JERUSALÉN / AL-QUDS - NO HAY SEGURIDAD POSIBLE BAJO OCUPACIÓN, APARTHEID, COLONIALISMO Y LIMPIEZA ÉTNICA
Dúnia Camps-Febrer, Max Carbonell Ballestero
Centre Delas, Informe 67, Securitación en las ciudades. Capítulo 5, Jerusalén
That’s how myths are made: erosion, corrosion,
drop by drop, doggedly, bitterly
they draw memory out. You don’t know how bitter it is to search
a map for a memory and find a cadaver. Maya Abu Al-Hayyat
La ciudad de Jerusalén (AlQuds, en árabe) es la capital de Palestina, actualmente bajo la ocupación israelí. La población local de esta ciudad milenaria ha sido compuesta históricamente por una gran diversidad de pueblos, mayoritariamente árabes, y de religiones diversas.122,123 Aun así, el inicio de la Nakba (o catástrofe, en árabe) en 1947 supone un salto adelante en el proceso de colonización de Palestina por parte del sionismo, en un proceso que empezó a finales del siglo XIX. La elección de Palestina como la tierra donde el sionismo “creó” el estado de Israel no es al azar, sino que se debe a factores diversos. Si bien el sionismo se planteó otras opciones para su proyecto colonial, la importancia estratégica de la región del Próximo Oriente para el imperialismo occidental, el papel del gobierno británico –que ocupó Jerusalén desde el 1917 y ostentó el “Mandato” sobre aquella tierra desde 1920– o la importancia religiosa por el judaísmo de varios lugares hicieron de Palestina el territorio escogido para el proyecto de creación nacional judío. Todo y los inicios no-religiosos del sionismo, la importancia religiosa de la zona sirvió para justificar en parte la creación de Israel en aquel lugar, a partir de la construcción de la narrativa “una tierra sin pueblo, por un pueblo sin tierra”.124 Esto, junto con el sufrimiento indescriptible que el pueblo judío había sufrido en Europa, y especialmente con el Holocausto a manos de la Alemania nazi, ayudó a asegurar el silencio occidental en el proceso de limpieza étnica que se inició en 1947.
Desde entonces, Jerusalén ha estado en el centro de la cuestión, tanto por su importancia simbólica y política para el sionismo (y, obviamente, para los palestinos) como por su posición estratégica en el centro del territorio palestino. El Plan de Partición de Naciones Unidas de 1947 que pretendía dividir Palestina, establecía también un mandato internacional sobre la ciudad, considerada como un corpus separatum. Con la guerra de 1948, Israel ocupó Jerusalén Occidental,125 mientras que Jordania, entonces Transjordania, ocupaba la zona oriental, que incluía toda la Ciudad Vieja. Más adelante, con la guerra de 1967 y la ocupación ilegal que realizó el estado de Israel de la parte que no ocupaba de Jerusalén, Cisjordania, Gaza y los Altos del Golán, Jerusalén Este pasó a estar bajo ocupación militar del ejército de Israel, y así sigue, bajo ocupación militar, más de 76 años después, anexada de forma ilegal por Israel.126 Pero no tan solo eso, sino que el sionismo ha desplegado desde antes incluso de la Nakba y también después un colonialismo de asentamientos que sigue robando tierras a los Palestinos y ha ido perfeccionado un control autoritario, intensivo, sistemático y violento de toda la población palestina, en el que organizaciones de derechos humanos y la propia ONU califican de régimen de apartheid.127
En este informe se estudian ejemplos de procesos de securitización y militarización de algunas ciudades. Se abordan casos donde encontramos el refuerzo del autoritarismo (policía, ejército, paramilitares), el despliegue de herramientas de control, vigilancia y represión y de narrativas de alterización, miedo, excepcionalidad, etc., todo para garantizar que el marco securitario se impone sobre otras alternativas y se mantiene y refuerza el statu quo. Aun así, el caso de Jerusalén (y Palestina) es tan diferente al de otros lugares la aproximación sobre securitización, sin incluir las estructuras raciales y coloniales queda limitado.128
5.1 JERUSALÉN E ISRAEL. EL PROYECTO COLONIAL SIONISTA Y LA SECURITIZACIÓN
La noción de ‘securitización’, pero, podría ser problemática para el caso de Jerusalén, puesto que las vidas de la población jerosolimitana palestina han estado bajo sospecha y controladas en el marco del proyecto colonial sionista,129 ya desde antes de la creación del estado de Israel en 1948, y con una fuerte intensificación posterior a su (total) ocupación por Israel en 1967. El proyecto de sustitución demográfica que comporta el colonialismo de asentamiento, tanto en la Ciudad Vieja como en los barrios de Jerusalén Este, va mucho más allá de un proyecto de securitización como los que se describen en relación con otros lugares, incluyendo las ciudades aquí analizadas. En este sentido, la amenaza que sirve para securitizar es la propia población palestina que habita, y que va siendo expulsada de allá. No hay estado de “políticas normales” a las que volver mediante una aproximación securitaria porque el estado de “normalidad” se trunca desde antes130 de la propia creación del estado de Israel, y el proyecto sionista a que responde, que busca “maximizar la geografía (israelí), y minimizar la demografía (palestina)”.131
El sionismo sitúa ya desde un inicio la narrativa de una Jerusalén como “capital eterna, indivisible” del estado de Israel y el pueblo judío. Una narrativa que después va acompañada de una estrategia y acciones de segregación, expulsión o militarización como la construcción y extensión del muro de separación, la política de creación y ampliación de asentamien- tos, la demolición y robo de casas, la modificación de los límites municipales establecidos, la negación del derecho de ciudadanía en la población árabe que vive en Jerusalén, la negación sistemática a acatar las resoluciones internacionales,132 la proliferación de dispositivos de control y vigilancia de los palestinos, la introducción de leyes racistas y segregadoras contra los palestinos, y un largo etcétera.133
Estas acciones o medidas, pero, no tienen la condición de “temporalidad” propia de un estado de excepcionalidad sino que se introducen, se mantienen y se amplían en coherencia con los objetivos iniciales del proyecto sionista. Como mucho, si hace falta, se modulan y se ocultan bajo la propaganda sionista que apuntala la narrativa, por un lado, de un pueblo escogido y un estado etnonacionalista judío con una capital sagrada en Jerusalén, y por el otro de una amenaza terrorista constante proveniente de los palestinos, los árabes y cualquiera que cuestione el estado de Israel o las consecuencias de sus políticas. Cómo decíamos, la presencia palestina en su tierra y su capital, que se resiste a abandonar después de más de 76 años de violencia israelí, nos sitúan en un caso “extremo” de securitización.
