Los manifestantes de Líbano reclaman la formación de un gobierno tecnócrata, la aprobación de una nueva ley electoral y la convocatoria de elecciones para renovar el Parlamento.
Líbano atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia reciente. A la aguda crisis económica que padece se une el creciente malestar popular ante la incapacidad de la clase política para abordar los retos que afronta el país. La deuda externa representa el 150% del PIB, la tercera mayor del mundo, y el déficit público superará este año el 11%. En los últimos meses, la moneda local ha perdido un cuarto de su valor y el coste de la vida se ha disparado. Por si fuera poco, Líbano acoge a un millón y medio de refugiados sirios (lo que representa el 25% de su población), cuyo retorno no se atisba al menos en el corto plazo y supone una carga más para las arcas del estado.leer más...
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