Estrella Galán (Madrid, 1971) es la secretaria general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) desde el año 2011. Esta antropóloga y experta en asilo e inmigración trabaja en esta organización desde el año 1999, cuando empezó su labor en la acogida de albano-kosovares tras una crisis similar a la actual. Atiende a cuartopoder.es en plena crisis humanitaria en la Unión Europea, donde desde principios del año 2015 han llegado entorno a 400.000 personas solicitando refugio. La mayor parte se han trasladado hasta Alemania y Suecia. Si seguimos con este flujo, se prevé que a final del año se pueda superar el millón de personas.
— Ayer la mayoría de los medios de comunicación europeos publicaban la impactante fotografía de un niño sirio ahogado en una playa turca. ¿Qué sintió al ver esta foto?
— Indignación, rabia y dolor. La indignación me lleva a exigir que basta de palabras, de lamentos, y pongamos ya solución a este drama que no tiene comparación a situaciones anteriores.
— Una imagen tan impactante como esta, ¿cree que puede llevar a la gente a intentar saber más sobre las causas y consecuencias del drama de los refugiados?
— La situación está siendo tan insoportable que realmente la sociedad se está empezando a levantar ante la pasividad de los estados, eso conlleva a un mayor análisis de lo que está pasando. Espero que la sociedad y los estados no se queden en la foto, que trascienda más allá del impacto ético y moral y empecemos a exigir el cumplimiento de los compromisos internacionales que se tienen con los refugiados.
— ¿Cuáles son las causas de la actual crisis de los refugiados que estamos viviendo durante los últimos meses?
— Las causas son múltiples. La situación en diferentes países de Oriente Próximo es insostenible. Libia es un estado fallido que está soportando una presión brutal de refugiados. El 80% de los refugiados está actualmente en países limítrofes a Siria. Líbano ha recibido a 1,2 millones de refugiados, Turquía a 2 millones… Y son países que tampoco están en condiciones de acoger. Si en un primer estadio los refugiados trataron de ir a países limítrofes, viendo que ahí la situación es también de extrema gravedad, necesitan llegar a un lugar seguro. Tenemos que destacar que países como el Líbano tienen un PIB 30 veces inferior al de España. La gente necesita un lugar donde poder empezar una nueva vida, donde tener una oportunidad de continuar su vida.
— ¿Qué obligaciones legales tiene la Unión Europea con las personas refugiadas y cuáles se están incumpliendo?
“En este momento hay una total impunidad en la UE: todos los estados miran hacia otro lado” |
— Se están incumpliendo importantes tratados internacionales: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Convenio Europeo de Derechos Humanos, la Convención de Ginebra, el protocolo de Dublín, la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y el Derecho Internacional que regula el mar. Por tanto, son numerosos los tratados incumplidos y en cada uno de estos convenios se establece que los estados de la Unión Europea tienen la obligación de acoger y dar protección a personas que vengan de lugares con conflictos armados o de violaciones de Derechos Humanos pese a que provengan de terceros países, de fuera de la Unión. En estos momentos hay una total impunidad, todos los estados miran hacia otro lado y nosotros exigimos que se cumplan los tratados internacionales.
— ¿Con qué condiciones, sin embargo, se encuentran las personas refugiadas que llegan a la Unión Europea?
— Lo primero que se encuentran es el fortalecimiento de todas las fronteras. Las fronteras se están convirtiendo en espacios hostiles, donde no hay seguridad para los refugiados, son un sistema perverso para fortalecer Europa que lo único que genera es que las mafias se nutran cada vez más de las necesidades de los refugiados para llegar a un país seguro.
— ¿Qué medidas urgentes se deben adoptar en Europa al respecto desde su punto de vista?
— Urgentemente lo que hay que hacer es desarrollar una nueva política de asilo e inmigración europea en la que se prioricen las personas y los Derechos Humanos en coherencia con los valores fundacionales de la Unión, que en su momento fueron la dignidad humana, la democracia y los Derechos Humanos, y que no tengan como enfoque únicamente la seguridad en las fronteras, que es lo que estamos viendo. Para ello, hay que poner en marcha una operación de rescate y salvamento eficaz en el Mediterráneo, para no volver a ver fotos como la que vimos ayer, y tenemos que poner en marcha una operación con un mandato humanitario claro. Es fundamental que en todo este proceso se habiliten vías legales y seguras, lo que la ACNUR llama correderos humanitarios, que garanticen el acceso de las personas refugiadas. Hay que reforzar los programas de reasentamiento en coherencia con el número de refugiados, de una manera solidaria. También se debe habilitar la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados, para que estas personas no se tengan que tirar al mar o elegir rutas cada vez más peligrosas donde se juegan la vida. De igual manera, tenemos que activar políticas de concesión de visados humanitarios y, en definitiva, poner en práctica la Dirección Europea de Protección Temporal en vigor desde el 2001, contemplada para emergencias humanitarias.
— ¿Con qué situación se encuentran las personas refugiadas que llegan concretamente a España?
— Las vías de entrada a Europa en estos momentos están siendo múltiples. España es también ruta de entrada de refugiados, pero comparativamente es muy inferior al resto de rutas. Frente al 61 por ciento que entraron en 2014 por la ruta de Italia y Malta, España sólo recibió un 3 por ciento de toda la inmigración irregular. A los refugiados sólo les queda la posibilidad de entrar irregularmente en la UE. España tiene un tránsito importante de refugiados que se ha incrementado en la actualidad y, en cierta medida, hay que reforzar la red de acogida española para dar cobertura a esta nueva realidad. En todo caso, nuestro análisis sobre la posición de España frente a la petición de mínimos que hizo la Comisión Europea a todos los estados miembros es que es inconcebible e inaceptable. La Comisión pedía a España que acogiera a 6.000 personas y España ha planteado que sólo puede asumir 2.700 personas. Esto deja a España en muy mal lugar y da una imagen de insolidaridad absoluta.