La concepción del estado israelí como ‘hogar del pueblo judío’ y herramienta para garantizar su existencia continuada incluye de forma implícita una deriva se-curitaria.134 Israel -como etnoestado judío- y el sionismo se presentan como proyecto modernizado/ dor, como la “única democracia en el Oriente Medio” y portadores de los valores civilizadores de occidente encarnados en la identidad judía-israelí. La seguridad nacional es entendida como la seguridad del pueblo judío, y no de los ciudadanos del estado (israelí) y el grupo mayoritario dominando (en Israel y Jerusalén) es considerado el más leal. Por el contrario, a las antípodas encontramos la población palestina, construida como “alteridad”, conceptualizada como subdesarrollada y atrasada y que conforma una amenaza existencial para la seguridad nacional, el estado israelí y el pueblo judío y la sociedad misma.135 Y son estas narrativas, que toman cuerpo en discursos, declaraciones de políticos, campañas a los medios o incluso en leyes, las que preparan el terreno por las subsecuentes prácticas securitarias.
“En un estado definido por un carácter étnico exclusivo, que es constantemente reificado por el conflicto continuado, la securitización de los grupos minoritarios parece inevitable”.136
Como que la amenaza es persistente, puesto que los palestinos no quieren abandonar su tierra, la respuesta securitaria y el sentimiento de urgencia o excepcionalidad tienden a institucionalizarse.137 La narrativa sionista es un componente necesario, central, de las políticas de segregación y expansión ilegal de Israel hacia la Jerusalén Este ocupada y la represión de los palestinos que habitan.138 Y ante esta lectura de los palestinos como amenaza, el siguiente paso es el uso de la narrativa del “terrorismo” para describir, identificar o señalarlos a ellos, sus aliados y cualquier tipo de resistencia al proyecto sionista. Es un discurso de deslegitimación y deshumanización utilizado a menudo para racionalizar y justificar precisamente un tipo de violencia política contra civiles inocentes contra la que dicen luchar.139 Un caso extremo de esto lo vemos en la actual ofensiva genocida de Israel sobre Gaza, que ha ido acompañada de discursos y retóricas de deshumanización por parte de políticos, militares y periodistas, entre otros, al límite de manifestar y explicitar la voluntad de “borrar los palestinos de la tie- rra”, convertir Gaza en un “matadero”, considerarlos como “animales humanos”.140,141
En el caso de Jerusalén, por ejemplo, la mayoría de palestinos y palestinas que viven no tienen la ciudadanía israelí, sino que son registrados como residentes de la ciudad.142,143 De acuerdo con las leyes israelíes, están desprovistas de derechos políticos -como el derecho a voto- y están obligadas a demostrar constantemente su arraigo y actividad en la ciudad para no ser desposeídas de la condición de residentes.144 A través del análisis de las leyes podemos ver como las ideas de seguridad del proyecto sionista acontecen un elemento institucionalizado en la arquitectura legal, jurídica e institucional del estado de Israel y su capital. Desde el 2001 la Knesset israelí ha aprobado al menos 20 leyes discriminatorias o que “desfavorecen” la minoría palestina a Israel.145 De hecho, tal como denuncia Human Rights Watch en su informe sobre el apartheid israelí de 2021, la “autoridad (israelí) gobierna a todos los israelíes judíos en Israel y en los territorios ocupados (incluida Jerusalén Este) bajo un único cuerpo de leyes (el derecho civil israelí) y, para garantizar su dominio, discrimina estructuralmente los palestinos y los reprime de una manera u otra en diferentes zonas en cuestiones como la seguridad del estatuto jurídico y el acceso a la tierra y los recursos” y “concede a los israelíes judíos privilegios que niega a los palestinos y priva a los palestinos de derechos fundamentales por el hecho de ser palestinos”.146 En este sentido, “el efecto acumulativo del proceso legislativo sirve y con- tribuye a securitizar la identidad de los palestinos.147
5.2 MECANISMOS, MEDIDAS Y PRÁCTICAS SECURITARIAS: EL URBICIDIO148,149 DE JERUSALÉN
Desde que en 1967 Israel ocupó y anexó ilegalmente Jerusalén Este, la capital y toda su región metropolitana están bajo control del estado de Israel. Esto incluye la Ciudad Vieja y los barrios mayoritariamente palestinos de Silwan, Azariyya, Sheikh Jarrah o Bab al-Zahara. Desde entonces, Israel ha podido hacer y deshacer de forma unilateral a pesar de las resoluciones de la ONU y las quejas de la sociedad civil palestina, de organizaciones de derechos humanos y la mayoría de la comunidad internacional. Dada la importancia política, religiosa, simbólica y estratégica de Jerusalén, esta ciudad ha sido una de las prioridades del proyecto sionista y el estado que lo encarna y han puesto en práctica todo tipo de políticas de planificación especial segregadora, demoliciones, desahucios y discriminación en el acceso a la vivienda o servicios sociales básicos, redefinición de los límites del término municipal, implementación de nuevas tecnologías de vigilancia masiva, espionaje y control tecnológico de la población palestina, proliferación de asentamientos ilegales, segregación y control de la movilidad con centenares de check points, limitación de la libertad de culto y ataques a espacios/símbolos religiosos, etc.
