La tasa de desempleo más alta del mundo se encuentra en la Franja de Gaza, y se agudiza con las mujeres, pues solo 15 por ciento de ellas tiene empleo, y en un principio, ocupan trabajos destinados a hombres, como pescadoras, herreras o conductoras de autobuses.
Foto: Archivo
Esa situación ha llevado a que las mujeres rompan las normas sociales y se desempeñen en labores antes reservadas a los hombres para llevar algo de comer a sus familias.
Ayesha Ibrahim, de 37 años de edad se dedica a la herrería con ayuda de dos de sus hijas en edad adolescente. Es la única herrera en Gaza, y con su trabajo contribuye al sostenimiento de sus siete hijos en total.
Ya cumplió 20 años en el oficio, el cual desempeña también su marido. Ambos recolectan piezas de metal de las calles y de las casas destruidas por los enfrentamientos con el ejército de Israel.
Con esas piezas fabrican hachas, cuchillos, enseres de cocina, anclas y todo tipo de artículos, cada uno de los cuales puede demandarles hasta tres días en su fabricación, para luego venderlos.
Cada artículo es vendido en un precio promedio de 1.60 dólares, y pueden vender en total cinco a seis dólares diarios.
Carece de un lugar adecuado para trabajar, pero también de la ayuda que proporciona Naciones Unidas, ya que no pueden demostrar que son refugiados, población a la que se destina la ayuda.
Casada desde los 15 años de edad, el oficio de herrera le llegó a Ibrahim por vía paterna, y ya desde niña vendía los artículos que fabricaba su padre, señala entrevistada por la cadena qataría de noticias Al Yazera.
Madleen Kullab se enfrenta a diario al incierto dilema de todo pescador: no sabe si regresarás del mar, al cual sale desde el puerto de Gaza. Hay muchos riesgos, pero lo tengo que hacer, dice.
Desde hace una década, cuando tenía 22 años de edad, Kullab reemplazo a su padre enfermo de mielitis que lo incapacitó en el oficio y como sostén de la familia.
Junto a la pescadora salen al mar sus dos hermanos cada madrugada, entre las 3:00 y las 5:00 de la mañana, en busca de sardinas, una de las pocas especies que puede pescar ante la orden israelí de no alejarse más de seis millas naúticas, unos 11 kilómetros.
La pesca es una de las actividades económicas más castigadas en la Franja de Gaza, pues se estima que los pescadores deberían de ir más allá de las 10 millas naúticas para mejorar la diversidad de especies.
En el año 2000 había alredededor de 10 mil pescadores, pero el año pasado no pasaben de cuatro mil. Es común que vivan a base de préstamos y que durante el invierno no salgan por el clima, señala a Al Yazera.
Aunque ya comunes en varias partes del mundo, en Gaza sigue como novedad una conductora de autobús. Se trata de la "tía Salwa", la primera mujer que manejó un autobús en la Franja y que transporta alumnos de un jardín de niños.
Su jornada empieza en días escolares a las 6:30 en un minibús modelo 1989, en el cual transporta a los niños a la escuela que abrió hace 12 años junto con su hermana.
Al principio contrató a un chofer, pero decidió asumir la tarea ante la queja de que era impaciente con los infantes o que llegaba tarde por ellos y luego al colegio.
Ahora ha cumplido cinco años en esta labor, la cual realiza hablando en inglés a sus pequeños pasajeros, quienes la saludan en la misma lengua.
Es extraño para la gente verme manejando, pero luego de que se enteran de mi historia, son los primeros en animarme, dice Srour.
Fuente: Notimex - México
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