Este jueves, 7 de julio de 2011, regresará parte del contingente de internacionalistas de Rumbo a Gaza que desde el pasado 22 de junio está en Grecia esperando a embarcar en el ‘Gernika’ para zarpar, junto al resto de la Segunda Flotilla de la Libertad, con destino hacia las costas de Palestina para romper y poner fin al bloqueo ilegal israelí a la Franja.
Mientras esta parte del contingente vuela a casa, otro grupo permanece ocupando la Embajada de Grecia en España y allí estarán hasta que el ‘Gernika’ sea libre para navegar por las aguas del Mediterráneo. Otra brigada está en el puerto de Kolimvary, en la isla de Creta, custodiando nuestro barco.
La partida de la Flotilla de la Libertad puede demorarse horas, semanas o meses. No nos importa. Del pueblo palestino hemos aprendido a ser pacientes. Si allí llevan más de 60 años resistiendo heroicamente una ocupación brutal, aquí podemos esperar todo el tiempo que sea necesario para hacernos a la mar e ir a su encuentro como hombres y mujeres libres. El chantaje, los sabotajes y las artimañas ilegales no doblegarán nuestra voluntad.
Las personas que están a punto de regresar han cumplido sobradamente con el objetivo inicial que se marcó Rumbo a Gaza: poner en el primer plano de la agenda internacional el criminal cerco israelí a la Franja de Gaza y el sometimiento de todo el pueblo palestino. Vuelven para reincorporarse a sus trabajos y a sus vidas y para seguir luchando como han hecho hasta ahora, como vienen haciendo desde siempre y como lo han hecho en tierras griegas, desafiando la ilegal e injusta inmovilización de la Flotilla por parte del Gobierno de Grecia, la prepotencia del Estado de Israel, la complicidad de Estados Unidos y el cínico silencio de la Unión Europea y del Gobierno de España.
En este año de intenso trabajo, nuestra campaña ha sido la voz de Gaza y de Palestina. Y esta voz ha sonado más fuerte que nunca durante estos últimos días. Nadie se ha podido sustraer al debate: ciudadanía, medios de comunicación de masas y medios alternativos, gobernantes y representantes políticos, embajadas… Ni en el Estado español ni en el resto del mundo. Hemos vencido al mayor aliado del Estado de Israel: el silencio.
Lo dijimos en todos los lugares a los que acudimos en estos meses: la Flotilla de la Libertad no es fin en sí misma, sino un medio más de lucha en la defensa de los derechos del pueblo palestino. Cuando los sabios apuntan a la Luna, los necios se quedan mirando el dedo. Y así se han quedado los Gobiernos de Israel, de Grecia, de Estados Unidos y de la Unión Europea, que no se dan cuenta de que la solidaridad popular en torno a Palestina crece en la misma medida que su legitimidad democrática disminuye.
Y es que la Segunda Flotilla de la Libertad ha tenido la virtud de haber obligado a definirse a todos los actores involucrados y la imagen que ha dejado la mayoría deja mucho que desear.
Israel ha vuelto a evidenciar su condición de Estado delincuente, amparado por su gran cómplice, Estados Unidos.
El Gobierno griego ha sido un títere en manos de los poderosos, mientras que el silencio vergonzoso de la Unión Europea, Gobierno de España incluido, es una afrenta para aquellas personas que después de la Segunda Guerra Mundial soñaron un continente libre, democrático y en paz. Otro tanto se podría decir de Naciones Unidas, con su inane secretario general, Ban Ki-Moon, a la cabeza. Con su actuación, todos se han hecho cómplices del bloqueo de Gaza y del sojuzgamiento del pueblo palestino.
Dijimos hace un año que Rumbo a Gaza nacía con vocación de permanencia. Lo que se ha conseguido en estos meses refirma la validez de nuestra propuesta y de la iniciativa de las Flotillas. Se ha creado una sólida plataforma de trabajo desde la que ayudar a la liberación del pueblo palestino. De esa plataforma forman parte las personas que ahora regresan, las que permanecen en Kolymvari, las que partirán en breve y todas aquellas que, como dijo Santiago Alba Rico en unas palabras que se han convertido ya en señas de identidad de nuestra campaña, soplan desde tierra:
“La Flotilla no está compuesta de unos cuantos barcos; la Flotilla es inmensa, está en tierra, en todas partes; en estos barcos viajan cientos de miles de personas, millones de personas. En estos barcos viajan todas las personas que soplan desde tierra para que el viento nos lleve hasta Gaza. Que los gobiernos comprendan que la mayor parte de las y los pasajeros de la Flotilla no están en los barcos sino en tierra, es nuestro más poderoso instrumento de presión”.
Para más información:
Alejandro Fernández
Rumbo a Gaza
Tel.: (+34) 678619913
comunicacionprofesionalcyl@gmail.com
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