Arena, pescado, energía y armamento: los intereses de las grandes empresas españolas en el Sáhara Occidental.
Un comensal que pide pulpo en un restaurante seguramente desconoce que lo que tiene en el plato viene de un territorio donde se vulneran sistemáticamente los derechos humanos. Los bañistas que caminan por encima de la dorada arena de la playa de Mogán, en Gran Canaria, tampoco sabrán que la tierra por la que pasean ha llegado de otro lugar vulnerando la legislación internacional. La lista de casos es larga y diversa pero el perjudicado siempre es el mismo: el Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos desde 1975 y actualmente inmerso en un conato de guerra civil. Más...
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