Nadie debe lanzar acusaciones de racismo a la ligera porque, si se demuestra, entonces debe actuar rápidamente. El movimiento sindical en Gran Bretaña, que representa a más de seis millones de trabajadores británicos, llegó recientemente a la conclusión de que Israel es un Estado racista que practica el apartheid contra el pueblo palestino.
El Congreso de Sindicatos (TUC) aprobó la moción 66 - "Solidaridad con Palestina y resistencia a la anexión" - que identifica la anexión como "otro paso significativo en la creación de un sistema de apartheid". El TUC resolvió "enviar una carta al primer ministro exigiendo que el Reino Unido tome medidas firmes y decisivas, incluyendo sanciones, para asegurar que Israel detenga o revierta la anexión ilegal, ponga fin a la ocupación de la Ribera Occidental y al bloqueo de Gaza, y respete el derecho de los refugiados palestinos a regresar". Además, se comprometió a "comunicar su posición a todas las demás centrales sindicales nacionales de las Confederaciones Sindicales Internacionales y Europeas e instarlas a que se unan a la campaña internacional para poner fin a la anexión y al apartheid".
Los palestinos y sus partidarios en Gran Bretaña y en otros lugares acogieron con beneplácito este importante paso en la lucha por exponer el racismo israelí y su propia marca de apartheid. La autoproclamada "nación emergente" ha sido pionera en el diseño y la aplicación de políticas y leyes que discriminan a los palestinos tanto en la Palestina histórica como en el exilio desde su creación en su patria en 1948.Más....
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