jueves, 2 de octubre de 2025

PALESTINA OCUPADA . Manuel García Fonseca

 

PALESTINA OCUPADA

 

Para poder valorar el significado real de esta posición formal, puede ser conveniente tener en cuenta el proceso por el que se llegó a la actual situación de dominio colonial de Israel.

 

En 1947 la Asamblea de Naciones Unidas aprobó un plan  de partición; en él asignaba el 54% del territorio a un Estado judío y el resto, a un Estado palestino -con Jerusalén como enclave internacional. El reparto contemplado por la ONU perjudicaba notablemente a la población indígena palestina, pues dos tercios de la población total era palestina, con 1.300.000 palestinos y 600.000 judíos.

 Aun así, Israel no se conformó. A través del Plan Dalet -trazado en marzo de 1948 y ampliamente documentado por el historiador israelí Ilan Pappé desmonta lo que él llama los mitos de Israel, e informa de como las organizaciones armadas sionistas, impulsaron una limpieza etnica con masacres y expulsiones de población palestina

En solo seis meses, el recién fundado Ejército israelí impulsaron el desplazamiento forzado de 750.000 personas palestinas -que nunca pudieron regresar a sus casas- y ocuparon un 24% más de territorio, hasta hacerse con el 78%. Es lo que los palestinos llaman la Nakba, el “desastre”. 

 

En su obra fundamental, La invención del pueblo judío" (2008)el historiador israelí Shlomo Sand realiza una demoledora deconstrucción académica de la narrativa nacional israelí. Sand argumenta, con un rigor documental incontestable, que no existe una nación judía con un origen étnico-biológico común, sino más bien una comunidad religiosa y cultural formada por conversiones y asimilaciones. La diáspora, tal como se narra en la epopeya nacional, es en gran medida una construcción legendaria. 

Para IIann Pappe ,

 “El papel de la Biblia en la vida judía ofrecía una clara diferencia entre judaísmo y sionismo. En el mundo judío pre-sionista la Biblia no se enseñaba ni en los centros educativos judíos ni en los árabes como un texto que llevara ninguna connotación política o nacional.

Este uso político,  instrumenta de la Biblia se planifico y se hizo operativo desde los fundadores del sionismo, y hoy es la ideología esencial del Estado de Israel.

 

La colonización continua: en1967 Israel tomó el territorio restante, ocupó ilegalmente Gaza, Jerusalén Este y Cisjordania —expulsando a otras 300.000 personas palestinas— además del Sinaí egipcio y los Altos del Golán sirios. Todos esos territorios, excepto el Sinaí egipcio, están a día de hoy bajo ocupación israelí. 

 

El mapa actual de la Palestina histórica muestra un conjunto de zonas sin conexión territorial, divididas. Cisjordania es como un queso gruyere,  asentamientos separados por vallas, muros, checkpoints, tierras y carreteras de uso exclusivo israelí. El 60% está oficialmente bajo pleno dominio militar israelí, en los años noventa, y en el resto Israel también mantiene el control divididas. 

Décadas después, ni las 750.000 personas expulsadas de su tierra en 1948, ni las 300.000 expulsadas en 1967, ni las desplazadas posteriormente, ni sus familias, han recibido reparación o permiso para regresar a sus hogares en Palestina, ni siquiera la igualdad civil según; la Ley del Estado Nación de Israel de 2018. Esta ley es un pilar de este Gobierno extremista. Actualmente hay once mil presos en las cárceles israelíes, de los que más de 3.500 están bajo detención administrativa, sin cargos ni juicio, secuestrados sin saber de qué se les acusa 

Para la actual relatora de la ONU para Palestina, solo en un proyecto que no niegue derechos ni ciudadanía a la población indígena, que no conceda privilegios supremacistas y colonialistas, que garantice el retorno y la reparación, en el que haya cabida para todos desde el río Jordán hasta el mar, será posible desarrollar una estructura con igualdad, capaz de poner fin a los agravios que lleva sufriendo la población palestina desde hace décadas.

NOTA RECIENTE:

El plan que acaban de presentar  Trump y Netanyahu entrega Gaza al propio Trump como supremo gestor junto a Blair, separa el futuro de Gaza del de Cisjordania, impide la rendición de cuentas y diseña una ocupación transitoria con posibilidad de ser permanente 

Para Olga Rodriguez, escritora y una de los expertos en temas del Oriente Proximo, 

“Esta es la trampa planteada por EEUU y acogida con satisfacción por el primer ministro israelí. Trump y Netanyahu han puesto su plan encima de la mesa para que no sea aceptado. No contiene ni plazos, ni garantías, ni definición alguna sobre Cisjordania y Jerusalén Este, ni siquiera sobre la propia Gaza. Está diseñado para que sea rechazado y, si eso ocurre, lo agitarán como una nueva excusa para proseguir con el genocidio, con la limpieza étnica y el exterminio”

 

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