Generalmente, el Gobierno Regional del Kurdistán no suele informar de las operaciones llevadas a cabo por sus peshmergas, sin embargo, el pasado 23 de enero difundió a través de su portal oficial en Internet una noticia que revelaba un verdadero vuelco en la situación de Mosul, capital del Estado Islámico y epicentro del movimiento yihadista para el resto de Irak.
De acuerdo con este comunicado, las fuerzas kurdas habrían cortado la única carretera importante que comunica Mosul con la frontera siria y, por lo tanto, con el vasto territorio bajo administración del denominado Califato en ese país. Concretamente, la información explicaba que se había cortado la ruta entre Mosul y Tal Afar a la altura de Kiske. Este lugar forma un estratégica bifurcación a medio centenar de kilómetros de Mosul que comunica con Siria por la altura de la provincia de Deir er Zor.
Igualmente habrían ocupado varias aldeas apenas a una veintena de kilómetros de la ciudad. De hecho, por primera vez desde que el pasado mes de junio el Estado Islámico de Irak y Siria se hiciera con el control de la segunda metrópoli iraquí, han conseguido bombardear la ciudad, lanzando una andanada de cohetes Grad sobre un punto del barrio de Zuhour debido a que se estaba llevando a cabo una concentración de tropas.
Esto quiere decir que Mosul queda prácticamente aislado a excepción de la zona sur, por donde sale la carretera que se dirige hacia Bagdad, ruta igualmente amenazada por la aviación aliada.
Este hecho, los sucesivos reveses militares en torno a la ciudad, en la región de Kirkuk y, sobre todo, la reciente derrota en Kobani (Siria) han llevado a la cúpula del Estado Islámico a prepararse para una batalla sobre Mosul que parece inevitable, tomando unas medidas que muestran el creciente nerviosismo de los dirigentes yihadistas.
De acuerdo con una crónica difundida por la agencia Reuters citando a informadores dentro de la ciudad, el Estado Islámico se ha planteado incluso cavar una fosa que rodee toda la ciudad. En concreto, se habría negociado con una empresa constructora la excavación de la zanja, pagando en torno a los 4.000 dólares por cada kilómetro realizado. Otra muestra de ese nerviosismo sería la orden leída durante la plegaria de ese mismo viernes 23 de enero para que todas las personas mayores de 15 años se unieran al esfuerzo defensivo de la ciudad.
Claro indicio de los crecientes problemas que el Estado Islámico está teniendo para controlar la situación interna de la ciudad sería la verdadera orgía de terror desencadenada en las últimas semanas, poniendo en marcha una oleada de ejecuciones sin precedentes.
Varias personas habrían sido asesinadas después de que en algunos barrios las banderas negras del Estado Islámico hayan sido retiradas clandestinamente por desconocidos. Otros trece jóvenes habrían sido ahorcados por haber visto en televisión el partido Irak-Jordania debido a que el fútbol está prohibido, mientras que un número similar de yihadistas habrían sido ejecutados por no haber presentado suficiente resistencia al avance de los peshmergas y dos más por haberse quedado con bienes de familias cristianas confiscados previamente por el Estado Islámico.
Pero los casos más espeluznantes han sido difundidos por el propio Centro de Información del Estado Islámico en Nínive (ISNIC). En una serie fotográfica se ve cómo hombres enmascarados lanzan desde uno de los edificios más altos de Mosul a dos jóvenes acusados de ser homosexuales. La primera imagen muestra cómo el primero de ellos, con jersey rojo y pantalones verdes, es lanzado al vacío, y en otra se ve asegundo, con vaqueros y cazadora, cayendo mientras se puede apreciar al fondo, en la calzada, el cuerpo de su compañero.
Aún, si cabe, resulta más atroz la lapidación de una mujer acusada de adulterio. Enfundada en un chador negro, la mujer condenada a muerte espera la sentencia que lee un clérigo mientras otros yihadistas ondean la bandera del Estado Islámico. Una segunda instantánea recoge elmomento de la lapidación y en una tercera se puede ver el cuerpo de la mujer en el suelo cubierto con un plástico azul.
De acuerdo con informadores del Partido Democrático del Kurdistán dentro de Mosul, también habrían sido lapidadas dos jóvenes por rechazar el nikah, un matrimonio temporal solamente aceptado por algunas interpretaciones del islam. En algunos lugares –por ejemplo, en Irán-, el nikah sirve para dar carta legal a lo que en realidad es una forma de prostitución.
En Mosul, sin embargo, el nikah está siendo utilizado para satisfacer las necesidades sexuales de los combatientes, por lo que se pide a jóvenes musulmanas que se casen temporalmente con los milicianos. Si las mujeres elegidas rechazan estos matrimonios, pueden ser detenidas y encarceladas. De acuerdo con estas informaciones, al menos siete jóvenes habrían sido llevadas a la base de Ghazlan, donde, tras ser condenadas, habrían sido asesinadas igualmente a pedradas.
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