Irak, todavía vivo en Siero
«El país resiste y no ha entrado al juego de la disgregación», afirma el arabista Pedro Rojo, que analizó en la Pola la década transcurrida desde que comenzó la invasión aliada
17.03.2013 | 03:41
Pola de Siero,
Manuel NOVAL MORO
La guerra de Irak, que comenzó hace ahora diez años, estuvo muy presente ayer en el auditorio de Pola de Siero. Pedro Rojo, arabista afincado en Jordania, habló ante una sala de cámara llena de todo lo que ha ocurrido desde que Estados Unidos decidió invadir el país amparándose en la supuesta existencia de las tristemente famosas armas de destrucción masiva.
Una de las consecuencias más negativas de aquella contienda fue, a juicio de Rojo, que Estados Unidos hizo resurgir a Al Qaeda. «Irak era uno de los pocos países en los que no estaba, y provocó su entrada». Y lo peor de todo fue, según el interviniente en el acto de ayer, que los estadounidenses no consiguieron su propósito, el control del llamado «gran oriente medio» que va de Mauritania a Pakistán. Fue, en su opinión, un fracaso con un gran coste para el pueblo. Además, Rojo apunta que otra consecuencia muy negativa de la ocupación fue que Irak se convirtió en un país muy corrupto. Miles de millones de euros destinados a la ayuda a la reconstrucción han desaparecido.
Sin embargo, pese al sistema político, que propugna rupturas y confrontaciones, el arabista cree que el pueblo iraquí «no ha entrado al juego de la disgregación». Se ha visto en referéndum efectuados para separar algunas partes del país, en los que los protagonistas han votado contra la disgregación y a favor de mantener Irak como Estado.
Un ejemplo de la diferencia entre la realidad y cómo quienes la interpretan quieren que sea es la diferencia entre chiíes y suníes. «Le preguntaba a la gente si eran chiíes y suníes y me contestaban que si estaba loco», afirma Rojo. El pueblo no entendía ese tipo de diferencias.
Con todo, y a pesar de la resistencia, la devastación de Irak ha sido enorme, y todavía quedan muchas heridas que cerrar, además en un contexto nada favorable, con la guerra de Siria en pleno apogeo. El encuentro de ayer fue una llamada de atención sobre la situación de un país que está casi en el olvido.
Junto a Rojo estuvieron la directora de la Agencia Asturiana de Cooperación, Graciela Blanco, y el ex diputado de IU Manuel García Fonseca.
Jornada en Siero en los 10 años del "NO A LA GUERRA"
Manuel NOVAL MORO
La guerra de Irak, que comenzó hace ahora diez años, estuvo muy presente ayer en el auditorio de Pola de Siero. Pedro Rojo, arabista afincado en Jordania, habló ante una sala de cámara llena de todo lo que ha ocurrido desde que Estados Unidos decidió invadir el país amparándose en la supuesta existencia de las tristemente famosas armas de destrucción masiva.
Una de las consecuencias más negativas de aquella contienda fue, a juicio de Rojo, que Estados Unidos hizo resurgir a Al Qaeda. «Irak era uno de los pocos países en los que no estaba, y provocó su entrada». Y lo peor de todo fue, según el interviniente en el acto de ayer, que los estadounidenses no consiguieron su propósito, el control del llamado «gran oriente medio» que va de Mauritania a Pakistán. Fue, en su opinión, un fracaso con un gran coste para el pueblo. Además, Rojo apunta que otra consecuencia muy negativa de la ocupación fue que Irak se convirtió en un país muy corrupto. Miles de millones de euros destinados a la ayuda a la reconstrucción han desaparecido.
Sin embargo, pese al sistema político, que propugna rupturas y confrontaciones, el arabista cree que el pueblo iraquí «no ha entrado al juego de la disgregación». Se ha visto en referéndum efectuados para separar algunas partes del país, en los que los protagonistas han votado contra la disgregación y a favor de mantener Irak como Estado.
Un ejemplo de la diferencia entre la realidad y cómo quienes la interpretan quieren que sea es la diferencia entre chiíes y suníes. «Le preguntaba a la gente si eran chiíes y suníes y me contestaban que si estaba loco», afirma Rojo. El pueblo no entendía ese tipo de diferencias.
Con todo, y a pesar de la resistencia, la devastación de Irak ha sido enorme, y todavía quedan muchas heridas que cerrar, además en un contexto nada favorable, con la guerra de Siria en pleno apogeo. El encuentro de ayer fue una llamada de atención sobre la situación de un país que está casi en el olvido.
Junto a Rojo estuvieron la directora de la Agencia Asturiana de Cooperación, Graciela Blanco, y el ex diputado de IU Manuel García Fonseca.
Jornada en Siero en los 10 años del "NO A LA GUERRA"
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