La pasividad de la comunidad internacional permite a las autoridades israelíes multiplicar el número de colonos. En las últimas semanas este proceso se ha intensificado en la zona de Silwan, donde viven 50.000 palestinos
EUGENIO GARCÍA GASCÓN
JERUSALÉN.- El gobierno israelí y varias organizaciones judías radicales trabajan a fondo y coordinadas para judaizar Jerusalén Este. En las últimas semanas estos esfuerzos se han intensificado en el área de Silwan, justo al sur de la ciudad antigua, donde se está multiplicando el número de colonos judíos ante la firme pasividad de la comunidad internacional.
Según fuentes palestinas, los colonos se han apropiado de 68 viviendas en Silwan. Una mención especial debe de hacerse de lo que los israelíes denominan la Ciudad de David, un proyecto aprobado por el ayuntamiento judío de Jerusalén que mezcla los mitos con la religión y la historia, con el fin de construir el “Jardín de David” a costa de la destrucción de 88 edificios en los que residen unos 1.500 palestinos.
Según fuentes palestinas, los colonos se han apropiado de 68 viviendas en Silwan. Una mención especial debe de hacerse de lo que los israelíes denominan la Ciudad de David, un proyecto aprobado por el ayuntamiento judío de Jerusalén que mezcla los mitos con la religión y la historia, con el fin de construir el “Jardín de David” a costa de la destrucción de 88 edificios en los que residen unos 1.500 palestinos.
Israel destina casi 20 millones anuales a la protección de las viviendas que ocupan en Silwan jóvenes colonos que en su totalidad son extremistas
El Gobierno hebreo destina casi 20 millones de euros anuales a la protección de las viviendas que ocupan en Silwan jóvenes colonos que en su totalidad son extremistas. Muchos de ellos son de origen estadounidense, y todos cuentan con el apoyo financiero de grupos radicales de Estados Unidos y del Gobierno israelí.
En la noche del 26 de agosto alrededor de una veintena de colonos tomaron un bloque de cinco plantas y 12 apartamentos en el barrio Batn al Hawa de Silwan. Los colonos llegaron escoltados por el Ejército y la Policía y entraron en el edificio al que previamente habían cambiado los candados y las cerraduras.
Según Ateret Cohanim, una organización judía que se dedica a adquirir viviendas en Jerusalén Este con la financiación de millonarios de EEUU, los colonos habían llegado a un “acuerdo” con los vecinos palestinos del edificio, quienes lo abandonaron “voluntariamente” después de recibir una “compensación económica”.
En la noche del 26 de agosto alrededor de una veintena de colonos tomaron un bloque de cinco plantas y 12 apartamentos en el barrio Batn al Hawa de Silwan. Los colonos llegaron escoltados por el Ejército y la Policía y entraron en el edificio al que previamente habían cambiado los candados y las cerraduras.
Según Ateret Cohanim, una organización judía que se dedica a adquirir viviendas en Jerusalén Este con la financiación de millonarios de EEUU, los colonos habían llegado a un “acuerdo” con los vecinos palestinos del edificio, quienes lo abandonaron “voluntariamente” después de recibir una “compensación económica”.
La pasividad de la comunidad internacional muestra a las claras la posición de EEUU y la Unión Europea y su dedicación a la ocupación
En las últimas semanas ha habido una gran actividad de los colonos, que han ocupado varios edificios en Silwan. Las organizaciones judías aseguran que esas casas están sobre terrenos que en el siglo XIX o en la primera mitad del siglo XX pertenecieron a judíos. Esos grupos llevan los casos ante los tribunales, que habitualmente les dan la razón.
Esos mismos tribunales dan testimonio de la política de apartheid que lo invade todo en Israel puesto que ni siquiera consideran el estatus de los terrenos o viviendas que fueron propiedad de árabes en el sector judío de la ciudad. La ley se aplica siempre a favor de los judíos y en contra de los palestinos.
La pasividad de la comunidad internacional muestra a las claras la posición de EEUU y la Unión Europea y su dedicación a la ocupación. No obstante, no se puede achacar un mayor grado de responsabilidad a Federica Mogherini, la cabeza visible de la política exterior europea, puesto que sus antecesores en el cargo obraron igual que ella y seguramente obrarán igual que ella los que le sigan.
Esos mismos tribunales dan testimonio de la política de apartheid que lo invade todo en Israel puesto que ni siquiera consideran el estatus de los terrenos o viviendas que fueron propiedad de árabes en el sector judío de la ciudad. La ley se aplica siempre a favor de los judíos y en contra de los palestinos.
La pasividad de la comunidad internacional muestra a las claras la posición de EEUU y la Unión Europea y su dedicación a la ocupación. No obstante, no se puede achacar un mayor grado de responsabilidad a Federica Mogherini, la cabeza visible de la política exterior europea, puesto que sus antecesores en el cargo obraron igual que ella y seguramente obrarán igual que ella los que le sigan.
“Estamos ante unas políticas de expulsión que tienen el objetivo claro de hacer imposible una solución política del conflicto, especialmente en la zona de Jerusalén, y todo lo que se está haciendo en Silwan estas semanas se hace bajo la dirección y la supervisión del gobierno israelí”, comenta Ahmed Rueidi, abogado y consejero del presidente Mahmud Abás para los asuntos de Jerusalén.
