El Instituto Al-Amal para los huérfanos en la ciudad de Gaza, formada en 1949, es la única institución dedicada al cuidado de los niños huérfanos en el enclave costero. En este momento da refugio a más de 100 niños palestinos.
Los niños bailan Dakbe durante una celebración del Día de Huérfanos Árabes en el Instituto Al-Amal en la ciudad de Gaza en marzo de 2010. Foto: Mohammed Asad / APA imágenes
A pesar de todo lo que ha pasado, nada le duele más a Yousif al-Shimbari que acostumbrase durante este tiempo a no escuchar en las mañanas la vos de su madre.
Durante el asalto de Israel a Gaza en el año 2014, este niño de 14 años y su familia buscaron refugio en su barrio de Beit Hanoun, al norte de la Franja de Gaza, en una escuela de la ONU, pensando que por sus banderas y logotipos era una zona protegida.
Ellos no lo estaban. El 24 de julio, dos semanas después del ataque, proyectiles israelíes impactaron en la escuela, asesinando al menos a 15 e hiriendo a decenas de civiles. Entre las víctimas mortales estaba la madre de Yousif. Entre los heridos, él y su hermana. Manar, de 15 años, fue sometida a una cirugía. A Manar, le amputaron ambas piernas.
Yousif y Manar viven ahora en el Instituto Al-Amal para los huérfanos en la ciudad de Gaza, formada en 1949, la única institución dedicada al cuidado de los niños huérfanos en el enclave costero.
El instituto es su única opción, dijo Yousif, con familiares incapaces de ayudar a los 11 hermanos.
"Estamos dispersos. Algunos de mis hermanos viven con familiares y no es muy frecuente que nos encontremos", explicó a The Electronic Intifada.
Él asiste a una escuela cercana, pero jugar fútbol con sus compañeros del instituto es la mejor parte de su día. Es ambicioso, pero dice que no está seguro acerca de lo que sucederá en el futuro.
"Me encanta la matemática y deseo convertirme algún día en un ingeniero como mi padre", dijo. El padre de Yousif murió de causas naturales hace siete años.
Forzar los recursos
Yousif y Manar son sólo dos de los 40 niños en Al-Amal que perdieron uno o ambos de sus padres durante el ataque israelí del año 2014. Se unieron a otros 90 niños alojados allí antes del ataque y el presupuesto del Instituto está a punto de acabarse. En total, 52 niños de Al-Amal han perdido a ambos padres y todos han perdido a sus padres, los principales sostén de la familia. En árabe, un "huérfano" incluye a aquellos que han perdido a uno o ambos padres.
Iyad al-Masri, director ejecutivo de Al-Amal, dijo a The Electronic Intifada que el instituto sigue criterios estrictos para seleccionar sólo a los huérfanos más necesitados para poder atenderlos. "La falta de financiación nos limita", dijo.
El personal meticulosamente escruta los datos para discernir si es mejor para un niño permanecer en el instituto, y si él o ella no tienen absolutamente ningún otro lugar seguro a donde ir. Sólo entonces la administración se pone en contacto con los parientes para ofrecerles refugios.
Patrocinadores individuales locales y grupos de caridad extranjeras proporcionan la mayor parte de la financiación del Instituto que cubre los gastos y servicios que incluyen educación, salud y entretenimiento.
Pero a medida que el número de huérfanos alojados ha aumentado, poder satisfacer estas necesidades está resultando más difícil que antes.
"Los patrocinadores [locales] son menos que antes debido al deterioro de las condiciones de vida en general en Gaza", dijo al-Masri. "Y en estos días, el apoyo extranjero está dirigido principalmente a Siria."
Incremento dramático
Tres sucesivos ataques militares israelíes en menos de seis años han causado un marcado incremento en el número de huérfanos en esta asediada y asilada franja de tierra.
