BDS Marruecos ha obtenido un éxito rotundo en la campaña contra los dátiles israelíes lanzada con ocasión del Ramadán 2016, logrando parar su venta y haciendo que el gobierno y el parlamento del país tomen cartas en el asunto.
El consumo de este fruto seco aumenta exponencialmente durante la festividad religiosa debido a su elevado poder energético y a la tradición de romper el ayuno con dátiles y agua. Entre las muchas variedades de dátiles que pueden encontrarse en el mercado marroquí, locales o importadas, no faltaban hasta ahora los dátiles medjoul israelíes, cultivados en el valle del Jordán y que suponen una de las mayores fuentes de ingresos para las colonias sionistas de Cisjordania.
La variedad medjoul curiosamente tiene su origen en Marruecos, donde es sin embargo un tipo de producto raro, de ahí su nombre, que significa en árabe “desconocido”. A mediados del siglo pasado fueron llevados a la Palestina colonizada y sometidos a técnicas de manipulación genética para hacer de ellos un producto de gran rentabilidad. En la actualidad Israel es el mayor productor y exportador de estos dátiles. Se consideran dátiles de lujo, con un precio muy por encima de la media, lo que hace que su consumo sea más alto dentro de una determinada categoría social, así como durante el mes de Ramadán, que es más propicio para los gastos extraordinarios en alimentación.
Los dátiles israelíes entran en Marruecos por lo general de manera fraudulenta, a través de terceros países y con embalajes que ocultan o falsifican su origen. Así, una parte de los dátiles medjoul aparecen como cultivados en Sudáfrica, por ejemplo, o bien se indica el país donde está la sede social de la empresa exportadora o envasadora. Tánger, Ceuta y Melilla son puntos privilegiados de paso ilegal hacia Marruecos de estos dátiles, que cada vez tienen más presencia en el Estado español, donde también existe un boicot en marcha.
La ocultación de los orígenes es esencial para que un producto así pueda venderse en Marruecos, donde la sociedad tiende a ser solidaria con la causa palestina. La campaña de BDS se ha dirigido principalmente a los comerciantes minoristas de los barrios populares, entre los que se ha conseguido una rotunda adhesión. El representante de BDS Marruecos, Sion Assidon, afirmó haber encontrado una alta receptividad: “Después de tres visitas al mercado al por mayor, se nos aseguró que la demanda de los minoristas se detuvo después de nuestra campaña”, hasta el punto de que los dátiles israelíes desaparecieron completamente de los principales mercados de la capital económica del país, Casablanca, que junto con Rabat son las dos ciudades donde más incidencia ha tenido el boicot.
Claro que también obtuvieron réplicas ingeniosas, como la de un comerciante de Rabat que dijo saber perfectamente que los dátiles que vendía eran israelíes, “pero como yo no reconozco al Estado judío, para mí estos dátiles son producto de la tierra palestina”.
La campaña, que ya se había llevado a cabo el año pasado con resultados modestos, ha logrado esta vez llegar hasta las altas instancias del país. El gobierno de Abdelilah Benkiran anunció el 2 de junio, pocos días antes del inicio del ramadán, su decisión de prohibir la venta de dátiles israelíes y de aumentar los controles contra la importación fraudulenta. El Parlamento, por su parte, abordará la cuestión en breve, ya que Adil Tchikito, diputado del partido nacionalista Istiqlal, acaba de dirigir una pregunta escrita al ministro de Agricultura acerca de las medidas que se están tomando para impedir los fraudes de los importadores de estos dátiles cultivados en los “territorios palestinos ocupados”.
El comercio con Israel es un tema delicado en Marruecos. Las relaciones diplomáticas se rompieron formalmente en el año 2000, pero los intercambios comerciales bajo cuerda no han dejado de aumentar a pesar de la oposición de una parte importante de la sociedad. Según la revista Jeune Afrique, que cita fuentes oficiales israelíes, el comercio bilateral se triplicó entre 2014 et 2015. Las importaciones israelíes en Marruecos pasaron de 10,6 millones de dólares a 23 millones entre 2014 y 2015 (principalmente productos fitosanitarios y electrónicos), y las exportaciones a Israel pasaron de 6,6 millones a 15,6 (principalmente conservas de pescado y otros productos alimentarios).
Fuente: BDS - Madrid
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