Ana Martín
Periodista
Los días 24 y 25 de septiembre de 2014, jueces, juristas, académicos, altos funcionarios de las Naciones Unidas, periodistas y destacadas figuras del mundo de la cultura, se dieron cita en Bruselas para asistir a una sesión urgente del Tribunal Russell para Palestina, centrada en la operación militar israelí en Gaza, Margen Protector.
El Tribunal -cuyo jurado está compuesto por Michael Mansfield, QC (Queen´s Counsel); John Dugard, académico de derecho internacional y ex juez; Richard Falk, ex Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas; Christiane Hessel, Presidenta de la Asociación EJE -por sus siglas en francés- (los niños, el juego, la educación) y viuda del patrocinador del Tribunal, Stephane Hessel; Radhia Nasraoui, fundadora de la Asociación Tunecina contra la Tortura; Ken Loach, director de cine; Paul Laverty, escritor; Roger Waters, músico, fundador de Pink Floyd; Ronnie Kasrils, Ex Ministro del Consejo Nacional Africano;Ahdaf Soueif, novelista egipcio; y Vandana Shiva, escritora india- examinó los crímenes de guerra perpetrados por Israel en la operación Margen protector, los crímenes de lesa humanidad y, por primera vez, el crimen de genocidio. El Tribunal también examinó las consecuencias legales y la responsabilidad que corresponde a terceros Estados.
El jurado tuvo en cuenta los testimonios de los siguientes testigos y peritos: Paul Behrens, experto en genocidio; Ivan Karakashian, Coordinador de la Unión para la Defensa Internacional de la Niñez; Mads Gilbert y Mohammed Abou-Arab, cirujanos; Coronel Desmond Travers, experto en municiones; Agnes Bertrand, Defensora en Aprodev-; Eran Efrati, ex soldado israelí; Michael Deas, Coordinador en Europa de la Campaña Palestina para el Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel (BDS); y Mohammed Omer, Martin Lejeune, David Sheen, Max Blumenthal y Paul Mason, periodistas, presentes en Gaza durante la Operación. El caricaturista de The Guardian Martin Rowson fue el ilustrador de la sesión. El director del Centro Plaestino de Derechos Humanos, Raji Sourani, y el cineasta Ashraf Masharawi no pudieron asistir porque les negaron la salida en la frontera egipcia de Rafa (http://www.humanite.fr/deux-temoins-palestiniens-empeches-de-se-rendre-au-tribunal-russell-552769#sthash.RDWOSlQ6.dpuf)
Tras una noche de deliberación, el Tribunal Russell para Palestina concluyó que en Gaza se han cometido los siguientes crímenes de guerra, además del de incitación al genocidio: homicidio intencionado, destrucción de bienes no justificada por necesidades militares y ejecutada a gran escala, ataques intencionados contra la población civil en tanto que tal o contra civiles que no participaban directamente en las hostilidades, utilización desproporcionada de la fuerza, ataques intencionados contra edificios religiosos, escuelas y hospitales que no son objetivos militares, empleo de armas, proyectiles, materiales y métodos de guerra destinados a causar males superfluos y sufrimientos inútiles, o a atacar sin discriminación violando el derecho internacional relatico a los conflictos armados y utilización de la violencia con el objetivo de extender el terror entre la población civil.
En cuanto a los crímenes contra la humanidad, el tribunal ha encontrado asesinatos, persecución y exterminio, y ha dispuesto de pruebas que demuestran la intensificación de la retórica racista y la incitación a la violencia durante el verano de 2014, en diferentes niveles de la sociedad israelí: en los medios tradicionales o sociales, así como en oficiales de policía, líderes religiosos, representantes públicos y adictos del fútbol entre otros.
Además, el jurado añadió: “Nos tememos sinceramente que en un ambiente de impunidad y ausencia de sanciones por crímenes graves y repetidos, las lecciones de Ruanda y otras atrocidades masivas sean papel mojado”.
Finalmente, el Tribunal ha pedido a Israel a respete sus obligaciones en materia de derecho internacional y a Palestina que acceda inmediatamente al Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, y ha recordado que es deber de los estados terceros cooperar para terminar con la situación ilegal creada por la ocupación, el bloqueo y los crímenes cometidos en la Franja de Gaza. También ha pedido a la Unión Europea que adopte sanciones contra Israel, en la línea de sus medidas restrictivas para otros países, con el fin de conseguir los objetivos de preservar la paz, reforzar la seguridad internacional y respetar los derechos humanos.