Israel ha convertido Palestina y su pueblo en un laboratorio de pruebas de herramientas de ocupación, segregación, control y sometimiento de la población. En los últimos 50 años, el estado sionista ha desarrollado “una enorme cantidad de herramientas y tecnologías para mantener esta ocupación: aviones no tripulados, programas espía, recopilación de datos biométricos, sistemas de reconocimiento facial, y todo este tipo de cosas”, tal como describe Antoni Loewenstein en su libro “El Laboratorio Palestino”.150 Muchas de estas herramientas y tecnologías han sido probadas en Jerusalén, usando los palestinos como conejillos de indias y aprovechando la experiencia acumulada para venderlas como “probadas en combate”.151
A continuación, analizaremos brevemente algunos de los elementos securitarios de Israel aplicados en la ciudad de Jerusalén y su área metropolitana. Como se verá, hay elementos de securitización de carácter inmóvil (como pueden ser el muro o los check points fijos, las demoliciones o los asentamientos, o las cámaras), de carácter móvil (como las patrullas y raids) y sistemas dirigidos al seguimiento, control y vigilancia de los palestinos a distancia (control biométrico, software espía, monitorización de redes sociales, etc.).
5.2.1 EJÉRCITO, POLICÍA, COLONOS: LA OCUPACIÓN ES COSA DE TODOS
En toda el área metropolitana de Jerusalén hay desplegada una gran cantidad de efectivos militares y policiales. No en vano Jerusalén Este está ocupado militarmente con todo lo que esto supone en cuanto a presencia de soldados del ejército armados, tan- quetas, torres de control, vigilancia aérea, etc. Además, la policía está muy militarizada y organizaciones de derechos humanos israelíes como B’Tselem han denunciado su uso sistemático de la violencia contra la población palestina como “parte de la política de Israel [...] para asegurar la supremacía judía en la ciudad”.152 Los cacheos, las detenciones y la brutalidad policial están al orden del día, sobre todo para los hombres palestinos más jóvenes, y desde el 7 de octubre la persecución se ha incrementado, en su punto que la percepción de los palestinos es que no “hay un solo hombre palestino en Jerusalén que no haya sido apaleado por la policía”.153,154 De hecho, la policía y el ejército llevan a cabo incursiones y vareos, abusos en los controles y otras estrategias de forma rutinaria, que a veces medios israelíes como Haaretz han llegado a calificar de propias de una estrategia de “castigo colectivo”.155
Pero estas prácticas no se limitan a policía y ejército, sino que también tienen un papel destacado la ciudadanía judía israelí y los colonos y colonas156 en Jerusalén Este. De hecho, hay una política activa de armar la población colona,157 sobre todo desde el año 2014, después de la llamada intifada al-afrad158 y todavía más después de los ataques de Hamás y otros grupos palestinos el 7 de octubre de 2023 y del inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza que actualmente está siendo investigada como crimen de genocidio por el Tribunal Penal Internacional.159,160
En cada momento de protesta o resistencia, pues, se activan todas las fuerzas israelíes, militares, policiales y civiles, a la vez que escalan e intensifican las detenciones masivas, a menudo basadas en algoritmos que controlan las redes sociales de la población palestina.161 Después del 7 de octubre del 2023 también ha aumentado el nivel de militarización en la ciudad, con el despliegue de miles de policías en la Ciudad Vieja y los barrios del alrededor y medidas como la cancelación de todos los permisos militares para que las palestinas de Cisjordania pudieran entrar en la ciudad.162
Un par de elementos importantes a destacar aquí. Por un lado, el grado de colaboración entre policía y ejército y la población judía israelí, especialmente la colona. Los primeros actúan protegiendo a los segundos, garantizando a menudo su seguridad cuando realizan ataques sobre la población palestina y a la vez se abstienen muy a menudo de investigar, detener y denunciarlas. Por otro lado, la impunidad de la que disfrutan los movimientos violentos de colonos a la hora de actuar delictivamente y abusivamente con- tra la población palestina, aunque sean ciudadanos israelíes. Esta impunidad se da no solo a nivel policial sino a nivel jurídico. Las acciones delictivas contra las palestinas por parte de policías, ejército y judíos israelíes difícilmente son investigadas, todavía más raramente son judicializadas y condenadas, y cuando hay condenas son ínfimas o anecdóticas.163
Uno de los ejemplos más relevantes de ataques a palestinos se da alrededor de los lugares sagrados del Islam o en periodos como el Ramadán, cuando se han vivido fuertes episodios de violencia en Jerusalén contra la población palestina alrededor de lugares como la mezquita de Al-Aqsa.164,165 En esta época los palestinos y palestinas de Cisjordania que se quieren desplazar a la ciudad para rezar, encuentran la obstrucción de la policía israelí que dificulta su acceso y ataca los fieles que van a rezar.166 De hecho, la incursión con más de 1.000 policías y soldados a la mezquita de Al-Aqsa liderados por Ariel Sharon -entonces líder de la oposición- es uno de los hechos que desencadenó la Segunda Intifada, en 2000.167 Y otro ejemplo destacado que sucede cada año es cuando la extrema derecha sionista toma las calles de la Ciudad Vieja el Día de Jerusalén -día en que fue ocupada el 1967- y realizan la Marcha de las Banderas, durante la cual realizan múltiples ataques contra los palestinos que se encuentran y realizan cánticos como “muerte a los árabes”.168,169
5.2.2 ASENTAMIENTOS ILEGALES, DEMOLICIONES, DESAHUCIOS, Y DIFICULTADES EN EL ACCESO A LA VIVIENDA
La importancia de Jerusalén a nivel político y simbólico se traduce en la práctica en una intensa presión sobre la población palestina que lo habita. Como proyecto colonial de asentamiento, el objetivo no es simplemente “securitizar“, controlar y vigilar, o incluso prevenir la delincuencia, sino expulsar poblaciones de sus hogares y del espacio público. En la mayoría de los ejemplos que se describen en este informe, esto se hace mediante la privatización del espacio público o mediante el establecimiento de mecanismos de vigilancia que excluyan efectivamente poblaciones del acceso a determinadas zonas. Desarabizar y judaizar la ciudad pasa por dificultar la vida de la población autóctona a partir de diferentes prácticas administrativas, judiciales y policiales.
