Diferentes organizaciones de derechos humanos informan de malos tratos sistemáticos de las fuerzas de seguridad israelíes a los niños palestinos
Durante la primera Intifada en Israel-Palestina uno de los aspectos más controvertidos de la reacción israelí a aquel levantamiento en 1987 fue la famosa política de Yitzhak Rabin de ordenar a los soldados romper los huesos de quienes lanzaran piedras, como se ve en este vídeo. Aunque Rabin negó esta práctica, admitió haber ordenado la aplicación extrajudicial de la “fuerza y las palizas” a civiles. Desde entonces, sea o no una política oficial, estas prácticas han continuado sin disminuir en absoluto, unas prácticas que el derecho internacional considera categóricamente ilegales.
Lo que ha salido a la luz recientemente es que estas palizas y otros actos violentos ilegales se siguen dirigiendo no solo a adultos sino también a niños palestinos, algunos de tan solo 11 años.
Diferentes informes de organizaciones internacionales de derechos humanos, de las Naciones Unidos y del Departamento de Estado estadounidense presentan una serie de datos coincidentes que ponen de relieve el daño físico y psicológico que el Estado de Israel inflige a los niños palestinos, en la inmensa mayoría de los casos violando tanto el derecho internacional como acuerdos y convenios internacionales. Vale la pena recodar algunas de las principales conclusiones de estos informes a todas aquellas personas preocupadas por el bienestar de los niños, especialmente de los niños que están indefensos frente a las acciones de un Estado poderoso al que Estados Unidos ha prometido lealtad y al que anualmente entregamos más de 3.000 millones de dólares de nuestros impuestos.
En primer lugar, Human Rights Watch acaba de publicar un informe sobre los malos tratos sistemáticos que padecen los niños palestinos por parte de las fuerzas de seguridad israelíes y que concluye que los ahogamientos, golpes e interrogatorios coactivos son generalizados:
“ Human Rights Watch entrevistó a cuatro niños de 11, 12 y 15 años de diferentes barrios de Jerusalén y a una niña de 14 años y un niño de 15 de otros lugares de Cisjordania a los que las fuerzas israelíes habían detenido o encarcelado entre marzo y diciembre de 2014 en diferentes incidentes bajo la acusación de tirar piedras. Tanto ellos como sus padres informaron de los malos tratos recibidos durante las detenciones e interrogatorios que provocaron a los niños dolor, miedo y una ansiedad que continúa todavía. Human Rights Watch ha visto fotos y las marcas en el cuerpo de uno de los niños que son coherentes con los relatos que habían hecho tanto él como sus padres. Los relatos de los niños también coincidían entre sí […].
Rashid S., de 11 años, afirmó que agentes de las fuerzas de policía de fronteras israelíes le arrojaron una granada de aturdimiento (un artefacto explosivo no letal que provoca una luz cegadora y un ruido intensamente fuerte que provoca perdida del equilibrio) y lo inmovilizaron agarrándolo por el cuello al detenerlo por arrojar piedras en noviembre. Afirma que los agentes le pusieron una bolsa negra en la cabeza, le amenazaron con pegarle y le dieron patadas en la espinilla mientras le llevaban a interrogar. Los agentes de fronteras le quitaron el abrigo y la camisa mientras estuvo detenido y lo tuvieron a la intemperie durante aproximadamente una hora a pesar de las bajas temperaturas. Human Rights Watch vio fotos de la policía mientras lo detenía y marcas en la pierna del niño que eran coherentes con su relato”.
A continuación el informe indica que:
“El Artículo 14 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, que Israel ratificó en 1991, exige que los procedimientos judiciales tengan en cuenta la edad de los niños acusados y “la conveniencia de fomentar su rehabilitación”. La Convención sobre los Derechos del Niño, que Israel también ratificó en 1991, detalla este requisito y ordena a los Estados garantizar que “no se obliga a los niños […] a declararse culpables””.
Sin embargo, una y otra vez encontramos en los testimonios que las fuerzas de policía israelíes utilizan los malos tratos físicos para arrancar confesiones a los niños.
