martes, 30 de agosto de 2016

'Mi hijo murió de leucemia porque Israel no le dejó salir de Gaza para continuar su tratamiento'

Yusef Yunes, de 19 años, denunció antes de morir que el servicio de seguridad israelí le estaba extorsionando con el permiso de salida para que "colaborara". Los resultados para su posible trasplante de médula se retrasaron porque Israel no le permitía salir de Gaza para hacerse las pruebas. "Estaba agotado, fue varios días al paso de Erez con las muestras de sangre de los familiares, pero no le dejaban cruzar", dice su madre 

Foto de Yussef cedida por la familia.
A pesar de haber encontrado donante compatible para el trasplante de médula que necesitaba, Yusef Mohamed Yunes murió el 8 de agosto en estado avanzado de leucemia. Hasta en tres ocasiones trató de salir de Gaza para llevar las muestras de sangre de familiares requeridas por su hospital, pero en muchos de esos intentos se chocó con la férrea negativa de las autoridades israelíes, según su familia. Cuando lo logró, ya era tarde.
La familia mantiene el luto en su casa en la zona llamada Proyecto Beit Lahiya, una extensión del campo de refugiados de Yabalia, donde cuelga de una pared un gran póster con un collage de sus fotos más recientes.
"Esta foto es de cuando los israelíes liberaron a Yusef de la cárcel", explica su hermano Mohamed. El joven con leucemia fue arrestado durante su estancia en Cisjordania donde recibía tratamiento médico. Más adelante, según relata su familia, acudió al paso fronterizo israelí de Erez para volver a un hospital israelí donde había sido tratado anteriormente, pero se le negó el paso.
Yusef, enfermo de leucemia, fue detenido y conducido a la cárcel de Ashkelon durante 13 días, según el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Basema, la madre de Yusef sujeta el documento de la referencia médica al hospital israelí Hadassah. | Isabel Pérez
Detenido al regresar del hospital
En un periodo de tres años, Yusef pasó de tener trombocitopenia a anemia aplásica y, finalmente, leucemia mieloide aguda, explica su hermano Mohamed, enfermero de profesión, que ha estado muy cerca de su hermano durante todo este tiempo.
La madre de Yusef, Basema, acompañó a su hijo en su primer tratamiento fuera de la franja de Gaza, en Cisjordania. "Estuvimos tres días en el hospital An-Najah en Nablus. Al volver, arrestaron a Yusef, en el control militar de Arraba", explica.
Aunque tenía los informes del hospital, señala, no sirvieron para convencer a los soldados. Su madre pensó que la razón de la detención era su procedencia, Gaza, y su edad. Algo rutinario. Tras el arresto, su familia se quedó cuatro días sin conocer su paradero.
"El 27 de abril lo liberaron sin cargos. Yusef pidió a los israelíes ir a Nablus al hospital, pero no le dejaron, lo deportaron a Gaza", recuerda.
La familia de Yusef asegura que tras el encarcelamiento su salud se deterioró notoriamente. "Lo tuvieron encerrado sin tratamiento médico, sin seguimiento", añade.  "¡Le torturaron! Durante seis días estuvo en confinamiento solitario. Le chantajearon. Le insistían en que colaborara con ellos".
El centro Al-Mezan para Derechos Humanos también hace referencia a las supuestas torturas sufridas por Yusef. Según denuncian, el joven gazatí estuvo "psicológica y físicamente torturado durante 13 días. Obligado a sentarse en posiciones incómodas en una pequeña silla de hierro, atado a ella durante horas. Mientras estuvo detenido también fue víctima de abuso y coacción verbal".
En junio, la familia logró un permiso para salir de nuevo por el paso fronterizo de Erez y recibir tratamiento en el centro médico israelí Hadassah, en Jerusalén.
"Para obtener el permiso más rápidamente, en Gaza nos propusieron que pagáramos nosotros una ambulancia israelí y que viniera a recogerlo a Erez. Así hicimos. Pagamos unos 1.200 shekels. Temíamos que Yusef muriera si no lo trataban rápidamente. Aquí en Gaza no existe medicación ni tratamiento para leucemia", apunta Mohammed.