El Plan Dalet de limpieza étnica iniciado a partir sobre todo del 1947-48 se materializa en las ciudades como el que Ilán Pappé denomina urbicidio. Las diferentes políticas de desarabización y de judaización que se inician trágicamente con la masacre de Deir Yessin,170 a las afueras de Jerusalén, y con la expulsión y presión sobre los barrios palestinos de la zona occidental de Jerusalén, y 39 pueblos del distrito de la ciudad. Desde 1967, Israel se ha anexado más de 7.000 hectáreas en Jerusalén, más allá de la anteriormente área municipal ocupada por Jordania (600ha), rediseñando fronteras hacia el este para anexionarse más territorio con menos población palestina. El mismo año, el gobierno de Israel organizó un censo en las zonas anexionadas. Las palestinas que no se encontraban allí en aquel momento fueron negadas de su derecho a retorno, en contra del derecho internacional. Las que fueron incluidos en el censo, además, obtuvieron el estatus de ‘residentes permanentes’, convirtiéndose de jure y de facto un tipo de inmigrantes legales en su propia tierra.171 Además del recorte de derechos que supone este estatus en comparación con la ciudadanía, desde el año 1967 y hasta 2023, 14.643 palestinas han perdido su derecho de residencia en Jerusalén.172
Según B’tselem,
“desde [1967], [Israel] ha instituido políticas diseñadas para expulsar a los palestinos de la ciudad y crear una realidad demográfica y geográfica que frustre cualquier desafío a la soberanía israelí allá. Estas políticas, que alteran todos los aspectos de la vida, incluyen el aislamiento de Jerusalén Este del resto de Cisjordania y un subdesarrollo y una falta de servicios deliberados que dan lugar al hacinamiento, la pobreza y unas infraestructuras deficientes”.173
Hay que recordar que las políticas de movimientos de población y cambios demográficos son ilegales según el derecho internacional. El estado de Israel, como potencia ocupante de Jerusalén Oriental tiene las obligaciones legales establecidas por la IV Convención de Ginebra, en el artículo 49 establece que “La potencia ocupante no deportará ni transferirá partes de su propia población civil en el territorio que ocupa”.174
Así como pasa en grandes extensiones en Cisjordania, en Jerusalén, los movimientos radicales de colonos entran en los barrios tradicionalmente palestinos para instalarse armados con la violencia y la ley israelí. El movimiento ocupa las casas de la población palestina o demuele las viviendas para construir sus propias casas. Las demoliciones son autorizadas por el ayuntamiento de Jerusalén bajo diferentes argumentos. B’tselem categoriza como diferentes: demolición bajo el pretexto de construcción ilegal; demolición por presuntos motivos militares; demolición de casas como castigo.175
Una de las zonas de Jerusalén donde Israel pone más presión, control y militarización está en la Ciudad Vieja. Actualmente viven unas 35.000 personas, el 90% de ellas palestinas, pero esta cifra está disminuyendo cada vez más. La Ciudad Vieja es un lugar central para la vida espiritual y social de la ciudad, sobre todo para la población palestina musulmana y cristiana. El elemento religioso y sagrado, además, se ha utilizado a menudo también como excusa para apropiarse de espacios palestinos de toda la ciudad. La organización Elad, por ejemplo, desarrolla una gran actividad en el barrio de Silwan bajo el paraguas de la Ciudad de David.176,177 Nuevos planes urbanísticos y parques nacionales, son otras políticas empleadas para expulsar la población palestina y restringir las posibilidades de acceso a la vivienda.
5.2.3 LA POBLACIÓN PALESTINA EN EL PUNTO DE MIRA: VIGILANCIA MASIVA, ESPIONAJE, MONITORIZACIÓN, ETC.
La poLa población palestina que resiste y sigue viviendo en Jerusalén, además, es sometida a un estado permanente de vigilancia y sospecha, tanto en el espacio público en las calles,178 como en su actividad digital. Los modelos de seguridad desplegados en Jerusalén Este y en Jerusalén Oeste son muy diferentes.