Uno de los grupos que lucha más activamente contra estos malos tratos es Defense for Children International-Palestine (DCIP), que señala:
“Los niños palestinos detenidos por las fuerzas israelíes en la ocupada Cisjordania el año pasado fueron víctimas de un modelo de malos tratos diseñado para forzar las confesiones.
Una las experiencias más penosas fueron los períodos prolongados de aislamiento, una táctica correccional que se reserva fundamentalmente para presos adultos e incluso en esos casos sólo después de ser condenados. Según lo investigado por DCIP, en 2014 el tiempo medio que pasó cada niño en aislamiento para ser interrogado fue de 15 días. En un caso, las autoridades israelíes mantuvieron a un niño en aislamiento durante 26 días en total.
Entre 2012 y 2014 el ejército, la policía y los agentes de seguridad israelíes mantuvieron a 54 niños palestinos en aislamiento para ser interrogados antes de acusarlos de algún crimen.
Los datos recopilados por DCIP en 107 declaraciones juradas de niños palestinos de edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, y detenidos en 2014 mostraron que la inmensa mayoría de ellos tuvieron que valerse por sí mismos. A diferencia de los niños israelíes, los palestinos no tienen derecho a estar acompañados por su padre o madre durante el interrogatorio. En el 93% de los casos se privó a los niños de un abogado y raramente se les informó de sus derechos, en particular de su derecho a no autoincriminarse”.
Además de estos informes, el gobierno estadounidense también ha realizado sus propias investigaciones y ha publicado un informe:
“Los informes anuales por países sobre las prácticas de derechos humanos, que incluyen un apartado específico sobre la situación de los derechos humanos en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados (TPO), plantean varias cuestiones relacionadas con los malos tratos a los niños palestinos presos y la negación del derecho a un juicio imparcial en los tribunales militares israelíes. Observan otras graves violaciones de los [derechos de los] niños palestinos, entre las que se incluyen el asesinato y la mutilación de niños palestinos, y los ataques a las escuelas de Gaza por parte de las fuerzas israelíes. El secretario de Estado estadounidense John Kerry hizo público el informe anual en una conferencia de prensa en Washington.
La semana pasado nueve miembros del Congreso enviaron una carta a Kerry urgiéndole a dar prioridad al problema de los niños palestinos presos por el ejército israelí. La carta, encabezada por la representante Betty McCollum (Demócrata, de Minnesota), señalaba que “el sistema de encarcelamiento militar israelí de niños es una anomalía en el mundo” y que UNICEF ha concluido que los malos tratos a los niños palestinos son “generalizados, sistemáticos y están institucionalizados” en todo el proceso de encarcelamiento.
Los legisladores urgían al Departamento de Estado a priorizar los derechos humanos de los niños palestinos y a “abordar en el informe anual sobre derechos humanos el estatuto del tratamiento de los niños palestinos del sistema de detención militar de Israel.”
El antes mencionado informe de UNICEF se titula “Children in Israeli Military Detention.” [Los niños presos del ejército israelí]. DCIP señala las siguientes conclusiones:
“El informe de UNICEF señala que aunque desde marzo de 2013 las autoridades israelíes han aprobado nuevas órdenes militares y han dado pasos para reforzar los procedimientos operativos militares y policiales estándar existentes relacionados con el encarcelamiento de niños palestinos, las pruebas recopiladas por el grupo de trabajo dirigido por UNICEF desde 2013 muestran continuos y persistentes informes de malos tratos a niños palestinos por parte de las fuerzas israelíes. El informe ofrece una actualización de la implementación de las anteriores recomendaciones hechas por UNICEF en el informe de marzo de 2013.
“A pesar del continuo diálogo con UNICEF durante casi dos años, las autoridades israelíes no han implementado de manera sistemática los cambios prácticos para detener la violencia y los malos tratos a los niños palestinos presos”, afirmó Ayed Abu Eqtaish, director del Programa de Responsabilidad en DCIP”.
