Visita a la prisión Ramon y a Mohammed El-Halabi
Jonathan Kuttab
FOSNA, Jornada 11, 22 de febrero de 2022
Hoy he visitado a Mohammed El-Halabi en su prisión del desierto del Néguev. La prisión está cerca de Matspe Ramon, en el desierto donde los carneros vagan libremente.
Halabi quiere dar las gracias a todos los que le han apoyado y han creído en su historia desde el principio. Me ha pedido que les asegure a todos que no sólo es totalmente inocente, sino que lleva implicado en labores humanitarias desde su juventud, cuando trabajaba con Juventud por la Paz (Youth for Peace). Sigue trabajando contra la violencia y cree que se le castiga precisamente por ello.
Halabi me contó que Israel le ofreció la libertad, así como una beca para estudiar un doctorado en el extranjero y un trabajo en la ONU, si confesaba que World Vision es antisemita o si prestaba un testimonio secreto contra OXFAM y Catholic Relief Services. Pero se negó. Para él estaba claro que los interrogadores israelíes querían material para utilizarlo contra las ONG extranjeras implicadas en el trabajo humanitario entre los palestinos, pero él no estaba dispuesto a proporcionarlo porque socavaría por completo su trabajo en Gaza y Palestina.
Decidió utilizar sabiamente su tiempo en prisión y empezó a impartir a los demás presos cursos sobre todas las materias que se le daban bien: Liderazgo, planificación estratégica, gestión e incluso técnicas y estrategias de negociación. También utilizó los conocimientos de otros presos para poner en marcha un programa de máster en Ciencias Políticas, logrando a lo largo de los años ayudar a graduar (colaborando con otras universidades) al primer grupo de 30 estudiantes de máster de la Universidad de Abu Dis. Ahora trabaja con un segundo grupo de 30 presos.
Halabi cree firmemente en la no violencia y el trabajo humanitario. Su mayor preocupación es mantener a su familia y garantizar que reciban una buena educación, ya que World Vision le suspendió el sueldo tras su detención por temor a que les acusaran de "apoyar el terrorismo". Esto es una tragedia, ya que todo su encarcelamiento es el resultado de negarse a socavar su trabajo tomando la salida fácil y confesando falsamente que su dinero estaba siendo desviado para fines ilegales (una acusación refutada por diferentes auditorías e investigaciones.)
Halabi también me contó cosas sorprendentes sobre su juicio, que su propio abogado (Maher Hanna, de mi bufete de Jerusalén) tenía prohibido contarme, por ser secreto. Escribiré sobre ello por separado. Baste decir que no hay nada en el juicio que justifique el secreto, salvo el temor a la vergüenza de que las pruebas del Estado sean tan escasas que resulten irrisorias. Halabi es realmente un héroe y un hombre humanitario, y quería que les transmitiera su gratitud.
Más información a continuación
Historia de una falsa acusación:
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