Según investigaciones de Al Jazeera, en la Ciudad Vieja encontramos entre una y dos cámaras de seguridad cada 5 metros de la vía pública. También se han instalado torres de control con micrófonos de alta potencia, y cámaras de reconocimiento facial. Por otro lado, tal como explica el informe de Amnistía Internacional “Automated Apartheid”, la población palestina de Jerusalén Este se encuentra cada vez más bajo la vigilancia de una densa red de cámaras Mabat 2000 (CCTV), desarrolladas por la empresa MER Group, cada vez más acompañadas de reconocimiento facial.179 A las más de 400 cámaras instaladas tan solo en la Ciudad Vieja, la misma empresa ha desarrollado un modelo ‘Safe City’ que, a través de la plataforma Smart-M platform, compilación y controla datos e información a tiempo real de la ciudad vieja, con sensores de movimiento y otras tecnologías instaladas por toda la ciudad.180
Otra tecnología de control implementada en la ciudad y en toda Cisjordania es el programa Red Wolf.181 El Red Wolf es un programa que utiliza los datos de Wolf Pack, una base de datos con gran cantidad de detalles e información personal y íntima de la población palestina, extraída a partir de los controles a check points, y de las fotos que hacen los teléfonos móviles de los soldados de las IDF, pero también de las redes sociales.182
Según 7amleh,183 la ocupación israelí utiliza la vigilancia como parte de una política oficial para crear una ocupación “sin fricción”.184 La tecnología serviría, según esto, para minimizar las interacciones entre las fuerzas de ocupación y la población palestina. El objetivo es sustituir los cacheos de las personas por imágenes corporales y las invasiones domiciliarias por vigilancia con cámaras. Aun así, los cacheos y las invasiones domiciliarias han continuado y aumentado desde el 7 de octubre de 2023.
5.3 CONCLUSIONES
Se podría pensar que el caso de Jerusalén es especial o excepcional. Y lo es en el sentido extremo. En Palestina, y en concreto en la capital ocupada, la vigilancia y el control permanente sobre la población autóctona palestina está enfocada no solo a asegurar las ciudadanas israelíes de primera, sino a transformar la estructura demográfica de la ciudad, expulsando y desarabizando cada vez más el territorio. Aun así, Jerusalén es sobre todo un caso extremo de las estructuras imperialistas, coloniales y raciales en las que se basa el sistema global actual. Palestina está sometida, todo y la resistencia diaria de su población, a una ocupación y un apartheid racista, basado en el supremacismo sionista, que se apodera de la idea de modernidad, de civilización, de tecnología, y humanidad que hay que proteger y defender. Las políticas de vigilancia, de expulsión, de aislamiento y de colonización se basan en la división entre lo que hay que proteger y que merece seguridad, el estado judío, y aquellos que son amenazas por el mero hecho de existir, la población palestina, que es deshumanizada e incluso tildada de terrorista.
Una gruesa red de diferentes actores impone y desarrolla el sistema descrito anteriormente en Jerusalén. Se trata de actores públicos, corporaciones privadas y organizaciones de la sociedad civil con una fuerte conexión con el estado de Israel. Palestina es un laboratorio de pruebas para la industria militar y de seguridad, y Jerusalén constituye uno de los espacios principales donde se desarrollan, testan, implementan toda una serie de mecanismos securitarios de control, vigilancia, expulsión, segregación y represión a nivel urbano, de ciudad. Entre estos actores encontramos un sistema judicial y unas leyes de apartheid, una policía fuertemente militarizada y población colona armada que actúan con impunidad e incluso colaboran, y un complejo militar-industrial de primer nivel que desarrolla los dispositivos y herramientas necesarias para las prácticas mencionadas, desde armas y drones hasta cámaras y software espía.
NOTAS:
122. A principios de la I Guerra Mundial, y según censo otomano, en la ciudad convivían 13.400 judíos, 11.000 musulmanes, y 8.000 cristianos (Checa Hidalgo, 2019). Después de años de robo de tierras, expulsión de los palestinos, restricción de sus derechos políticos, proliferación de asentamientos, y otras medidas que veremos, Israel ha conseguido modificar la composición étnica de la población que habita en Jerusalén. En la actualidad (datos de 2020), la municipalidad de Jerusalén lo habitan 371.800 palestinos y 563.200 judíos israelíes, incluyendo entre estos últimos más de 220.000 colonos que viven ilegalmente en la ocupada Jerusalén Este. Datos de Israel’s Central Bureau of Statistics.
123. Tal como explicó Rashid Khalidi en una conferencia el 1990 en el St. Anthony’s College, “mucho del que hoy se piensa como la ‘Jerusalén israelí del Oeste’ consistía, de hecho, en barrios árabes antes de las luchas de 1948, cuando más de sus 30.000 habitantes fueron expulsados o huyeron de zonas como Baq’a, Qatamon y Talbiyya, meses antes de que se forzara al desplazamiento de unos 2.000 judíos de la ‘Jewish Qarter’ de la Ciudad Vieja”. Citado en Said, E. (2011). Edward Said’s Lost Essay on Jerusalem: The Current Status of Jerusalem. Jerusalem Quarterly, (45).
124. Avi Shlaim (1994),”It can be done”. London Review of Books. Disponible en:
https://users.ox.ac.uk/~ ssfc0005/It%20Can%20Be%20Done. html. Consultado el 9 de octubre de 2024.
125. El año 1949, el gobierno de Israel anexiona Jerusalén Oeste y deja de considerarlo territorio ocupado, todo y el derecho internacional humanitario.
126. En 1967 Israel anexó unilateralmente 72 km², incluyendo la parte este de Jerusalén y tierras que pertenecían en 28 pueblos próximos a Cisjordania que pasaron a ser parte de la municipalidad (israelí) de Jerusalén (oeste).