— ¿Qué cambios, según usted, habría que realizar en la legislación española al respecto?
— La legislación española es bastante garantista. Las dificultades fundamentales tienen que ver con el acceso al derecho al asilo, a las posibilidades de pedir protección. Por lo tanto, nosotros pedimos que se garantice el acceso y una de esas líneas tiene que ver con garantizar que las personas refugiadas puedan pedir protección internacional en embajadas y consulados sin tener que jugarse la vida cruzando el Mediterráneo. Recientemente hemos hecho una petición al Estado español para que los refugiados que están llegando, principalmente de origen sirio, por Nador, Marruecos, para entrar por Melilla, puedan solicitar en el consulado de Nador la protección internacional sin tener que apoyarse en las mafias para poder llegar a suelo español. No hace tanto tiempo que hemos visto imágenes en la valla de Melilla, esa valla terrible, donde muchos subsaharianos se juegan la vida y muchos de ellos son demandantes de protección internacional.
— ¿Tienen cifras de cuántas personas refugiadas se encuentran en el Estado español en la actualidad?
“España ha hecho poco esfuerzo en la acogida de refugiados” |
— Es muy difícil de cuantificar, ya que muchos refugiados luego se mueven por la UE y otros se nacionalizan. Tenemos un dato que dice que desde el año 1984, cuando entra en vigor la Ley de Asilo en España, hasta la actualidad, han solicitado asilo 180.586 personas. Si lo comparamos, por ejemplo, con Alemania, donde sólo en 2014 tuvieron 202.000 solicitudes de asilo, podemos ver la dimensión del poco esfuerzo que España ha hecho para la acogida de refugiados.
— ¿Qué sistema de acogida y ayudas ofrece el Estado español a los refugiados?
— El Estado español les ofrece un sistema integral de acogida durante los dos primeros años de su estancia en España para garantizar su integración en nuestro país. En la primera fase están acogidos en centros especializados, la mayor parte están gestionados por las organizaciones especializadas en asilo, que somos CEAR, Cruz Roja y ACCEM, y hay otros que son gestionados por el propio Ministerio. En esos centros de acogida se cubren todas las necesidades básicas y se hace un trabajo integral para fomentar la autonomía de estas personas para su incorporación natural a la sociedad española. Se trabaja la atención psicológica, la capacitación y formación profesional, el aprendizaje del español… Después hay una segunda fase de autonomía donde se hace un seguimiento y un apoyo a través de prestaciones sociales especializadas también, donde se pueden cubrir algunos gastos de alquiler, de suministros y manutención, hasta que algunas personas, en un plazo limitado, se pueden incorporar al mundo laboral y generar sus propios ingresos.
—¿Cuál es la labor concreta que realiza CEAR y cuáles son las necesidades prioritarias de la propia organización?
— Llevamos 36 años trabajando con refugiados. Además de la defensa y velar el cumplimiento del derecho de asilo, también trabajamos todo el proceso de integración de las personas refugiadas. En cuanto a nuestras necesidades, estamos a la espera de que se destinen fondos para actualizar el sistema de acogida español, precisamente porque ha habido un incremento de solicitudes. Lo que pedimos no es tanto financiación para CEAR, sino que el Gobierno español dé un paso al frente y asuma la cuota que le ha designado la Unión Europea para la acogida de refugiados y ahí CEAR, junto al resto de organizaciones especializadas, hemos ofrecido nuestra capacidad, experiencia y especialización para poner en marcha un sistema de acogida ágil, para que las personas que llegan puedan ser acogidas y acompañadas siempre con el presupuesto necesario para poder llevar esta tarea a cabo.
—¿Cómo valora la iniciativa de Ada Colau, seguida por otros ayuntamientos como el de Madrid, de convertir sus ciudades en “ciudades-refugio”?
— Aplaudimos este tipo de iniciativas. Estamos trabajando en una campaña para generar una red de ciudades de acogida. Aplaudimos que los pueblos muestren solidaridad con los refugiados, ya que los estados no están a la altura de las circunstancias. Nos gustaría que no fuera así, que fueran los estados los que hubieran estado a la altura de las circunstancias, pero, como no ha sido así, que la ciudadanía y los pueblos den un paso al frente para decir basta ya. Esto es un ejemplo de cómo en muchas ocasiones los gobiernos no están a la altura de las circunstancias.
—La actual crisis ha despertado un gran interés en la opinión pública. ¿Cómo puede echar una mano la ciudadanía para solucionar esta dramática situación?
— Nosotros, en primer lugar, pedimos a la ciudadanía que firme nuestra campaña #UErfanos. Esta campaña plantea una serie de decisiones concretas para resolver este drama humanitario, pedimos a la ciudadanía que firme para poder presentarlas a los estados y a la Unión Europea. En segundo lugar, queremos que los ciudadanos sigan exigiendo a los estados que cumplan con sus compromisos. Si la gente quiere colaborar más, hay espacios de solidaridad ya establecidos, como las organizaciones sociales, y estamos abiertos a que la ciudadanía se sume a nuestro trabajo y a la atención de los refugiados.
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