29 May Al Nabka. Palestina libre. Free Palestina
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Artículo 2
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición.
Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona.
Podríamos seguir incumpliendo artículos de la
Declaración Universal de Derechos Humanos cuando hablamos de Palestina. Desde
1948, cada 15 de mayo se conmemora Al Nakba o la “Catástrofe”, donde más de 750
mil personas palestinas fueron expulsadas, miles asesinadas, y sus hogares
destruidos en un acto de limpieza étnica tras la creación del Estado de Israel.
Pero la Al Nakba no terminó en 1948 sino que continúa hasta el día de hoy.
Tras 74 años sigue el genocidio, la masacre, el robo
continuo por parte de Israel de tierras para los asentamientos israelíes, la
destrucción de viviendas y tierras agrícolas palestinas. Cada poco nos llegan
aterradoras noticias. Quizá no les prestamos atención de tan habituales, pero
la semana pasada dos jóvenes murieron asesinados por los soldados israelíes y
lo peor, las fuerzas de ocupación impidieron en ambos casos sus funerales
arrollando a la multitud que los acompañaba.
Uno de ellos fue en la ciudad de Jenin, donde el 11 de
este mes de mayo mataron de un certero disparo en la cabeza a la periodista
Shereen Abu Aqleh. En este caso, la repercusión fue mayor que en los
anteriores, pues Israel violaba con este acto execrable, no solo los derechos
humanos, sino todos los tratados internacionales y la más elemental
humanidad. Asistimos en directo a su ejecución, pese a ir perfectamente
identificada como periodista… o precisamente por eso, pues Shireen se había
ganado a pulso ser el icono del periodismo palestino y era sobradamente
conocida por su presencia habitual en los medios.
Hemos visto cómo el ejército israelí golpeaba a
quienes portaban su féretro y cómo aguantaron la brutal carga policial,
evitando que el ataúd cayera al suelo. Y mientras esto sucedía, mientras miles
de palestinos dejaban sus casas para despedir a la periodista, decenas de
colonos israelíes corrían con colchones y pertenencias para ocuparlas, como
vienen haciendo desde hace décadas con total impunidad.
Ni derechos de los vivos, ni respeto a los muertos.
La respuesta de la comunidad internacional, cómplice
de la barbarie sionista, fue tibia y descafeinada. ¿Dónde están las sanciones?
¿Dónde las resoluciones de la ONU condenándolo? Dicen que Eurovisión es un
evento apolítico, por eso multaron en 2019 a Islandia por sacar una bandera
palestina. Ya vimos este año con la expulsión de Rusia lo apolítico que es. Y
ahí sigue Israel, con las manos manchadas de sangre y absoluta impunidad, sin
que nadie se cuestione su derecho a estar.
Pero 74 años después, también siguen la lucha y
resistencia popular ante tamaña injusticia. Supliendo la falta de
reconocimiento político de la causa palestina, será la sociedad civil,
organizaciones y asociaciones pro palestinas quienes organicen las
manifestaciones de duelo, las marchas y concentraciones de apoyo como esta.
La hipocresía de nuestros gobernantes impregna a los
medios, a la justicia y a la policía, que se posicionan en bloque a favor del
estado genocida de Israel. Recordad estos días pasados las de Bilbao, con los
ultras sionistas de la Final Four, quemando banderas palestinas y
provocando altercados. ¿Y quiénes pagaron el pato y acabaron apaleados y
detenidos? Como pasó en Asturias con los 9 del Jovellanos, los que apoyaban la
causa palestina.
Shireen no será la última, Israel ha asesinado ya a 55
periodistas en la Cisjordania ocupada. Pero no podrá ocultar eternamente la
verdad, por más que la empañe con mentiras. El informe más reciente de Amnistía
Internacional, declara a Israel culpable del crimen de lesa humanidad del
apartheid, y describe los asesinatos de palestinos por parte de Israel como
“sistemáticos, ilegales y arbitrarios”. Detalla cómo el régimen del apartheid
de Israel ha tratado sistemáticamente a los palestinos en todas partes como un
“grupo racial inferior”, negándoles los derechos humanos básicos y mostrando
“un desprecio impactante” por sus vidas.
Palestina merece todo nuestro apoyo, toda nuestra
solidaridad. Hoy nuestras voces se suman al coro que en todos los países clama
justicia y libertad, por que solo el pueblo puede salvar al pueblo palestino.
¡Puxa Palestina llibre!
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