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Después de Yenín: Una respuesta europea a la escalada en Cisjordania
Por Hugh Lovatt @h_lovatt en Twitter
Senior Policy Fellow
Policy Alert, 5 de julio de 2023
La invasión israelí de dos días del campo de refugiados de Yenín mató al menos a 12 palestinos, hirió a más de 100 y desplazó a 3.500 residentes del campo. Los funcionarios israelíes sostienen que sus acciones fueron una respuesta necesaria al activismo y militancia palestina, señalando la incautación de armas y explosivos como señales de éxito. Pero, como tristemente demuestra el atentado perpetrado ayer en Tel Aviv por un palestino de Hebrón, el restablecimiento de la "calma" y el fin de la violencia palestina siguen estando muy lejos.
Una ruta hacia la desescalada
Los mandos israelíes han dicho que el ejército volverá a Yenín. Los europeos deberían oponerse a ello. Las operaciones de Israel han creado una crisis política y humanitaria y están desestabilizando Cisjordania, donde no cesa la marcha hacia un nuevo levantamiento de la Intifada. Además, son una forma contraproducente de enfrentarse a los grupos armados. En su lugar, los europeos deben ayudar a abordar los principales factores de la escalada:
- Los europeos deben presionar más a Israel para que frene la construcción de asentamientos. Los Estados europeos deben aumentar su apoyo a los mecanismos internacionales de rendición de cuentas, como la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, que están examinando actualmente las acciones israelíes en los territorios ocupados.
- Mientras los europeos buscan apoyo global para enfrentarse a la agresión rusa, deberían considerar la oposición a las violaciones israelíes del derecho internacional como un medio importante de demostrar su compromiso con los valores que ellos mismos declaran. Esto podría ayudar a los europeos a contrarrestar las acusaciones generalizadas de doble rasero en Oriente Medio y más allá.
- La disfunción política palestina es otro factor de inestabilidad violenta. La UE y sus Estados miembros son los mayores donantes del presidente Mahmoud Abbas y su Autoridad Palestina. Deberían aprovechar esta influencia financiera para ayudar a reactivar las instituciones palestinas y fomentar un liderazgo más representativo.
- Los europeos deberían centrarse en apoyar la celebración de elecciones nacionales y avanzar en la reconciliación intrapalestina. Esto representa una vía importante para contener la creciente inestabilidad, evitar que se siga cayendo en la militarización y reforzar la perspectiva de unas negociaciones más viables en el futuro.
- 30 años de historia
El actual aumento de la violencia es, en gran parte, el resultado de las políticas de asentamientos y de la ocupación indefinida llevadas a cabo por los sucesivos gobiernos israelíes. Treinta años después del lanzamiento del proceso de paz en Oriente Medio, éstas han erosionado el horizonte político de la autodeterminación palestina. La coalición de extrema derecha liderada por el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, y su giro hacia la anexión de jure de territorio palestino ha exacerbado una situación ya de por sí deteriorada.
Las acciones de Israel de esta semana han avivado aún más la ira palestina y la resistencia popular. Tras haber sobrevivido para luchar un día más, los grupos armados de Yenín han salido reforzados en su posición nacional y con una sensación de victoria a pesar de sus pérdidas. Todo esto está aumentando la presión interna sobre Abbas y la AP.
Los dirigentes palestinos se enfrentan a una creciente crisis de legitimidad y gobernabilidad en ausencia de elecciones nacionales desde hace más de 17 años. En lugares como el campo de refugiados de Yenín dominan ahora grupos armados afiliados a la Yihad Islámica, respaldada por Irán, y al propio partido gobernante de Abbas, Al Fatah, que ocupan el espacio dejado por la debilitada Autoridad Palestina. Mientras tanto, el lanzamiento de cohetes de anoche desde Gaza, controlada por Hamás y sumida en una crisis socioeconómica que dura ya varias décadas, subraya la posibilidad de una peligrosa escalada en otros lugares.
La atención europea se ha desviado del conflicto palestino-israelí debido al recelo ante el prolongado estancamiento de las negociaciones de paz y al cambio de prioridades geopolíticas derivado de la invasión ilegal de Ucrania por Rusia. Pero, ahora que israelíes y palestinos se enfrentan a uno de los retos de seguridad más graves y de mayor alcance de las dos últimas décadas, las capitales europeas deben volver su atención a Cisjordania e intensificar sus esfuerzos de desescalada.
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