Breve historia del Tribunal Russell
El Tribunal Russell (llamado así en homenaje al matemático, filósofo, político y moralista Bertrand Russell) celebró su primera sesión en Estocolmo, en 1967, bajo la presidencia de Jean-Paul Sartre, y en aquella ocasión estudió la impunidad de estados Unidos en la guerra de Vietnam. Su objetivo era «pronunciar un juicio moral en los casos en que las leyes en vigor no consienten procesos y juicios normativos”. Tuvo un impacto importante en la opinión pública internacional y promovió un trabajo riguroso y serio de expertos sobre los crímenes cometidos por Estados Unidos, con el apoyo de una fuerte mediatización gracias a la participación de intelectuales y artistas reconocidos y respetados.
En los años 1970, el Tribunal Russell II, presidido por el abogado y político socialista italiano Lelio Basso (fallecido en 1978), celebró tres sesiones en Roma, Bruselas y de nuevo Roma, para pronunciase sobre la impunidad que disfrutaban los autores de crímenes contra la humanidad en América Latina (Brasil, Argentina y Chile).
En cuanto al Tribunal Russell para Palestina, se creó en 2009 sobre los modelos anteriores, con el patrocinio de Stephan Hessel (autor de Indignaos, fallecido a los 96 años en 2013) y basa su acción en el derecho internacional y en los dictámenes del Tribunal Internacional de Justicia y las resoluciones de Naciones Unidas. Es un tribunal de opinión, creado para “movilizar a las opiniones públicas para que Naciones Unidas y los estados miembros adopten las medidas indispensables para terminar con la impunidad del estado de Israel y para llegar a un arreglo justo y duradero del conflicto”. Las primeras sesiones se celebraron los días 1,2 y 3 de marzo de 2010, en Barcelona. La de 2014 es la quinta sesión celebrada en los últimos cinco años. Las anteriores examinaron la complicidad de Naciones Unidas, la Unión Europea y las empresas, así como el crimen de “apartheid”.
Declaración final
En la declaración final, el Tribunal Russell para Palestina, reunido de urgencia en septiembre de 2014 expone: “Durante el conflicto, la población civil se ha visto expuesta a todas las atrocidades de la guerra: ningún lugar donde refugiarse o huir, ninguna organización internacional que pudiera protegerles, ningún derecho capaz de servir de escudo contra las masacres, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad (…)
“…Este tribunal es una contribución a la larga lucha por la edificación y consolidación del derecho internacional. Somos los depositarios de ese derecho que las generaciones han contribuido a forjar para que sea la expresión de valores humanos y universales. Las generaciones futuras nos juzgarán sobre el estado en que les leguemos este derecho. El derecho internacional no puede ser un instrumento de la política de dos pesos, dos medidas. Su credibilidad se basa en el hecho de que se impone cualquiera que sea la identidad de quienes lo violan y de las víctimas de las violaciones(…)
«Por este motivo, el Tribunal Russell para Palestina es un acto ciudadano. Intelectuales, militantes de la paz, juristas, políticos, miembros de organizaciones internacionales… todos han respondido a la llamada para aclarar las responsabilidades que incumben a nuestros gobernantes. No basta con denunciar la violación del derecho, hay que trabajar para acabar con ella. Y nuestros gobernantes no solo destacan por su falta de acción sino que también contribuyen a veces, directa o indirectamente, a que la ilegalidad se eternice (…).
“Por eso, este tribunal es también una piedra importante, aportada por gente de todo el mundo, para el edificio de la paz. La ocupación es el principal obstáculo a una paz justa y duradera en Oriente Próximo. La impunidad permite que la ocupación perpetúe, arruina la perspectiva de un estado palestino viable, prolonga la injusticia y conduce inexorablemente a la violencia. Dirigiéndonos contra esa impunidad, contra la continuación de una injusticia que dura desde hace 60 años, trabajamos para que la región tenga un futuro distinto con el fin de que palestinos e israelíes (…) así como el conjunto de los pueblos de la región, puedan disfrutar de un futuro de paz, coexistencia y seguridad”.
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