La lucha contra el expolio del agua en Palestina.
Shada al Azza es refugiada de Palestina y vive en el campamento de Aida. ANA ALBA / CAMPO DE REFUGIADOS DE AIDA (CISJORDANIA)
Abrir el grifo en el campo de refugiados de Aida no es un gesto mecánico.
Todas las casas del campamento Aida disponen de tanques de agua para subsistir, pero no suelen ser suficientes porque en cada hogar hay más de cinco personas viviendo.
"Los israelíes y los colonos disponen de más de 300 litros per cápita e incluso de 450. Nosotros menos de 40", subraya Shada, de 26 años.
Cisjordania está plagada de colonias israelíes que en época estival demandan más agua para regar o llenar piscinas. Los palestinos se ven obligados a comprar agua.
Todas las casas del campamento Aida disponen de tanques de agua para subsistir, pero no suelen ser suficientes porque en cada hogar hay más de cinco personas viviendo.
"Los israelíes y los colonos disponen de más de 300 litros per cápita e incluso de 450. Nosotros menos de 40", subraya Shada, de 26 años.
Cisjordania está plagada de colonias israelíes que en época estival demandan más agua para regar o llenar piscinas. Los palestinos se ven obligados a comprar agua.
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