Aprobada la Línea
Púrpura de la ocupación en Jerusalén
Santiago González Vallejo
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
Publicado en Gara, 10 de marzo de 2022
El Comité de Planificación Regional de las autoridades de ocupación
israelíes ha aprobado, a finales de este mes de febrero, el trazado propuesto
para la Línea Púrpura de tranvía entre Jerusalén y los Territorios Palestinos
Ocupados próximos, en los cuales se encuentran asentamientos de colonos
israelíes.
Esta operación es una más de las muchas que tienen por objeto la
desposesión de los palestinos, además de que favorece la movilidad de la
población de la potencia ocupante en territorio ocupado.
Esta línea, en concreto, tiene 14 kilómetros y 19 paradas, por la zona sur,
de este a oeste, y pasa, por ejemplo, por Givat Hamatos, Territorio Palestino Ocupado,
una zona en la que se está expropiando a los palestinos y donde se están
planificando miles de viviendas, ¿para quién? ¿Qué dirá la diligencia debida de
CAF? Para usuarios que pagarán su billete.
No importa que el diseño urbanístico lo haga la potencia ocupante, que las
viviendas sean para los colonos. Ellos pagarán por el billete el mismo precio
que cualquier usuario, sea un palestino expropiado y expulsado de su casa, o un
nuevo colono. CAF, la empresa, dirá, que no discrimina y que ambos minimizarán
su huella de carbono. A lo mejor, el palestino querrá llegar a Belén, sorteando
el Muro que se come Cisjordania. Quizás haya alguien que le ofrezca un nuevo
hogar si es de Jerusalén, pero no podrá vivir junto a su pareja palestina si
ésta proviene de otra localidad palestina porque, aunque haya nacido en
Jerusalén, aunque su familia pueda acreditar su permanencia en esa ciudad desde
hace generaciones, un palestino de Jerusalén es considerado por Israel como
mero residente, un extranjero en su propia tierra. De hecho, su única
acreditación será una tarjeta de residencia que puede rescindirse por múltiples
motivos y así sucede, en efecto, muchas veces. Generalmente está prohibida la
posibilidad de reagruparse si quieren establecerse en Jerusalén.
Podrá ser incluso conductor de un tranvía, que eso no está cuestionado, en
principio, o albañil. ¿Hay igualdad de oportunidades, capacidad de formación
para ciertos títulos superiores en el caso de palestinos e israelíes? ¿Podrían
optar a ser contratados en la economía palestina, si ésta fuera no dependiente
y forzada a la desindustrialización por la Ocupación? Pero ésta no es la
situación: dependerá su trabajo y su categoría de las autoridades y las
empresas israelíes, que privilegian la contratación profesional y laboral de
ciudadanos israelíes.
Hay quien a todo esto lo llama apartheid. CAF, no, ni tampoco su socio
Shapir, ni el Histadrut (los sindicatos israelíes) ni tantos otros.
La Línea Púrpura se financiará con el presupuesto de 13.000 millones de
shekels (más de 3.600 millones de euros) que el gobierno israelí ya ha
destinado a la construcción de las líneas Verde y Azul. La planificación de la
Ocupación y los hechos consumados no salen gratis.
En agosto de 2021 se preseleccionaron cinco consorcios, entre ellos el
formado por las empresas CAF y Shapir, para licitar una concesión
público-privada de 25 años a fin de construir, operar y mantener las líneas
Púrpura y Azul, que suman 31 km de recorrido, con 53 paradas, y una flota
combinada de 61 tranvías.
CAF y Shapir son el consorcio idóneo. Ya gestionan las líneas Roja y Verde,
que penetran en Cisjordania y dan servicios a las colonias próximas. Shapir
figura en la Base de Datos, elaborada por las Naciones Unidas, de empresas que
se lucran y facilitan la ocupación. Hay algunos fondos de Inversión que ya han
desinvertido por esta razón. CAF, de momento, no forma parte de la Base de
Datos, simplemente porque su implicación es posterior al cierre del plazo de
elaboración de la misma, pero hay formalmente 31 organizaciones de derechos
humanos y solidarias que han solicitado su inclusión en esa Base de Datos de
las Naciones Unidas.
CAF habla de récords de beneficios y cartera de pedidos en su Informe Anual
del ejercicio 2021, firmado por su Consejo de Administración y la empresa
auditora Ernst Young (en otros ejercicios fue Deloitte). Se refiere además a lo
exitoso de su filial de autobuses, Solaris, cuya plantilla se encuentra
actualmente en huelga en Polonia al considerar sus salarios muy bajos y
desproporcionados en relación a los beneficios. Por lo que toca a los proyectos
para ampliar y construir líneas de tranvías entre la ciudad ocupada de
Jerusalén y las colonias próximas en los Territorios Palestinos Ocupados, en
los que participa CAF y que ya están ejecutándose, de modo cínico, afirma que “ha defendido la inexistencia de vulneración
alguna de las directrices de la OCDE ni de los Derechos Humanos en general,
habiendo por el contrario adoptado las máximas cautelas y diligencia debida en
aplicación de sus procedimientos internos en materia de Compliance. Más
concretamente, se ha realizado y revisado en varias ocasiones el análisis de
los riesgos potenciales ligados a la actividad del Grupo CAF en dicho proyecto,
así como la gestión de los mismos”.
La UE, la OCDE y otros organismos internacionales están aplicando sanciones
a empresas rusas, a oligarcas rusos a causa de la invasión de Ucrania por parte
de Rusia. ¿Qué pensaríamos si CAF construyera una línea de tranvía en la
Ucrania ocupada en colaboración con una empresa rusa y con financiación del
gobierno de Moscú?
Por su parte, Amnistía Internacional pide a los gobiernos lo siguiente, si
se quiere luchar contra el apartheid israelí: “Establecer y hacer cumplir la prohibición en sus mercados de productos
procedentes de asentamientos israelíes y regular las actividades de las
empresas domiciliadas en su jurisdicción para prohibir que operen en
asentamientos o comercien con bienes de éstos.” Y, en concreto, respecto a
las empresas que operan, exige “Adoptar
procedimientos adecuados y códigos de conducta con arreglo a las normas
internacionales para garantizar que sus propias actividades en Israel y los TPO
no contribuyen al sistema de apartheid ni se benefician de él; abordar este
impacto cuando se produzca y cesar las actividades pertinentes si no se puede
prevenir.”
CAF (y Solaris) está favoreciendo el desplazamiento de población de la
potencia ocupante a territorio ocupado. Se lucran con ello. Son agentes
necesarios en la Ocupación y el apartheid.
Ya sólo hace falta que las administraciones vascas, españolas, europeas
sean coherentes y juzguen si CAF y Solaris contribuyen a la Ocupación y al
apartheid, para que, sin doble vara de medir en sus relaciones comerciales,
tomen medidas respecto a estas empresas.
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