De acuerdo con Itimad al-Tarshawi, un funcionario del Ministerio de Asuntos Sociales de Gaza, de los 15,223 huérfanos, 3.366 perdieron a sus padres por la agresión israelí.
"Dos mil niños perdieron a sus padres o madres o ambos sólo en la agresión israelí del verano del 2014", señaló.
Al-Tarshawi expresó su preocupación por la insuficiente atención a los huérfanos como consecuencia de la falta de recursos. Los huérfanos de Gaza deben recibir educación gratuita, seguro de salud y protección completa, pero nada de eso se puede garantizar por la desesperada situación financiera en Gaza.
Ella hizo un llamado a la comunidad internacional a intervenir.
"Es totalmente inaceptable dejar a estos niños en estas terribles condiciones de vida, todos los cuales han resultado de un bloqueo de ya 10 años, impulsado por agendas de políticas injustas", dijo al-Tarshawi.
Pero la falta de dinero no es el único problema que enfrentan los huérfanos de Gaza. Khaled Tuman, trabajador de la salud mental en Al-Amal, dijo a The Electronic Intifada que estos niños se enfrentan a una serie de problemas psicológicos, en particular los recién llegados.
Los tres primeros meses son los más difíciles. "Ciertamente, crecer en un lugar donde decenas de niños se encuentran hacinados y con cerca de ocho supervisores cuidándolos no es como vivir con sus padres en el hogar", dijo Tuman. "El ambiente aquí es un fuerte contraste con la vida familiar tranquila y privada que solían tener."
Desafíos y determinación
El hecho de que todos los niños provienen de diferentes orígenes también es un reto para los niños y la administración. Los desacuerdos, peleas y los conflictos pueden surgir, y los supervisores están siempre alerta para negociar todos los diferentes tipos de problemas que pueden surgir con y entre los chicos. Algunas actividades recreativas pueden ser útiles a este respecto, y el personal encuentra este tipo de técnicas útiles para ayudar a los niños a asimilarlo plenamente.
"Nuestro deber es principalmente proporcionar el cuidado parental. Un niño no puede vivir sin ello. Hacemos nuestro mejor esfuerzo para ser buenos padres para estos niños ", dijo Tuman. "Queremos que sean capaces de decirnos todo lo que quieren para que los podamos ayudar".
Las circunstancias inusuales de la vida en Al-Amal no han significado que los niños que salen de ella no tengan éxito o no están equipados para perseguir la ambición de su vida. Por el contrario: les ha brindado la oportunidad de restaurar un poco la fe y la confianza después de una infancia amarga.
El nombre de Bashar Abu Quraya se escucha siempre de las bocas del personal. El suyo es un ejemplo que a menudo se les transmite a los niños.
Abu Quraya, que pasó 10 años en Al-Amal, logró una puntuación muy alta en los Tawjihi, el examen de la escuela secundaria. Ahora está estudiando medicina en Turquía. La suerte juega su parte. Filántropos sin nombre le están ayudando financieramente. Pero es su propia perseverancia que le ha permitido incluso llegar a una posición cercana a cumplir su sueño de convertirse en un médico.
Y mientras el instituto anima a los niños a aprender las habilidades que los prepara para un futuro independiente en y fuera del Instituto, no pueden quedarse después de los 18 años, pero el orfanato no los abandona por completo. En muchos casos se dona al pago de las matrículas universitarias para los talentos "ex alumnos".
"La mayoría de nuestros huérfanos nos visitan y nos cuentan que suceden con ellos ", indica Tuman. "Siempre estamos dispuestos a permanecer en contacto con ellos."
Sobre el autor: Isra Saleh el-Namey es una periodista que vive en Gaza.
Fuente: Gaza’s only orphanage struggles against odds
Copyleft: Toda reproducción de este artículo debe contar con el enlace al original inglés y a la traducción de Palestinalibre.org
Fuente: Isra Saleh el-Namey, The Electronic Intifada / Traducción: Palestinalibre.org
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