miércoles, 8 de marzo de 2023

Raji Sourani: el nuevo Gobierno israelí, “hace lo que hacían los precedentes, pero lo dice abiertamente”


 

Raji Sourani: el nuevo Gobierno israelí, “hace lo que hacían los precedentes, pero lo dice abiertamente”


BEATRIZ LECUMBERRI, texto y foto.
El País, 8 de marzo de 2023

Este abogado de la franja de Gaza, que lucha desde hace 40 años por los derechos humanos, denuncia la inacción internacional frente al conflicto y acusa al nuevo Gobierno israelí de estar provocando una confrontación masiva


Cuenta Raji Sourani (Gaza, 1953) que hace un tiempo participó en una reunión internacional centrada en cómo se diseñaría una futura paz entre israelíes y palestinos y de qué manera se podría unir un día la franja de Gaza con Cisjordania y Jerusalén-Este, territorios palestinos separados geográficamente. Durante dos días escuchó hablar de puentes, trenes y túneles para comunicar a ambas zonas, sin que sus habitantes tuvieran que transitar prácticamente por el Estado de Israel. Y durante esos dos días no consiguió decir palabra. “Al final me preguntaron por qué no había abierto la boca. Les respondí que yo había acudido a esa reunión para hablar de paz, pero allá se estaba hablando de otra cosa. Paz para mí es salir de mi casa en Gaza, coger mi coche e ir a una reunión a Ramala (Cisjordania), comer en Jerusalén y volver a mi hogar a dormir”.

Estamos hablando de un viaje de 80 kilómetros, pero en 2023 ese trayecto es una carrera de obstáculos infinitos e imposibles de superar: barreras, bloqueo israelí de la franja de Gaza, permisos de salida y de entrada, controles militares, colonias, radicalismo, corrupción... Pero para Sourani, fundador y director del Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR, por sus siglas en inglés), que desde 1995 documenta la ocupación israelí y sus consecuencias, el muro más alto es “el olvido y la pasividad internacional” que permiten que todas las circunstancias anteriores “crezcan y crezcan sin que nadie rinda cuentas”.


En un café de Madrid, tras varios días de encuentros con autoridades, sindicatos y grupos de solidaridad, este abogado, con 40 años de lucha por los derechos humanos a la espalda, rumia su decepción y lidia con la ansiedad que le provoca estar fuera de la Franja, donde Israel bloquea los accesos por tierra, aire y mar desde 2007, cuando el enclave palestino pasó a estar gobernado por el movimiento islamista Hamás. “No es que no me guste la vida, la libertad y pasear, pero no me siento bien cuando estoy lejos. Mi lugar está allá”, admite.

“Nos hemos convertido en una tierra de mendigos. Los jóvenes son la inmensa mayoría de nuestra población, pero hay una generación entera que vive totalmente desconectada del mundo exterior. Al aislamiento, el desempleo, la falta de muchos bienes y servicios se suma ahora lo que está pasando en Cisjordania, que puede llevar a Hamás a la confrontación”, advierte. Sourani se refiere a los violentos incidentes y redadas registrados en estos días en el norte de Cisjordania, donde ultranacionalistas mataron a un palestino e incendiaron decenas de sus casas y vehículos en la localidad de Huwara, en represalia por la muerte de dos israelíes en un ataque, y al deceso de 11 palestinos en una incursión militar en la ciudad de Nablus.

“Creo que estamos en vísperas de una gran explosión, de una confrontación masiva, en la que Gaza también prenderá fuego. Ojalá me equivoque, rezo para que así sea, pero se está llevando al límite a la gente. Hay quienes piensan que Qatar y Egipto van a lograr controlar a Gaza con amenazas, con dinero... pero se equivocan”, insiste. Según Sourani, el nuevo Gobierno israelí, el más ultraderechista de la historia del país, “hace más o menos lo que hacían los precedentes, pero a diferencia de estos, sí lo dice abiertamente: hablan sin tapujos de anexionar Cisjordania, de arrasar pueblos... Y eso avergüenza a los países occidentales, pero tampoco hacen gran cosa”. “La realidad es que está muriendo gente cada día. Y si Israel sigue empujando y empujando contra la pared a palestinos que sienten que no tienen nada que perder. ¿De verdad creemos que estas personas morirán en silencio?”