“Israel es la única nación del mundo que automática y sistemáticamente procesa a niños en tribunales militares que carecen de garantías básicas del derecho a un juicio imparcial”, afirmó Brad Parker, abogado y encargado de la sección de abogacía internacional de Children International Palestine. “En la comunidad internacional es frecuente la idea de que los tribunales militares israelíes están “deteriorados” y se pueden mejorar, sin embargo esto supone aceptar erróneamente la premisa de que los tribunales militares israelíes existen para administrar justicia y tienen interés en ello. El sistema de tribunales militares no es un ‘sistema de justicia’ sino que se caracteriza más adecuadamente como una herramienta de una ocupación prolongada que actúa para legitimar el control de la población palestina, incluidos los niños. Los malos tratos y la tortura generalizados y sistemáticos de los niños palestinos favorece el control objetivo de la ocupación”.
Además del trauma físico que la ocupación inflige a los niños palestinos, existen pruebas sólidas, recogidas por grupos de derechos humanos y por Naciones Unidas, de unos generalizados efectos psicológicos a largo plazo. Un estudio concluyó que:
“Los niños palestinos padecen diferentes enfermedades físicas debido a su situación desfavorecida, incluido el 10% que sufre una desnutrición moderada. Los niños también padecen importantes trastornos mentales, incluido el 33% que padece un nivel grave de estrés postraumático, un 49% que padece un nivel moderado y un 15.6% que padece un nivel bajo. En las zonas “conflictivas” un 55% de los niños tiene un nivel grave de estrés postraumático, un 35% un nivel moderado y un 9% un nivel bajo”.
Como señala el doctor Jess Ghannam, profesor clínico de psiquiatría y ciencias de la salud global en la Escuela de Medicina de San Francisco de la Universidad de California:
“Los niños palestinos de Gaza están expuestos a más violencia a lo largo de su vida que cualquier otra persona, que cualquier otro niño, en cualquier parte del mundo. Si consideramos a los niños que ahora tienen 10 años, han vivido la Operación Plomo Fundido en 2008 y 2009, la invasión de 2012 y ahora la invasión y destrucción de 2014, además del bloqueo. Por ejemplo, según las estadísticas, incluso antes de la Operación plomo Fundido el 80 % de los niños palestinos de Gaza han sido testigos de algún tipo de violencia contra ellos, contra un amigo o un miembro de su familia. Y ahora estamos llegando a un punto en el que casi el 99% de los niños de Gaza están expuestos a un nivel de violencia en el que han visto asesinar, morir o quemar vivo a miembros de su familia. Otros niños del mundo no están expuestos a semejantes niveles de exposición traumática de forma crónica y diaria.
Podemos reconstruir un hueso roto, pero cuando se trata de reconstruir la integridad psicológica de alguien, hay algo que no entienden las personas occidentales ni israelíes. Están provocando un daño psicológico a estos niños que les acompañará toda su vida”.
Y no debemos olvidar la cantidad desproporcionadamente grande de muertes de niños palestinos. Según la ONU, el verano pasado fue el más mortífero de la historia del conflicto desde 1967: Israel mató a más civiles palestinos en 2014 que en cualquier otro año desde que empezó la ocupación de Cisjordania y Gaza en 1967.
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios, 551 de las personas palestinas muertas el pasado verano eran niños. Middle East Children’s Alliance señala que:
“Según Middle East Monitor, las estadísticas oficiales del ministerio de Información de Ramala revelan que desde que estalló la segunda Intifada en septiembre de 2000 hasta abril de 2013 las fuerzas de ocupación israelíes mataron a 1.518 niños palestinos. Esta cifra significa que durante casi 13 años Israel ha matado a un niño palestino cada tres días. El ministerio añadió que la cantidad de niños heridos por los israelíes desde el inicio de la segunda Intifada contra la ocupación de Israel asciende en estos momentos a 6.000 niños.
Tras señalar que en 2012 hubo un aumento sin precedentes de la cantidad de niños detenidos por las fuerzas israelíes, el informe señalaba que desde finales de septiembre de 2000 se ha detenido a 9.000 palestinos menores de 18 años. Casi la mitad de la población palestina es menor de 18 años. Casi 250 menores palestinos están encarcelados en Israel, de los cuales 46 son menores de 16 años”.
El grupo Remember These Children ha contabilizado los niños muertos en Israel-Palestina desde septiembre de 2000: murieron 133 niños israelíes frente a 2.026 niños palestinos.
