CSCA - CODOPA
2021
Día
internacional de solidaridad con el pueblo palestino (29/11)
Plaza del Instituto, Gijón
Martes 30, noviembre de 2021
Manifiesto para concentración pública
“… no basta enfurecerse contra la
injusticia: es necesario proteger a quien la desenmascara.” La frase de la escritora Irene Vallejo,
extraída de su contexto literario que la relaciona con un episodio de El
Quijote, marca con certeza una guía de acción moral y cívica.
¿Cuál es el límite de nuestra resignación
con las actuaciones del Estado de Israel?
El pasado 22 de octubre, Benny Gantz, ministro de Defensa
israelí, señaló a seis destacadas organizaciones de la sociedad
civil palestina como "organizaciones terroristas", citando supuestos
vínculos con el Frente Popular para la Liberación de Palestina.
Sus denominaciones: Al-Haq (con estatuto de
consultora de NN UU para la defensa de Derechos Humanos), Addameer (organización
que defiende y apoya a la población palestina encarcelada por el Estado de
Israel), Centro Bisan de investigación y desarrollo, Defense For
Children International-Palestine (Sección palestina de la organización Defensa
de la Infancia Internacional), Unión de Comités de Trabajo Agrícola y la Unión de Comités de Mujeres Palestinas.
Las pruebas aportadas por el ministro para la acusación: ninguna.
Necesitamos un salto atrás en el tiempo
para buscar motivos a tan infundado señalamiento.
Hace
ya varios años que comenzó la campaña de desprestigio contra organizaciones de
la sociedad civil palestina. La iniciativa la llevó entonces el Ministerio
denominado de Asuntos Estratégicos.
Este ministerio recopiló informes en los que se afirmaba que muchos grupos
palestinos de derechos humanos, así como los
activistas que promueven el boicot a Israel, están afiliados a organizaciones terroristas. Los países donantes de financiación a esos grupos, europeos
y norteamericanos principalmente, no quedaron convencidos con las acusaciones y,
en consecuencia, mantuvieron su contribución financiera.
Para fundamentar las acusaciones contra las ONG,
algunas de las cuales han conseguido a lo largo del tiempo gran prestigio por
su esmerado trabajo en el ámbito internacional,
emisarios israelíes hicieron llegar a gobiernos
de países europeos donantes un dossier reservado en mayo
de 2021. Este documento de 74 páginas fue preparado por
el Servicio de Seguridad israelí, Shin Bet. El objetivo explícito israelí era persuadirles
para que dejaran de financiar a esas organizaciones.
El dossier había sido elaborado, en lo fundamental,
a partir de los interrogatorios realizados por el Shin Bet a dos excontables de
los Comités de Trabajo de la Salud (HWC), que fueron expulsados
de esta organización por malas prácticas financieras y posteriormente detenidos
por la policía israelí. Las declaraciones de estas personas se consiguieron
mediante prácticas de tortura sicológica, de acuerdo con el testimonio público
de sus abogados.
En sus declaraciones, los contables, no acusan a los
Comités de trabajo de la Salud, sino a las 6 organizaciones antes
mencionadas. Curiosamente jamás habían realizado trabajo para ninguna de ellas.
En todos los casos, se repite la misma versión: esas organizaciones recaudan
fondos y actúan como instrumentos del Frente Popular para la Liberación de
Palestina. Pruebas aportadas, ninguna. Tan sólo menciones genéricas al hecho de
que “era del conocimiento público que esas organizaciones trabajaban para el
FPLP”.
Tanto el dossier como cientos de páginas de
los interrogatorios fueron conseguidos por varios medios de comunicación: +972, Local Call y The Intercept.
En ese contexto se produce el asalto a las oficinas
de los Comités de Trabajo de la Salud en Ramallah, a principios de este
año y la detención, con encarcelamiento posterior, de Juana Ruiz Rishmawi
y otros trabajadores, en abril de 2021. Más tarde, en el mes de agosto fue
detenida la Directora General de la Organización.
Entretanto, la gira de los enviados por el
Ministerio de Exteriores israelí a países europeos donantes y a EE.UU. no
consiguió los propósitos deseados. Quienes visitaron Suiza, Alemania, Países Bajos, Reino Unido, Bélgica, Suecia, España, así como la sede
central de la Unión Europea, recibieron
respuestas similares: el dossier carece por completo de pruebas y no hay
motivos para cortar la financiación a las ONGs palestinas.
La solvencia internacional de estas es tal que ha
habido numerosas manifestaciones de apoyo en el ámbito mundial.
En el campo sindical son destacados los
pronunciamientos de la Confederación Sindical Internacional y, en nuestro país,
la mayoría de los sindicatos.
De igual manera ha ocurrido en el terreno político
institucional. Consideremos tres muestras significativas:
-
La alta Comisaria de NNUU
para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha denunciado la maniobra
israelí de acusar a las organizaciones palestinas de colaboración con el
terrorismo y ha señalado como imprescindible la labor de estas como garantes para
la defensa de esos derechos.
-
La
oficina del Vicepresidente y Alto Representante de la UE para las relaciones
Exteriores, Josep Borrell, ha insistido en que los documentos israelíes
no aportan pruebas y mantiene su intención de seguir colaborando con las 6
organizaciones de la sociedad civil palestina.
-
Excepcional,
por lo inédito hasta el momento, es la moción presentada en la Cámara de
Representantes de EE UU por la congresista Betty MacCollum el 28 de
octubre. En ella, las diez representantes que firman esa moción demandan a la
Administración Biden que revise y ponga fin a los acuerdos de colaboración y
financiación con el Estado de Israel, en vista del ataque injustificado a las
ONGs palestinas.
Las reacciones en el campo de las
organizaciones no gubernamentales y de defensa de los Derechos Humanos se
cuentan por centenares, tanto en nuestro país como internacionalmente.
¿Cuál es entonces nuestra posición en este
acto, con el que conmemoramos el Día Internacional de Solidaridad con
Palestina, establecido por NN UU en 1977?
Solicitamos a nuestro gobierno autonómico
que mantenga la colaboración con y financiación a las organizaciones de la
sociedad civil palestina, con la mediación de las organizaciones civiles que
operan en Asturias.
Lo mismo corresponde aplicar para el
Gobierno del Estado y demás gobiernos autonómicos.
A las organizaciones de la sociedad civil
asturiana les instamos a que dediquen atención a la ocupación militar y el
régimen de apartheid que el Estado de Israel ejerce contra la población
palestina.
Llamamos
a todas las instituciones mencionadas y a la ciudadanía de Asturias a romper la
resignación con el Estado de Israel y a exigirle el respeto a los Derechos
Humanos, el fin de la ocupación y el reconocimiento de la independencia y
soberanía del pueblo palestino.
¡Por
la solidaridad de la ciudadanía de Asturias con el pueblo palestino!
Coordinadora de ONGs para el Desarrollo de Asturias
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.
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