PALESTINA OCUPADA
Para poder valorar el significado real
de esta posición formal, puede ser conveniente tener en cuenta el proceso por
el que se llegó a la actual situación de dominio colonial de Israel.
En 1947 la Asamblea de Naciones Unidas aprobó un plan de partición; en él asignaba el
54% del territorio a un Estado judío y el resto, a un Estado palestino -con
Jerusalén como enclave internacional. El reparto contemplado por la ONU
perjudicaba notablemente a la población indígena palestina, pues dos tercios
de la población total era palestina, con 1.300.000 palestinos y 600.000 judíos.
Aun así, Israel no se conformó.
A través del Plan Dalet -trazado en marzo de 1948 y ampliamente documentado por
el historiador israelí Ilan Pappé desmonta lo que él llama los mitos de Israel, e informa de como las organizaciones armadas sionistas, impulsaron una limpieza etnica con masacres y
expulsiones de población palestina
En solo seis meses, el recién fundado
Ejército israelí impulsaron el desplazamiento forzado de 750.000 personas
palestinas -que nunca pudieron regresar a sus casas- y ocuparon un 24% más de
territorio, hasta hacerse con el 78%. Es lo que los palestinos llaman la Nakba, el “desastre”.
En su obra fundamental, “La invención del
pueblo judío" (2008), el historiador israelí Shlomo Sand realiza una
demoledora deconstrucción académica de la narrativa nacional israelí. Sand
argumenta, con un rigor documental incontestable, que no existe una nación
judía con un origen étnico-biológico común, sino más bien una comunidad
religiosa y cultural formada por conversiones y asimilaciones. La
diáspora, tal como se narra en la epopeya nacional, es en gran medida una
construcción legendaria.
Para IIann Pappe ,
“El papel de la Biblia en la vida judía ofrecía una
clara diferencia entre judaísmo y
sionismo. En el mundo judío pre-sionista la Biblia no se enseñaba ni en los
centros educativos judíos ni en los árabes como un texto que llevara ninguna
connotación política o nacional.
Este uso político, instrumenta de
la Biblia se planifico y se hizo operativo desde los fundadores del sionismo, y
hoy es la ideología esencial del Estado de Israel.
La colonización continua: en1967 Israel
tomó el territorio restante, ocupó ilegalmente Gaza, Jerusalén Este y
Cisjordania —expulsando a otras 300.000 personas
palestinas— además del Sinaí egipcio y los Altos del Golán sirios. Todos esos
territorios, excepto el Sinaí egipcio, están a día de hoy bajo ocupación
israelí.
El mapa actual de la Palestina histórica
muestra un conjunto de zonas sin conexión territorial, divididas. Cisjordania es como un queso gruyere,
asentamientos separados por vallas, muros, checkpoints, tierras y
carreteras de uso exclusivo israelí. El 60% está oficialmente bajo pleno
dominio militar israelí, en los años noventa, y en el resto Israel también
mantiene el control divididas.
Décadas después, ni las 750.000 personas
expulsadas de su tierra en 1948, ni las 300.000 expulsadas en 1967, ni las
desplazadas posteriormente, ni sus familias, han recibido reparación o permiso
para regresar a sus hogares en Palestina, ni siquiera la igualdad civil según;
la Ley del Estado Nación de Israel de 2018. Esta ley es un pilar de este
Gobierno extremista. Actualmente hay once mil presos en las cárceles israelíes,
de los que más de 3.500 están bajo detención administrativa, sin cargos ni
juicio, secuestrados sin saber de qué se les acusa
Para la actual relatora de la ONU
para Palestina, solo en un proyecto que no niegue derechos ni ciudadanía
a la población indígena, que no conceda privilegios supremacistas y
colonialistas, que garantice el retorno y la reparación, en el que haya cabida
para todos desde el río Jordán hasta el mar, será posible desarrollar una
estructura con igualdad, capaz de poner fin a los agravios que lleva sufriendo
la población palestina desde hace décadas.
NOTA RECIENTE:
El plan que acaban de presentar
Trump y Netanyahu entrega Gaza al propio Trump como supremo gestor junto a
Blair, separa el futuro de Gaza del de Cisjordania, impide la rendición de
cuentas y diseña una ocupación transitoria con posibilidad de ser
permanente
Para Olga Rodriguez, escritora y una de
los expertos en temas del Oriente Proximo,
“Esta es la trampa planteada por EEUU y
acogida con satisfacción por el primer ministro israelí. Trump y Netanyahu han
puesto su plan encima de la mesa para que no sea aceptado. No contiene ni
plazos, ni garantías, ni definición alguna sobre Cisjordania y Jerusalén Este,
ni siquiera sobre la propia Gaza. Está diseñado para que sea rechazado y, si
eso ocurre, lo agitarán como una nueva excusa para proseguir con el genocidio,
con la limpieza étnica y el exterminio”
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