El ministerio de Defensa israelí ha sancionado a una de las ONG más rigurosas, Rompiendo el Silencio, que durante los últimos once años se ha dedicado a recoger información de veteranos del ejército que denuncian los abusos que los militares cometen sobre los palestinos, una actividad que a duras penas toleran las autoridades israelíes
Una lectura pública de testimonios de Rompiendo el Silencio en Tel Aviv para conmemorar los 10 años desde que la organización fue fundada, el 6 de junio de 2014. (Oren Ziv / Activestills.org)
La organización no gubernamental Rompiendo el Silencio (Shovrim Shtika) ya no podrá acudir a las actividades de puertas abiertas que realiza el ejército. Así lo ha ordenado el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, a través de las redes sociales, una medida que pretende apartar del sistema a este grupo de veteranos israelíes que durante once años han denunciado los abusos de los soldados en los territorios ocupados.
Mediante un comunicado, Yaalon ha acusado a Rompiendo el Silencio de “hipocresía y falsa propaganda contra los soldados del ejército y el Estado de Israel en el marco de una campaña de deslegitimación” internacional. Con esta medida el ministerio de Defensa trata de neutralizar el concienzudo trabajo de la ONG local que más preocupa al ejecutivo del primer ministro Benjamín Netanyahu.
El director y fundador de Rompiendo el Silencio, Yehuda Shaul, cree que el problema no es el ejército. “El problema no es el ejército, sino Moshe Yaalon y su entorno. Hoy tenemos el gobierno más derechista de nuestra historia. Esta gente quiere crear un Estado fascista y totalitario en lugar de una democracia. Nosotros, en cambio, defendemos un estado en el que todos seamos iguales ante la ley, una democracia que respete los derechos humanos, y es este cisma entre ellos y nosotros el que ha creado el conflicto”.
Yehuda Shaul dirige a un grupo de 14 israelíes, en su inmensa mayoría veteranos del ejército, que trabajan parcial o completamente en Rompiendo el Silencio. “Nada va a cambiar a partir de ahora. Vamos a seguir haciendo nuestro trabajo. Simplemente, que desde ahora Yaalon no nos va a invitar a ningún foro del ejército. No quieren que se cuestione la ocupación, quieren silenciar cualquier voz discrepante, no quieren que contemos a los israelíes lo que realmente está ocurriendo en los territorios ocupados. Sabemos que nuestras acciones erosionan su proyecto pero no nos vamos a parar”.
Rompiendo el Silencio es una de las organizaciones críticas con la ocupación que tiene más proyección internacional, dedicándose a recoger el testimonio de soldados y oficiales que han servido en Cisjordania y Gaza desde el año 2004, testimonios que después se difunden en libros y folletos en hebreo y en otras lenguas. Recientemente El Viejo Topo ha publicado El libro negro de la ocupación, la versión española de un texto con cientos de testimonios.
Una de las exhibiciones fotográficas de la ONG 'Rompiendo el silencio'. AFP/Michael Buholzer
La sanción llega justo cuando un significativo número de medios israelíes, incluidos algunos públicos, han utilizado un vocabulario muy agresivo contra el presidente del país, Reuven Rivlin, del Likud pero crítico con Netanyahu, por participar en un congreso organizado por el diario Haaretz en Nueva York en el que también han estado presentes representantes de Rompiendo el Silencio.
“Si Rompiendo el Silencio estuviera realmente preocupada por nuestra moral, como lo estamos nosotros, estarían trabajando directamente con el ejército, en lugar de ensuciar la imagen de nuestros soldados en el extranjero”, ha dicho Yaalon, quien ha añadido que los motivos auténticos de esta ONG son “maliciosos”.
Rompiendo el Silencio asegura que los testimonios que recoge son investigados a fondo, se contrastan con otras fuentes y siempre se verifican. Además, antes de publicarse tienen que ser aprobados por la censura militar, de manera que cualquier sospecha debe de ser apartada del procedimiento utilizado.
Rompiendo el Silencio seguirá trabajando
El grupo Rompiendo el Silencio dando una gira en la ciudad vieja de Hebrón (Rompiendo el Silencio página web)
A pesar de todo, en algunas ocasiones el ejército ha dicho que las acusaciones derivadas de los testimonios de los veteranos “no han podido ser comprobadas”. Rompiendo el Silencio considera que esta argumentación es un pretexto para no hacer frente a las acusaciones de más de un millar de soldados y oficiales.
Un miembro de Rompiendo el Silencio denuncia que Moshe Yaalon, uno de los ministros más radicales, acaba de “nombrarse a sí mismo ministro del silencio y del miedo”, y asegura que la ONG va a seguir trabajando por el bien de la democracia.
“Yaalon se ha sumado a la campaña que distintas organizaciones derechistas están llevando a cabo contra la democracia israelí y contra quienes quieren poner fin a la ocupación y al programa de asentamientos” judíos que no para de crecer, afirma el miembro de la ONG.
Una serie de artículos que en los últimos días ha publicado Haaretz muestra que con el impulso del gobierno y la pasividad de las instituciones del Estado, un elevado número de empresas israelíes grandes, medianas y pequeñas, tanto públicas como privadas, contribuyen directamente a la expansión de las colonias con millones de euros.
El mayor banco del país, Hapoalim, por ejemplo, el gigantesco conglomerado de productos lácteos y de alimentación, Tnuva, o una de las compañías punteras de telecomunicaciones, Cellcom, figuran en la larga lista de empresas que donan una parte de sus beneficios a proyectos que se ejecutan de la otra parte de la línea verde de 1967.
Y mientras las instituciones del Estado acorralan legalmente a ONGs como Rompiendo el Silencio, que recibe una parte sustancial de su financiación de donantes extranjeros, principalmente europeos, esas mismas instituciones hacen la vista gorda en relación a las millonarias ayudas que los asentamientos judíos reciben de donantes extranjeros, principalmente de Estados Unidos, donde las donaciones están exentas de impuestos.
La líder del partido liberal Meretz, Zehava Galon, ha acusado a Moshe Yaalon de haber sucumbido al “MacCarthysmo” y de estar furioso porque un grupo como Rompiendo el Silencio le dispute el “monopolio” de la información que se genera en los territorios ocupados.
Fuente: Eugenio García Gascón, Blog Público - España
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