127. En 2021, HRW publicó el informe “A Threshold Crossed: Israeli Authorities and the Crimes of Apartheid and Persecution”; ese mismo año B’tselem publicó “A regime of Jewish supremacy from the Jordan River tono the Mediterranean Sea: this is apartheid”; en 2022, Amnistía publicó el informe “Israel’s apartheid against Palestinians: Cruel system of domination and crime against humanity”; y también en 2022, el Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, Michael Lynk, también publicó el informe En/76/433 sobre la Situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967.
128 Varias investigaciones que cuestionan la propia “teoría de la securitización” desde una perspectiva marxista, desde aproximaciones postcoloniales o de género, por las limitaciones, entre otros, en que caen al establecer un “normal” previo sobre el cual actúa un proceso de “securitización” cuando la normalidad en las ciudades es el conflicto, la represión y la excepcionalidad (más o menos visible) bajo el capitalismo, el racismo estructural y el patriarcado. Ved por ejemplo: Gomes, M. S., Marcas, R. R. (2021), “Can securitization theory be saved from itself? A decolonial and feminist intervention”. Security Dialogo, 52(1_suppl), 78-87. https://doi.org/10.1177/ 09670106211027795
129 Incluso con anterioridad al 1948, la mirada y las políticas coloniales británicas ya se desarrollan en este sentido. Así, como explica Checa Hidalgo, “el Imperio Británico asumió que la ciudad estaba dividida siguiendo líneas étnicas y religiosas. Sus políticas promovieron las diferencias ´’tribales y sectarias’ [...] la ordenación urbanística del Mandato marcó unas claras líneas de separación entre la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva” (2019, p45).
130. Ibid.
131. En este sentido, lo que pasa en Jerusalén en muchos aspectos no es diferente que al resto del territorio palestino, pero aquí analizaremos las particularidades que afecten la ciudad. Esta frase es recurrente en los análisis de proyecto sionista y se puede encontrar al documental ‘Saber, Sumud, Palestina’, de la Brigada Sumud, pronunciada por Mazeen Qumsiyeh. El documental se puede ver en https:// www.3cat.cat/3cat/saber-sumud- palestina-les-arrels-d-una- terra/ video/6288781/
132. Israel no ha dejado de emprender desde 1948-67 medidas unilaterales respecto a Jerusalén que contravienen el derecho internacional y que han sido condenadas por múltiples y sucesivas resoluciones de las Naciones Unidas que Israel ha ignorado sistemáticamente.
133. Hever, S. (2018). “Securing the occupation in East Jerusalem: Divisions in Israeli policy”. Jerusalem Quarterly, (75), 104.. | Hever expone en este artículo un análisis de las prácticas de securitització vinculadas a la ocupación israelí con el caso de Jerusalén como paradigma de la ciudad securititzada.
134. Hay quién habla de inseguridad ontológica. Veure: Donderer, E. (2021), “Ontological Insecurity: A Case Study on IsraeliPalestinian Conflict in Jerusalem”. E-International Relations, 1-6.
135. Olesker, R. (2014). “National identity and securitization in Israel”. Ethnicities, 14(3), 371-391. Disponible en: https://doi. org/10.1177/ 1468796813504093
136. Ibid.
137. Buzan, B., Wæver, O., & De Wilde, J. (1998). “Security: A new framework for analysis”. Lynne Rienner Publishers.
138. Hever, S. (2018). “Securing the occupation in East Jerusalem: Divisions in Israeli policy”. Jerusalem Quarterly, (75), 104.
139. Brulin, R. (2014). “Israel’s decades-long effort to turn the word ‘terrorism’ into an ideological weapon”. Disponible en: https:// mondoweiss.net/2014/ 08/israels-terrorism- ideological. Consultado el 10 de octubre de 2024.
140. Goldenberg, T. (2024). “Harsh Israeli rhetoric against Palestinians becomes central to South Africa’s genocide case”.. Accessible a: https://apnews.com/article/ israel-palestinians-south- africa- genocide-hate-speech- 97a9e4a84a3a6bebeddfb80f8a0307 24. Consultado el 10 de octubre de 2024.
141. La organización ‘Law for Palestine’ creó una base de datos donde reunía toda la serie de manifestaciones de incitación en el genocidio por parte de cargos políticos y militares, periodistas, judicatura, etc., a partir del 7 de octubre. Esta bases de datos fue empleada en la denuncia que puso Sudàfica a la Corte Internacional de Justicia contra Israel por el crimen de genocidio. Ver: Law for Palestine (2024), “Law for Palestine Releases Database with 500+ Instances of Israeli Incitement to Genocide – Continuously Updated”. Disponible en: https://law4palestine.org/law- for-palestine-releases- database- with-500-instances-of-israeli- incitement-to-genocide- continuously- updated/
142. La población palestina que vive en Jerusalén constituye en la actualidad alrededor del 38% de la población y la mitad de esta habitaba la Ciudad Vieja en 2000. Aun así, el Ayuntamiento destina solo un 10% del presupuesto total a los barrios y áreas de mayoría palestina (Alquds Info (2024), “The project”. Disponible en: https:// alquds.info/project- information/ )
143. Avni, N. (2020).” Between exclusionary nationalism and urban citizenship in East Jerusalem/al-Quds”. Political Geography, 86, 102314.
144. Desde 1967, 14.701 palestinos han sido desprovistos de su estado de residentes mayoritariamente para “fallar” en la hora de probar que Jerusalén consiste su “centro de vida”.