Intentar cruzar con las muestras de sangre
Yusef marchó con uno de sus tíos. Varios días después, los médicos le pidieron que trajera muestras de sangre de sus familiares: necesitaba un trasplante de médula ósea y era necesario buscar un donante compatible. Se vio obligado a volver a Gaza para recoger las muestras.
El 11 de julio, Yusef debía presentarse de nuevo en el hospital. Fue al paso de Erez con las muestras de sangre de los familiares.
"En el hospital le habían dicho: tú nos avisas y nosotros llamamos al paso de Erez para que cruces con la sangre y vengas al hospital", recuerda Mohamed. "Llegó y no le dejaron cruzar, decían que no tenía permiso, que tenía problemas".
La familia acudió al centro Al-Mezan en busca de ayuda. Si no conseguían un permiso de salida, Yusef podía morir.
"En Al-Mezan nos dijeron que iban a hacer lo posible para ver qué problema había, pero no obtuvieron respuesta. Los de Asuntos Civiles en Gaza nos dijeron que ellos tampoco podían hacer nada, que los israelíes no le daban un permiso", expone Mohamed.
Yusef volvió al paso al siguiente día, incluso un tercer día. "Estaba agotado y tenía con él la sangre de los familiares", dice Basema. Pero no le dejaron cruzar. Pasados los días logramos enviar las muestras de sangre".
Cuando llegó la sangre, el hospital pidió una muestra sanguínea del paciente, quien se encontraba en la franja sin poder salir. "No paramos de buscar hasta encontrar a alguien que fuera de Gaza a ese hospital. A los 10 días encontramos a alguien y le dimos la prueba de sangre de Yusef", relata Mohamed.
Un día después de recibir el resultado de compatibilidad, Yusef falleció en un hospital de Gaza.
"Te daremos todo si colaboras con nosotros"
Según recoge Al-Mezan, "cuatro días después de la cita médica, (Yusef) recibió una llamada telefónica de los servicios de seguridad israelíes, quienes le dijeron que le permitirían cruzar si aceptaba colaborar con ellos".
"La seguridad israelí le llamó también otras veces", asegura Mohammed. "Le decían: Te daremos todo lo que quieras, si colaboras con nosotros. Un día, mi tío, el que estuvo con él en el hospital, me comentó que había oído cómo alguien le preguntaba a Yusef en el hospital por qué no venía con su tío X o con Y. Le estaban extorsionando de manera indirecta".
Yusef estuvo un mes completo sin tratamiento, sin una salida de Gaza abierta para que pudiera salvarse.
"Mi hijo murió de leucemia por negarse a colaborar con Israel. No quiso traicionar a nadie", garantiza su madre rompiendo a llorar. "Me decía que prefería morir antes de convertirse en un colaboracionista. Dos días antes de morir, me pidió que miráramos un tratamiento en Egipto".
Pero la frontera egipcia de Rafah seguía cerrada. Desde inicios de año 2016, solo se ha abierto durante 14 días de forma parcial. A pesar de su difícil acceso, la mayoría de la población gazatí decide dirigirse a las autoridades egipcias para pedir su salida. Erez se ha convertido en una trampa.
El centro Al-Mezan de Derechos Humanos ha informado hasta el momento de 20 detenciones de palestinos en el paso fronterizo israelí de Erez. Cinco eran pacientes que salían a recibir tratamiento médico y cuatro eran sus acompañantes.
"Al-Mezan condena también la extorsión recurrente contra pacientes palestinos, que necesitan tratamiento para salvar sus vidas en intentos de extraerles información sobre sus familiares o vecinos. Estas prácticas han sido toleradas por la comunidad internacional durante demasiado tiempo y deben ser investigadas seriamente para determinar las infracciones graves que representan", sentencia el centro de derechos humanos desde Gaza.
Yusef (en rojo a la derecha, con pelo rapado) junto a su hermano Mohammed y unos amigos el día que fue liberado de la cárcel israelí. | Foto cedida por la famila
Fuente: Isabel Pérez, El Diario - España

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