El peligro mayor del enquistado conflicto es que vuelva a cerrarse en falso. Para resolverlo satisfactoriamente sería preciso abordar el problema por la raíz, es decir la ocupación. Como Israel no está interesada en una solución, los occidentales deberían ejercer una enérgica presión para conseguirlo, en lugar de hacer brindis al sol con condenas verbales a la violencia y llamadas a la calma.
La causa de esta guerra, como de las otras anteriores, es la brutal ocupación de los territorios palestinos invadidos en la guerra de 1967, y que Israel se niega a abandonar. Su objetivo desde aquel año ha sido construir sin descanso en los territorios ocupados y llenarlos de cientos de miles de colonos judíos, en su mayor parte extremistas, así como oprimir sin límites ni piedad a la población palestina.Más....
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