Sourani, recientemente galardonado con el premio internacional de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, ha conocido las cárceles israelíes y también las palestinas, ha estado o está en la lista negra de Egipto, de Israel y de Hamás y ha sido criticado por la Autoridad Palestina, el Gobierno del presidente Mahmud Abbas, por hablar sin pelos en la lengua contra quien haga falta.

Su organización, en la que trabajan 60 personas, la mayoría en Gaza, atiende a víctimas del conflicto con Israel (heridos en ofensivas o en protestas ante la barrera de separación), a enfermos de la Franja que morirán si no reciben un permiso israelí para salir y recibir tratamiento en otro hospital palestino con mayor infraestructura, y a mujeres víctimas de maltrato o que se quieren divorciar. “Cada día trabajamos más y cada día nos cuesta más inyectar esperanza”, admite. Su fotografía personal de Gaza es demoledora. “Siempre parece que hemos tocado fondo, pero siempre se puede estar un poco peor”, lamenta.


Víctimas de segunda

En sus reuniones con representantes del Gobierno les ha reprochado amargamente la abstención de España a finales del año pasado en la votación de una resolución de la ONU, finalmente aprobada, en la que se pedía a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que se pronunciara sobre la legalidad de los más de 55 años de ocupación israelí. Según Sourani, la respuesta del Gobierno a sus críticas “han sido palabras huecas”. “Queremos hechos. Los palestinos somos ocupados de segunda división. Hace dos años que Europa no mueve un dedo por nosotros y eso envalentona cada día a Israel. ¿Te imaginas si una décima parte de los crímenes israelíes los cometieran los palestinos? ¿Cuál sería la reacción internacional entonces?”, se pregunta este letrado, que ha formado parte de la Comisión Internacional de Juristas y de la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) y ha recibido premios como el Robert F. Kennedy a los Derechos Humanos y el Right Livelihood, conocido como el Nobel alternativo.

Sourani critica el “doble rasero” que Europa utiliza a la hora de entender e interpretar la ley humanitaria internacional y las reglas de la guerra, algo que se ha puesto de manifiesto con la guerra en Ucrania. “Se está seleccionando y politizando la dignidad de la gente, se está diciendo que unos merecen justicia y otros no tanto”, acusa.

“Yo creo que los ucranios necesitan toda la ayuda posible, que Rusia debe ser objeto de sanciones, pero lo que no se puede hacer es apoyar el derecho a la autodeterminación de Ucrania con declaraciones, investigaciones, dinero y armas y no decir nada contra la ocupación israelí. Esta selectividad es muy muy peligrosa”, prosigue.

En 2021, el Tribunal Penal Internacional (TPI) anunció la apertura de una investigación por crímenes de guerra cometidos en Palestina a partir de junio de 2014 que implica a Israel y a las milicias de la franja de Gaza, encabezadas por Hamás. La decisión, criticada por el Gobierno de Israel, que rechaza la jurisdicción de los jueces de La Haya, fue recibida con esperanza por los palestinos. Pero en los últimos dos años, desde que Karim Khan se convirtió en fiscal del organismo, “creo que nada se ha movido un milímetro. Ojalá me equivoque. Ellos dicen que están trabajando y avanzando y yo les digo: ‘Miren, somos abogados, estamos allá, documentando, conocemos los hechos, las víctimas y los testigos. Sabemos todo, dígannos qué necesitan’. Pero nada”, asegura.

“Finalmente, todo esto nos motiva más porque no nos vamos a rendir. Estamos en el lado bueno de la historia, defendiendo una causa justa y terminarán pagando por nuestro sufrimiento porque han ido demasiado lejos y sé que no estamos solos. Hay una solidaridad mundial con Palestina”, afirma.


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