EL SALVADOR REABRE EL JUICIO POR EL ASESINATO, EL 16 DE NOVIEMBRE DE 1989, DE SEIS JESUITAS, CINCO ESPAÑOLES, UNO SALVADOREÑO Y DOS MUJERES TRABAJADORAS.
Manuel García Fonseca
El proceso contra los autores del crimen logró comenzar en 1992 tras diversas denuncias y acciones sociales e institucionales de las que formó parte la visita a El Salvador de una delegación del Congreso español. Esta delegación elaboró un informe donde se hacía evidente la autoría del grupo militar “Atlacatl” preparado en la academia militar “La Escuela de las Américas” de ESTADOS UNIDOS. En ella fueron entrenados y recibieron instrucciones que incluían la tortura, contra las acciones de protesta o denuncia de la injusticia y la apropiación de tierras por los grandes terratenientes. Se condenó a los soldados ejecutores de la matanza, pero no se ha logrado la condena de los autores intelectuales, salvo a el excoronel Inocente Orlando Montano detenido fuera de El Salvador y procesado en España a 130 años de cárcel.
El informe de la delegación del Congreso de los diputados de España tuvo una influencia decisiva para que se realizara el juicio a los asesinos. Durante una semana la delegación española llevó a cabo entrevistas a todas las instituciones políticas y sociales de El Salvador, los presidentes del gobierno y del parlamento, de los sindicatos, y de todas las organizaciones populares y judiciales, y quedó en evidencia el asesinato de los 6 jesuitas y de dos mujeres trabajadoras de la Universidad llevado a cabo por los militares, y promovido y dirigido por la cúpula militar y el gobierno.
Una vez más, 35 años después, un juzgado de San Salvador abre un proceso contra los autores intelectuales, entre ellos el presidente Cristiani, tres exmilitares y un exdiputado. La justicia salvadoreña tiene nulo apoyo del presidente actual Nayib Bukele
Los crímenes de mayor relieve internacional fueron los asesinatos de los Obispos y sacerdotes como Monseñor Romero y los jesuitas directores de la Universidad Católica Centro Americana, para impedir la acción social de la Iglesia, y de los intelectuales con fuerte base popular. Pero los mayores crímenes se realizaron contra los campesinos. De todos los horrores que ha sufrido El Salvador en su historia reciente, la masacre de El Mozote, donde el batallón Atlacatl asesinó a casi mil campesinos, niños, mujeres, jóvenes y mayores, es quizás la más terrible.
A pesar de las dificultades y de la tolerancia demostradas por parte de las autoridades al crimen cometido, actualmente un juez salvadoreño ha comenzado el proceso por la masacre de los campesinos. Sin embargo, en El Salvador la acción de la política contra autores o promotores de estos terribles crímenes sigue hoy en día siendo nula.
Merecen nuestro respeto y admiración los jueces o personas que, a pesar de los poderes fácticos, y las grandes familias dominantes, dueños de tierras y vidas, abren nuevos procesos que al menos mantienen viva la información y el deber de reparación de los pobres de la tierra y de los que luchan por la paz y la justicia .
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