viernes, 2 de septiembre de 2022

¿Quién responderá a las preguntas de los niños de Gaza?


 Foto: Muhammad Zaanoun, Agosto 2022 

¿Quién responderá a las preguntas de los niños de Gaza?

Hikmat Yusef, periodista palestino de la Franja de Gaza, escribe sobre el reciente asalto de Israel, los temores que evoca y su agudo impacto psicológico en los niños de Gaza
gisha.org, 15 de agosto de 2022

Los niños de Gaza han crecido demasiado rápido. El más joven de ellos habla como si fuera un anciano cansado de la vida, con la cara llena de arrugas. La vejez no se les ha subido a la cabeza porque pasen el tiempo con los adultos, sino por los repetidos ataques de Israel contra el diminuto y abarrotado enclave costero que han dejado muchos muertos y heridos.

Cada vez que termina una guerra, comienza un aluvión de preguntas de los niños de Gaza: "¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Por qué han matado a mi amigo? ¿Por qué ha resultado herida la hija del vecino?". Una y otra vez, hacen las mismas preguntas, dejándonos a nosotros, los adultos, sin palabras y sin respuestas, luchando por contener las lágrimas, ocultando un dolor que se siente tan profundo como el de toda la humanidad.

Cada ataque trae consigo peligrosas repercusiones psicológicas para los niños de Gaza, que ya están lidiando con una variedad de trastornos psicológicos e innumerables desafíos. Toda una generación está creciendo con una aterradora banda sonora de misiles y cazas F-16. Todos los niños de la Franja reconocen y pueden identificar el tipo exacto de maquinaria de guerra utilizada por Israel en sus ofensivas contra los habitantes de Gaza. Cada vez que termina un asalto israelí, las autoridades locales se ponen a trabajar para evaluar los daños causados a las viviendas, las tierras de cultivo y otras propiedades. Lamentablemente, lo que suele faltar en estas evaluaciones es el daño psicológico a las personas, a los niños de Gaza, aunque, en mi opinión, es mucho más peligroso que cualquier otra cosa.

Dada mi línea de trabajo, mi mujer y mis hijos estuvieron solos en casa durante la mayor parte del reciente ataque. Estaban abrumados por el miedo y la ansiedad, especialmente por la noche, cuando no había electricidad. Los niños estaban demasiado asustados para ir al baño solos y querían que mi mujer, que también estaba asustada, fuera con ellos. Me dijo que intentaba ocultar sus sentimientos, para demostrarles que era fuerte, para darles el consuelo y la seguridad que anhelaban mientras oían el incesante sonido de los aviones de combate volando sobre ellos.

Cada vez que oía explosiones, mi mujer me llamaba enseguida. Me llamaba para asegurarse de que yo estaba bien, pero también con la esperanza de que, al oír mi voz, nuestros hijos dejaran de aferrarse a su ropa, a la que se agarraban con miedo cada vez que una explosión sacudía la casa. Durante cada una de estas llamadas, mis hijos se lanzaban a un aluvión de preguntas: "¿Cuándo terminará la guerra? ¿Por qué hay tantas explosiones? ¿Cuándo vas a volver a casa?". Las preguntas a menudo venían acompañadas de lágrimas, llorando por el miedo a lo desconocido. ¿Seguiremos vivos cuando salga el sol o nos contaremos entre los muertos dentro de un momento?

El último asalto terminó después de 55 horas. Hice la maleta y volví a casa a primera hora de la mañana. Mis hijos estaban profundamente dormidos, su primer sueño real, no interrumpido por los sonidos de las explosiones y los ataques aéreos. En cuanto se despertaron, corrieron a mis brazos para recibir un largo abrazo. Esperaba poder darles el amor y la seguridad que tanto necesitaban después de tres días de separación forzada.

Mi mujer es muy diligente a la hora de asegurarse de que nuestros hijos no estén expuestos a imágenes de muerte y destrucción, pero ellos saben encontrar de todo en sus smartphones. Deben haber encontrado a escondidas algunas fotos de las víctimas de esta guerra, lo que desencadenó otra cascada de preguntas que no supe responder. Lo único que conseguí decirles, una y otra vez, fue: "Gracias a Dios seguimos vivos".

Nadie en el mundo puede responder a las preguntas que se hacen los niños de Gaza, las preguntas de los niños que sufren los peores tipos de violencia física y psicológica. Nosotros, los adultos, incluso con nuestra amarga experiencia de la vida, no podemos dar respuestas para consolar a las jóvenes almas marcadas por las ofensivas de Israel.

El autor de este texto es Hikmat Yusef, periodista palestino de la Franja de Gaza.

Firma la Iniciativa Ciudadana Europea de prohibir el comercio entre la UE y asentamientos de los Territorios Ocupados

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