145. Olesker, R. (2014). op, cit. Son ejemplos, la Ley de Ciudadanía de 2011 para revocar el estatus de ciudadano o algunas enmiendas a la ‘Basic Law’ para descalificar candidatos a las elecciones, justificadas sobre amenazas a la seguridad del estado o a su identidad como judío y democrático.
146. Shakir, O. (2021).” A threshold crossed: Israeli authorities and the crimes of apartheid and persecution. Human Rights Watch. Disponible en: https://www.hrw.org/report/ 2021/04/27/threshold-crossed/ israeli-authorities-and- crimes-apartheid-and- persecution Consultado el 9 de octubre de 2024.
147. Olesker, R. (2014), op. cit.
148. Ilan Pappé usa el concepto “urbicidi” para describir las políticas de destrucción y deshumanización que afectan las ciudades palestinas, especialmente en el contexto del conflicto israelo-palestino. Pappé argumenta que estas políticas no solo resultan en la pérdida física de espacio urbano, sino que también destruyen la vida social y cultural de las comunidades. Pappé, I. (2008), “The Ethnic Cleansing of Palestine”, Critica, Barcelona;
149. Visualizing Palestine (2024), “Many ‘cides’ of Genocide”. Disponible en: https://visualizingpalestine. org/visual/many-cides-of- genocide/ Consultado el 9 de octubre de 2024.
150. Loewenstein, A. (2023) “El laboratorio palestino. Cómo Israel exporta al mundo la tecnología de la ocupación”. Capitan Swing.
151. Ruiz-Benedicto, A., Pozo, A. (2022). Informe 54: “Negocis provats en combat. Exportar la marca ‘made in Israel’ per a mantenir l’ocupació i normalitzar la injustícia”. Centre Delàs d’Estudis per la Pau.
152. “Abuse and Collective Punishment in al-’Esawiya, East Jerusalem,” B’Tselem video clip, YouTube, https://www.youtube.com/watch? time_ continue=87&v= wsu394CrDSs&feature=emb_logo ( accessed
July 22, 2020); Also see B’Tselem, “This is Jerusalem: Violence and Dispossession in al-‘Esawiyah,” May 2020, https://bit.ly/2AL2gaA Consultado el 10 de octubre de 2024.
153. Al Tahhan, Z. (2024). ‘There isn’t a Palestinian male’ in Jerusalem who hasn’t been beaten. Disponible en: https://www.aljazeera.com/ fea tures/2024/2/21/occupied- jerusalem-there-is-no- palestinian- male-that-hasnt- been-beaten. Consultado el 29 de septiembre de 2024.
154. Desde 1967, el estado de Israel ha detenido y encarcelado en los territorios ocupados (incluida Jerusalén esta, Cisjordania, la Franja de Gaza) al menos en 1 millón de palestinos, según las Naciones Unidas. Ver: Al Jazeera (2023). “Why are so many Palestinian prisoners in Israeli jails?”.Disponible en: https://www.aljazeera.com/ new s/2023/10/8/why-are-so-many- palestinian-prisoners-in- israeli-jails. Consultado el 9 de octubre de 2024.
155. Nir Hasson (2019), “Israel’s Collective Punishing Exacts Price From This East Jerusalem Neighborhood,” Haaretz,https://www.haaretz. com/ israel-news/.premium- israel-s-collective-punishing- exacts-price- from-this-east-jerusalem- neighborhood-1.7425731 Consultado el 29 de septiembre de 2024.
156. Hablamos de población colona cuando nos referimos a población israelí que habita en zonas de Palestina fuera de la línea verde delineada por el armisticio del año 1949, o frontera pre-1967. Entre estos, existe una corriente de colonos judíos ultra-nacionalistas, el proyecto político de los cuales es expulsar la población no-judía de todo el territorio. No obstante, desde los estudios de colonialismo de asentamiento, se considera que toda la población israelí sería colona, tal como los franceses lo estaban en la Argelia francesa, entre 1830 y 1962.
157. Sharon, J. (2023), “Ben Gvir says 10,000 assault rifles purchased for civilian security teams”. Disponible en: https://www.timesofisrael. com /ben-gvir-says-10000-assault- rifles-purchased-for-civilian- security-teams/ Consultado el 10 de octubre de 2024. Keller-Lynn, C. (2023), “260,000 firearm permits sought since Oct.7, after Bon Gvir’s push to arm civilians”. Disponible en: https://www.timesofisrael. com/260000-firearm-permits- sought-since-oct-7-after-ben- gvir- push-to-arm-civilians/ Consultado el 10 de octubre de 2024.
158. Hever, S. (2018). “Securing the occupation in East Jerusalem: Divisions in Israeli policy”. Jerusalem Quarterly, (75), 104.
159. Neuman, S., Beardsley, E. (2023), “Israel is trying to arm more citizens with guns since the Hamas attack”. Disponible en: https://www.npr. org/2023/12/06/1216088371/ guns-israel-hamas-gaza Consultado el 10 de octubre de 2024.
160. Visualizing Palestine (2023), “How Israel is Arming Israeli Settlers”. Disponible en: https://visualizingpalestine. org/visual/how-israel-is- armi ng-israeli-settlers/ Consultado el 10 de octubre de 2024.
161. Hever, S. (2018). “Securing the occupation in East Jerusalem: Divisions in Israeli policy”. Jerusalem Quarterly, (75), 104.
162. Al Tahhan, Z. (24 de febrer de 2024)., op. cit.
163. Bergman, R. i Mazzetti, M. (2024). “Takeaways From the Times Investigation Into ‘The Unpunished’”. The New York Times.Disponible en: https://www.nytimes.com/2024/ 05/16/magazine/takeaways- inve stigation-settler-violence- impunity.html. Consultado el 9 de octubre de 2024.