Sabri Abu Naab, padre de diez hijos, recibió recientemente la orden 17/7 mediante la cual el ayuntamiento le conminaba a abandonar su casa antes del 11 de agosto. La expulsión todavía no se ha ejecutado pero ocurrirá en cualquier momento. “No sabemos qué día y a qué hora vendrán a echarnos. Normalmente vienen entre las 2 y las 5 de la madrugada”, explica Abu Naab. “Como muchos de mis vecinos soy refugiado. Mi familia vivía en Jerusalén Oeste hasta que la expulsaron en 1948, cuando se creó el Estado de Israel, y se refugió en Silwan. Yo nací aquí en 1956”.
Sabri Abu Naab, padre de diez hijos, recibió recientemente la orden 17/7 mediante la cual el ayuntamiento le conminaba a abandonar su casa antes del 11 de agosto. La expulsión todavía no se ha ejecutado pero ocurrirá en cualquier momento. “No sabemos qué día y a qué hora vendrán a echarnos. Normalmente vienen entre las 2 y las 5 de la madrugada”, explica Abu Naab. “Como muchos de mis vecinos soy refugiado. Mi familia vivía en Jerusalén Oeste hasta que la expulsaron en 1948, cuando se creó el Estado de Israel, y se refugió en Silwan. Yo nací aquí en 1956”.
“Estamos ante unas políticas de expulsión que tienen el objetivo claro de hacer imposible una solución política del conflicto, especialmente en Jerusalén"
En mayo la Policía se presentó en la tienda que Abu Naab tiene en el zoco de la ciudad vieja y le exigió que pagara una multa de 2.300 shekels (algo más de 500 euros) por haber realizado obras en su vivienda sin la aprobación del ayuntamiento. A mediados de agosto la Policía volvió a presentarse en la tienda pero los vecinos echaron a los agentes, que volvieron con refuerzos de madrugada y se llevaron objetos por valor de 20.000 euros.
Mohammed Hadieh, miembro de la unidad de apoyo a las negociaciones con Israel, dice que Silwan es “una de las zonas más amenazadas de Jerusalén”. “La colonización empezó en el barrio de Wadi Helweh, donde se produjeron las primeras expropiaciones, pero luego se extendieron por todas partes y cada vez hay más colonos”.
Las calles y los callejones de Silwan están con frecuencia sin pavimento. El ayuntamiento de Jerusalén apenas proporciona servicios a pesar de que los vecinos pagan sus impuestos exactamente igual que los habitantes judíos de la ciudad. Las diferencias entre el sector judío y el sector árabe de la ciudad son inmensas, lo que contribuye a la realidad del apartheid que las autoridades aplican sin contemplaciones.
Mohammed Hadieh, miembro de la unidad de apoyo a las negociaciones con Israel, dice que Silwan es “una de las zonas más amenazadas de Jerusalén”. “La colonización empezó en el barrio de Wadi Helweh, donde se produjeron las primeras expropiaciones, pero luego se extendieron por todas partes y cada vez hay más colonos”.
Las calles y los callejones de Silwan están con frecuencia sin pavimento. El ayuntamiento de Jerusalén apenas proporciona servicios a pesar de que los vecinos pagan sus impuestos exactamente igual que los habitantes judíos de la ciudad. Las diferencias entre el sector judío y el sector árabe de la ciudad son inmensas, lo que contribuye a la realidad del apartheid que las autoridades aplican sin contemplaciones.
Los palestinos representan el 35% de la población total de Jerusalén, aunque los servicios que reciben apenas llegan al 10%, según datos del ayuntamiento
Mohammed Hadieh señala que aunque los palestinos representan el 35% de la población total de Jerusalén, los servicios que recibe apenas llegan al 10%, según datos del ayuntamiento. Esto significa que los servicios en el sector judío están sobredimensionados mientras ocurre lo contrario en el sector árabe.
Una reciente ley permite que cualquier propiedad que hace cien años fue de un judío pase a ser propiedad de cualquiera que pruebe que es suya. Esta ley solamente se pone al servicio de los judíos y no de los árabes. Rabinos radicales envían a Turquía a sus emisarios para examinar títulos de propiedad antiguos que luego presentan en los tribunales para hacerse con los edificios.
Las actividades de los colonos no excluyen ofrecer a los palestinos dinero para que se marchen de sus casas. El dinero no es un problema. En el caso de la familia Abu Naab, los colonos le ofrecieron 7 millones de shekels (más de un millón y medio de euros) para que abandonaran sus hogares, pero la familia decidió no aceptar la oferta.
Una reciente ley permite que cualquier propiedad que hace cien años fue de un judío pase a ser propiedad de cualquiera que pruebe que es suya. Esta ley solamente se pone al servicio de los judíos y no de los árabes. Rabinos radicales envían a Turquía a sus emisarios para examinar títulos de propiedad antiguos que luego presentan en los tribunales para hacerse con los edificios.
Las actividades de los colonos no excluyen ofrecer a los palestinos dinero para que se marchen de sus casas. El dinero no es un problema. En el caso de la familia Abu Naab, los colonos le ofrecieron 7 millones de shekels (más de un millón y medio de euros) para que abandonaran sus hogares, pero la familia decidió no aceptar la oferta.
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