Un informe de 2013 de Comité de las Naciones Unidas de los Derechos de los Niños estipula:
“El Comité reitera su profunda preocupación por el hecho de que se sigue matando e hiriendo a niños en ambos lados del conflicto, aunque entre las víctimas hay una cantidad desproporcionadamente mayor de niños que viven en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO). El Comité expresa su enorme preocupación por el hecho de que cientos de niños palestinos hayan muerto y miles resultado heridos en el periodo estudiado a consecuencia de operaciones militares del Estado parte [Israel], especialmente en Gaza donde este efectuó ataques aéreos y navales en zonas densamente pobladas con una importante presencia de niños e ignoró así los principios de proporcionalidad y distinción. El Comité está profundamente preocupado por:
(a) los niños palestinos a los que el ejército del Estado parte disparó cerca de la frontera de Gaza mientras recogían material para ayudar a sus familias a reconstruir sus viviendas, ya que en este periodo se tiene constancia de 30 de estos casos;
(b) El aumento de la cantidad de niños de los TPO que son objeto de ataques de los colonos en Cisjordania, cuatro de estos niños han muerto desde 2008 y cientos han resultado heridos en el periodo estudiado por este informe. En Comité señala con preocupación que en la mayoría de los casos el ejército israelí no solo no interviene para impedir la violencia y proteger a los niños, sino que además apoya a aquellas personas que cometen estos actos violentos. El Comité señala además con preocupación que en la mayoría de los casos no se hace comparecer ante la justicia a los perpetradores de tales actos, que gozan de una total impunidad por sus crímenes;
(c) El devastador impacto sobre el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo de los niños de los TPO que suponen tanto la construcción del Muro como el bloqueo impuesto a Gaza desde 2007, que el Comité Internacional de la Cruz Roja consideró un castigo colectivo que se ha impuesto en clara violación de las obligaciones de Israel según el derecho humanitario internacional”.
No cabe la menor duda de que cada una de estas muertes es abominable. La pregunta es cómo podemos hacer frente a los delitos más sistemáticos y generalizados, incluida la mayoría de los malos tratos documentados a niños detenidos y encarcelados por las fuerzas militares israelíes, y el uso desproporcionado de la fuerza contra la población civil, y, al mismo tiempo, trabajar para lograr un final justo del conflicto.
Además de la indignación moral que deberíamos sentir al conocer estos informes, ¿por qué nosotros, estadounidenses, deberíamos sentirnos particularmente concernidos? Como indica Sarah Leah Whitson, directora de Human Rights Watch para Oriente Medio, “el mal trato que infligen las fuerzas israelíes a los niños palestinos contradice su afirmación de respetar los derechos de los niños […]. Como principal donante militar de Israel, Estados Unidos debería presionar enérgicamente para acabar con estas prácticas abusivas y para que se hagan reformas”. Es importante que reconozcamos que Estados Unidos ha protegido diplomáticamente a Israel para impedir que se le exijan responsabilidades por de tales actos. Afortunadamente, con la propia investigación del gobierno estadounidense que confirma gran parte de lo que varios grupos internacionales de derechos humanos y las Naciones Unidas han informado acerca del trato a los niños palestinos a manos del ejército israelí, el gobierno estadounidense utilizará finalmente su poder para presionar a Israel para que modifique de forma significativa sus acciones y comportamiento respecto a estos niños.
Hace un tiempo se invitó a un importante académico afroestadounidense a dar una conferencia en Israel. El tema de la conferencia iba a ser las marcas de la tortura en los cuerpos de los esclavos negros. Antes de ir tuvo noticia de la política israelí de romper los huesos de los manifestantes. Canceló su viaje y preguntó a los organizadores como diantres iba a dar la conferencia sin mencionar los cuerpos lisiados de los palestinos. Podríamos pensar en este acto de solidaridad mientras contemplamos el cada vez mayor movimiento no violento de no cooperación con las instituciones del Estado de Israel que actualmente se lleva a cabo en forma de boicots, desinversiones y sanciones a Israel. Podríamos pensar en hacer lo mismo por el bien de los más indefensos.
David Palumbo-Liu es el profesor Louise Hewlett Nixon Professor de la Universidad de Stanford. Su cuenta de Twitter es @palumboliu.
Fuente: David Palumbo-Liu, Salon.com / Rebelión ()
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