164. Pressman, J. (2020). “Horizontal inequality and violent unrest in Jerusalem”. Terrorism and political violence, 32(6), 1161-1185.
165. Al Jazeera (2024), “Palestinians fear Israeli violence in Jerusalem during Ramadan”. Disponible en: https://www.aljazeera.com/ new s/2024/3/10/palestinians-fear- israeli-violence-in-jerusalem- during-ramadan Consultado el 10 de octubre de 2024.
166. Documental sobre les limitacions als peregrins i dels practicants a Jerusalem. Carnegie Endowment (2024), “Access Restricted: No Holiday in Jerusalem”. Disponible en: https://www.youtube.com/ watch ?v=dZaNCjni6vE Consultado el 10 de octubre de 2024.
167. Adam, Ali. (2020). “Palestinian Intifada: How Israel orchestrated a bloody takeover”. AlJazeera. https://www.aljazeera.com/ new s/2020/9/28/palestinian- intifada-20-years-later- israeli- occupation-continues Consultado el 10 de octubre de 2024.
168. Sokol, S. (2024), “Far-right violence, chants of ‘Death to Arabs’, at Jerusalem Day Flag March in Old City”. Disponible en: https://www. timesofisrael. com/jerusalem-day-flag-march- marred-by-far-right- violence-under-shadow-of-war/ Consultado el 10 de octubre de 2024.
169. Hever, 2018. op. cit.
160. El 9 de abril de 1948 al menos 107 personas fueron asesinadas puerta por puerta a manos de milicias sionistas. La noticia de la masacre aceleró la expulsión y fuga de mucha población palestina de los territorios, especialmente alrededor de Jerusalén. Morris, B. (2001).” Righteous Victims: A History of the Zionist-Arab Conflict”. 1881-2001. New York: Random House.
171. Esta desarabización se ha continuado intensificando con medidas cada vez más restrictivas para conservar el derecho de residencia. Ver: Tawfiq Tamimi, T. (2016). “Revocation of residency of Palestinians in Jerusalem. Prospects for accountability”, Jerusalem Quarterly, nº72, p37-47.
172. Datos de B’Tselem de 2017. B’TSLEM (2019), “East Jerusalem, 11 November 2017”. Disponible en: https://www.btselem.org/ jerusalem Consultado el 10 de octubre de 2024.
173. Ibid.
174. Para más información sobre el marco legal que regula la ocupación de territorios ver: Amnesty International (2019). Chapter 3: Israeli Settlements and International Law. Disponible en: https://www. amnesty.org/en/ latest/campaigns/2019/01/ chapter-3-israeli- settlements -and-international-law/ Consultado el 10 de octubre de 2024.
175. B’TSLEM (2024), “House Demolitions: Demolition on the pretext of unlawful construction”. Disponible en: https:// statistics.btselem. org/en/demolitions/pretext- unlawful-
construction?stateSensor=% 22west-bank%22& demoScopeSensor=
%22false%22&tab=overview& structureSensor=%5B% 22residential
%22%2C%22non-residential%22%5D Consultado el 10 de octubre de 2024.
176. City of David (s.f.), “Celebration at the farm”. Disponible en: https:// cityofdavid.org.il/ en/ Consultado el 10 de octubre de 2024.
177. Settlement Watch (2020).” Settlement Under the Guise of Tourism: The Elad Settler Organization in Silwan”. Settlement Watch, Peace Now, October 2020. http://peacenow.org.il/wp- content/uploads/2020/12/ Elad- Organization-in-Silwan.pdf Consultado el 10 de octubre de 2024.
178. A nivel privado, pero, también los colonos que se instalan dentro de barrios palestinos, ejercen un control y acoso sobre su vecindario, apuntando cámaras hacia las ventanas y espacios privados de la población palestina e invadiendo su espacio.
179. Amnesty International. (2023). “Israel/OPT: Israeli authorities are using facial recognition technology to entrench apartheid”. Disponible en: https://www.amnesty.org/en/ latest/news/2023/05/israel-
opt-israeli-authorities-are- using-facial-recognition- technology-to- entrench-apartheid/ Consultado el 10 de octubre de 2024.
180. WhoProfits. (2018) “Big Brother” in Jerusalem’s Old City: Israel’s Militarized Visual Surveillance System in Occupied East Jerusalem. Flash Report. November 2018.
181. Siddiqui, Usaid (2023). “‘Chilling effect’: Israel’s ongoing surveillance of Palestinians”.Al Jazeera. Disponible en: https://www.aljazeera.com/ new s/2023/5/7/chilling-effect- israels-ongoing-surveillance- of- palestinians Consultado el 10 de octubre de 2024.
182. Ashwini K.P. (2024) “Racism, racial discrimination, xenophobia and related forms of intolerance: follow-up to and implementation of the Durban Declaration and Programme of Action Contemporary forms of racism, racial discrimination, xenophobia and related intolerance. Report of the Special Rapporteur on contemporary forms of racism, racial discrimination, xenophobia and related intolerance.” Human Rights Council. Fifty-sixth session. Disponible en: https://documents. un.org/doc/ undoc/gen/g24/084/20/pdf/ g2408420.pdf
183. Mojaddedi, R. (2024), “Israel’s Foreign Policy and the Normalization of Ties with ARab States: What’s Going Wrong”. Disponible en: https:// www.researchgate.net/ publication/381482833_Israel’ s_Foreign_ Policy_and_the_ Normalization_of_Ties_with_ Arab_States_What’s_ Going_Wrong Consultado el 10 de octubre de 2024.
184. Ibid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario