que Israel estaría empleando armas que provocan cáncer. En concreto los médicos apuntan que podría tratarse de los denominados explosivos de metal inerte denso (DIME, por sus siglas en inglés), un arma de tipo experimental cuyo radio de acción es relativamente pequeño, pero cuya explosión resulta extremadamente potente. Segín Fosse y su compañero Mads Gilbert dichas armas ya se utilizaron en los ataques de 2009.
"Nuestro principal hospital en la Franja sólo funciona al 50% por falta de personal y material” explica a El Confidencial Usama Said Aklouk, director del Hospital de Al Shifa, formado en España, con impotencia ante las dificultades con las que trabajan.
En un recorrido por el Centro podemos ver como de seis quirófanos, sólo funcionan tres. Los restantes no tienen camas de operaciones y en cuanto a las habitaciones tan sólo están ocupadas la mitad, mientras en el despacho de Usama S. Aklouk no paran de entrar ciudadanos quejándose de las listas de espera que pueden llegar en algunos casos a los dos años. El resumen es que la sanidad gazatí está al borde del colapso.
Como en toda la Franja de Gaza, el Hospital vive condicionado por los cortes de luz que pueden suponer seis horas de duración o más. El suministro la controla Israel que da una cantidad diaria para la Franja y debe ser el Gobierno de Hamas quien la suministre. Como es escasa debe ir cortándola para dar servicio al millón ochocientas mil personas que viven en la Franja.
La tasa de mortalidad infantil en Gaza ha aumentado por primera vez en cinco décadas, según un estudio de la UNRWA, Naciones Unidas para los refugiados palestinos y añade que “el bloqueo está contribuyendo a la tendencia”.
Naciones Unidas sigue insistiendo en que a partir del 2020 será imposible vivir en la Franja pero lo está siendo ahora.
Fuente: Mercè Rivas Torres, Nuevatribuna
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